Precios de mercado como propiedad emergente
La subida no natural del precio en algunos productos podría deberse a una propiedad emergente de los mercados y no a un precio pactado.
En teoría, el libre mercado parece justo, pero todo “libre mercado” está sujeto a leyes que limitan esa libertad. Entre otras cosas, muchos agentes económicos están dispuestos o son obligados a vender sus propiedades hasta que el mercado se transforma en un monopolio u oligopolio. Entonces el libre mercado deja de ser libre y esos poderosos pueden fijar el precio que les venga en gana.
Además aquí se da el efecto Mateo, por lo que todo mercado tiende al monopolio. En los países civilizados hay leyes que impiden los monopolios.
El problema es que todo negocio exitoso nuevo que aparezca tiene un margen de ganancias muy alto en un principio, pero al cabo de un tiempo surge la competencia y la ganancia es marginal. Todo negocio honrado en un mercado auténticamente libre que lleve un tiempo funcionando sólo puede tener ganancias marginales (es sospechoso si no es así). Si se quiere tener mayores ganancias (sin invertir en otros negocios o productos) hay que recurrir a estrategias inmorales. Una de ellas puede ser el asunto de los monopolios y otra puede ser el pactar los precios. Si todos los competidores pactan un precio alto entonces todos ganan más, naturalmente a costa del consumidor. Por eso también hay leyes que impiden que se pacten precio.
El primer problema es que se pacten precios y que no haya manera de demostrarlo. Pero puede ser incluso más complicado. Bajo ciertas condiciones puede surgir un precio de un producto que esté por encima del precio que le daría un mercado libre sin que haya ninguna conspiración.
Uno de los productos típicos que pueden sufrir este tipo de comportamiento es la gasolina. Si se vigilan los precios de la misma en muchas estaciones de servicio, se puede observar que el precio puede variar en cuestión de horas de una manera cíclica, todo ello sin que el precio del barril del petróleo haya cambiado.
Tradicionalmente se explica el precio cíclico de los productos como el resultado de haber dos grandes compañías compitiendo entre sí. Sube el precio y la otra fuerza el precio a la baja para ganar clientes, la otra hace lo mismo, pero una de ellas quiere recuperar ganancias subiendo el precio y así sucesivamente.
Pero esta explicación no sirve en el caso de las gasolineras porque hay muchas en manos de distintos dueños. Hasta ahora no se había demostrado que pueda surgir el mismo comportamiento cíclico cuando hay muchos actores económicos, como en este caso.
Recientemente, Tiago Peixoto y Stefan Bornholdt, de la Universidad de Bremen, han demostrado con un modelo que muchos vendedores y compradores pueden producir este efecto. Pero además han descubierto, y esto es lo más fascinante, que si se dan las condiciones adecuadas los vendedores pueden alterar el precio del producto sin que se hayan puesto de acuerdo al respecto.
En este modelo basado en agentes los jugadores son tanto compradores como vendedores. El comportamiento comprador está determinado por muchos criterios. Los jugadores compran de determinados vendedores, pero pueden cambiar de vendedor si encuentran una mejor oferta para su dinero. Los vendedores pueden también cambiar sus precios basándose en los precios de los otros vendedores.
Estos investigadores usaron una población de millones de agentes en su modelo y lo corrieron durante miles de millones de iteraciones.
Resultó que el factor crucial en todo esto es la velocidad a la que los vendedores y compradores reaccionan en el mercado. Si los compradores son los más rápidos en reaccionar entonces los vendedores son forzados a ofrecer la mejor oferta y los precios bajan. Por el contrario, si los vendedores son los que reaccionan rápido, entonces copian los precios de los otros vendedores y ofrecen precios más altos. Esto reduce el número de vendedores que ofrecen un buen precio al caer el sistema en un círculo vicioso que hace que los precios suban y suban. Todo ello sin necesidad de que haya un acuerdo tácito entre vendedores ni pacto de precios alguno.
El comportamiento mafioso de subida de precio para el caso de vendedores de reacción rápida es una propiedad emergente espontánea que surge cuando los vendedores, guiados por una maximización de beneficios, reaccionan mejor que los compradores en condiciones de mercado.
Este modelo tiene también una competente espacial y en él surgen patrones espaciales de distinto tipo. Así, puede haber “regiones mafiosas” de precio sobrevalorado que pueden tener su propio patrón de comportamiento. Pueden ser caracterizadas por variaciones súbitas y dramáticas de precios, pero estas variaciones no son cíclicas, aunque lo parezcan, sino aperiódicas.
Esto encajaría con lo que se observa en el precio de la gasolina y en otras áreas económicas, como el los precios de la electricidad y gas natural en Europa.
El problema es cómo controlar o regular algo que es una propiedad emergente del sistema. Este tipo de modelos podrían ayudar a hacerlo.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4012
Fuentes y referencias:
Noticia en el MIT.
Artículo en ArXiv
Foto: Gavin St. Ours, vía Flickr.
34 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
lunes 21 enero, 2013 @ 1:29 am
Creo que estos estudios hechos con simulaciones de computadores tienen un valor bastante limitado, una cosa es el computador que funciona de modo previsible y otra lo que hacemos las personas con nuestro cerebro poco racional y muy intuitivo.
Recientemente ví un documental titulado «Mind over money», en el que se afirmaba que aunque los economistas cuentan con un buen paquete de fórmulas matemáticas para aplicar, al final l que rige la economía son procesos cerebrales intuitivos. Lo ilustraban con varios ejemplos:
-En uno de ellos se hablaba del «efecto bola de nieve» (empatía): dos inversores de Bolsa sentados uno al lado del otro y comprando y vendiendo acciones por teléfono, si uno de los inversores comienza a desarrollar una actividad frenética el que está al lado suele comenzar a hacer lo mismo. Y viceversa: si el que está a mi lado hace pocas llamadas me condicionará a que yo tampoco mueva mucho dinero ese día.
Se postulaba la influencia de cosas como el tiempo que haga: si es un día gris y lluvioso es probable que la actividad se reduzca en comparación con un día más alegre y soleado.
También se relacionaba todo esto con lo que ocurre en los periodos de crisis cuando reina un ambiente pesimista y de desconfianza que se contagia y hace que las inversiones se frenen.
-Ponían otro ejemplo para demostrar que no somos racionales: se pide a un grupo de personas que hagan una subasta por un objeto, se les explica que el valor teórico de ese objeto es de 20 dólares. La subasta comienza pero a medida que el valor sube algunos participantes se calientan y al final uno de ellos acaba pagando 28 dólares por el objeto que valía sólo 20.
lunes 21 enero, 2013 @ 1:42 am
Otro ejemplo más de ese documental ya lo he comentado en Neofronteras: se les pide a un grupo de personas que van a entrar en una subasta que escriban las dos últimas cifras de su carnet de identidad, el resultado es que las que acaban pujando más alto en la subasta coinciden con aquellas cuyas dos últimas cifras del carnet eran las más altas.
lunes 21 enero, 2013 @ 9:20 am
Todos los modelos tienen un valor limitado y más en Economía. Pero la alternativa es dar una opinión basada ¿en qué?
En este caso se trata de demostrar que aparecen propiedades emergentes y con eso basta para que el estudio tenga valor.
De todos modos es verdad que muchos experimentos de psicología social aplicados a la economía ponen de relieve lo «irracionales» (algunas veces afortunadamente) que somos. Como ya hemos visto por aquí.
Hay una noticia encolada al respecto de nuestra irracionalidad económica, pero no está claro que al final salga.
lunes 21 enero, 2013 @ 1:12 pm
¿Podría el dinero, ya totalmente digitalizado y globalizado, estar adquiriendo propiedades emergentes?
¿Como controlar una emergencia de este calibre un vez bien asentada?
Miedo me da imaginarlo.
lunes 21 enero, 2013 @ 7:06 pm
¿ Y de qué se supone que depende la velocidad de reacción de compradores y vendedores?.Es decir, ¿Cuales de ellos son los que poseen mejores «armas estratégicas» para reaccionar velozmente en el mercado?.
lunes 21 enero, 2013 @ 8:10 pm
Eso no lo dice el modelo, son parámetros del mismo.
martes 22 enero, 2013 @ 7:54 am
Querido amigo «lluís»:
Creo que la respuesta podemos hallarla en la naturaleza. Un grupo más pequeño, reacciona más rápidamente, como media por individuo, que un gran grupo.
Sea un una gran manada de renos. Los de la periferia pueden ver a su enemigo natural, el lobo, rápidamente, pero pasa cierto tiempo hasta que la alarma llega a todos. Pero si la manada es pequeña, la alerta les llega antes. En la naturaleza esa desventaja del grupo grande tiene la contrapartida de que la probabilidad de ser comido es menor cuanto mayor sea el grupo. Y posiblemente tenga su paralelo en que las pérdidas pueden ser muy grandes para el vendedor que suba los precios el primero, como sería el fracaso del lobo que, imprudentemente se deje ver.
Ese tipo de estrategias han de ser las que agrupen a los animales en función del peligro o de la comida. Cada especie opta por un número medio óptimo de individuos en sus grupos. Y pienso que eso es lo que impulsa a formar economatos y asociaciones de compradores.
En fin, se trata sólo de hallar alguna explicación y no sé si esta analogía puede servir.
Un abrazo.
martes 22 enero, 2013 @ 6:33 pm
Bueno, tomás, sí es una explicación a considerar.De todos modos hay vendedores que ponen los precios que les da la gana, sin fijarse en lo precios de sus potenciales rivales. Y lo hacen así, porque saben que tienen a sus compradores seguros.Piensa, por ejemplo, en tiendas de alta gama de cualquier cosa, ya sea ropa, ya sean coches de lujo, ya sea especializada en alcoholes caros o lo que sea.Precisamente, creo que fue el año pasado, que en España(Y en otros paises de la UE) se vendieron más » POrsches, Mercedes, Audi o BMW», que utilitarios. Lo mismo sucedió con otros productos de alta gama, como joyas, brillantes, pieles etc). Aquí no hay «velocidad de reacción» ni de vendedores ni compradores.Sencillamente, hay unos vendedores que ponen un precio, el que se les antoja, y hay compradores que están dispuestos a pagar ese precio.
Otro abrazo.
martes 22 enero, 2013 @ 11:52 pm
Pues sólo con haberla mencionado ya me pica la curiosidad acerca de esa noticia sobre irracionalidad económica que menciona Neo.
En cuanto a la hipótesis del 7 de tomás , pienso (como LLuís) que está muy bien ponerla sobre el tapete, aunque no estoy seguro de que pueda explicar todo este comportamiento.
Me gustaría, amigo tomás, que como experto en Economía me comentases algo acerca de si es cierto lo que hablaba el documental al que hago mención en mis dos primeros mensajes y si es cierto que en la práctica se usa poco toda esa base matemática. En este sentido, creo que no hace falta que te aclare que no lo digo en absoluto con ánimo de desprestigiar el campo en el que has trabajado: mi profesión no está en absoluto exenta de comportamientos irracionales, intuitivos y egoístas, buena prueba de ello la tuvimos en la noticia «No hay efecto luna llena», en la homeopatía, o compañeros (algunos muy laureados) que hacen caso omiso de la «Medicina basada en la evidencia» y se aplican tratamientos basdos en creecnias personales poco demostradas.
También de acuerdo con lo que comenta LLuís, recientemente ví un debate en televisión donde se comentaba que el número de personas con ingresos (o patrimonios, no recuerdo) superiores al millón de euros se iba a doblar en el presente 2013…la crisis no afecta a todos por igual, está claro.
Abrazos para todos
miércoles 23 enero, 2013 @ 9:20 am
Amigo Miguel Ángel:
Yo no soy experto en economía ni en nada. Soy aprendiz de todo y maestro de nada. Soy ingeniero y, ya trabajando, por medrar, comencé económicas rama empresariales (en aquel momento; ahora no sé como va), pero luego cambié de trabajo y hube de continuar por la UNED, aunque en aquel tiempo era tan mala, unos apuntes tan penosos, y la carretera, cuando tenía que ver al tutor, tan fastidiosa que al final lo dejé con alguna asignatura sin aprobar del primer ciclo. Aunque tengo un Máster en dirección de empresas. Y, en ese campo, también he dirigido una sucursal bancaria, pero te aseguro que eso no precisa saber de economía. Cosa similar me pasó en químicas, pero aquí la dificultad estuvo en que no me permitieron seguir porque no me aceptaron un horario especial para laboratorios a partir de un determinado momento. Y eso que había estado sustituyendo sin cobrar al titular de física a su petición, porque -no es broma- la chica no tenía ni idea. Ella sólo cobraba; pero a mi me gustaba, así que estuvo bien. Otros titulillos menores completan mi curriculum académico.
Respecto a la opinión que me pides y despojado de toda la experiencia que me otorgas, la mía se limita a simulaciones precisamente en el Master. Se hicieron dos empresas y había que gestionarlas teniendo en cuenta la cotización bursátil. Se hacían cálculos, no muy complicados, pero realmente nos acogíamos a la astucia y la intuición. Tampoco en aquel tiempo había ordenadores que pudieran manejar un modelo.
Tengo para mí que un modelo de comportamiento de mercado ha de ser complejísimo, sobre todo por la variable psicológica, tan poco previsible. Pero lo más importante son las grandes reglas. De los ejemplos que citas, también he tenido noticia y he vivido algún caso similar, por tanto los juzgo ciertos.
Lo que dice «lluís» y que tú comentas en tu último párrafo, es razonable: para el afectado por la crisis, para el pobre, el incremento del coste aun de lo más necesario ha sido muy superior al aumento de sus ingresos si es que lo ha habido; muy posiblemente y en la mayoría de los casos estos han disminuido, y con toda seguridad como media; ya sabemos la gran cantidad de gente que no tiene trabajo. Sin embargo tenemos noticia cierta de que las grandes fortunas han aumentado más que en los años normales. Es el efecto Mateo.
Pero no estoy de acuerdo con nuestro común amigo en la conclusión de su 8. Hay una razón para poner un precio y no es que se le antoje al vendedor: él percibe perfectamente que el mercado al que se dirige puede pagar y está interesado en manifestar su riqueza, precisamente porque «dinero llama a dinero». Tengo uno de estos amigos, compañero de estudios y propenso a hacer ostentación de sus posibles. Me invitó al restaurante de su club de golf y por si no me había percatado de sus capacidades me enseñó su Rolex y me comentó que le había costado, algo así -no recuerdo bien- como el equivalente a unos dos o tres millones de pesetas; vamos, como un coche mediano. Sólo le dije que un reloj de 60 euros daba la hora con la misma exactitud. Pero me contestó que él no podría ir allí con algo así. Por ejemplo su coche no podía durarle más de tres años, y cosas así. Y esta es la razón, absolutamente psicológica, por la que hay «compradores que están dispuestos a pagar ese precio». Y no sólo a pagarlo, sino a presumir de lo caro que lo han pagado.
Espero haberte sido de alguna utilidad. Un abrazo.
miércoles 23 enero, 2013 @ 5:34 pm
Querido amigo tomás:
Pues disculpa mi fallo de memoria porque recordaba una vez que me habías contado que estudiaste empresariales y me había quedado con la idea de que esa habría sido tu ocupación principal. Pero la experiencia que relatas del banco y del master creo que puede ser más que suficiente.
Tu generosa respuesta me anima a compartir la siguiente rima de Becquer que te había prometido y que me parece magistral. Poeta no romántico sino «intimista», aunque tal vez sus «leyendas» si que puedan encuadrarse dentro del romanticismo tardío español:
«Si al mecer las dulces campanillas
de tu balcón
crees qu suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.
Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor
crees que por tu nombre te ha llamado
lejano voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.
si te turba medroso en la noche
tu corazón,
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.»
Un cálido abrazo.
jueves 24 enero, 2013 @ 10:17 am
Querido Miguel Ángel:
Pues aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza y además, subido, -ya está bien que se lo quede todo Valladolid-, con el fin de que Neo no pueda quejarse por tanto verso (iba a endosarte unos pocos de estilo Becker, aunque humildes, pero lo dejo), para cumplir contigo y con todo matemático, que de esa ciencia de ciencias trata, podré una sencilla adivinanza que estoy seguro resolverás, pues digo cómo ha de hacerse:
ADIVINACIÓN
Está solo y a la vez se acompaña
porque siendo, entre tantos, un número,
a paridad y soledad engaña.
Nacido impar es, a la vez, parejo:
incluso, mal mirada, su mitad
de sí misma pudiera ser espejo.
No es el uno ni, desde luego, el cero;
pues aun así, además de ser primo
-como excepción- es dos veces primero.
Y si, a pesar de todo, no lo vieras,
cuenta en este poema lo que quieras.
Otros tantos abrazos merecidos/ por los versos de tu misma comenta/ que hasta Becker con ellos se alimenta/ uno sí y otro no, sin un vahído.///Ya me dirás cuantas veces lo encuentras.
domingo 27 enero, 2013 @ 10:07 am
Querido amigo Miguel Ángel:
Me extraña que no respondas a mi 12 y, como no puede ser que no aciertes el número, pienso que debes estar un poco molesto conmigo. Quizá defraudado porque apenas comento el poema que me envías en tu 11. No sé. Desde luego, espero que estés bien de salud y que no hayas tenido algún contratiempo.
Hablando del poema de Becker, he de decirte que me encanta su construcción por varias razones: porque utiliza lo que llamo una rima suave, es decir que sólo riman alternativamente y por lo original de emplear once y cuatro sílabas alternativamente, lo que le confiere una poco acostumbrada musicalidad. En cuanto a la inspiración, a lo que dice, es -como siempre-, la delicadeza más exquisita.
Son sus obras preferidas, para mí, la que inicia: «Del salón en el ángulo oscuro… veiase el arpa…», que pertenece a sus «Rimas», la muy conocida «Volverán las oscuras golondrinas…», o la breve «¿Qué es poesía?», y la descripción de la música en «Maese Perez el organista», a lo que hay que sumar la misma leyenda que cuenta.
Eso pienso de este poeta que tanto influyó en la posterior poesía española.
Como digo, espero que estés bien y te envío un fuerte abrazo.
domingo 27 enero, 2013 @ 4:29 pm
Querido amigo tomás:
Aunque te equivocas en el motivo de que no te haya contestado, no te ha fallado tu olfato en que hay algo que no va bien del todo: no tiene nada que ver con tu respuesta, antes al contrario, soy yo el que algunas veces no correspondo a alguno de tus mensajes.
Ahora mismo me viene a la memoria una estupenda respuesta por parte tuya y de Neo que no os agradecí en su momento, pero más vale tarde que nunca y no quiero dejar pasar la ocasión porque vuestras contestaciones fueron magníficas, la de Neo incluso muy poética. Mi pregunta está en el 18 de esta noticia:
http://neofronteras.com/?p=3320
No he contestado a tu engima en parte por no desvelar la respuesta (aunque no estoy del todo seguro de saber la solución) y en parte porque ando muy ocupado y un poco molesto con algunos sinsabores del día a día…nada imnportante, pero ya sabes que lo decisivo no es la gravedad de lo que ocurre, sino el modo en que uno se lo tome y cómo te afecte. Ahora te cuento.
domingo 27 enero, 2013 @ 5:39 pm
Lo malo es que la Ciencia sólo me puede ofrecer un leve esbozo acerca de cómo funciona mi cerebro y tengo que reconocer que muchas veces me sirve de poco todo lo que he estudiado de cara a encontrar una solución satisfactoria para mi mismo.
Buen ejemplo es lo que me pasó el año pasado, cuando concurrieron varios factores estresantes entre los estaban el despido de mi mujer (le «amortizaron la plaza») cuando estaba embarazada; el propio embarazo ya me producía cierta ansiedad porque, debido a mi profesión, soy muy consciente del modo en que en que se desarrolla un embarazo (sin ningún «diseñador» detrás) y la enorme lista de puntos en que algo o todo puede fallar. De hecho, el año anterior tuvo un aborto espontáneo a las 8 semanas que resultó ser un síndrome de Down, nos hicimos ella y yo el cariotipo y resultó normal, así que el fallo estuvo en un cromosoma 21 que se quedó pegado en la primera división…en muy probable relación con la edad de la madre o incluso la mía (yo tengo 40 años y ella 38), ya que hay estudios que también asocian este tipo de cromosomopatías a la edad paterna.
A todo ello se unió el caso de aquella enfermera interesada que os comenté que, no contenta con conseguir que le hiciera un parte médico por una enfermedad muy dudosa y que yo tuviera la deferencia de exhimirla de que se levantara cuando venían pacientes por la noche, me lo agradeció pidiéndome con todo el descaro que le de jase un apartemento que tengo en la costa…como no quería malos rollos cedí y no tardó ni dos meses en volvérmelo a pedir. A canbio de todo esto, raro era el día que no se apuntaba favores que en realidad no me hacía, como cuando volvía de los avisos a domicilio y me decía «Miguel Ángel, te iba a haber traído una barra de pan, pero se me ha olvidado», esto lo repitió en varias ocasiones.
domingo 27 enero, 2013 @ 6:20 pm
Fuí incapaz de manejar toda esta situación y acabe con ansiedad y una tensión alta que, lógicamente, no bajaba con antihipertensivos y respondía escasamente a sedantes.
Acabé teniendo que ir a mi doctora de cabecera, con quien tuve una grata conversación, me prescribió un inhibidor de la recaptación de serotonina y me recomendó un libro de Eckhart Tolle, «El poder del ahora», que ha sido un best seller. Pero tras leerlo en un sólo día le comenté que a pesar de haberle dedicado mucho tiempo y muchas lecturas al tema del cerebro (Kia Nobre, Seligman, Sapolsky, Aaron Davis, Matthieu Ricard…), muchas veces no me sirve.
El caso es que al aproximarse el parto llegaron los padres de mi mujer a casa estando yo poco tranquilo, y como suele ser costumbre en ellos, no pararon de entrometerse en cosas que no son de su incumbencia y de sacarle punta a todo lo que podían, por ejemplo me echaban en cara que me fuese a la habitación de arriba alegando que era hacerles un feo cuando lo hacía para poner el aire acondicionado, ya que mi suegra no lo pone porque nunca tiene calor, a pesar de los 40 grados que suele hacer en la meseta sur que es donde vivo ahora.
Al final acabé discutiendo con ellos cuando mi suegro se puso a gruñir porque cuando se enteró de que no le había pasado la revisión al coche, precipitándose nuevamente ya que no la había pasado porque ese mes estaba usando el coche de mi mujer. Le contesté que con qué derecho se inmiscuía en mis asuntos y que si le haría gracia que yo hiciese lo mismo con los suyos y la cosa acabó en que me acabó amenazando y mi suegra insultándome…y lo peor es que mi mujer se ha sentido traicionada y me echa en cara que no me haya callado. Desde entonces la gran relación que teníamos se ha resentido porque no es capaz de pasar página, así que aunque me encontraba mejor tras acabar bien el embarazo y cambiar de lugar de trabajo y perder de vista a esa compañera, me encuentro ahora con este otro problema.
Y como el mal rollo llama al mal rollo, últimamente estoy algo más pesimista y susceptible con lo que ocurre a mi alrededor. Es difícil decidir cómo y cuándo actuar y si es mejor mantener una actitud comedida y más o menos pasiva, pero otras veces pienso en que si caigo en la inacción me convierto en un «aprovechado de segundo orden». Recuerdo que la conclusión a la que llegábamos en el dilema del prisionero era que la estrategia más adecuada podría ser el «ojo por ojo». Al final se han empeñado todos en bautizar a la niña y de poco me está sirviendo haberlo consentido ¿Debo callarme y respetar la ideología y creencias de los demás para no herirles con mi agnosticismo-ateísmo?
No se si contar todo esto me va a servir de algo, pido disculpas a Neo y a todos los lectores por haberme permitido esta especie de catarsis. Un gran abrazo, amigo tomás.
domingo 27 enero, 2013 @ 8:11 pm
Perdóname amigo Miguel Ángel si me entrometo en una conversación que parece ser bastante privada y » of topick».
Este magnífico blog creo se merece algo más de universalidad, yo también he pecado de privacidad en algunas de mis respuestas.¿Quien no necesita de una cierta confidencialidad amiga?.
A mi se me ocurre alguna forma de tener este tipo de relación al margen de este blog, pero siendo yo prácticamente analfamático creo que sin duda habrá quien pueda apuntar algunas mejores opciones.
De todas formas enhorabuena y no sufras. Creo sinceramente que ser cristiano y no creer en dios no es incompatible. El mensaje básico de aquel del que nos hablan los evangelios es : AMAR.
Perdón y un fuerte abrazo.
Con la cálida empatía de un buen Rivera, perdón y saludos para todos.
lunes 28 enero, 2013 @ 1:12 am
La noticia que se hace referencia en el comentario 3 es la siguiente:
http://neofronteras.com/?p=4016
Noticia que acaba de publicarse hace un rato.
lunes 28 enero, 2013 @ 9:50 am
Mi queridísimo amigo Miguel Ángel:
Mucho me ha afectado lo que me has contado. Me ha llegado a lo más hondo y es que me estoy haciendo viejo. Tu edad está entre las de mis dos hijas menores; también la de tu esposa. Y sé lo que es eso porque mi escasa cultura sobre el cerebro la adquirí intentando comprender qué le sucedía a la menor, que nació cuando yo tenía cuarenta y cuatro y su madre cuarenta. Conozco aceptablemente la anatomía cerebral y algo de su fisiología gracias a unos cuantos tomos que me tragué al efecto; también a la revista «Mente y cerebro» a la que estuve suscrito durante bastantes años. Todo ello porque no me convencían las dispares opiniones psiquiátricas y es que pienso que la psiquiatría no está al nivel de otras ciencias próximas, como la neurología, por ejemplo. O que las opiniones tienden a ser más subjetivas, quizá por su componente psicológico al que, sin embargo, juzgo necesario, pero todavía más inseguro. Últimamente, estoy bastante conforme con el doctor que la trata, pero es un problema que posiblemente dure toda la vida; aunque he de decir que la imagino cada vez más normalizada.
Sin embargo he de decirte que la nieta que ayer fue bautizada, también procede de una gestación con similar edad de mi primogénito y de su esposa que es dos años mayor que él. Y es un prodigio de equilibrio y talento; mi hija, a su edad ya llevaba varios años apuntando problemas. Es decir que con los más de 70 billones de variaciones que pueden darse -V'(2,46) = 2^46)- según mis cálculos -de los que no estoy absolutamente seguro-, todo puede suceder, aunque otros factores influyan en que todas posibilidades no tengan la misma oportunidad.
La ceremonia en la que fui padrino fue un conglomerado de artificiosas escenificaciones sin profundidad alguna, recomendaciones de fidelidad, de proselitismo y cosas así. Pero hay que ser tolerante. Ni la madre ni el padre tienen fe alguna, pero la niña lo quiso y fue feliz. Eso es lo importante. Pienso que en estas cosas sin trascendencia alguna, sobre todo cuando se bautiza a un recién nacido, hay que ser tolerante. Por deferencia hacia mis suegros me case por la Iglesia y bauticé a mis hijos cuando bebés y ninguno de ellos tiene ahora la más mínima fe.
En el resto de las cosas que comentas es fundamental distinguir lo pasajero de lo permanente, lo accesorio de lo importante. El amor que a ti y a tu esposa os une ha de prevalecer; todo lo demás es secundario. Y con las familias hay que transigir todo lo posible, porque son personas a las que el cónyuge quiere y si se enfrenta uno a ellas, en parte, lo mismo se está haciendo con la pareja. Debes considerar este punto de vista y excúsame por atreverme a darte un consejo.
Recibe toda mi gran estima y un abrazo muy fuerte.
lunes 28 enero, 2013 @ 10:46 am
Amigo Pocosé:
Yo también participo de tus inquietudes y de la ignorancia informática que manifiestas.
Prácticamente mi única relación con Internet es este blog y la mayor utilidad que obtengo de mi portátil es como máquina de escribir. También como enciclopedia cada vez que tengo que consultar algo porque la mayor parte de mi querida biblioteca está, como alguna vez creo recordar he contado, metida en bolsas de plástico bajo dos camas y encima de un armario, de modo que es inútil intentar buscar algún libro. Y así habrá de estar mientras viva mi padre.
En cuanto al tema de Cristo, ni siquiera estoy convencido de que existiera y, si existió, dudo que tuviese la personalidad que se le atribuye. Pero fuese así o no, la actual personificación de Cristo como símbolo de un dios benévolo me parece bien; es bueno para la humanidad esperar y dar amor de/a nuestros semejantes e incluso a todo ser vivo.
Un sincero abrazo.
lunes 28 enero, 2013 @ 11:32 am
Amigo Neo:
La cuestión que plantea Pocosé es importante. Yo también me siento incómodo cuando manifiesto mis temas personales, porque temo molestar y molestarte, pero cuando lo he hecho es porque me he sentido emocionalmente impulsado a ello y porque -al menos a mí- me mueve un sentimiento de que estoy entre amigos de verdad. Yo no soy persona que me prodigue en amistades, sobre todo porque he tenido la mala suerte de que los cambios de residencia me han hecho perder esos antiguos amigos a los que todo se les tolera o a los que, habiendo estudiado con ellos se había creado una fuerte corriente intelectual y de complicidad humana -no sé bien como calificarlo, pero supongo me entiendes-. A estos últimos los veía una vez o dos al año hasta hace poco, pero murió el que se ocupaba de reunirnos y ninguno hemos tomado su relevo.
Pero no soy nada insociable. Por el contrario soy muy abierto y me gusta la broma, de modo que tengo pocos problemas para relacionarme y sin embargo, el haberme autoimpuesto el deber de escribir, hace que no pueda dedicar tiempo a encontrar amigos; quizá bastaría con uno, pero hay un problema: cuando a uno le fuera bien para hablar de algún tema, el otro podría no estar en disposición de ello. En resumen, que mis amigos intelectuales están aquí, pero ¿como compaginar esto?
Sé que existen Facebook y otros, pero ni sé como funcionan ni si ello sería lo que pretendo. A mí me interesan los partícipes de aquí o aquellos que pudieran serlo por su afición a la ciencia, aunque también me interesan otras facetas de la cultura.
Agradecería que te pronunciases sobre este tema, porque eres quien dirige esto y además te considero muy experto en Internet. Y si no te parecen bien estos excesos que, de cuando en cuando Miguel Ángel y yo -quizá también Pocosé, según dice, aunque no recuerdo- cometemos, nos indicases algún remedio que a mi no se me ocurre.
Ya me he dado cuenta de que con gran delicadeza y sin quejarte has querido reconducir los comentarios. Agradezco tu paciencia y
recibe un fuerte abrazo de reconocimiento por ella.
lunes 28 enero, 2013 @ 8:12 pm
Estimado y apreciado Tomás:
Es complicado mantener a un ser humano unidimensional sin que otros aspectos de su ser se dejen ver. Así que aquí no se espera que los participantes se comporten como zombis científicos. Es inevitable que salgan aspectos personales.
No pasa nada siempre y cuando no se abuse y esto no se convierta en un vertedero sentimental.
De todos modos, en esto de Internet hay que ser sensato, sea aquí o en otros medios. NeoFronteras en concreto es leído por miles de personas, aunque los que participen sean pocos. Éstos pueden tener una falsa idea de intimidad debido a la escasez de comentarios y poner datos personales que quizás no deberían creyendo que están en petit comité.
El anonimato está vigilado, en la medida de lo posible, por el que administra el sitio, pero éste no puede controlarlo todo. Un participante puede decir en una conversación intrascendente de bar que le gusta esta web y un interlocutor (vecino, conocido, amigo o enemigo) puede atar cabos y saber demasiadas cosas sobre esa persona.
También hay gente muy irracional en el peor de los sentidos, sean fundamentalistas religiosos, creacionistas, negacionistas climáticos, etc. Gente que se puede sentirse ofendida sin razón y que quiera vengarse. Esto último suena paranoico y seguro que es muy improbable, pero no imposible (recientemente hubo un evento de este tipo, aunque inocuo).
En resumidas cuentas, con comentar con sensatez basta.
lunes 28 enero, 2013 @ 11:32 pm
Pues todo mi agradecimiento por el apoyo y consejos de Pocosé y tomás y por la gentileza de Neo.
Seguramente estáis en lo cierto y es «antes la paz que la verdad», una frase muy acorde con el pensamiento del judaísmo, por cierto.
Lamento haber metido, sin saberlo, el dedo en la llaga de tomás, pero espero que contar el caso de su hija le haya podido servir también de catarsis.
La razón por la que no estoy en ninguna red social es porque soy consciente que la información personal que aparece en ellas a veces se usa con fines maliciosos, por ejemplo, para descartar a alguien de cara a un puesto de trabajo. En cambio, aquí no me importa revelar alguna intimidad porque aunque puede rondar algún espía, mi nombre completo no aparece.
Me pasa un poco lo que a tomás y me resulta más sencillo fluir en esta página que establecer relaciones con mas roce. Seguramente soy algo más insociable que tú, amigo tomás, quizás porque pongo el listón un poco alto y espero ser correspondido con el mismo código ético que yo aplico. No me vale que nos echemos unas risitas juntos y luego nos pongamos verdes cuando cada uno se va por su lado. Tampoco comparto la frase de Ramón y Cajal «hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no puedan romperse con un cabello de mujer»: si considero a alguien amigo su mujer debe ser «sagrada», pero es algo que no todos respetan. Por último no creo que a los amigos sean los qu están en los momentos difíciles, creo que es mucho más complicado encontrar a alguien que se alegre sinceramente de tus éxitos.
Felicitaros por vuestra gran capacidad de empatía y un gran abrazo.
martes 29 enero, 2013 @ 7:21 am
Amigo Neo:
Es muy sensato cuanto dices. Seguiré tus consejos. Lo que sucede es que, a veces, las cosas vienen rodadas y, como en este caso, Miguel Ángel y yo, hemos mopolizado el artículo con cuestiones personales. Pienso que tal exceso, por una vez es excusable y otras veces, más comedidamente, tolerable.
Realmente, es cierto que «no too er mundo e güeno» y en mí, sin meditarlo, estaba esa sensación de hallarme en un círculo algo casi limitado a los que comentamos; quizá algo más pero no a esa dimensión que indicas.
Muchísimas gracias por tu opinión y tolerancia.
martes 29 enero, 2013 @ 7:41 am
Amigo Pocosé:
Si se te ha ocurrido algo y puede hacerse que evite los peligros de que nos advierte Neo, creo que es el momento de explicarlo.
Un abrazo.
martes 29 enero, 2013 @ 1:01 pm
Estimado Miguel Angel.
Lo de tus suegros me recuerda un amigo que respecto a casarse le dijo a su suegra que no creia en eso y ella le respondio que si no creia en eso ¿Por que no firmaba el papel y ya? ¿Si no crees en eso en que te afecta?
Y quizas tu hijo, sin creer en Dios, por no estar bautizado tenga que hacer catecismo y bautizarse siendo adulto para casarse y complacer a sus respectivos suegros (casos he visto)
Es un tema muy complicado donde es mejor dejarlos hacer lo que deseen. Siempre y cuando sea inocuo.
Respecto a cosas como el mantenimeinto del carro.
Como una vez ley: A la mayoria de la gente prefiero darle la razon rapidamente que escucharla. (quizas te sirva con un «pero» despues de dar la razón, «pero» que ahora si escucharan)
martes 29 enero, 2013 @ 1:11 pm
Respecto al 5 de luis noto que el articulo indica que
Los vendedores que reaccionan rápido, son aquellos que copian los precios de los otros vendedores y ofrecen precios más altos. Esto reduce el número de vendedores que ofrecen un buen precio al caer.
Y siendo modelados los conpradores para cambiar de vendedor en busca del mejor precio su velocidad debe radicar en ello.
Sin embargo este comportamiento de los vendedores ¿no es simplemente otra forma de fijar el precio?
De ser asi no seria una propiedad emergente.
martes 29 enero, 2013 @ 7:45 pm
Estimados amigos
Lo único que se me ocurre, si hubiese interés, pasa por el altruismo de uno y la confianza en el de los demás.
Pero si como nos indica Neo, no nos pasamos con el sentimentalismo y la privacidad, comentando con sensatez; una pequeña confidencia, un consejillo amistoso, una palmadita en el hombro, …, …, en fin unas pequeñas notas de empatía y humanidad, quizás no solo no desluzcan los interesantes y enriquecedores debates que por estos lares disfrutamos, sino que hasta los amenicen.
Un Confidencial y sincero abrazo.
miércoles 30 enero, 2013 @ 7:30 am
Es difícil no estar de acuerdo con tantas sensateces. Me ha gustado mucho la artimaña de «sí, pero…» aconsejada por JavierL en su 26.
miércoles 30 enero, 2013 @ 1:31 pm
Estimado tomás, me quede sin la respuesta a la adivinanza de tu 12.
Tambien me gustaria la opinión de alguien de mi 27.
Respecto al «si pero». Simplemente se trata de que lo que busca cualquier persona en una discusión es tener la razón, y una vez que le dan la razón no discute mas, casi sin importar lo que uno dice.
Es la extrategia tipica de los vendedores y el verdadero significado a «el cliente siempre tiene la razón», por eso terminan vendiendote algo que no quieres.
jueves 31 enero, 2013 @ 8:43 am
Estimado JavierL:
Respecto a mi adivinanza del 12, si nadie da con ella, la diré y explicaré no tardando, aunque espero la respuesta de Miguel Ángel ya que dice que cree conocer la respuesta aunque no está seguro. Ya digo cómo ha de obtenerse: contando; hay tres veces que el número aparece si se cuenta. Yo pensaba que era muy fácil.
En cuanto a una respuesta sobre tu 27, todo cuanto dices en él es razonable. Lo que no sé es por qué de ello deduces que no es una propiedad emergente. El que en uno de los aspectos del mercado encontremos propiedades deducibles no implica que la complejidad del sistema permita relacionar de manera comprensible otras propiedades. Precisamente por eso la llamamos emergente, porque su complejidad no nos permite relacionar unos aspectos con otros.
Un cordial saludo.
jueves 31 enero, 2013 @ 4:01 pm
Amigo JavierL:
Muchas gracias por tu consejo. Esa cita que mencionas la transcribí yo mismo en una notica antigua y es de Montesquieu, uno de mis autores preferidos de la Ilustración por su caracter europeísta y contrario a los patriotismos. Pero ni siquiera Montesquieu se libraba de prejuicios absurdos, un buen ejemplo es lo que decía acerca de los negros:
«El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los eslcavos en su producción. Dichos esclavos son negros de los pies a la cabeza y tienen la nariz tan palastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobretodo un alma buena, en un cuerpo enteramante negro»
Amigo tomás:
Creo que es el 11.
Abrazos para ambos.
viernes 1 febrero, 2013 @ 2:57 pm
Queridos Miguel Ángel y JavierL:
Es, en efecto el once. El título tiene once letras, está en endecasílabos y tiene once versos. Es mi opinión que, con alguna licencia, como es al uso en las adivinanzas, cada una de las pistas está justificada, pero admito críticas si no os lo parece.
Un fuerte abrazo.
sábado 2 febrero, 2013 @ 12:36 am
En la belleza de tus versos no cabe justificación ni crítica ninguna, sólo deleite y elogios.
Recibe un gran abrazo, amigo tomás.