NeoFronteras

Automovil. Foto: IsraCast.

Una compañía israelí ha desarrollado un nuevo concepto de automóvil a hidrógeno que resuelve el problema del almacenamiento del gas mediante la producción del mismo a partir de agua.
El hidrógeno produce sólo vapor agua cuando se quema, de ahí el interés que se tiene por este elemento como combustible no contaminante. La quema del hidrógeno puede ser a través de un sistema convencional o a través de células de combustible que transforman la energía de esa reacción química en energía eléctrica.
El inconveniente es que el hidrógeno se almacena muy mal. Las botellas de alta presión son muy pesadas, grandes y peligrosas, y un almacenamiento criogénico está fuera de lugar. De ahí que se haya venido investigando en sistemas de almacenamiento durante los últimos años sin demasiado éxito.
Ahora la compañía IsraCast propone un Nuevo sistema en el cual el hidrógeno se almacena en forma de agua. Para extraer el hidrógeno se utiliza un metal como magnesio o aluminio que se oxida con el oxigeno del agua liberando el hidrógeno del mismo.

Ciclo completo del sistema a hidrógeno. Dibujo: IsraCast.

Como estos metales son sólidos, la manera en la que se incorporan en el sistema es en forma de alambre fino enrollado en una bobina. Según las necesidades, el alambre se iría introduciendo en la cámara de reacción junto con vapor de agua. El producto resultante sería una mezcla de hidrógeno y vapor de agua que se podría aprovechar en células de combustible o directamente en un motor convencional.
Como no se puede crear energía de la nada, ésta vendría de la acería o metalurgia que produce el metal a partir del residuo sólido de óxido metálico originado como subproducto por el automóvil. Naturalmente sería necesario crear un sistema de reciclado de este subproducto para que el sistema no fuera contaminante. Para ser un 100% ecológico la energía necesaria para reducción del óxido metálico debería de proceder de una fuente alternativa.
La ventaja de este sistema es que el automóvil tendría prácticamente el mismo coste que un auto convencional y sólo hay que añadir como inconveniente el peso extra (100 Kg) de la bobina metálica.

Fuente Isracast.