Chomsky tenía razón
La lengua materna se adquiere sin demasiada dificultan porque en el cerebro del recién nacido ya hay una gramática elemental precargada.
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Cualquiera que haya tenido hijos o sobrinos se habrá sorprendido de lo rápido que adquieren el lenguaje los niños pequeños. Alrededor de los tres años ya pueden hablar y elaborar frases aunque la pronunciación no sea prefecta. Es fascinante ver cómo captan la conjugación de los verbos y cómo hacen que todos sean regulares. Y es que para un niño pequeño el lenguaje tiene una perfección matemática. Comprender cómo adquirimos el lenguaje es el santo grial de los lingüistas.
Algunos filósofos llegaron a proponer en el pasado que el ser humano es una tabula rasa, un contenedor vacío que es llenado por la cultura de su entorno. Esta ignorancia absoluta de la naturaleza humana todavía se da de vez en cuando en la actualidad.
En el caso del lenguaje Noam Chomsky propuso hace ya 50 años que los humanos son capaces de aprender tan rápido la lengua materna porque al nacer ya tenemos una gramática elemental implantada o precargada en nuestros cerebros. Es decir, ya sabemos al nacer ciertos conceptos fundamentales sobre el lenguaje sin que nadie nos lo haya enseñado. Obviamente, este condicionamiento no trata sobre el idioma en particular que se aprender, ya que éste depende del entorno cultura en donde crece el niño.
Ahora, en un estudio llevado a cabo en la Universidad Johns Hopkins, se ha confirmado esta predicción de que tenemos ciertas reglas sintácticas que nos permiten aprender la lengua materna fácilmente.
El nuevo estudio muestra claramente que los niños no son una página en blanco a llenar, sino que están condicionados inherentemente para aprender la lengua. Además de confirmar la hipótesis de Chomsky, el estudio introduce una interesante nueva aproximación para generar y comprobar otras hipótesis dirigidas a responder algunas de las grandes cuestiones relacionadas con el proceso de aprendizaje del lenguaje.
En el estudio un personaje denominado Glermi, caricaturizado como alienígena de color verde, enseñó a los voluntarios, todos adultos cuya lengua materna era el inglés, una lengua artificial denominada verblog a través de un videojuego. En uno de los experimentos, por ejemplo, Glermi mostraba en pantalla un inusual objeto alienígena de color azul denominado “slergena” e instruía a los participantes a decir «geej slergena», que en verblog significa “slergena azul”. Entonces los participantes veían tres objetos en la pantalla y se les instruía a decir «slergena glawb», que significaba “tres slergenas”.
Aunque los participantes no eran conscientes de ello, muchas lenguas del mundo usan dos tipos de ordenación de las palabras, en muchas de ellas el adjetivo precede a los nombres y en muchas los nombres son seguidos por un numeral. Sin embargo, raramente ambas reglas se usan juntas en el mismo idioma, tal y como se hace en verblog.
A los voluntarios de los grupos de control se les enseñaba una lengua diferente que se correspondía con verblog en casi todo, pero que usaba otras combinaciones que son comunes en lenguajes humanos.
Estos investigadores pensaron que si el conocimiento de ciertas propiedades gramaticales humanas, tales cómo deben de combinarse adjetivos, nombres y numerales, es innato en el cerebro humano, entonces los participantes tendrían dificultades a la hora de aprender verblog. Pues bien, eso es exactamente lo que pasó.
Estos adultos voluntarios, que no habían sido expuestos a ordenaciones de palabras distintas a como se hace en inglés, aprendieron fácilmente los lenguajes artificiales con los ordenamientos que se encuentran en las lenguas terrestres, pero fallaron a la hora de aprender verblog. Estaba claro que el cerebro de los aprendices sabía que el orden de las palabras en verblog era extremadamente raro, justo como Chomsky había predicho hace medio siglo.
Según uno de los investigadores implicados, la lengua es algo que nos separa de las demás especies y si comprendemos cómo los niños son capaces de aprender rápida y eficientemente la lengua, pese a su complejidad, entonces adquiriremos un conocimiento fundamental acerca de esta facultad.
Este estudio sugiere que el problema de la adquisición del lenguaje se hace más fácil porque los aprendices ya conocen algunas cosas importantes acerca de las lenguas humanas, en este caso que ciertos ordenamientos de palabras son más frecuentes que otros.
Para poder realizar este estudio se usaron herramientas de la Psicología, de las Ciencias Cognitivas, de la Lingüística y de las Matemáticas, por lo que es un bonito ejemplo de estudio interdisciplinar.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3498
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
14 Comentarios
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lunes 23 mayo, 2011 @ 6:32 pm
Interesante.Si llevamos una gramática elemental precargada en nuestros cerebros, esto implica que los genes, o algunos genes,además, transmitirían información cultural.
Saludos.
lunes 23 mayo, 2011 @ 7:40 pm
Veo un serio problema en el experimento. Creo que es interesante como tal, pero no como confirmación de la teoría de Chomsky. El adulto que aprende una lengua nueva, la aprende como hablante competente de otra, a través de mecanismos que no se parecen a los que usa un niño pequeño. La dificultad de aprender «verblog» estaba tanto en el método de enseñanza usado (hay que entender que la enseñanza de idiomas a adultos es distinta de la usada con niños, incluso con niños de edad avanzada) como en la confusión al tratar de hacer analogías desde el inglés (que se generaliza aquí como universal en un salto que me parece, cuando menos, dudoso)
Un contraargumento a Chomsky podrían ser los niños salvajes, que nunca llegan a desarrollar gramática (en sentido estrictamente lingüistico) al regresar a la sociedad.
Las teorías de Chomsky son muy sólidas, y hay muchos estudios que las apoyan, pero también tienen muchos críticos.
lunes 23 mayo, 2011 @ 8:38 pm
Eran adultos, pero a algunos se les enseñó una lengua alejada del inglés (pero con estructura similar a las existentes en la humanidad) y la aprendían bien, incluso cuando era contraituitivo respecto a su lengua materna.
Aprendían mal verblog porque su estructura no se correspondía con ninguna lengua terrestre, o lo que es lo mismo, ninguna lengua terrestre se parece al verblog porque la gramática innata lo impide.
martes 24 mayo, 2011 @ 7:37 am
Estimado Juan: El contraargumento a Chomsky de los niños salvajes tiene su respuesta en el siguiente paralelismo. Si a un niño le impides la visión de alguna manera, su sistema visual degeneraría hasta la ceguera. Aún más apropiado es el caso de los niños mudos por ser sordos, no porque tengan ningún problema en el conjunto dedicado a la fonación. De la misma forma, el programa lingüístico del niño salvaje acaba inútil al no ser estimulado.
Un saludo cordial.
martes 24 mayo, 2011 @ 11:28 am
En este caso no estoy de acuerdo con el comentario de Lluís: los genes no trasportarían información cultural en tanto que esa gramática innata no es cultura, aunque sea la base sobre la que se genera un idioma concreto que eso si es ya puramente cultural. Como indica neo, esa gramática innata sería el sustrato común a todo lenguaje humano y eso es lo que se habría demostrado con el experimento: que un humano cualquiera aprende más fácilmente un lenguaje inventado que siga las reglas de esa gramática común humana que otro lenguaje inventado de similar «dificultad» pero que responda a una gramática completamente ajena o distinta a la innata. Supongo que sería relativamente fácil comprobar de manera similar si es más o menos sencillo enseñar a manejar números en base 10 o en otra base: sabemos que aunque matemáticamente los sistemas de numeración son equivalentes las máquinas trabajan bien en sistema binario mientras los humanos trabajamos bien en base 10. ¿Es la base 10 nuestro sistema de numeración innato?
martes 24 mayo, 2011 @ 1:07 pm
De acuerdo,pvl,pero entonces,¿cual sería la naturaleza de ese sustrato común?
martes 24 mayo, 2011 @ 2:19 pm
Estimado Lluis: si me permites la broma esa es justo la pregunta del millón. Está preguntando por la naturaleza última de un proceso cerebral. En realidad que sea innato (es decir que nazcamos con ello) o cultural (que lo adquiramos en vida) no afectaría al fondo de tu pregunta que no deja de ser en última instancia: ¿de qué están hecho los pensamientos, sean innatos , conscientes (como ahora cuando escribo justo esto) o subconscientes (como los sueños)? Porque bien sean cosas del estilo de esa gramática o de cosas más conocidas como el comportamiento innato de cualquier bebé como el «arco reflejo» no tenemos ni idea de en qué consiste a nivel cerebral la orden que lo genera, más allá de que tiene que ver con corrientes eléctricas y zonas cerebrales específicas relacionadas con cada «tipo» de pensamiento. Hace poco se publicó, creo que en esta misma web, un art. en el que se describía que ciegos de nacimiento que recuperaban la vista no eran capaces de asociar la imagen de los objetos con el recuerdo táctil que tenían de esos mismos objetos que habían tocado habitualmente antes de recuperar la vista: es decir en nuestro cerebro de «videntes normales» la forma, el color y el tacto de por ejemplo una naranja están «unidos» y nos parece evidente y normal que sea así, mientras que el caso de esos ciegos nos enseña que eso no es así: en su cerebro forma y color visual van por un lado y la «sensación» táctil de la naranja van por otro, a pesar de haber recuperado la vista. Para mí eso es equivalente a decir que aunque la naturaleza del sustrato cerebral de un vidente normal y de un ciego que recupera la vista es evidentemente la misma (las neuronas y demás tejido cerebral son los mismos)lo que hacen esos tejidos al pensar en una naranja es distinto.
martes 24 mayo, 2011 @ 6:55 pm
Pues, si pvl, no es ninguna broma.Sigue siendo la pregunta del millón.Agradecido por tu prólija explicación.
Saludos.
martes 24 mayo, 2011 @ 9:22 pm
Si no he entendido mal el experimento, cuesta más aprender una lengua con estructuras gramaticales muy distintas de las de la lengua materna de los aprendices. Y cuesta menos si no son tan distintas. Porque eso es lo que se ha hecho; y no se ha experimentado con recién nacidos sino con adultos anglófonos.
No entiendo cómo eso puede probar nada acerca de estructuras innatas ¿gramaticales?
martes 24 mayo, 2011 @ 9:51 pm
¡NO! Como ya se explica antes, los sujetos del experimento aprenden con menos dificultad las lenguas que no están alejadas de las tradicionales estructuras de las lenguas del mundo (se parezcan o no a su lengua materna) y les cuesta el verblog porque no se parece a ninguna de ellas.
miércoles 25 mayo, 2011 @ 8:49 am
Magnífica explicación de pvl a un artículo, que siendo ya interesante, queda mejorado.
Mi reconocimiento más sincero.
miércoles 25 mayo, 2011 @ 11:20 am
Repaso el artículo y rectifico. Los grupos de control habrían aprendido varias lenguas distintas, con ordenamientos de palabras usuales en las lenguas naturales, similares o distintos al ingles. No una sola.
viernes 10 junio, 2011 @ 2:18 pm
Hace años leí una novela de ciencia ficción llamada «empotrados» en la que una agencia secreta norteamericana tomaba niños huérfanos para enseñarles de cero lenguajes artificiales. Los chicos buenos eran franceses (claro era SF)Sería la única forma de probar de manera tajante si existe una gramática innata.
En mi opinión lo único que el experimento probó es que los cerebros de los sujetos ya estaban modelados por las reglas de su lengua materna y tenían dificultades con reglas diferentes. La única forma de acercarse seria tomar un grupo bastante grande de hablantes de distintas lenguas y ver si los resultados se repiten.
sábado 11 junio, 2011 @ 10:16 am
Estimado pvl:
Aunque no me desdigo de mi 11, he meditado sobre el último punto de tu 7 y creo que el sustrato cerebral de un vidente y de un ciego que recupera la visión no es el mismo. Sí grosso modo, pero el segundo ha de ir creando durante un cierto tiempo circuitos neuronales que el otro ya tiene completamente desarrollados, e incluso es posible que no alcance nunca la complejidad y finura del primero. Aunque quizá te refieras a esto, pero dicho de otra forma, cuando escribes «lo que hacen esos tejidos al pensar en una naranja es distinto». Así, lo que para ti es un poco intangible -es hacer-, para mí es fisiología que hace recorrer a las percepciones caminos distintos que -imagino- se irán coordinando cada vez más.
Un cordial saludo.