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Sobre la combinatoria del problema de las n-reinas

Área: Matemáticas — jueves, 27 de enero de 2022

Encuentran una aproximación al número de maneras que hay de colocar n reinas sin que ninguna se amenace en un tablero n por n casillas.

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¿Es todo computable en un tiempo razonable? No es fácil contestar a esta pregunta, pero la pregunta es tan interesante que contestar al problema del milenio relacionado con este tema está premiada con un millón de dólares. Dicho problema es demostrar o refutar que P sea igual a NP. Para poder entender bien todo esto nos tendremos que adentrarnos en el mundo de la complejidad computacional.

Lo primero es pensar en que un algoritmo no es más que una serie de cálculos que nos permiten, a partir de una entrada, obtener una salida que es la solución al problema planteado en la entrada. Así, la entrada puede ser dos números y salida la suma de los dos. Además, para obtener la salida se necesita un tiempo que será más pequeño en función de lo eficiente que sea el algoritmo.

Aquí tenemos que distinguir entre la complejidad algorítmica respecto al tiempo y la complejidad algorítmica respecto al espacio. Este último caso se refiere a la memoria que se necesitaría para llevar hasta el final el algoritmo y obtener la salida. Un ejemplo de esto sería el de dimensionar una matriz muy grande para así calcular su determinante. El primer caso de la complejidad temporal es el que trataremos aquí y es el tiempo que tardaría el algoritmo en hacer el cálculo y que dependerá del tamaño de la entrada y del número de operaciones elementales que serían necesarias para obtener la salida.

La entrada y cálculo puede ser algo más complejo que dos números y sumarlos. Así, por ejemplo, podría ser la resolución de un sistema de ecuaciones, el cálculo de un determinante o la resolución de un sudoku.

Cuánto tiempo tarde el algoritmo en resolver el problema dependerá del tamaño de la entrada. Así, no es lo mismo resolver un sistema de 3 ecuaciones que un sistema de 1000 ecuaciones. El tiempo dependerá tanto del tamaño del problema, al que llamaremos n, como del algoritmo en sí mismo y su eficacia a la hora de tener un número reducido de operaciones. Así, una pregunta legítima en este caso es preguntarse cuánto tiempo se tarda en calcular el determinante de una matriz n×n.

Se sabe que hay problemas que tienen una complejidad polinómica. Es decir, que el tiempo necesario para que un algoritmo lo resuelva dependerá de un polinomio en n. Así, la suma de dos números tiene una complejidad de O(n), que se lee «del orden de n», lo que significa que el tiempo de cálculo crece como un polinomio de grado 1. La multiplicación tiene una complejidad de O(n2) y la resolución de un sistema de ecuaciones lineales por Gauss de O(n3), es decir, que tienen una complejidad que va con un polinomio de grado 2 y 3 respectivamente. Todos los problemas que son resolubles con algoritmos de complejidad polinómica se agrupan en un conjunto o clase al que llamaremos P.

Naturalmente los algoritmos se pueden mejorar y podríamos encontrarnos con la sorpresa de que alguien halle un algoritmo que resuelva un problema en un tiempo que dependa de una polinomio de menor grado, pero esto no es necesariamente posible. Además, no todos los problemas se pueden resolver en tiempo polinómico.

Así, hay algoritmos cuya complejidad es exponencial, es decir que van con O(an), y cuyo tiempo de ejecución crece muy rápidamente a partir de cierto n. Por tanto, necesitan de mucho más tiempo que los algoritmos polinómicos. Un ejemplo de esto es el del sudoku generalizado para un tamaño n (se puede usar letras además de números en las casillas). Todos los algoritmos conocidos para resolver el sudoku generalizado son exponenciales. Lo que sí hay es un algoritmo polinómico para comprobar que una solución dada al sudoku generalizado es correcta, pues sólo tenemos que sumar filas y columnas.

La clase NP está compuesta por aquellos problemas de complejidad exponencial cuya comprobación es polinómica, como el problema del sudoku generalizado. La clase P anterior se considera un subconjunto de NP. La pregunta del milenio es si P=NP, algo que no sabemos todavía. Puede que para ciertos problemas haya algoritmos polinómicos que todavía no hemos encontrado y para los que solo tenemos ahora algoritmos exponenciales. O puede que alguien demuestre que no existen y que por tanto algunos problemas situados en NP nunca estén en P y que, por tanto, P no sea igual NP. Esto último sería más fácil de demostrar porque afirmar que N=NP implicaría que todos los elementos de NP (incluso los no planteados aún) están en P. En cualquier caso, la demostración positiva o negativa a que NP sea igual P está premiada con ese millón de dólares del Instituto Clay de Matemáticas.

Una manera de atacar este enigma es considerar otra clase: el conjunto NP-completo, que es subconjunto de NP. Los problemas de NP-completos están conectados con todos los demás de NP de tal forma que esos problemas de NP se pueden reducir a problemas de NP-completos de forma polinómica. Es decir, si pudiésemos resolver un problema NP-completo con un algoritmo polinómico entonces, como están conectados polinómicamente con todos los demás de NP, estos también podrían resolverse en tiempo polinómico. O lo que es lo mismo, si tuviéramos un algoritmo que resolviera un problema NP-completo de forma polinómica (rápido) entonces se podría usar para resolver otros problemas de NP de forma también rápida. Por tanto, si somos capaces de resolver un problema NP-completo de forma polinómica entonces esto implicaría que NP=P. Aunque el demostrar algo así no implica que encontremos los algoritmos adecuados de la noche a la mañana. Todavía no se ha demostrado que exista un solo problema de NP-completo resoluble polinómicamente.

El sudoko generalizado es un problema NP-completo, pero también se sabe de otros. Uno de ellos es el colocar reinas o damas en un tablero de ajedrez sin que se amenacen. El problema algorítmico aquí planeteado es precisamente el de colocar esas reinas. Aunque el problema combinatorio consiste en saber de cuántas maneras se pueden colocar para que ninguna ataque al otra.

La versión original del problema matemático de combinatoria con 8 reinas apareció por primera vez en una revista alemana de ajedrez en 1848 como el problema de las ocho reinas y la respuesta correcta sobre cuántas maneras hay de hacerlo surgió un par de años después. Resulta que hay 92 maneras, pero solamente 12 son distintas.

Este problema lo podemos generalizar al caso de n reinas a colocar en un tablero n×n. No se conocen algoritmos polinómicos que resuelvan el problema de reinas generalizado, pero si que se puede comprobar soluciones polinómicamente. Es decir, este problema está en NP. Además, es también NP-completo, por lo que es un problema interesante. Cualquier avance en este problema de la reinas es por tanto importante. Todo este preámbulo nos ha servido para entender la importancia de un resultado reciente.

Ahora se ha calculado cuántas formas hay de colocar n reinas en este problema generalizado de las reinas en un tablero n×n. Esta versión más amplia del problema de n-reinas surgió en 1869 y el problema combinatorio asociado a él para cualquier n permaneció sin respuesta hasta la actualidad.

Naturalmente durante este tiempo se han calculado esto para distintos valores. Así, por ejemplo, para n=25 hay 275 986 683 743 434 configuraciones distintas y 2 207 893 435 808 352 configuraciones en total.

Michael Simkin, postdoc en la Universidad de Harvard, ha calculado ahora que hay alrededor de (0.143n)n formas totales de colocar n reinas sin que ninguna se amenace entre sí en un tablero n×n.

La ecuación final de Simkin no proporciona la respuesta exacta, sino que simplemente dice que esta cifra es lo más cercana al número real que se puede obtener en este momento.

Como podemos apreciar, no es una solución al problema de complejidad algorítmica, sino una solución aproximada al problema combinatorio asociado al problema las n-reinas.

En este caso, para, por ejemplo, un tablero de ajedrez extremadamente grande con un millón de casillas de lado se tiene que multiplicar 0,143 por un millón, lo que daría como resultado unas 143 000. Luego, ese número se elevaría a la potencia de un millón, lo que significa que se multiplica por sí mismo un millón de veces. La respuesta final es un número con cinco millones de dígitos.

Simkin pudo llegar a esta ecuación al comprender el patrón subyacente de cómo se tendría que distribuir un gran número de reinas en estos enormes tableros de ajedrez, ya sea que se concentraran en el medio o en los bordes, y luego aplicó técnicas y algoritmos matemáticos conocidos.

«Si me dijera que quiero que ponga sus reinas de tal y tal manera en el tablero, entonces podría analizar el algoritmo y decirle cuántas soluciones hay que cumplen con esta restricción. En términos formales, reduce el problema a un problema de optimización», dice Simkin.

Al centrarse en los espacios que tienen mayores posibilidades de ser ocupados, Simkin calculó cuántas reinas habría en cada sección del tablero e ideó una fórmula para obtener un número válido de configuraciones. Los cálculos dieron como resultado lo que se conoce como el límite inferior: el número mínimo de configuraciones posibles.

Una vez que tuvo ese número, Simkin usó una estrategia conocida como el método de la entropía para encontrar el límite superior, que es el mayor número de configuraciones posibles.

Simkin encontró que la respuesta del límite inferior coincide casi perfectamente con la respuesta del límite superior. En pocas palabras, mostró que la respuesta exacta se encuentra en algún lugar entre los dos límites en un espacio matemático relativamente pequeño.

Trabajar en el problema ha sido una prueba de paciencia. Hace cuatro años, como estudiante de doctorado de la Universidad Hebrea de Jerusalén, visitó al matemático y genio del ajedrez Zur Luria en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich. La pareja colaboró y desarrolló nuevas técnicas para llegar a una respuesta. Al final, después de dos años de trabajo, solo encontraron una mejor cifra de límite inferior y supieron que les faltaba algo.

Simkin terminó su doctorado en 2020 y se mudó a Boston para comenzar a trabajar en Harvard. El problema siempre estuvo en su mente y volvió a él cuando se dio cuenta de que tenía que empezar a centrarse en los espacios donde estarían las reinas en lugar de darle el mismo peso a cada espacio.

Aunque teóricamente es posible acercarse un poco más a una respuesta todavía más exacta, Simkin por ahora es feliz de dejar que alguien más lo haga.

«Creo que personalmente puedo terminar con el problema de las n-reinas por un tiempo, no porque no haya nada más que hacer, sino porque he estado hasta soñando con el ajedrez y estoy listo para seguir adelante con mi vida», dijo.

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Fuentes y referencias:
Preprint en ArXiv.
Animación: Wikipedia

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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6 Comentarios

  1. David:

    Aunque no me gusta el juego del ajedrez, al igual que el cubo de Rubik, el juego de tarjetas, memory, el palabras arriba, scatergoris, el de Simon (https://es.wikipedia.org/wiki/Simon_(juego) ),los puzles de muchas piezas, (los de pocas piezas o medianos y los rompecabezas, me gustan más ). Prefiriendo el Estratego, el Risk, el de Pente ( https://es.wikipedia.org/wiki/Pente ). Y luego otros de tablero, como las serpientes y escaleras ( https://es.wikipedia.org/wiki/Serpientes_y_escaleras ), la oca, el dominó, ,as cartas o naipes ( – que ya no son juegos de tablero – ). Los juegos de fantasía de tablero, como el del Imperio Cobra de CEFA
    ( https://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/25/valencia/1361827865.html ); o los más modernos como el Warhammer 40000 – a los que no juego, pero que he visto algún video corto por youtube, ( ¿que toubistes? )- . Que me parecen más entretenidosy fáciles de jugar. Pero ahora con los videojuegos de tipo arcade, con los que juego en la videoconsola en casa, – los juhuetes audiovisuales, han superado a todos los demás ( juegos de tablero, dominó, cartas o naipes, de construcción, como: mecano, legos y tentes, maquetas estáticas de plástico para montar y colorear, , trenes electricos, como el Ibertren – em Alemania son muy populares, por que permitieron la unión aduanera, previo paso a la unificación territorial de los distintos reinos, que formaban la Alemania de hoy. Por eso allí, son tan queridos y populares, por que hicieron posible, lo que de otro modo, no fue. -; el excalectrix – inventado en el Reino Unido, en los 50 o 60, del S. XX, junto con las maquetas de plastico para montar -, el modelismo autopropulsado de RC ( aeromodelismo, modelismo naval, vehículos de tierra ), Muñecos como los robots mechas de transformers, que eran juguetes curiosos; los muñecos de acción Gijoe, He-Man ( que se traduce como Machote, -He-Man-), el planeta donde vivía, también tenia nombre de coña, de cachondeo, Eternia, – un planeta rocoso muy grande, una Hiper Tierra, Mega Tierra o una Plus Ultra Tierra- ); destacaba por su gran variedad de humanoides y robots, gracias a la serie de TV de Filmation, basada en otra anterior similar, Black Star. Los play mobil, Airgam Boys ( https://es.wikipedia.org/wiki/Airgam_Boys ) o los Action Mans.

    Lo mismo ha terminado ocurriendo con los audiolibros, los libros que se leen solos y no hace falta leerlos uno mismo – Mira mamá, ahora sin esfuerzo – Algunos van más lejos y afirman que en el futuro » Dejaremos de pensar por cuenta propia. Solo dos o tres empresas multinacionales se encargarán de controlar TODOS los contenidos informativos que circulen en la red. Y estos contenidos penetrarán en nuestro cerebro, muchas personas dejarán de lado el acto de pensar (es decir de crear relaciones entre sucesos, de resolver problemas cotidianos, de asumir posturas críticas y hasta de crear). Por ejemplo no necesitarías aprender a tocar el piano porque tus manos, guiadas por tu cerebro conectado a Internet, tocarían el piano como un maestros; pero tus funciones cognitivas se deteriorán: tocarás como Mozart pero no podrás crear música.» ( https://pepascientificas.blogspot.com/2011/08/en-el-futuro-el-cuerpo-estara-conectado.html ,https://elcolectivodeuno.wordpress.com/2021/09/04/los-mandatos-de-la-vacunacion-y-la-conexion-de-los-cuerpos-a-internet-acabaran-con-la-autonomia-corporal/ ) Lo que se conoce como el internet de los cuerpos ( ibo) -.

    Ya son como las radio novelas. Pero el articulo, este de la Ajedrea…, digoo, del ajedrez, ese, esta curioso ( https://pcweb.info/el-ajedrez-donde-surgio-se-invento-de-donde-procede/ ). También hay otro parecido japones, que se llama el Go. Nolan Busnell, era aficionado a este juego, y le puso a su compañia, Atary ( que significa, tus fichas estan en peligro en japones; semejante al jaque, en el juego del ajedrez ).

    Ahora he estado viendo operaciones de potencias, con exponente fraccionario, como 2 3/4 = 4√2 3. Si tenemos a 1/bc = bc√a: 2 1/2×3 = 2×3√2 = 6√2 ¿ Cómo resolveríamos una raíz, de índice decimal, p. ej. 1,25 √ 2?

    Yo había pensado convertir el decimal a fraccionario, por que es lo primero que se me ocurrió, y me parecía, lo más fácil – Como tenemos dos decimales, después del 1, tenemos 125/100 = 5/4. Tendríamos después 4 √2 5 – una raíz a la cuarta 4 √ 32 = √ 5,6568 = 2,3784. ( a√ b = √ b = c, √ c = e ). Espero no haber metido la pezuña.

    Un saludo a todos.

  2. tomás:

    Simkin tiene razón. ¡Si ya dos solas mujeres -sin precisar ser reinas- no se soportan, podemos deducir lo que pasaría siendo muchas y reinas en un espacio tan pequeño como un tablero de ajedrez.
    Ejemplos en la naturaleza los hay, especialmente entre las abejas. Creo que hay una especie sin aguijón en la que todas las larvas pretenden nacer como reinas -o algo así, que no estoy seguro-. Hay muchas especies y el género me recuerda al nombre de la secre de M, enamorada de 007: Moneypenny. El caso es que entre ellas se matan cosa mala. Así que para qué pensar sobre tal imposible. Yo he vivido muy de cerca el caso de dos amigas que se llevaban a matar ¡y menos mal que eran amigas!.
    En resumen, que Simkin tiene toda la razón.

  3. tomás:

    Rogaría a nuestro experto en juegos, David, que utilizase una notación más clara, por ejemplo usando paréntesis y, así, podríamos saber que parte es la que eleva.
    Un poco de caridad-claridad para los aficionados humildes a las mates.
    Un saludo.

  4. tomás:

    A ver, David, que no me haces ni caso. Solo me he atrevido a resolver tu última pregunta. Imagino que quieres decir de base decimal. Lo hago con calculadora, claro: Como no veo el signo de raíz intento «traducir» 1,25^[2^(1/2)] = 1,371044196, que habrá de ser un irracional. Y creo que sí, que has metido la pezuña, como dices, porque esas transformaciones no tienen sentido.

  5. tomás:

    Tampoco entiendo, David, esa primera igualdad que parece empezar por 2 elevado a 3/4 = … parece no tener sentido.
    A ver si hay suerte y me aclaras algo antes de que se cierre esto a comentarios.
    Saludos.

  6. tomás:

    A ver David, sobre esa igualdad primera que traduzco como 2^(3/4) = 1,68179… Lo transformas en -creo- 4x[2^(1/2)]^3 = 11,31370… ¿cómo puedes pasar ese 4 de denominador de un exponente, o sea, una raíz cuarta, a factor?. Tu transformación no tiene sentido alguno. Es una verdadera catástrofe. Mejor no lo intentes jamás.

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