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La población de mariposas monarca en este invierno en California ha experimentado una reducción del 86% respecto al año pasado.

Las poblaciones de insectos están declinando en todo el mundo. Una de las mcuhas víctimas parecen ser la mariposa monarca.

Las mariposas monarcas son, posiblemente, el ejemplo más conocido y bonito de emigración de insectos. Algunas de ellas pasan los inviernos en California, en donde forman grandes racimos naranjas y negros que cuelgan de los árboles de eucaliptos. Los que hemos visto este espectáculo nunca lo podremos olvidar. Vienen de los estados de Idaho o Utah y en la primavera vuelven a su lugar de origen. Las monarcas de la parte este de EEUU pasan el invierno en México.

Desgraciadamente, parece que cada invierno es menor el número de este tipo de mariposas que reparan en esa parte del mundo. Este inverno está siendo el peor del que se tiene noticia, con una reducción de un 86% respecto al año pasado. Algo que ha sido calificado de catastrófico por la bióloga Emma Pelton. El dato ha sido obtenido por la asociación Xerces para la conservación de invertebrados, una organización sin ánimo de lucro que realiza censos en esa parte de los EEUU. «Creemos que esto supone un gran llamada de atención», afirma Pelton.

El declive total de la población de mariposas monarcas del oeste americano desde los años ochenta del pasado siglo ha sido del 97%. En esos años ochenta se estima que habría unos 10 millones de mariposas monarcas en la costa de California durante el invierno.

La organización realiza el censo basándose en 97 localizaciones a lo largo de la costa, ya que la costa de California acoge al 77% de las mariposas que recalan en ese estado. En 2017 contaron 148 000, pero en 2018 sólo han contado 20 456 de estas mariposas. Las mayores poblaciones estaban en Pismo Beach, Big Sur y Pacific Grove.

Pelton dice que, si no se hace nada para conservar el hábitat y a las propias mariposas, las monarcas del oeste americano se extinguirán. Los investigadores estiman que la probabilidad de esta extinción es del 72% en los próximos 20 años.

Además de polinizar las flores y de servir de alimento a otras especies, las mariposas son un buen indicador de la salud de los ecosistemas. Al igual que el canario en la mina, las mariposas son las primeras en responder negativamente a los cambios negativos en el ecosistema, por lo que nos dicen la salud del mismo. De este modo actúan como alerta temprana.

Las monarcas dependen de las plantas de asclepias (o algodoncillo), plantas herbáceas perennes dicotiledóneas, para la migración y reproducción. Pero la población de estas plantas ha declinado en años recientes debido al abuso de los pesticidas y al desarrollo urbano. «Una pradera de césped no proporciona un hogar a las mariposas», dice Pelton. La sequía que ha sufrido este estado en los últimos años tampoco es que haya ayudado a solucionar el problema.

No es el único problema ecológico que azota a California. En 2016 murieron 62 millones de árboles en el estado y el año pasado se han batido todas las marcas de incendios forestales.

Pelton cree que no es demasiado tarde y propone actuar ya y plantar asclepias para que las monarcas puedan alimentarse y plantar árboles en los que se puedan cobijar en invierno. De este modo la especie se podría recuperar.

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Fuentes y referencias:
Web de Xerces.
Artículo original.
Informe de 2017.
Mapa: Xerces.