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Tecnología obsoleta (de hace 25 años)

Área: Tecnología — julio 24, 2009

Para ver cómo ha evolucionado la informática y sus derivados en los últimos 25 años nada como echar un vistazo a la publicidad de la época.

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En la época en la que no había Internet y los medios tradicionales no informaban nada o casi nada sobre ciencia, la versión en español de Scientific American era el mejor de los recursos para los que nos interesábamos en esos temas. Era cara, pero merecía la pena, entre otras cosas porque en la zona rural en la que vivía no había muchas fuentes de información científica. Bueno, en realidad no había ninguna. A comienzos de cada mes iba contando los días esperando que el ejemplar de ese mes cayera en mis manos, y me daba mucha rabia saber que llegaba a los kioscos antes que a mi casa (estaba subscrito). Cuando el cartero traía la revista era presa de la excitación. En un par de días esa revista me abrían las puertas, aunque no me enteraba de todo, a la investigación científica de vanguardia que se realizaba en el extranjero. También había un artículo, generalmente mediocre, escrito por un científico español.
Estuve subscrito durante muchos años a esa revista hasta que una estancia en el extranjero me impidió renovar la subscripción, pero a cambio podía comprar la revista original en inglés.
Conservo todas ellas almacenadas y ordenadas por orden cronológico. Están apiladas horizontalmente, que es la mejor manera de conservar revistas o libros, pese a la tradición que dice lo contrario y que convierte a todo papel blanco original en un remedo amarillento con olor a polvo.
La ciencia no avanza tan rápido como pueda parecer y siempre se pueden consultar estas revistas, pero lo que sí avanza y mucho es la tecnología y el diseño. A veces incluso los usos sociales y la estética. Para comprobarlo sólo hace falta estudiar la publicidad que aparece en las revistas de Investigación y Ciencia de hace 25 años.
Durante esos años de movida madrileña se anunciaban cosas de lo más variopinto, como automóviles paralepipédicos la mar de feos que ahora parecen piezas de museo (aunque su tecnología sea la misma que la actual), bebidas alcohólicas de alta graduación y los primeros ordenadores personales.
El de la foto de cabecea es nada menos que un Apple IIe, marca que se difundió poco por Europa, porque el rey era indudablemente,el original PC, que pocos podían comprar:

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El PC de IBM era el original ordenador personal que luego todos copiaron. En este caso se trata de un IBM-AT con microprocesador 80286, 256KB o 512 KB de memoria, pero ampliables hasta los 3M, disquetes de 1,2 Megas y un disco duro de 20 Megabytes. Pero si se necesitaba más se podía ampliar hasta otros escalofriantes 20 Megabytes más. El sistema operativo era, por supuesto, MS-DOS. En el anuncio no aparece el precio, aunque seguro que sobrepasaba el millón de pesetas, unos 6000 euros al cambio, pero equivalente al coste de un automóvil de la época.
Al menos los de IBM contaban las características de sus aparatos en sus anuncios otras marcas se limitaban a dar imagen para seducir al comprador:

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Los anuncios de Nixdorf eran estilosos, pero la afirmación de que el uso de ordenadores iba a ahorrar trabajo y a eliminar las horas extras nos hace ahora esbozar una sonrisa.
Los anuncios más elegantes eran los de Digital, marca que parece no haber continuado en la fabricación de ordenadores personales, al igual que ITT. Obsérvese el monitor de fósforo ámbar:

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Los que desde luego pasaron a mejor vida fueron las máquinas de escribir y los reproductores de video, sobre todo los del sistema Beta de Sony, que aunque se veía mejor que los otros sistemas, las prácticas monopolistas y sucias de Sony se lo cargaron (en la actualidad tienen la misma política).

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La revolución informática también se llevó por delante los tocadiscos de vinilos y toda la parafernalia que les acompañaban, incluyendo las agujas y cápsulas:

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La cara de idiota de la chica de la foto de la derecha no tiene precio. No se sabe si está asustada o sobrecogida por las magníficas prestaciones de la cápsula del tocadiscos. ¿Qué pensaría ahora del mp3 o el p2p? Es de suponer que los gestores de los derechos de autor y las discográficas añoran esos tiempos vinílicos aunque los primeros ahora ganen mucho más dinero y compren, literalmente, palacios.
Se lleva la palma un ordenador portátil un par de años anterior al año que consideramos y al que llamar laptop sería imposible. Es un HP con una pequeña pantalla y una pequeña impresora incorporada (obsérvese como el señor muestra con orgullo un gráfico en papel de tamaño reducido). Este portátil solamente pesaba 8 kilogramos de nada:

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A la derecha se puede ver un ordenador de empresa de la misma marca: el HP-3000/37. Es de tipo «armario» y tenía una memoria inicial de 512 K que se podía ampliar hasta los 2 megas para dar servicio a 28 usuarios.
HP sigue fabricando ordenadores, pero sobre todo impresoras, y parece haber sobrevivido al mercado. Otro fabricante que sigue fabricando ordenadores en la actualidad es Toshiba.

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Al principio tenía equipos como el de la derecha con un microprocesador Z-80 a 4 MHz, una RAM de 64K, una memoria de vídeo de 16K y un monitor con una resolución de 640×200 y ocho colores que proporcionaba 36 caracteres en 24 líneas. Obviamente no había imágenes, sólo había texto.
Luego, como otros fabricantes, se pasó a los compatibles PC de tipo IBM, que por el módico precio de 712.000 pesetas (4290 euros), podías obtener un ordenador con 192K de memoria ampliables a 512, monitor de «alta resolución» (textual en el anuncio) de 640×500 puntos con 256 colores y disco duro de 10 megas.
Pero por un poco más de dinero (884.850 ptas de la época o 5530 euros actuales al cambio) te podías comprar un Casio como este:

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Este ordenador montaba un microprocesador 8086 a 8 MHz, una RAM de 256 K (ampliable), 10 megas de disco duro, monitor en blanco y negro VGA de 640×400 píxeles y dos disqueteras. Si se quería más memoria, más disco duro y monitor en color el precio se elevaba.
Recordemos que en esa época uno se podía comprar un par de buardillas en una ciudad como Madrid por ese precio.

Casio parece que dejó de fabricar PC, pero sigue fabricando calculadoras. Los que éramos pobres nos teníamos que conformar con las calculadoras programables de la misma marca que vendían como «ordenador personal de bolsillo»:

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Yo tenía una calculadora incluso peor de las que se muestran ahí arriba y que conservo desde entonces. Era una calculadora programable con un máximo de 250 pasos de programación (no era ni BASIC para así ahorrar caracteres), pero años después, en quinto de carrera, me permitió resolver el modelo de Fermi del átomo de Zinc, y que básicamente consistía en la resolución numérica de una ecuación diferencial mediante Numerov. El resultado lo tuve que plotear a mano en papel milimetrado.

Los que tenían más poder adquisitivo se podían hacer con un spectrum:

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Este modelo popular se podía enchufar en la tele y así no hacía falta monitor. El ZX Spectrum de 48 K costaba 43950 pesetas (265 euros). Había una versión de 16 K que era ampliable hasta esos 48K e incluso contaba con periféricos.
Esta marca incluso llegó a lanzar una versión «profesional»: el QL.

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Los ordenadores serios de la época utilizaban disquetes flexibles de 5’’ 1/ 4 (pulgadas) aunque todavía los había de 8’’, pero ambos podían llegar a almacenar como máximo un poco más de un mega. A veces se tomaban como un símbolo y en el anuncio de la derecha es utilizado por una empresa de software (¿Se vendía el software en este soporte? ¿Qué pasó con Lotus?):

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Terminemos con un anuncio de tecnología fotolitográfica en el que se presume de poder meter 100.000 transistores en un chip y pronostican que en los 10 años siguientes se podrá meter 10 veces esa cantidad.

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Había muchas más marcas y además aparecieron las estaciones de trabajo tipo Unix para el sector profesional, pero cubrir tanto excede este anecdótico post.
Pero lo que sí está claro es el abaratamiento del material informático, más si tenemos en cuenta el coste de la vida y sobre todo las prestaciones que ahora son varios órdenes de magnitud mejores. Así que podemos tener un ordenador en casa que ni la NASA soñaba para el proyecto Apolo, pero no podemos comprarnos una casa a un precio justo. Puede que quizás no hayamos adelantado tanto.

2 Comentarios

  1. Administrator:

    Esto recuerda a lo que dice Ben Fong-Torres, un personaje de la película «Almost Famous», cuando se supone que la acción transcurre a principios de los setenta:

    A Mo-Jo, it’s a very high-tech machine that transmits pages over the telephone! It only takes eighteen minutes a page! (Una Mo-Jo es una máquina de alta tecnología que transmite páginas por teléfono! ¡Sólo se necesitan 18 minutos por página!)

  2. Manuel Morales:

    Que viaje tan tremendo, recuerdo la primera computadora que toque, era de pantalla ámbar y so#ada con 10Mb de disco duro, cargaba mis programas en disquetes, a veces eran necesarios hasta 3 disquetes para un solo programa, siempre soñaba en que la capacidad podría elevarse bastante y que tanto podríamos lograr cuando eso sucediera y resulta que ya estoy viviendo eso, guardaré imágenes de mis equipos porque luego serán de museo 😀

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