Microquimerismo en perros
El microquimerismo en perros se produce cuando células de hermanos mayores pasan a las nuevas crías gracias a la madre.
A veces la biología desdibuja las fronteras mentales que el ser humano ha creado en su empeño de aplicar patrones a la Naturaleza. Si un embrión humano se divide totalmente en dos en las primeras etapas del desarrollo embrionario se generan dos gemelos que tienen el mismo genoma. Podemos decir que uno es un clon del otro. Si lográramos clonar seres humanos lo único que se obtendría sería un gemelo que no estaría sincronizado en el tiempo con el primero.
Pero también se puede producir lo contrario: dos embriones distintos se pueden fusionar en uno sólo cuando están en etapa de mórula. De este modo, se genera un organismo completo con dos clases de célula, cada tipo con un genoma distinto. A este tipo de organismo se le denomina quimera. Hace ya bastantes décadas se consiguieron ratones quimera fusionando a la fuerza embriones.
Además del fenómeno de las quimeras está el fenómeno del microquimerismo. En los cuerpos de los seres que poseen está condición no se tiene un 50% de célula de cada genoma como ocurriría en una quimera, sino que hay sólo una pequeña cantidad de células cuyo genoma no se corresponde con el genoma que tienen el resto de las células.
Algunas personas poseen este tipo de condición y esto podría tener alguna consecuencia médica. Así por ejemplo, se cree que podría aumentar los problemas de tiroides. Pero a la vez también disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres. Sin embargo no se sabía muy bien cómo se producía este fenómeno.
Investigadores de la Universidad de Missouri encontraron que el microquimerismo también se da en perros. Ahora han encontrado pruebas de cómo se produce el microquimerismo en estos animales. Al parece, la madre puede pasar células procedentes de antiguos embriones a la nueva descendencia que se gesta después en su vientre.
La ventaja es que los perros representan un excelente modelo para el estudio de esta condición, modelo que puede ayudar al estudio del caso humano.
Cuando una perra pare a los cachorros algunas de las células de estos pueden seguir viviendo en el cuerpo de la madre por periodos relativamente largos de tiempo, pese a que tienen un genoma distinto al de la progenitora. Cuando la perra se queda preñada otra vez, algunas de estas células pueden emigrar a los nuevos embriones. Jeffrey Bryan, Sandra Axiak-Bechtel y Senthil Kumar informan en su artículo publicando en Plos que han logrado encontrar pruebas de este fenómeno se da ese modo.
La células no proceden directamente de las células somáticas de la madre, pues algunas de las células encontradas tienen cromosomas Y. Es decir, en el cuerpo de una hembra hay células procedentes de un macho que previamente se había gestado en su seno. Estos investigadores han logrado identificar este tipo de células en la posterior descendencia de estas hembras, células que se adquirirían durante la nueva gestación.
Según Bryan estos nuevos hallazgos son significativos porque sugieren que el movimiento o “tráfico” de células fetales es frecuente en perros y, como se ha sugerido, quizás lo sea también en las personas. Según él el grado al que llega este tráfico celular puede tener un impacto sobre la salud en varios aspectos, lo que incluiría el asunto de los transplantes y su posible rechazo. La identificación de este fenómeno sugiere que los perros nos podrían ayudar a comprender el impacto real del microchimerismo en la medicina humana.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Foto: Vicki Warwick/giruff, vía Flickr.
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sábado 26 octubre, 2013 @ 2:04 pm
Primero, no hemos creado ningún clon. Eso de momento sólo lo hace la naturaleza. En el caso de mamíferos, aparte del genoma nuclear, deben compartir el genoma mitocondrial, que lo aporta íntegramente la madre (del ovocito de tercer orden), cosa que nosotros hasta dónde yo sé no somos capaces de replicar, por no hablar de que el desarrollo durante la gestación y sus repercusiones en la epigenética son evidentemente irreplicables. Por tanto, quizá convendría hablar de seudoclones más que de clones, que efectivamente los únicos son los gemelos univitelinos.
Del resto del artículo, lo que me ha dejado de una pieza es la «conservación» de células de gestaciones anteriores. Obviamente, debe ser por algo (dudo mucho que se trate de un fenómeno de tipo residual), y al menos desde mi punto de vista, me subraya el nivel de ignorancia que tenemos en biología, que viene siendo al que tenía la física respecto de hoy en el siglo XVI. Y no estoy diciendo que sepamos poco, que sabemos muchísimo, sino de lo que nos queda por saber y ni siquiera sospechamos.
lunes 28 octubre, 2013 @ 4:29 am
Im-pre-sio-nan-te