La extinción de especies tarda un tiempo en darse tras la pérdida de hábitats
Unos expertos predicen que una gran extinción de especies está a punto de ocurrir en la selva amazónica brasileña.
El 40% de todas las selvas tropicales están en Brasil y además tienen una gran biodiversidad. En promedio Brasil tiene 2 especies de mamíferos, 5 aves y un anfibio cada 2500 kilómetros cuadrados. Después de décadas de deforestación masiva hay muchas especies de la Amazonía que ya están en peligro de extinción, como los monos araña.
Pese a que se han hecho algunos esfuerzos para reducir la deforestación en la selva amazónica en los últimos años, un estudio apunta a que el efecto de la pérdida de hábitats tarda un tiempo manifestarse. Según Robert Ewers, del Imperial College London, la tala de árboles no mata directamente las aves que viven en ellos, sino que la pérdida su habitad incrementa su mortalidad y hace que sus probabilidades de supervivencia se reduzcan hasta que al final, una vez transcurrido un tiempo, la mayoría o todos los miembros de una especie desaparecen.
En modelos previos sobre cómo la deforestación afecta a la biodiversidad se asumía que la deforestación se producía de un tirón. Pero en el mundo real no es así. La deforestación tiende a darse a rachas y según se van dando más eventos de este tipo el número de especies condenadas a la extinción aumenta.
Si se tala un área dada, antes de que se sientan los efectos, se talan más áreas y se acumula una deuda ecológica que está pendiente. Estos investigadores querían saber qué pasa cuando la pérdida de hábitats se da en múltiples episodios en lugar de en una sola vez y crearon un modelo matemático para verlo.
El modelo, que es muy sencillo, relaciona la extinción de especies con la pérdida de hábitats según una evolución temporal. Cuando introdujeron en el modelo datos de especies individuales de vertebrados que dependen de la selva para comida o refugio y los patrones de deforestación que se dieron entre 1970 y 2008 obtuvieron como resultado que el 80-90% de las extinciones producidas por la deforestación del pasado todavía no se han dado. Digamos que existe una especie de inercia en la persistencia de las especies, pero que una vez se da la pérdida de hábitats estas extinciones tarde o temprano se producen si no se hace nada para evitarlo.
Usando este modelo los investigadores estudiaron 4 posibles escenarios que predicen la pérdida de especies a 40 años hacia el futuro según el tipo de regulación que el gobierno establezca: una pequeña regulación, alguna regulación, una fuerte regulación y una detención total de la deforestación para 2020.
Los resultados indican que para el segundo y más probable escenario los ecosistemas locales podrían perder un promedio den 12 especies y condenar a la extinción a 19 más. En el peor escenario las especies locales se situarían cerca de su total eliminación. Incluso en el escenario más optimista se producirían de todos modos extinción de especies.
Según el cartógrafo brasileño de la Universidad Federal de Minas Gerais Britaldo Silveira Soares Filho este tipo de modelos son útiles como herramientas de planificación, pero que ningún modelo es perfecto. Según él este modelo ignora que ahora el 50% de la selva amazónica está protegida y que la política ecológica del gobierno brasileño mejora con el tiempo, así que esos escenarios tan negativos probablemente no se den.
Pese a que los resultados parecen deprimentes, Ewers indica que éstos proporcionan una ventana de oportunidad. Se pueden estudiar los datos y ver qué áreas tienen la deuda de extinción más alta y actuar en consecuencia protegiendo esas zonas y conservando las especies que aún quedan.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3882
Fuentes y referencias:
Noticia en Nature.
Artículo original.
Foto: D. Tipling/Getty
13 Comentarios
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martes 17 julio, 2012 @ 8:45 pm
Que interesante trabajo. Lo malo, es que ya no esté entre nosotros Ramón Margalef, su opinión sería invalorable. Lo bueno, es que seguro dejó bien sembrada su semilla, a ver si alguien de su escuela tenga que ver con estos estudios. Hay algo muy interesante aquí, los tiempos del decaimiento crítico coinciden estrechamente con las predicciones de Anthony Barnosky sobre la sobrepoblación y la ocurrencia del «punto de no retorno», deberían de ponerse en contacto (tal vez si lo estan), considerando que brasil se considera uno de los pulmones de la tierra, tal vez habría que introducir alguna variable extra o poner cierto factor de corrección tomando en cuenta lo dicho por el cartógrafo Gerais Britaldo, previa evaluación claro.
El trabajo está excelentemente bien documentado.
Mi reconocimiento a Neofronteras, Infinitas gracias.
miércoles 18 julio, 2012 @ 6:09 am
Este es un tema sumamente importante y serio, y no esperaba menos de esta web que cada día la aprecio más y se convierte en parte importante de mi vida.
Esta información me trajo un hermoso recuerdo, cuando era niño apenas salía de la escuela me iba con gran emoción corriendo hacia mi casa para ver en el televisor ciertos programas sobre la vida natural. En uno de ellos recuerdo que presentaron un ave azul similar a un loro y se decía que era el último espécimen o ejemplar que quedaba en libertad, de hecho lograron filmarlo cuando él se acercó a un grupo de aves de otra especie debido a que buscaba compañía y se sentía muy sólo. Debieron haberlo visto, esa escena quedó grabada en mi mente y es difícil describirla con palabras…
Bueno ahora que leo este artículo aquí, me di a la tarea de buscar en google y se trata del guacamayo de Spix o ararinha azul que ocupaba una zona de la región del Estado de Bahía en Brasil. La información comenta lo siguiente sobre la única ave que quedó en libertad y les mencioné “no es extraño que para 1991 solo quedara un único ejemplar en libertad. Un macho que como toda alma solitaria inmersa en el azaroso juego de la reproducción sexual buscó desesperadamente una pareja con la que clamar la fogosa llamada de la perpetuación de la especie. Y como a falta de pan buenas son tortas acabó “arrejuntándose” con una maracaná de lomo rojo (Primolius maracana), sin desvelar ningún secreto la extraña pareja no funcionó. Este macho fue seguido de cerca por el gobierno carioca, se esperaba que produjeran huevos y, si eso ocurría, sustituirlos por otros producto de la cría en cautividad. Algo que desgraciadamente no ocurrió, también se liberó una hembra para que se reprodujera con el solitario galán sin ningún resultado satisfactorio. Así la historia del ararinha azul en libertad acabó en octubre de 2000 cuando murió este desgraciado ejemplar”.
Aún quedan algunos miembros de esta especie pero solamente sobreviven en cautiverio, aunque se alberga la esperanza de que casualmente haya una pequeña población escondida por ahí entre la selva, si no es así probablemente se irá la esperanza de salvar a esta especie de la extinción.
Este es el enlace que encontré es muy interesante, si gustan…
http://www.elojodedarwin.com/conservacion/rio-y-la-triste-realidad/
Bueno sólo espero que no le presten atención a la parte que dice “la fogosa llamada de la perpetuación de la especie” je-je-je.
miércoles 18 julio, 2012 @ 6:14 am
Corrección: Donde dije vida natural quise decir vida silvestre.
miércoles 18 julio, 2012 @ 6:34 am
También debe quedar claro que existen algunos métodos que podrían ayudar a recuperar a la especie. El ser humano ya ha demostrado que tiene bastante inventiva.
jueves 19 julio, 2012 @ 12:49 am
Estimado «r»:
Te agradezco la hermosa historia que has compartido. No tenemos NINGÚN derecho a extinguir especies y privar a las generaciones venideras de la curiosidad y el placer que nos hacen sentir.
¿Entenderemos alguna vez que no nos pertenece el planeta? En realidad es la revés, somos nosotros los que pertenecemos al planeta, nuestro único hogar, como decía Carl Sagan.
Saluods/abrazos a elegir
jueves 19 julio, 2012 @ 4:16 am
Gracias a ti, por compartir ese sublime y exquisito pensamiento.
Un bien merecido abrazo.
jueves 19 julio, 2012 @ 5:16 am
También recordar que hace 24 días murió George “el Solitario”, el último ejemplar de tortuga gigante de la Isla Pinta (Chelonoidis abingdonii) en la Estación Científica Charles Darwin.
Qué gran capacidad la nuestra en corto tiempo podemos desaparecer a lo que le tomó un largo tiempo en aparecer.
jueves 19 julio, 2012 @ 7:49 am
Y yo, estimados «r» y Miguel Angel, me acojo y alabo vuestra sensibilidad y empatía.
Un fuerte abrazo.
jueves 19 julio, 2012 @ 9:33 am
Si se permite la ironía. Tenemos el ADN de George para poder clonarlo en algún momento del futuro. Al igual que de otros animales ya extintos. Así que no pasa nada.
Al final tendremos una gran biblioteca genómica de seres que extinguimos y a los que, en realidad, nunca podremos devolver a la vida, pues no se puede devolver a un animal a la vida y esperar que prospere en un ecosistema aún más degradado que cuando el animal se extinguió.
domingo 22 julio, 2012 @ 3:38 pm
Admirado Neo:
A pesar de todo puede ser interesante realizar esas clonaciones de plantas y animales ya desaparecidos para realizar algún estudio o simplemente para dar una muestra mas del poder de la Ciencia.
Y digo esto porque he leído un comentario que escribió usted hace algún tiempo en el que se quejaba (con toda la razón del mundo) de que los avances de la Ciencia pasen inadvertidos o tengan poca repercusión, mientras que si se produjesen en otros campos se venderían a bombo y platillo.
Un buen ejemplo de esto es lo que ocurre en el terreno sanitario: las curaciones por parte del personal médico raramente son noticia, a menos que se trate de alguna técnica novedosa, en cambio los escasos errores se venden y se anuncian en todos los medios. Por el contrario, cualquier «supuesta curación» por parte de un curandero o merced a la intercesión de algún santito, se anuncia a los cuatro vientos.
Abrazos exponenciales
domingo 22 julio, 2012 @ 6:35 pm
Estimado Miguel Ángel:
Sería maravilloso resucitar mamuts y otras especies extintas. Pero, aparte del desafío formidable que eso supone, la gente y los políticos no lo asumirían como un éxito científico per se, sino como una excusa para seguir con la destrucción. Total, si se pueden recuperar especies extintas, ¿para que evitar su extinción si las podemos recuperar?
Puede que cuando se pueda recuperar un mamut ya no queden elefantes en los que poder desarrollar el feto, ni el ecosistema en donde había elefantes. Como máximo habrá zoológicos y parquecitos en los que se sólo habrá un triste remedo de lo que fueron los parajes más maravillosos de este planeta en nuestro inmediato pasado. Y como mínimo unos discos duros en los que guarden secuencias de ADN.
Si hay que elegir entre un mamut y la conservación de lo que todavía queda lo sensato es elegir lo segundo.
domingo 22 julio, 2012 @ 9:12 pm
Estimado NeoFronteras:
Me temo que este comentario 11 fué dirigido a Miguel Angel; por cierto, hace unas horas le pasó lo mismo a Miguel Angel al intentar dirigirse a daniel, se dirigió a un servidor, a como la veo, cualquier día me toca a mí, tendrá que ver esto con el ámbito del azar inexorable del cual nadie estamos excluidos?
Saludos azarosos.
domingo 22 julio, 2012 @ 9:38 pm
Estimado Juan Manuel:
Tiene toda la razón del mundo. Disculpas por el error. Ya está corregido.