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Virus H5N1 (las esferas) causante de la gripe aviar. Foto: CDC/C. Goldsmith, J. Katz, y S. Kaki.

Como ya saben nuestros lectores el virus de la gripe aviar de momento sólo se contagia de aves a humanos. De los casi 120 casos de contagios registrados en el mundo han muerto el 50% de los pacientes infectados. Pero tarde o temprano el virus mutará y conseguirá contagiarse de humano a humano. Si esto ocurre podrían morir cientos de millones de habitantes. No disponemos de vacuna, y se tardarán unos seis meses en desarrollarla una vez el virus mute. Sólo hay un antiviral relativamente efectivo y fácil de usar para la gripe: el oseltamivir.
Recientemente se ha reportado (Yoshihiro Kawaoka y colegas de University of Wisconsin-Madison) que tras la administración profiláctica (como medida preventiva) de este antiviral a una niña vietnamita, una vez empezó a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad, se vio que el virus desarrolló resistencia al antiviral muy rápidamente.
Este fármaco, conocido comercialmente como Tamiflu, se administra oralmente y numerosos países ya han almacenado millones de dosis de él en previsión de una gran pandemia.
Este antiviral opera de tal modo que impide al virus extenderse por el organismo. Se “pega” e inhibe una enzima superficial que el virus utiliza como puerta de salida de las células. El virus es capaz de entrar dentro de las células y de subyugar la maquinaría genética de la misma, pero no puede abandonarla para infectar nuevas células.
Hay otro antiviral denominado zanamivir y desarrollado antes que el oseltamivir, pero es más difícil de administrar.
Tras este resultado se recomienda que sólo se administre este antiviral como dosis terapéutica una vez iniciada la enfermedad.

Pero todavía queda esperanza. Este resultado tampoco significa que el antiviral sea totalmente ineficaz contra el virus H5N1 o que estemos totalmente desprotejidos frente a este virus. La mutación que hace resistente al virus frente a este antiviral es ya conocida en la variante normal de la gripe humana e impide al virus causar nuevas infecciones en otras personas.
La niña, a pesar de todo, se recuperó después de que una dosis completa del medicamento le fuese administrada. Lamentablemente no fue posible aislar el virus después, pero si fue posible hacerlo justo antes de empezar el tratamiento.
Según Yoshihiro Kawaoka de la Universidad de Tokio (Nature, vol 437, p 1108) el análisis de esas muestras virales revela que parte de los virus son sensibles al fármaco y otros son cientos veces menos sensibles a él. Esto sugeriría en una primera lectura que la administración del antivirus en una eventual pandemia haría del virus resistente al fármaco. Sin embargo, dicha mutación impide al virus infectar a otras personas según Frederick Hayden de University of Virginia, al igual que en la gripe común. La resistencia al antiviral hace que al virus H5N1 pagar un alto precio en capacidad infectiva volviéndose menos virulento.
No obstante estos resultados levantan dudas, en el caso de mutación, sobre la política seguida de solamente almacenar este medicamento para combatir la enfermedad, pues otro tipo de mutaciones podrían ser más peligrosas que la descubierta y dejar a la humanidad muy expuesta a la nueva pandemia. Recordemos que un solo estornudo de una persona contagiada en un vagón de metro infectaría a la mitad de los pasajeros. Estos fármacos no son un sustituto de las vacunas y si éstas no llegan a tiempo la humanidad se enfrentaría a un problema similar a la gripe de 1918.

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