Esclareciendo el sistema de caza del ave gigante
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Nuevos estudios publicados en Journal Proceedings of the Royal Society B por Ernesto Blanco de la Universidad de Montevideo aclaran como el Phorusrhacids, ave extinta gigante que podía llegar a los 500kg de peso y 3 de altura, cazaba sus presas.
Este tipo de ave apareció sobre la Tierra hace 65 millones de años y vivió en Sudamérica hasta hace unos 2.5 millones de años. Durante ese periodo de tiempo Sudamerica era una isla que permaneció aislada del resto del mundo, permitiendo una evolución separada de las especies.
Cuando el continente colisionó con América del norte, numerosos mamíferos predadores compitieron por las presas y extinguieron esta familia de aves.
No se sabe si este animal, que podría tragarse entera una presa del tamaño de un perro, cazaban en grupo o en solitario.
No obstante, es importante saber si la velocidad era determinante para conseguir sus fines. La velocidad es un factor relevante tanto para cazar a la carrera presas rápidas, como para infligir daños a la presa una vez ésta es alcanzada.
Para estimar la velocidad máxima que estas aves podían conseguir, Blanco ha usado un modelo matemático que relaciona la resistencia ósea y la velocidad.
Comparando datos de huesos fósiles de las patas de varias de estas aves el investigador concluye que una velocidad muy alta podía poner los huesos en peligro, produciéndose roturas óseas.
Al parecer, según este criterio, su máxima velocidad sería de unos 50 km/h, más o menos la misma que las modernas avestruces.
En contraste, para especies más pequeñas como Mesembriornis de 70 kg de peso la velocidad sería de hasta 97 km/h, comparable a la del guepardo moderno.
Las patas, sin embargo, parecen muy fuertes, pero en lugar de usar esa musculatura para la carrera la utilizarían para asestar golpes a sus presas al estilo Kung Fu, en un estilo de caza muy distinto al habitual.
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