No hay umbral seguro para la radiactividad
Según un estudio cualquier nivel de exposición a la radiactividad es inseguro, aunque cuanta más radiación se reciba más daños se pueden producir sobre la salud.
La radiactividad es algo que nos rodea y no podemos escapar de ella. El yeso de las paredes de nuestras casas contiene potasio radiactivo. Las rocas de granito sobre las que se levantan o con las que, a veces, las construimos también son radiactivas. Incluso aunque evitemos estas fuentes estamos todos sometidos a una lluvia de rayos cósmicos, principalmente muones que son el subproducto de colisiones de otras partículas en la alta atmósfera. Estar cerca de un medidor de rayos cósmicos produce cierto temor cuando se oye ese chisporroteo constante. Vivir a gran altura o trabajar en un avión tiene la desventaja de que se reciben más rayos cósmicos que los que viven a nivel del mar.
Toda radiación ionizante puede producir mutaciones en el ADN, incluyendo en humanos. Esto sirvió y sirve a las especies para evolucionar, pero a los individuos les puede costar caro una de estas mutaciones porque puede derivar en cáncer.
Pero, ¿hay un umbral de radiactividad recibida por debajo del cual ya no hay peligro? Y si éste existe, ¿cuál es?
Un estudio reciente basado en muchos resultados a lo largo de los últimos 40 años concluye que incluso los niveles más bajos de radiación son peligrosos para la vida. Encontraron que la radiactividad natural de fondo es pequeña, pero aún así es estadísticamente significativo su efecto perjudicial sobre el ADN y la salud.
El estudio es en realidad un meta-análisis basados en estudios previos realizados en zonas geográficas con un nivel de fondo de radiactividad natural por encima del habitual, como el que se da en Ramsar (Iran), Mombasa (Kenia), Lodeve (Francia) y Yangjiang (China) debido a la presencia de minerales radiactivos. En estas localizaciones y en otras similares se excede en bastante medida la intensidad de radiactividad de otros lugares del globo, pero los estudios previos sólo habían conseguido mostrar pequeños efectos sobre pequeñas poblaciones a partir de los cuales no se podía llegar a una conclusión estadística fiable.
El problema es que cuando se necesita medir efectos estadísticamente pequeños se necesita una muestra de la población muy alta. Esto no suele estar al alcance de un único grupo de investigación. Sin embargo un meta-análisis usa datos de múltiples estudios y entonces sí se pueden llegar a conclusiones estadísticamente significativas.
Los científicos de las universidades de Carolina del Sur y París del Sur implicados en este análisis peinaron gran parte de la bibliografía registrada sobre este asunto, lo que los llevó a examinar unos 5000 artículos. De estos seleccionaron 46 para utilizar sus datos de una manera cuantitativa. En todos estos otros artículos había tanto grupos de control como grupos sometidos a esta radiación fondo, además de test estadísticos al uso. Esto permitía hacer comparaciones entre los distintos estudios.
Entre los organismos estudiados se incluían plantas y animales, pero principalmente tenía a los humanos como sujetos de estudio. Entre los efectos a medir en humanos estaban los daños producidos en el ADN y medido en el laboratorio, la prevalencia de niños con síndrome de Down, la proporción entre sexos, etc. Para medir cada uno de estos efectos se usó un algoritmo estadístico que generaba un valor numérico que podía ser comparado entre los distintos estudios.
Entre los resultados que han encontrado está que hay una amplia gama de efectos negativos significativos reales sobre aspectos inmunológicos y fisiológicos, además de darse mutaciones indeseables o elevar la frecuencia de ciertas enfermedades. Estos efectos van más allá de lo que se daría por simple aleatoriedad.
En la comunidad científica se creía que como en estos lugares de alta radiactividad de fondo no hay efectos pernicioso evidentes, o tan pequeños que no se podían evaluar, tal vez no había en absoluto efectos negativos. La realidad es que si se hace meta-análisis se ve que sí existen efectos perniciosos.
Además, este resultado apoya la idea de que no hay por tanto un umbral por debajo del cual no hay efectos negativos de la radiactividad. Esta idea del umbral de seguridad ha estado circulando durante las últimas dos décadas, pero quedaría ahora desacreditada a raíz de este resultado.
Este nuevo resultado apoyaría la teoría alternativa de una relación lineal sin umbral de seguridad. Es decir, cuanto menor sea la radiactividad a la que se está sometido menos riesgos correrá la salud, pero siempre que haya radiactividad hay un riesgo por pequeño que sea. Los efectos serían proporcionales a la radiactividad recibida.
Timothy Mousseau (Universidad de Carolina del Sur) dice que “con los niveles de contaminación que hemos visto como resultado de las plantas nucleares, especialmente en el pasado e incluso para Chernobyl y Fukushima y accidentes relacionados, hay un intento por parte de la industria de minimizar las dosis que las poblaciones están recibiendo, porque quizás es sólo una vez o dos veces por encima de lo que se piensa que es el nivel de fondo natural. Pero están asumiendo que ese nivel natural de fondo está bien.”
“La verdad es que si vemos los efectos de los bajos niveles entonces tenemos que pensar de manera diferente acerca de cómo desarrollar las legislaciones sobre exposición a la radiación y especialmente a exposiciones intencionadas de la población, como las emisiones de las centrales nucleares, los procedimiento médicos o incluso las máquinas de rayos-x de los aeropuertos”, añade.
Que hasta ahora se haya creído en esa idea del umbral no deja de ser sorprende, pues desde siempre se conocía el efecto estocástico de la radiación. No hay un umbral de números de lotería comprados por debajo del cual es imposible que te toque el gordo. Cuantos más compres más fácil será que te toque, aunque sea poco probable.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3968
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
9 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 9:08 am
Y si a esto le aplicamos la Ley de Murphy… … …
Saludos a todos y buena suerte con la lotería, pero con la de Navidad.
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 9:49 am
No tiene nada de sorprendente. Nuestros dioses gemelos de la acumulación de capital y arrogancia por nuestro dogma están detrás de ello. ¿Acaso no infestaron de máquinas de rayos-X las zapaterías USA en los años 50 para que los niños se miraran los pies y acabasen con enfermedades cuando no quemaduras? Hacer bombas atómicas en pro de la seguridad nacional (e ideológica) tiene estos efectos colaterales.
Porque vamos, lo normal desde el pricipio sería pensar lo que el estudio sugiere. No se ve ningún dato empírico que sugiera otra cosa.
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 9:50 am
Ah, Pocosé, existe la Formulación Cuántica de la Ley de Murphy: «si algo puede salir mal, *ya* ha salido mal».
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 3:34 pm
La analogía de la lotería es muy adecuada para ilustrar el peligro potencial de las radiografías: te pueden hacer 40 y no pasar nada o hacerte nada más una a lo largo de tu vida y que te ocasione un tumor.
Para el que no lo sepa, me gustaría alertar sobre el peligro de los TAC (Tomografía axial computerizada) conocidos vulgarmente como «scanner»: dependiendo de lo extensa que sea la zona que se examine un TAC puede equivaler a la dosis de radiación de entre 120 a 500 radiografías. Esta técnica se usa en mi profesión y no llego a entender por qué no se restringe mucho más su uso: tenemos la alternativa de usar «Resonancia magnética nuclear» que no irradia al paciente y además ofrece mejor definición de los tejidos blandos. La única ventaja del TAC es que define un pcoo mejor las partes óseas.
Por otra parte, no conocía el caso que nos comenta Dr. Thriller… a veces tenemos ideas de bombero.
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 4:09 pm
Miguel Ángel, hace unos años estuvo ingresado un familiar mío por un problema serio pero afortunadamente tratable, del cual salió perfectamente. Como compañero de habitación tenía un chaval de unos 17 años con un tumor en el cráneo (no recuerdo los detalles, no soy médico), a través de RMN efectivamente ubicaron tamaño y localización del tumor a extirpar.
El tumor era del doble de tamaño y estaba más extendido de lo que salía en las resonancias (hechas horas antes de la intervención). De hecho, para la operación vino un cirujano del centro de referencia (todo dentro del sistema público, claro), y la operación pensada para un par de horas se prolongó la de Dios. El chaval salió perfectamente del problema (con una bonita cicatriz), pero como por mis estudios yo también sé cómo funciona un RMN (aunque los míos se dedican a putear enlaces de moléculas individualizadas con propósitos analíticos), me quedé absolutamente pegado de que una resonancia pudiera ser tan poco resolutiva como eso, mayormente porque le había explicado al interfecto cómo funcionaba realmente (a nivel teórico) la resonancia magnética nuclear. A día de hoy no tengo ninguna explicación para esto, sólo que tras preguntar por curiosidad a algún que otro neurocirujano, me han comentado que no tiene nada de anormal que pase eso (de hecho, se dieron una prisa enorme en la intervención cuando según los resultados de la resonancia no tenía tanta).
A mi familiar, que también tuvo un problema craneal, le hacían tomografías en cada revisión, nada de resonancias. Y teóricamente, dado que se trataba de examinar el estado de cierta zona del cerebro, barrera, meninges y demás, digo yo que a priori la resonancia debería ser la recomendada. A fin de cuentas, una TAC es una radiografía de toda la vida sólo que en 3-D.
Respecto a las zapaterías, no hay más que leer toda la delirancia de la SciFi de los años 50, Asimov incluido, donde todo funciona mágicamente con energía nuclear, como si fuera el cuerno de la abundancia. Desde la perspectiva actual, le da un enorme valor a esa literatura (supongo que mucho más del que llegarían a pensar que pudiera jamás tener sus autores) hechos como que desfilen tazas de váter a energía nuclear mientras sus usuarios se fuman un puro de tabaco (esto, leído no sé si en Simak o Asimov).
miércoles 21 noviembre, 2012 @ 4:14 pm
Por cierto que se me ha colado algo que puede ser interpretado de mala manera: la RMN realmente no guarda relación directa con los enlaces químicos, sino con los núcleos atómicos y los demás núcleos en su entorno inmediato (que están espacialmente dispuestos en función de enlaces químicos), lo del puteo se puede entender como que la técnica RMN puede alterar o deteriorar enlaces (y eventualmente modificar las moléculas), y eso no es así y lamento la pésima redacción del desafortunado párrafo. Ese riesgo destructivo sí está presente en los rayos-X, es decir, en la TAC.
jueves 22 noviembre, 2012 @ 8:31 am
A raíz de la «conversación» Dr. Thriller-Miguel Ángel, me viene a la memoria que, hace muchos años, leí quién sabe donde, que en la ventanilla de algún banco de USA, se había colocado un aparato que irradiaba a los que allí acudían, con lo que estaban identificados y podían ser seguidos en la evolución de lo que pudiera sucederles. Si esta canallesca experiencia es cierta, sea responsable el aparato militar, el mundo médico o el científico, se trata ciertamente de algo intolerable.
Y, como colofón, sólo decir que la guerra fría a cuyas consecuencias fue sometida la humanidad, la proliferación de las armas nucleares y el irracional y absurdo despilfarro en armamento cuando buena parte del mundo muere de hambre, todo ello para el enriquecimiento de la industria militar, es aún más intolerable.
Un abrazo para ambos.
viernes 23 noviembre, 2012 @ 8:26 pm
Estimado Dr.Thriller:
Es frecuente que no coincida exactamente la medida de la imagen de la resonancia (RMN) con el tamaño real de la lesión, lo que no es tan frecuente es que el margen de error sea del 100% como en el caso que me cuentas. Lo cierto es que los TAC tienen mejor definición, además la RMN es más sensible a los movimientos que pueda hacer el paciente durante la prueba.
Recibe un cordial saludo.
sábado 24 noviembre, 2012 @ 9:53 am
Miguel Ángel, gracias por tus comentarios.
Bueno, «el doble de tamaño» fueron comentarios verbales, no un informe técnico (en el alta supongo que sí estaría recogido, aunque no creo que con cifras cuantitativas porque pienso que no tiene sentido, pero el alta no la vi ni me la comentaron, evidentemente), así que no sé qué porcentaje de error era el exacto, en cualquier caso, se entiende por los hechos que era un margen muy abultado (incluso quizá más del 100%). El problema no es tanto que el instrumental no sea tan preciso como se vende, sino que yo no entiendo los problemas teóricos detrás de la imprecisión, que por descarte (y seguramente estaré equivocado) el problema me parece que está en que las imágenes que se presentan para su lectura son una reconstrucción demasiado figurativa, supongo que basada en todo un software (obviamente privativo, porque la parte técnica del principio del RMN está al alcance hasta de Corea del Norte), y debe ser ahí donde radica el problema, porque los datos crudos por fuerza tienen que incluir el tamaño de cualquier cosa dentro de un margen de error. Las razones por las cuales las cosas se hacen como se hacen nunca son caprichosas, evidentemente, y no tengo datos para opinar.