Muchos planetas habitables
Un estudio estadístico basado en datos de la misión Kepler sugiere que en nuestra galaxia había al menos 300 millones de planetas potencialmente habitables.
Hace una década no teníamos ni idea de cuántos planetas como la Tierra podría haber ahí fuera, ni las posibilidades de que pudieran tener vida. Gracias a la misión Kepler se pudo responder un poco mejor a esos interrogantes, pues descubrió 4000 candidatos a exoplanetas.
La misión Kepler, incluso una vez retirada en 2018, sigue dando sus frutos gracias a la enorme cantidad de datos que proporcionó. Los nueve años de observaciones ya revelaron en su día que debe de haber más planetas en nuestra galaxia que estrellas hay en ella.
Pero el principal objetivo de esta misión fue saber la fracción de estrellas similares al Sol que tienen un planeta de tamaño terrestre orbitando en su zona habitable. Según un estudio reciente, esta fracción está entre un 30% y un 90%. En promedio, la mitad de las estrellas similares a nuestro Sol podrían contener algún planeta rocoso en la zona de habitabilidad de su estrella.
Considerando que sólo un 7% de estas estrellas tienen tales planetas orbitando a su alrededor, lo que es la estimación más baja posible, esto se traduciría en unos 300 millones de planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia. Alguno de estos planetas podrían ser incluso vecinos nuestros y estar a menos de 30 años luz de nosotros. Si se considera un 50%, entonces serían muchos más.
El estudio ha sido realizado por los científicos que trabajaron en la misión Kepler junto con otros colaboradores internacionales. Han podido deducir los planetas rocosos que puedan ser habitables. Para ello se fijaron en aquellos planetas rocosos con un radio entre 0,5 y 1,5 el terrestre y en estrellas similares a nuestro Sol dentro de cierta gama de temperaturas, en concreto con temperaturas efectivas de entre 4800 K y 6300 K (la fracción más cálida de tipo K, todas la de tipo de G y la fracción más fría de las de tipo F). Cada estrella, por tanto, determinará la posición y anchura de la zona de habitabilidad en donde puede haber agua líquida, así como la energía que pueda absorber de cada tipo de estrellas los posibles planetas que las orbiten.
Este análisis es posible no solamente gracias a los datos aportados de Kepler, sino, además, a la base de datos estelar de la misión Gaia de la Agencia Europea del Espacio.
Hasta ahora se había definido la habitabilidad solamente teniendo en cuenta la distancia del planeta a la estrella, pero esta depende tanto de las características propias del planeta como de las de la estrella.
Gaia proporciona, a partir de la medidas realizadas del flujo (energía total sobre un área por unidad de tiempo) de las estrellas, la cantidad de energía desde una estrella dada que terminaría llegando a un posible planeta que la orbitara.
La parte más especulativa tiene que ver con los modelos de atmósferas de los planetas, pues está determina la cantidad de energía que se atrapa y, por tanto, la posibilidad de agua y habitabilidad del planeta. Asumiendo un efecto invernadero conservador, los investigadores calculan que alrededor de un 50% de las estrellas similares al Sol tienen posibles planetas habitables, mientras que una visión más optimista lo eleva a un 75%.
Este tipo de estudios están basados en el legado de la misión Kepler, pero se podrían mejorar conforme nuevos datos sean proporcionados por mejores telescopios, tanto en tierra como en el espacio, por ejemplo por la misión TESS.
La misión TESS es, hasta cierto punto, heredera de Kepler, pues observa estrellas cercanas en todo el cielo, mientras que Kepler observó principalmente estrellas lejanas y sólo un 0,25% del cielo. Desde que se lanzó en 2018, TESS ha descubierto 66 nuevos exoplanetas y 2000 candidatos.
Este estudio nos ayuda a comprender la potencialidad de los exoplanetas a la hora de contener vida y no sugiere la fascinante idea de que debe de haber muchos mundo habitados en nuestra galaxia.
Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Artículo en ArXiv.
Ilustración: NASA Ames/SETI Institute/JPL-CalTech.
10 Comentarios
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jueves 3 diciembre, 2020 @ 1:58 am
Con toda probabilidad serán muchos más, porque es cierto que han sido bastante estrictos con el filtro de que solo tengan planetas habitables el 7% de estrellas de ese tipo y no han excluído a los demás tipos de estrellas.
Que muestren indicios de estar habitados o no, espero que se pueda ir perfilando con los biomarcadores. ¡Muy emocionante!
jueves 3 diciembre, 2020 @ 2:00 am
Perdón: «han excluido a los demás tipos de estrellas».
jueves 3 diciembre, 2020 @ 10:57 am
Estoy plenamente convencido de que en inevitable la vida en otros planetas. Uno de los problemas es ¿qué tipo de vida?, otro, si hay algún tipo de organización cultural (por no llamarle civilización), y por último la evidente imposibilidad de una comunicación. Incluso con el más cercano -el artículo hable de menos de 30 al- si lográsemos atinarle con señales luminosas y enviar algún mensaje, recibiríamos la respuesta, como mínimo menos de 60 años más tarde. ¡Toda una vida científica!
Abrazos.
jueves 3 diciembre, 2020 @ 11:00 am
Perdón: por no dejar solo a Miguel-Gran Autocorregidor del Reino-: «el artículo habla…»
Más abrazos y uno especial para él.
jueves 3 diciembre, 2020 @ 2:05 pm
¡¡Ja, ja, ja!!
jueves 3 diciembre, 2020 @ 5:59 pm
La idea aquella de Carl Sagan, la Enciclopedia Galáctica. Podría ser como la Wikipedia, donde los enciclopedistas se dedican a hacer terapia (y otros a cobrar por hacer artículos prêt-à-porter, o just-in-time mejor), cosa que en realidad ya sucedió en la Enciclopedia Original de Diderot y d’Alembert, donde los más lustrosos y famosos enciclopedistas (sí, sí, Voltaire, Rousseau y compañía) se dedicaron a cubrir artículos-flame de pura basura (obsoletos por tendenciosos en nada), mientras otros articulistas más grises y desconocidos se ocupaban del grueso, traduciendo de manuales técnicos y textos académicos en multitud de lenguas (el inglés ya iba tomando ventaja), artículos que seguían plenamente vigentes algunos hasta décadas después.
Me pregunto si esa Wikipedia galáctica podría ser realmente una Galaxivisión decadente y hortera. A fin de cuentas, hay que ir tomándose en serio que una marca de inteligencia puede ser la estupidez. En vez del test de Turing, el test de la Indigencia Mental.
Pues ahora que la galaxia esté llena de indigentes mentales. A fin de cuentas, este planeta tiene un excedente brutal. Esta ocurrencia va dedicada a todos los astrónomos y cosmólogos en particular que opinaban que Giordano Bruno era un exaltado mental.
viernes 4 diciembre, 2020 @ 10:42 am
Pues según en qué sentido tomes eso de «exaltado mental». Si se toma, como yo creo que debe hacerse, en que tuvo un pensamiento independiente, rebelde por original y enfrentado con las creencias de su tiempo, lo que le costó una vida errante y, al final, una muy larga prisión y la vida en la hoguera, gracias a la Santa Inquisición y al círculo papal. Claro que también podría tomarse como parece que tú mencionas que fue, como un loco de atar que debió acertar en algo por pura casualidad; en ese caso, de acuerdo.
viernes 4 diciembre, 2020 @ 11:33 am
No, no, exaltado mental lo dicen los astrocosmólogos militantes del antropocentrismo y principio antropoide stalinista, no yo. Yo no tengo a Bruno por ningún exaltado mental, al contrario, para mí era una persona sensata viviendo, precisamente, en un entorno de exaltados mentales. Sus propuestas eran, en mi opinión, puro sentido común (que ciertamente tiene sus serias limitaciones) incluso para la época. Pero digamos que el ambiente sociopolítico no era muy favorable. Esa es la pregunta del millón, qué necesita tener (o quizá, NO tener) una sociedad para que la ciencia enraíce y prospere. En ese sentido, Bruno fue hasta un mártir, no de su gusto evidentemente.
Siendo cierto que la Iglesia Católica lo tenía sumarísimamente condenado y en busca y captura, sus ejecutores fueron los calvinistas. Hay una placa en Ginebra, de esas que se ponen para intentar lavar estas cosas (aunque hay países como este que ni eso, y no es el único ni mucho menos). Mucho me temo que tendría que haberse ido a China como muy cerca para estar a salvo. Y no estoy haciendo paralelismos con nada. Más bien pensaba en un relato corto de Golding donde un romano inventa la imprenta, la máquina de vapor y la olla a presión, el César se queda horrorizado y como de todos modos quiere recompensarlo por la olla, lo manda de embajador, ida solo, a China. Se entiende que o va, o va.
sábado 5 diciembre, 2020 @ 9:09 am
¡Pues va-ya con los calvos! No lo recordaba así, nuestro magnífico historia-Dr.
sábado 26 diciembre, 2020 @ 3:25 am
Leyendo un reportaje del periódico Elmanifiesto, comenta que » Es también el ruido de billones de mensajes inservibles lanzados desde la agonía tecnológica y expandiéndose sin límite en la negrura del cosmos » ¿Justo ahora, estamos viviendo el principio del fin de la era tecnológica? ¿No existirá para siempre, como hablan las películas de Ciencia Ficción.?
» Pasarán los eones y en un universo helado no habrá partícula que albergue una millonésima de nuestra memoria. El tiempo pasado no habrá sucedido. El presente no tendrá quien lo mida ni lo nombre. Estará, pero ninguna inteligencia mortal o artificial podrá dar fe de su existencia.
Al menos eso auguran los físicos y astrofísicos. O sea, que vanitas vanitatum y tal.»
Fuente: https://elmanifiesto.com/tribuna/87017684/Mensaje-en-la-botella.html