Pesticidas, renacuajos y abejas
Un tipo de insecticida estaría detrás del colapso de las colmenas. También se ha demostrado que un herbicida induce cambios morfológicos en vertebrados.
Existe una preocupación creciente por el efecto que puedan tener las sustancias químicas artificiales que el ser humano introduce en el medio ambiente y que podrían en último término dañar nuestra salud o la del planeta. Se ha propuesto incluso que la alta incidencia de ciertas enfermedades humanas se podría deber a esto.
Recientemente se han producido varias noticias que han pasado más o menos desapercibidas, pero que apuntan a que algunos pesticidas pueden causar graves problemas.
En el primer caso se trata de un pesticida muy popular denominado Rounddup. Según un estudio este pesticidas puede producir cambios en vertebrados. En concreto se ha comprobado que esto sucede, al menos, en los anfibios.
Rick Relyea, de University of Pittsburgh, ha demostrado que concentraciones sub-letales, pero medioambientalmente relevantes, de este herbicida provoca cambios morfológicos en dos especies de anfibios. Este estudio demostraría, por tanto, que un pesticida puede inducir cambios morfológicos en vertebrados.
El experimento consistió en disponer varios tanques de agua en el exterior en condiciones muy similares a las naturales en donde se introdujo unos renacuajos. Expuso a los renacuajos a distintas concentraciones de Roundup durante tres semanas, a final de las cuales se analizó a los animales.
Normalmente la presencia de olor a depredador hace que los renacuajos desarrollen colas más largas, algo normal que pasa en la Naturaleza y que también pasó en algunos de los tanques preparados al efecto. Pero la sorpresa fue que el pesticida indujo los mismos cambios en ausencia de depredadores y que si se daban ambas circunstancias el crecimiento de la cola de los renacuajos era hasta el doble de lo normal.
Obviamente la presencia de este pesticida seria peligroso en el ambiente natural, pues haría que la forma del cuerpo de los renacuajos no estuviera adaptada al ambiente proporcionando así una desventaja.
Los depredadores, con su olor, cambian la forma de los renacuajos alterando la hormona de estrés de estos últimos, que así reaccionan para sobrevivir mejor a un hipotético ataque. Como los cambios inducidos por Roundup son similares, esto sugeriría que este pesticida interfiere con la hormona de los renacuajos y potencialmente con la de otros animales.
“Este descubrimiento resalta el hecho de que los pesticidas, que son importantes para la producción de los cultivos y la salud humana, pueden tener consecuencias no intencionadas para especies que no son el blanco de los pesticidas”, dice Relyea. “Los herbecidas no están diseñados para afectar a los animales, pero estamos aprendiendo que pueden tener una amplia gama de efectos sorpresa mediante la alteración de cómo las hormonas funcionan en el cuerpo de los animales. Esto es importante porque los anfibios no sólo sirven como barómetros de la salud del ecosistema, sino además como indicadores de peligros potenciales sobre otras especies en la cadena alimenticia, incluidos los humanos”, añade.
Aunque en esta nota de prensa no se menciona, desde hace un tiempo se sospecha que la alta incidencia de cáncer de pecho y próstata estaría influenciada por la exposición a sustancias químicas artificiales que imitan el efecto de las hormonas humanas. Así por ejemplo, uno de los culpables sería el bisfenol, que se usan en algunos envases plásticos.
El segundo estudio trata sobre los efectos de un pesticida sobre las abejas y abejorros y se apunta a esta causa como el motivo por el cual se está produciendo el colapso de las colmenas. Las pérdidas de entre un 30% y un 90% en las colonias se empezaron a dar a partir de 2006, dejando perplejos a apicultores, científicos, agricultores y naturalistas. Este tema del colapso de la colmenas ha sido motivo de muchas especulación y varios estudios desde entonces, pero hasta ahora no parecía que se hubiera delimitado un culpable concreto o principal. Este estudio y otros que vamos a relatar apuntan ya a una causa.
Pero no sólo son las abejas las que desaparecen, a los abejorros parece que les está pasando lo mismo. Algunas especies de abejorros prácticamente han desaparecido de Norteamérica. En el Reino Unido ya se han dado por extintas tres especies.
Recordemos que sin abejas y abejorros no se produciría la polinización de muchas plantas, incluidas aquellas que usamos para los cultivos. Salvo las gramíneas, que son polinizadas por el viento, la acción polinizadora de estos y otros insectos es esencial para el resto de las plantas con flores. En algunos casos se usan colmenas artificiales de abejas para polinizar campos de cultivos y se paga por ello. En algunos países estas colmenas son además itinerantes y son trasladadas de un lugar a otro en virtud de las necesidades.
Sin abejas no tendríamos fruta, frutos secos u hortalizas. Pero tampoco alfalfa y trébol para nuestro ganado. Si las abejas desaparecieran de la Tierra la producción de alimentos para la humanidad se vería en graves aprietos y se producirían pérdidas económicas billonarias.
Según el estudio del Harvard School of Public Health el culpable sería el pesticida imidacloprid, que es uno de los pesticidas más usados. Se aportan pruebas convincentes al respecto, al menos según sus autores. Este insecticida de tipo neonicotinoide fue introducido en el mercado en los años noventa.
En los experimentos realizados se usaron niveles de este pesticida por debajo de las cantidades que normalmente están presentes en el ambiente.
Las abejas están expuestas a este pesticida a través de dos procesos: a través de las propias plantas de las que toman el néctar o polen y a través del sirope de maíz procedente de cultivos humanos con la que los apicultores a veces las alimentan. Como la mayoría de los cultivos de maíz son tratados con imidacloprid el sirope que se obtiene de grano producido en esos cultivos también contiene este insecticida.
Los investigadores hicieron un seguimiento durante 23 semanas de varias colmenas expuestas a distintos niveles de este pesticida. Descubrieron que durante 12 semanas todo iba bien, pero al cabo de 23 semanas 15 de las 16 colmenas “tratadas” con este pesticida había colapsado. Las expuestas a mayores niveles del pesticida colapsaron antes que las demás. Lo preocupante es que los niveles de pesticida a los que se producía el colapso eran inferiores a los que normalmente hay en cultivos o áreas en los que las abejas normalmente forrajean.
Pero este estudio no es el único sobre este tema. Hay otros dos estudios que apuntan en el mismo sentido uno de investigadores británicos y otro de investigadores franceses. Estos estudios también apuntan a los pesticidas de tipo neonicotinoide, insecticidas muy usados en la actualidad en todo el mundo. Este tipo de compuestos actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos y se propaga al polen y néctar de las flores.
En el estudio británico se centra en los abejorros. En el experimento se expuso a abejorros Bombus terrestris a bajos niveles de imidacloprid que son comparables a los niveles con los que frecuentemente se encuentran estos insectos en el medio. Además, se dejó a los abejorros que forrajearan en un espacio acotado natural durante 6 semanas. Durante ese tiempo midieron la producción de cera, miel y polen. Además contabilizaron los individuos y pupas. También usaron colonias de control a las que no expusieron al insecticida.
Los abejorros tienen un gran sentido de la orientación y navegación, así que una alteración en este aspecto pondría a estos animalillos en graves dificultades para sobrevivir. Este tipo de aspectos son los que no se pueden estudiar en el laboratorio, pero sí en pruebas de campo como ésta.
Las colonias “tratadas” eran entre un 8% y un 12% menores y producían un 85% menos reinas, lo que se traduciría en un 85% menos de colonias nuevas al año siguiente.
En el estudio francés se apunta a por qué se da el colapso de las colmenas, que estaría provocado no por la muerte inmediata de estos insectos, sino por la desorientación que los pesticidas de tipo neonicotinoide inducen en ellos.
En este estudio se hizo un seguimiento de abejas que habían sido marcadas con un chip identificador por radiofrecuencia pegado a su tórax. Esto permitió a los investigadores contabilizar las abejas que salían y entraban en la colmena. A algunas de ellas les administraron una baja dosis de thiamethoxam (un insecticida neonicotinoide), mientras que otras sirvieron de grupo de control.
Las abejas expuestas eran de 2 a 3 veces más proclives de morir mientras que estaban fuera de la colmena. Estas muertes probablemente se deban, según los autores del estudio, a que el pesticida interfiere con en sistema de orientación del insecto y éste no sabe regresar a la colmena.
Además crearon un modelo matemático para simular la dinámica de la colmena y en el que se incorporaba esta reducción en la capacidad de encontrar la colmena. El resultado era que la población de abejas se reducía hasta un punto en el que era muy difícil la recuperación de la colmena y ésta colapsaba en unas pocas semanas. Esto además haría que la colmena fuera más sensible al estrés de los parásitos y al cambio climático.
Según estos investigadores el estudio levanta serias dudas sobre los procesos de autorización de pesticidas. Hasta ahora no se había considerado la capacidad de interferir en el comportamiento de las abejas, sólo si se producían muertes directas de estos insectos.
Nota:
Según la información manejada por NeoFronteras para confección de este texto algunas de las marcas, aparte de Roundup, que incorporan estos pesticidas tienen los siguientes nombres comerciales: Gaucho, Prestige, Admire, Marathon, Cruiser y Platinum. Pero estos nombres pueden cambiar de unos países a otros. Desde aquí se hace un llamamiento a los lectores para que enuncien las marcas que incorporan estos compuestos en sus respectivos países. El objetivo es, obviamente, informar a la gente para que no los use.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3801
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Web del investigador.
Nota de prensa.
Nota de prensa.
Artículo original.
Artículo original.
Chensheng Lu, Kenneth M. Warchol, Richard A. Callahan, “In Situ Replication of Honey Bee Colony Collapse Disorder,” Bulletin of Insectology, June 2012.
Abejas en NeoFronteras.
Abejorros en NeoFronteras.
Foto cabecera: “The Bee in Tradescantia” por fesoj, vía flickr.
13 Comentarios
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lunes 16 abril, 2012 @ 8:12 am
Es obligado agradecer el esfuerzo que se ha tenido que realizarse para redactar este artículo. Y asombrosa la escasa precaución de las autoridades agrarias y sanitarias, porque es evidente que cualquier pesticida que ataque a seres perjudiciales para las plantas ha de afectar a los que viven en el mismo entorno que son beneficiosos. Y por supuesto, a través de la cadena alimentaria, a los seres humanos. Sólo espero que hayan tomado nota y actúen en consecuencia.
Sin que mi opinión sea documentada, pienso que esto puede llevar a mayor aceptación de los transgénicos. Y esperemos que el bisfenol desaparezca de los plásticos que envasan los alimentos.
Muchas gracias, Neo, por la elaborada información.
lunes 16 abril, 2012 @ 1:26 pm
Increíble que este tipo de noticias no aparezca en periódicos (al menos en mi país).
Espero que los investigadores hayan enviado la información a las autoridades de esos países, a ver si ellos ponen la norma y aquí la siguen después. (que por lo visto es como funcionan las cosas por acá).
Un saludo
lunes 16 abril, 2012 @ 4:52 pm
Gracias por este informe. Muchos de estos productos químicos tienen pocos años en el mercado. Y son aprobados luego de que se verifican su inocuidad en el ambiente. Deberían afectar sólo a las planta, plaga ó microorganismo específico. Pero por lo visto,las evidencias contradictorias comienzan a aparecer. Lógicamente, existen muchos intereses en juego (de las corporaciones empresarias y políticas). Pero debemos difundir estos estudios. Con respecto al caso de las abejas, me hizo recordar que en 2010 salió una noticia poco difundida acerca de que un investigador -Jerry Bromenshenk de la Universidad de Montana- había identificado una combinación de un parásito y un virus como posible causa del ‘colapso de las colmenas’. No pude encontrar información acerca de que si hubo una confirmación de dicho estudio.
lunes 16 abril, 2012 @ 7:21 pm
Un artículo muy bueno. El Rounddup, al igual que otros herbicidas citados, es producido y propiedad de Monsanto, empresa americana bastante cuestionada por sus métodos de trabajo y venta. Basta poner en google «Monsanto denuncias» para que nos muestre miles de páginas de denuncias contra esta empresa, algunas millonarias ya ganadas en los tribunales.
Monsanto también vende la soja transgénica resistente al Rounddup (que casualidad). Hace años, con pequeñas dosis de herbicidas era suficiente para eliminar las malas hierbas, pero éstas a lo largo de los años se han vuelto resistentes, con lo que en la actualidad hay que utilizar grandes cantidades(pura selección natural). Otro claro ejemplo de que la teoría de la evolución es cierta.
Recomiendo ver el documental «El mundo según Monsanto», disponible en la red, para hacernos una idea de sus métodos mafiosos y lo que los demás y el medio ambiente les importamos a los dirigentes de esta empresa. Así tal vez descubráis porque estas noticias no salen en los medios y pasan desapercibidas.
Pero no es de extrañar que en unos días aparezca en los telediarios que » un investigador -Jerry Bromenshenk de la Universidad de Montana- había identificado una combinación de un parásito y un virus como posible causa del ‘colapso de las colmenas» y que los pesticidas son inocuos y no tienen nada que ver.
lunes 16 abril, 2012 @ 8:28 pm
Hace unos años solía colocar cebos con miel en mis cerezos ante la falta palpable de abejas… sin apenas efecto. De hecho, estos últimos años he observado que hay más , no se si naturalmente o si las han traído al efecto. Se hablaba de la verroasis o algo así, como motivo básico de la pérdida de colmenas. Pero estoy convencido de que los productos fitosanitarios son grandes responsables de su decaimiento. Está prohibido fumigar durante la época de floración cuando hay abejas, pero no se yo si se cumple… pero como todos queremos comer y somos tantos, la tentación de usar lo que hay en el mercado es demasiado grande… Sugiero zonas amplias de veda total para esos productos que sirvan de santuario y renovación, porque si no, aviados estamos, ellos y nosotros.
martes 17 abril, 2012 @ 12:52 am
El asunto de las abejas ha sido difícil de encontrar porque no es fácil hacer experimentos sobre el comportamiento. Para ello se necesitan pruebas de campo y no experimentos de laboratorio. Si se encierra a unas abejas en un recipiente y se les administra este tipo de productos se puede ver que no se mueren hasta que se llega a una dosis alta.
También es verdad que una vez la colmena tiene problemas cualquier virus o parásito sólo empeorará la situación y atacarán más fácilmente, por lo que estarán presentes. Así que era relativamente fácil ver estas plagas en las colmenas en dificultades.
Ha sido difícil averiguar todo esto y en algún caso ha habido que usar alta tecnología, como los chips de radiofrecuencia: http://www.aaas.org/news/releases/2012/images/0329sp_bees.jpg
Respecto a los pesticidas son productos biocidas en mayor o menor medida y están diseñados para matar seres vivos. Pretender que son inocuos es de ingenuos. La idea es que maten sólo lo que queremos y no a los demás, pero esto es muy difícil por no decir imposible.
La producción mundial de alimentos descansa en gran medida, por desgracia, en este tipo de productos, así que tampoco podemos prescindir alegremente de ellos.
Los monocultivos y sistemas de producción modernos facilitan la propagación, selección y evolución de todo tipo de plagas y enfermedades. Esto es la biología operando de manera natural. Si se dispone de un gran caldo de cultivo (un estupendo nicho ecológico disponible y vacío) es de ingenuos pensar que ningún ser vivo va a tratar de aprovecharlo.
Pretender que los agricultores sigan al pie de la letra las indicaciones, dosis y plazos de los pesticidas también es de ingenuos. Sobre todo cuando sus ingresos dependen de su producción.
Respecto a los transgénicos, en sí no tendrían que ser perjudiciales. Un arroz con más vitaminas puede ser bueno. Pero si se patenta o, peor aún, el transgénico consiste en que así puedo administrar más pesticidas, entonces está garantizada una mayor contaminación ambiental y más problemas de salud. Por otra parte la evolución hace que al cabo de unos años un trasngénico de ese tipo ya sea susceptible a que le ataquen las plagas.
miércoles 18 abril, 2012 @ 2:36 am
Es verdad, basta observar con cuidado, para darse cuenta de los estragos que están causando los pesticidas. Por ejemplo, aquí en Costa Rica hace unos 20 o 25 años cuentan mis padres y abuelos que pasaban enormes cantidades de mariposas, de hecho los niños de aquellos tiempos agarraban palos para jugar a golpearlas debido a la inmensa nube de ellas, pero hoy ya no se ven pasar. También como a eso de las seis de la tarde, la noche se iluminaba increíblemente con las luces de luciérnagas y un tipo de escarabajos que llamamos carbuncos los cuales emiten luz por la cabeza, pero hoy en algunas partes tal cosa no se observa, y ni hablar del sapo dorado que desafortunadamente solo había aquí pero hace unas décadas se extinguió ¿por qué razón? Difícil de saber, entre otros. ¡Qué curioso que esto coincida con la llagada de grandes empresas dedicadas a la agricultura que cultivan enormes extensiones de terreno!
No sé, pero esta pelea de David (los que aman el ambiente) contra Goliat (las empresas que venden agroquímicos peligrosos) me parece difícil de ganar, pero si no hacemos nada ahora, después será muy tarde.
«Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada». (Edmund Burke)
miércoles 18 abril, 2012 @ 7:52 am
Sí, estimado «r». Vives en un país envidiable, pero no se librará de la hecatombe.
Como es natural procuro concienciar a todo el que puedo. Hablando de esta web con mi hijo, profesor, a ver si consigo que predique, me decía: sí, pero ahí sois unos pocos los que tratáis de estos temas. Todos los demás están mucho más preocupados por quien ganará la liga y cosas así.
Y tiene razón. Pero no hay que rendirse. Si podemos, hay que hacer cuanto esté en nuestras manos. No podemos ser como los que cita Edmun Burke.
Un abrazo.
jueves 19 abril, 2012 @ 4:51 am
Ciertamente «tomas» nadie se librará, por eso contrastaba la situación de hace veinticinco años con la actual, pero mientras todos aportemos aunque sea un poquito a esta noble causa tal vez habrá esperanza. Tu hijo es sabio, puesto que la indiferencia se puede convertir en nuestra ruina. Ese es el problema que tenemos, a nadie le interesa y con razón experimentamos la extinción.
Saludos.
viernes 20 abril, 2012 @ 11:45 pm
Y la telefonía móvil?
http://www.mercurioenlaboca.org/comunidad/discussion/37/la-telefonia-movil-involucrada-tambien-en-la-desaparicion-de-las-abejas
lunes 23 abril, 2012 @ 4:34 pm
Por lo visto no habría una sola causa para explicar lo que produce el ‘colapso de las colmenas’. Con respecto a los plaguicidas, fungicidas y herbicidas (sí, existen productos determinados según el agente a atacar) son los GOBIERNOS que los mismos ciudadanos eligen, los que terminan aprobando dichos productos que están (en teoría) bajo permanente control. No es que quiera defender a Monsanto, jamás pondría las manos en el fuego por ninguna corporación, pero tampoco es un demonio intocable culpable de todos los males para dominar al mundo. Tampoco creo en todo lo que dicen los telediarios, teniendo un nombre y una universidad, me bastaría para chequear e investigar las evidencias encontradas de dicho estudio.
martes 24 abril, 2012 @ 1:35 am
La traducción de «evidence» es «prueba». Si fuera evidencia no habría mucho más que añadir porque sería «una certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar, una certidumbre de algo, de modo que el sentir o juzgar lo contrario sea tenido por temeridad», tal como dice el DRAE.
Dicho lo cual, las pruebas aportadas por los diversos estudios son lo suficientemente importantes como para considerar bien en serio los problemas que pueden acarrear estos productos.
En estos casos hay que ser sensato y la sensatez es que si se tiene mucho que perder es mejor no arriesgarse. Perder las abejas sería muy grave. Además el experimento definitivo es prohibir estos productos y ver qué pasa.
Efectivamente, son los gobiernos los que legislan y controlan, pero no siempre lo hacen bien o a tiempo. A veces van a remolque de los acontecimientos y otras a favor de los poderosos.
En cuanto a Monsanto se ha ganado la mala fama que tiene a pulso. Ahora nadie lo quiere ver ni en pintura y lo tiene merecido.
De los telediarios uno no se debería fiar nunca, pues suelen estar ahí no para describir la realidad, sino para desdibujarla y siempre a favor de alguien. Además, la ignorancia suprema en temas científicos de los que los elaboran tampoco ayuda, ignorancia que además está en sintonía de quienes los ven.
martes 24 abril, 2012 @ 10:30 am
Acabo de oír por radio que un exministro -creo- se asombraba de que hubieran metido en la cárcel de manera fulminante a un muy alto cargo de la Junta de Andalucía -un tal Antonio Fernandez- por delitos gravísimos. Las razones que daba era algo así como que a tal altura no había responsabilidad directa. Me he quedado de piedra. Ni siquiera estoy de acuerdo con que el rey no pueda ser juzgado y resulta que hasta esos altos cargos se apuntan a la impunidad. Como ves, estimado Carlos, eso de que son los GOBIERNOS elegidos por nosotros es una tomadura de pelo. El sistema se ha montado así para que el poder se mantenga donde ha estado siempre. Sólo una democracia cercana al pueblo puede acercarse a unas leyes justas. Mientras tanto un solo voto, con aburrimiento y por tanto sin votar el resto de la población, da el 100% a quien lo consiga.
Un saludo.