NeoFronteras

Loros grises generosos

Área: Etología — domingo, 12 de enero de 2020

Los loros grises africanos se comportan altruistamente con miembros conocidos de su especie sin esperar una recompensa a cambio.

Foto

De nuevo nos encontramos con situaciones en las que algunos animales tienen comportamientos que creíamos que eran exclusivamente humanos, pero esta vez no es en primates. Se trata de loros grises africanos.

Los lores grises africanos son aves que han servido de mascotas por su elevada inteligencia. Lo que no sabíamos era que estos animales pueden llegar a tener actos de altruismo y ayudar a un compañero de manera desinteresada cuando no hay perspectiva de obtener beneficio alguno. Sea el loro que es ayudado un «amigo» o un mero conocido.

Este tipo de altruismo es típico sólo en algunos mamíferos, en concreto en humanos, bonobos y orangutanes, algo que está bien conocido. Es la primera vez que esto se documenta en aves.

Hasta ahora se sabía que tanto los loros como los córvidos tienen una gran capacidad a la hora de resolver problemas para los que se requiere buenas dotes cognitivas. Incluso son capaces de confeccionar lo que podríamos llamar «herramientas».

Así, por ejemplo, Alex, el loro gris africano que era estudiado en Harvard y que murió en 2007, logró acumular un vocabulario de 100 palabras, podía identificar colores y contar hasta seis entre otras cualidades.

En el pasado se intentaron realizar experimentos para ver si los cuervos eran capaces de ayudarse entre sí, pero no fueron exitosos.

A Auguste von Bayern (Instituto Max Planck de Ornitología en Starnberg, Alemania) se le ocurrió la idea de usar loros grises y guacamayos en su lugar. Así que dirigió una serie de experimentos al respecto en el Loroparque de Tenerife (España).

Dispuso parejas de aves de la misma especie en sendas cajas transparentes a las que se les había practicado un agujero frontal hacia el exterior en donde estaba el investigador, una al lado de la otra. Además, había un agujero lateral que comunicaba ambas cajas. Los agujeros que miraban hacia el experimentador podían estar abiertos o cerrados a voluntad de este.

Se adiestro a las aves para dar al experimentador una «ficha» (una arandela metálica) y este les entregaba a cambio un premio en forma de un trozo de fruto seco. Al cabo de un tiempo los loros grises aprendieron a intercambiar fichas con el experimentador a través del correspondiente agujero. Esto sucedió tanto con loros grises como con guacamayos.

Sin embargo, cuando se cerraba uno de los agujero al exterior, el loro gris que había ahí no podía intercambiar sus fichas con el experimentador, pero el otro sí podía, aunque no las tenía. Entonces el primero entregaba sus fichas al vecino para que este recibiera su premio en su lugar. Esto lo hacía sin saber que iban ser a puestos a prueba en el papel contrario, por lo que no esperaban recibir un premio a su altruismo.

Además, pasaba la ficha a su vecino sólo si este tenía la posibilidad de conseguir el premio, de otro modo no lo hacía. Esto implicaría que el loro altruista era consciente de la naturaleza de la situación. Además, daban más fichas a sus loros amigos con los que pasaban más tiempo que a los meros conocidos de su especie, aunque a estos les daban algunas. Si no había un loro al lado no pasaba fichas. Sin embargo, no se pudo realizar el mismo experimento para loros desconocidos.

Cuando los papeles se invirtieron, los loros ayudados, ahora en papel de donantes, se comportaron más generosamente, lo que indicaría que entienden el concepto de reciprocidad incluso si se trataba de un mero conocido y no un amigo.

Este comportamiento altruista se dio en 7 de los 8 loros disponibles, pero no se dio para el caso de los guacamayos, que parecen no tener esta habilidad. No está claro por qué los loros grises actúan más prosocialmente que los guacamayos, pero según los investigadores quizás tenga que ver con cómo se organizan las dos especies en su hábitat natural.

Los loros grises viven en grupos de 1200 individuos y posiblemente necesiten construirse una reputación de que ayudan a los demás, mientras que los guacamayos lo hacen en grupos de 10 o 30 y, quizás, no necesiten esa reputación para prosperar.

Tampoco se sabe cómo de extendido está este comportamiento en la Naturaleza. Se ha observado que otras especies son prosociales y se ayudan unos a otros, como delfines, ratas o murciélagos. Pero esto no es algo que se haya evaluado como en estos experimentos.

Los investigadores quieren ahora comprobar cómo está de extendido este comportamiento altruista en otras especies de loros, de las que hay casi 400 especies. También quieren ver si el grado de generosidad depende del grado de necesidad del que recibe la ayuda.

Copyleft: atribuir con enlace a htpps://neofronteras.com

Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Anastasia Krasheninnikova.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
Compartir »

17 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    No veo claro el motivo que apuntan para explicar que los guacamayos no colaboren al realizar esta misma prueba y por qué sería más relevante labrarse una buena reputación en una bandada de 1000 loros que en una de 20.
    Como tienen intención de repetir el estudio con otras especies de loros, propondría a los periquitos (que viven en bandadas de miles de individuos como los loros grises) y con los kías de Nueva Zelanda (que viven en bandadas de tamaño similar a las de los guacamayos).

  2. Miguel Ángel:

    *Para ser más exacto, los periquitos no viven todo el tiempo en grupos tan numerosos, sin embargo, cuando se unen circunstancias favorables (como puede ser hallarse en una zona con abundancia de alimento) se reunen en grupos incluso mayores que los de los loros grises.

  3. Dr. Thriller:

    Pues espera que alguien estudie en el futuro comportamientos altruistas entre especies. Los egoístas ya son conocidos (te como y tal y tal).

  4. tomás:

    Yo creo, por creer en algo, que habría que estudiarlos en un hábitat todo lo semejante posible al de su naturaleza, lo que implicaría gran superficie. Claro que las experiencias habrían de ser distintas.
    Abrazos a ambos Migueles y a Dr.

  5. Dr.Thriller:

    Hum, el viejo problema de cómo la medida afecta a la medición (y/o viceversa). Que el investigador se disfrace de cacatúa gigante p.ej. afecta más, porque el ave se da cuenta de que el primate se ha vestido de payaso y eso afecta a sus procesos mentales. Esta tontería que acabo de decir es eso, una tontería (solemne, especialidad de la casa), pero cada vez que interaccionamos con otra especie no siendo para comérnosla, si es que es comestible, estamos disfrazados, literalmente. Por ejemplo, siempre me he preguntado qué pasa por la cabeza de un coterrícola animal cuando le damos de comer ars gratia artis, desde las palomitas del parque que interpretan erróneamente la caída de migas del bocadillo (o correctamente: a este subnormal le cae el 15% por fuera), o al perro que acaban de abandonar y que por generosidad solidaria se le da de comer. O ya puestos, esas manadas de jabalíes que se bajan hasta la playa a ver si estos humanos sueltan algo.

    La Humanidad busca como loca unos ETs para hablar de cosas profundas (seguramente poesía de Whitman, la favorita de Stalin, y como quien no quiere la cosa el teorema de Gödel), creo que para abochornarnos hasta el infinito y más allá basta y sobra descubrir algún día cómo nos ven nuestros copropietarios de planeta.

    Abrazos.

  6. Miguel Ángel:

    Doblemente agradecidos, querido amigo Tomás.

    Siguiendo el hilo que abres, querido Dr. Thriller, hará cosa de uno o dos años que estuvimos hablando del altruismo de las ballenas jorobadas ayudando a otras especies (focas, leones marinos, peces luna, delfines, otras especies de ballenas…) cuanaod están siendo atacadas por las orcas.
    En uno de los casos mejor documentados, se pudo observar y filmar a una ballena jorobada que estuvo nadando más de 30 minutos de espaldas y sin salir a respirar, mientras sostenía en una de sus aletas laterales a una foca que estaba siendo atacada por orcas.

    https://universitam.com/academicos/noticias/por-que-las-ballenas-jorobadas-se-ponen-en-peligro-defendiendo-a-especies-totalmente-diferentes/

    Abrazos.

  7. tomás:

    Muy interesante tu recomendación, querido Miguel. Entonces es posible que R. Dawkins en «El gen egoista» esté en un error. ¿O no? A veces, comportamientos que parecen altruistas, pueden no serlo tanto. Al fin y al cabo, siendo las orcas enemigos naturales de las grandes ballenas por alimentarse de sus hijos, impedirles cazar aunque sea otras presas, las perjudica.
    O sea que los caminos de la evolución, pueden ser intrincados.

  8. Miguel Ángel:

    Intrincados y ciegos, en el enlace que he puesto plantean que el altruismo de las ballenas jorobadas podría ser involuntario:

    «Las ballenas jorobadas pueden haber aprendido a responder a las vocalizaciones de ataque de las orcas, que las provocan para alejarlas, independientemente de la especie que esté siendo atacada. Si esta tendencia a alejar a las orcas siempre que están atacando ha ayudado las ballenas jorobadas para proteger a sus propios ballenatos, a continuación, se promueven los genes que podrían mantener a la población, aunque otras especies se beneficien a veces.

    Este comportamiento altruista entre especies puede ser altruismo «involuntario» – que puede ser altruismo en el caso individual, yo que en última instancia es impulsado por el interés propio».

    Abrazos.

  9. tomás:

    Leí tu recomendación y lo que más me llamó la atención es que usasen sus aletas como espadas. No imaginaba que pudieran ser tan fuertes y, en cierto modo, afiladas. Quizá suman también su peso, que debe ser considerable.
    Un abrazo.

  10. tomás:

    Anoche vi un precioso documental sobre los pingüinos emperador. En él se mostraba cómo, para minimizar la pérdida de calor cuando los machos están incubando sus sendos huevos mientras las hembras están en el mar pescando, se unen en una formación más o menos circular y los que ocupan la periferia, van presionando hacia el centro para estar más resguardados. Esto origina un desplazamiento del conjunto y muestra una colaboración interesada.
    Sucedió que, en una ocasión, varios pingüimos -algo así como una docena-, cada uno con su huevo, cayeron en una depresión del hielo de paredes empinadas que solo uno fue capaz de superar con su preciosa carga. El resto estaba abocado a morir con su descendencia. Entonces, los miembros de la expedición cavaron unas escaleras en el hielo, que los animales descubrieron, salvándose. Habían considerado si era lícito intervenir o no y, al cabo, lo hicieron. Y estoy de acuerdo en esa ayuda indirecta. No sería el caso de ayudar a una gacela espantando al guepardo, pues perjudicas a este. La cosa es que también hubo una colaboración humano-pingüino.
    Precioso documental de la complicadísima vida de los pingüinos en la cual, a pesar de tantas dificultades, sobreviven un % mucho más alto de crías que de los animales de la sabana africana. De todas formas me pregunto por qué no se vienen a vivir al Mediterráneo o al Caribe, de clima muchísimo más benigno. Algunas especies escogen mal.

  11. Miguel Ángel:

    Después de una ventisca fuertecilla de las que tienen que aguantar esa especie de pingüinos, su grupo puede verse desplazado más de un kilómetro del punto original donde estaba la colonia. Implica el suplicio de regresar caminando a pasitos lentos para que no se caiga el huevo.
    También celebro que les diesen ayuda en esa situación que comentas.

  12. Eduardo Rincón López:

    Perdón por salirme fuera del contexto de este tema,
    Me ha llamado la atención el articulo que se expone en el siguiente enlace. Por estar corroborando la visión que, en algunos comentarios anteriores ha defendido nuestro amigo Tomás. (Negación del libre arbitrio)
    También por la confianza que manifiesta, en que la ciencia correspondiente, no solamente llegará a solucionar estas enfermedades mentales, sino que mejorará las cualidades que nos harán mejorar como humanos.
    https://elpais.com/elpais/2020/01/30/ciencia/1580340536_340428.html

  13. Miguel Ángel:

    Si ya estábamos charlando sobre el hipotético carácter involuntario de los rescates de las ballenas jorobadas a otras especies, no te estás saliendo, querido Eduardo Rincón:
    El enfoque de el neurocientífico que has enlazado parece acorde a la corriente posthumanista: un futuro en que los seres humanos nos basamos cada vez más en la Ciencia para asistir y regular nuestras vidas y dirigir el rumbo del planeta.

    Abraços.

  14. tomás:

    Sí. Resulta frustrante el que sepamos que algo actúa con tal resultado pero no por qué causa; que no comprendamos su mecanismo de acción. Sin embargo, mi esperanza en la ciencia es fuerte. No tenemos otra vía.
    Apartándome de la tecnología farmacéutica, parece ser que el contacto con la naturaleza proporciona una alta relajación de la mente. Posiblemente la humanidad asfalteña y estresada se ha apartado en exceso del campo en el cual nació.

  15. RicardM:

    Amigos Eduardo y Tomás, en ciencia és relativamente fàcil saber el qué. Más dificil es conocer el cómo. Y muchas veces no somos capaces de averiguar el porqué. Esto es tan válido para los mecanismos del cerebro como en la mecánica cuántica. Avanzamos relativamente bien en ciencia, però creo que si tuviéramos más idea del «porque» de las cosas quizá (solo quizá) avanzaríamos en una dirección más correcta.

    Saludos cordiales.

  16. Miguel Ángel:

    A ver si se empieza a vislumbrar ese momento, querido amigo RicardM, porque sabiendo bastante del «qué», «cómo» y «porqué» del calentamiento no se puede decir que estemos avanzando en una dirección correcta.

    Y también me sumo a tu propuesta, querido Tomás, confirmada por muchos estudios.

    Sendos abrazos. O son dos abrazos.

  17. tomás:

    Pues sí, calentamiento y degradación general de nuestro planeta, con una inmensidad de bosques y selvas perdidos, con tierras y aguas contaminadas… Veo difícil, aunque no imposible, una recuperación, porque para ello es precisa una acción unitaria que se ve dificultada por la división de este mundo en naciones (decía a un muy amigo inglés partidario del Brexit porque le molesta seguir las directrices de Bruselas, que ello no era bueno para nadie) como parcelas de poder e intereses mayores y, tras ello los fortísimos intereses de las grandes multinacionales y la importantes fortunas particulares. Cuando se premian con beneficios fiscales a las empresas de energías no renovables, ya me contaréis, queridos amigos, si eso es compatible con el impulso a las renovables. Solo confío en la ciencia y su hija, la tecnología. ¿Se llegará a tiempo de detener la destrucción de la biosfera? La ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico se preguntaba ayer cómo alimentar a 9000 millones en el 2050. ¡Pero si el planeta no puede soportar esa población!; ni la actual. Hablaba de 300 millones de víctimas por el CC. Libelock proponía, creo recordar, 3000 o 3500 millones como población soportable por el planeta. Y ese número lo tenemos ya sólo de indigentes de toda clase: desplazados por guerras, paupérrimos que duermen en las calles, etc. Estamos en un callejón de muy difícil salida. El liberalismo feroz es mundialmente suicida, y hacia ello vamos. Y lo veo así porque soy optimista.
    Creo que me iré unos cuatro días a Montserrat, a la natura, a sosegar un poco el espíritu.
    Abrazos para ambos, Miguel y RicardM.

RSS feed for comments on this post.

Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.