Las aves de la selva desaparecen por culpa de la tala
La tala ilegal en Ghana está destruyendo la selva y sus aves, lo que es extensible a otros lugares y otras comunidades animales en donde también se practica este tipo de negocio.
En los bosques tropicales podemos encontrar la mayor biodiversidad de este mundo. Son además una gran fuente de oxígeno, sumideros de dióxido de carbono y suministradores del agua dulce. Sin embargo, estas selvas no paran de menguar por culpa de la actividad humana.
Hace poco veíamos en NeoFronteras el gran daño que están haciendo las plantaciones de palma de aceite en estos reinos de riqueza ecológica. Pero además de las plantaciones de este tipo y de otros (como las de soja), hay otros factores que también vienen destruyendo la selva desde hace décadas. Uno de ellos es la tala, que legal o ilegalmente, va deforestando más y más hectáreas de selva.
Uno de los mayores contribuidores a la destrucción del bosque tropical en el mundo es precisamente la tala ilegal, que da cuenta de entre el 50% y el 90% de la madera extraída de numerosos países.
La superficie de selva tropical que hay en África no es como la del Amazonas, pero la presión del aumento de población en África (en Níger cada africana tiene un promedio de 7 hijos), la corrupción local, la falta de políticas de protección ambiental y la rapiña de países del exterior para quedarse con sus materias primas hacen que la selva africana mengüe cada día más.
Se sabía que el impacto de la tala sobre la selva africana era importante, pero hasta ahora no se había cuantificado con exactitud. Un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Drexel revela el impacto que la tala legal e ilegal tiene sobre las comunidades de aves que viven en los hábitats de los bosques lluviosos superiores de Ghana. Estos bosques son uno de los 25 ecosistemas biológicamente más ricos del mundo que están bajo amenaza.
Este estudio señala que el nivel de tala legal e ilegal ha aumentado un 600% entre 1995 y 2010, un nivel seis veces superior a lo que se consideraría sostenible en régimen de máxima explotación. Además, estos investigadores han descubierto que esto ya ha tenido un precio y que los pájaros que viven en estos lugares han sufrido un declive del 50% en el mismo periodo de tiempo. La riqueza en especies también ha sufrido un declive. Además no hay pruebas de que se hayan recuperado después de las talas.
“Los números no mienten y no tienen una agenda política. Estos números son estremecedores”, dice Nicole Arcilla (Earth & Environmental Sciences Department). “Nuestro hallazgo más perturbador fue que más de la mitad de las aves desaparecieron en sólo 15 años. Si las cosas continúan así, en unas pocas décadas estos bosques tan increíblemente bellos y su fauna y flora únicas serán agotados, lo que será una inmensa pérdida para Ghana, África y el mundo”, añade.
Arcilla estuvo casi dos años en Ghana en un trabajo de investigación sobre aves. La idea era estimar el impacto de la tala legal, pero encontró que la tala ilegal estaba tan desatada que no podía ser ignorada.
En la tala legal se siguen las directrices del gobierno que limitan la tala según parámetros como el número de árboles, su tamaño y las especies que se pueden talar. Pero la tala ilegal es mucho más devastadora porque está completamente sin regularizar. “Es como el salvaje oeste”, dice Arcilla. Estudios recientes cifran en un 80% la madera extraída ilegalmente en Ghana.
La pregunta es que si la tala ilegal está tan extendida, ¿cómo es que nadie había investigado su impacto en la vida de la selva?
Arcilla dice que no se ha investigado este tema porque la tala ilegal es un asunto del mercado negro y no es fácil de cuantificar. Pero, según él, hay este sentimiento de que si no se mira, entonces el bosque no es destruido, pero el primer paso a dar para solucionar el problema es ser conscientes del mismo.
Para poder realizar el estudio los investigadores implicados contabilizaron las aves en zonas del bosque en las que se había extraído madera y en las que no. Además, compararon los resultados obtenidos con los datos del mismo tipo de estudio realizado en Ghana en el periodo 1993-1995, cuando la tala ilegal no era tan importante.
Las poblaciones de pájaros han decaído gravemente en esos 15 años, con un declive muy acusado en algunas especies, que llega hasta el 73% o 90%. El efecto de la tala afecta a toda a comunidad de aves, tanto especies comunes como raras, pero las raras son ahora mucho más vulnerables a la extinción. Esto coloca a algunas de estas especies al borde mismo de la extinción si no se hace nada.
La administración de los recursos madereros está muy deteriorada debido a la intensificación de la tala legal y a la explosión de tala ilegal, actividades que han reducido o eliminado la recuperación del bosque tras la tala.
Arcilla señala que si el impacto de tala sobre las aves es así de severo, debe de serlo igual sobre otras comunidades de animales, como los mamíferos, anfibios y artrópodos. “Las aves son como los canarios de las minas, un buen indicador de que lo que está pasando con otros animales y que finalmente nos pasará a nosotros”, añade.
Según este investigador, el bosque y su fauna se podrían regenerar tras las talas, pero para ello es urgente que se tomen medidas para proteger estos enclaves. Entre las acciones a tomar estaría aumentar el número de patrullas, aplicar la ley y aumentar las medidas contra la tala ilegal, como bloquear las carreteras que llevan a los sitios de extracción ilegal. “Las soluciones son complejas y socialmente complicadas, pero el problema es soluble si hay motivación e interés”, añade. Según él sería necesaria una reforma del sistema de extracción de madera por parte del gobierno de Ghana. “La mayor parte de la madera es exportada al exterior. Pero el gobierno necesita asignar una proporción razonable de madera para la venta a su propia gente.”
Como el nivel de tala ilegal documentada en Ghana es típico de otros países tropicales, los investigadores creen que estas tendencias pueden estar pasando en otras selvas del planeta y por esta razón debe ser investigado.
“Nuestra visión es que hay esperanza y que hay muchas otras alternativas que no han sido seguidas. Pero la situación necesita urgentemente ser bien dirigida y no hay mejor momento que el presente. Esto puede ser detenido, tiene que ser parado y esperamos que lo sea antes de que sea demasiado tarde.”
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4757
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Nicole Arcilla.
5 Comentarios
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martes 15 septiembre, 2015 @ 9:55 am
«… antes de que sea demasiado tarde». Acabará siéndolo sino lo es ya. Ver la foto de ese grandioso árbol al lado de un individuo de la especie que lo ha abatido da vergüenza y tristeza. África subsahariana va camino de ser un desierto y el basurero de Europa. ¿Y qué será de sus gentes con siete hijos por mujer? Europa no va a admitir un éxodo que huirá del hambre y las enfermedades que parecen no incumbirnos mas que cuando está en peligro una vida europea si ello interesa políticamente. Así que o nos implicamos en soluciones o el futuro es muy terrible y cercano; también para nosotros.
Pero tenemos medios técnicos y ya baratos para controlar las talas. Sólo hay que emplearlos; por ejemplo los drones (aunque se enfaden los chimpancés). Aunque pienso que la tala ilegal ha de tener que ver mucho con la corrupción. Esta sea, posiblemente, uno de los más graves problemas de la humanidad.
jueves 17 septiembre, 2015 @ 9:18 am
Una buena noticia: esta mañana he oído por la radio que Uganda, Tanzania, Mozambique, Madagascar y Kenia han firmado un tratado contra la tala ilegal. Esperemos que dé resultados tangibles, porque se pierden millones de Ha cada año y eso es insostenible a muy corto plazo.
sábado 19 septiembre, 2015 @ 4:18 am
Ciertamente, mi buen amigo. Dado cómo están las cosas, cualquier gesto a favor de la sostenibilidad es bienvenido.
Me complace especialmente ver en la lista a Madagascar cuyos bosques han experimentado un drástico retroceso en los últimos años. Y es una lástima, porque precisamente es en estos últimos años cuando ha empezado a despuntar el ecoturismo en una isla que (supongo que coincidirás conmigo) tiene todo el potencial necesario, tanto por sus paisajes insólitos como por su riqueza en especies únicas.
De cara al ecoturismo, Mozambique tiene el handicap de ser mucho más desconocido que los otros cuatro citados.
Con esperanza, te mando otro montón de abrazos.
sábado 19 septiembre, 2015 @ 8:48 am
Me resultaría difícil no estar de acuerdo contigo, mi gran amigo, solo que no conozco en vivo el sur de África. De ese continente, sólo Marruecos y las ciudades españolas. Lo que sé es a través de la tele, porque me gustan muchísimo los programas sobre animales sobre todo, pero, de paso, se entera uno de su geografía. He visto, de Madagascar, inmensos territorios pelados, cuando, al parecer, habían sido selvas llenas de vida. De seguir así, acabarán con un país tan yermo y pobre como Haití, aunque las diferencias sean importantes. Pero también sus similitudes. Una de ellas es la gran pobreza de su población, otra, la deforestación y la erosión que eso conlleva, de forma que, al final, la tierra no sirve para gran cosa. Esperemos que el ecoturismo que citas pueda ser un remedio, porque, como comentas, lo particular y asombroso de su fauna y flora debiera ser una llamada irresistible. Sin embargo, supongo que su aislamiento debe encarecer mucho los viajes.
Recibe un fuerte abrazo y el deseo de que no pase un año sin comer juntos. De momento sigo sin poder moverme de aquí, pero en unos meses podríamos quedar en Madrid, Zaragoza o donde sugieras.
Un fuerte abrazo.
lunes 21 septiembre, 2015 @ 8:52 pm
Madagascar no es ni la sombra de lo que era. Ha sido prácticamente destruido. Va, efectivamente, camino de ser un Haití más.
A final, en estos países sólo quedarán unos parques nacionales (unos zoos grandes) adonde llevar turistas.
Es verdad que la huella ecológica de un africano es infinitamente inferior a la de un occidental, pero, básicamente, están en una trampa maltusiana de la que no saben, ni quieren, ni pueden salir.
El ecoturismo puede ser parte de la solución, pero no es suficiente.
Los tratados realizados por gobiernos corruptos no tienen mucho valor, pero por algo hay que empezar. ¡Quién sabe!, tal vez al final salven algo de su naturaleza.