NeoFronteras

¿Nueva definición de virus?

Área: Biología — martes, 17 de febrero de 2009

La extraña interacción entre una avispa parásita y una oruga, en la que la primera deposita sus huevos sobre la segunda y un virus ayuda a vencer el sistema inmunitario de la segunda, hace que algunos científicos se replanteen la definición de virus.

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Una de esas avispas y su oruga huésped. Foto: Alex Wild, myrmecos.net.

Cuanto más se lee sobre Biología y Genética más sorpresas se puede uno llevar, hasta que finalmente terminas con la boca abierta de tanta fascinación y admiración por una maquinaria biológica capaz de llevar a cabo las más extrañas funciones.
Esta historia empieza con el comportamiento de ciertos seres que ya sorprendieron al que descubrió los mecanismos de la evolución por su crueldad.* Y es que la vida de ciertos animalitos no deja de ser absolutamente brutal para otros seres bajo nuestro punto de vista humano.
Hay 10.000 especies de avispas parásitas que inyectan sus huevos en orugas. A la vez que hacen esto inyectan a la oruga una toxina que la paraliza para que así las larvas de la avispa se den un festín con el cuerpo de la oruga con toda impunidad, mientras que la oruga se conserva en buenas condiciones al seguir viva. Algunas especies de moscas son aún más retorcidas y mantienen a las larvas vivas incluso durante el invierno gracias a un anticongelante fabricado por ellas e inyectado en las orugas.
En los años setenta, el análisis por microscopia electrónica de las toxinas presentes en los ovarios de estas avispas reveló que contenía ciertas partículas que por su similitud con los virus se les denominó poliadenovirus. Sin embargo, esta clasificación provocó cierto debate en la comunidad científica.
Los análisis genéticos revelaron que los «virus» que portaban algunas de estas avispas no contenían las proteínas necesarias para replicarse y que además portaban ADN de la propia avispa. Se sugirió que estas partículas eran más bien «secreciones genéticas» de la propia avispa en lugar de virus independientes.
En un ensayo aparecido en Science, Donald Stoltz de Dalhousie University (Halifax, Nova Scotia) y James Whitfield de University of Illinois informan que según los estudios anteriores, el más interesante aparecido en la misma revista hace poco, se señalan las diversas maneras en la que estos «virus» se relacionan con los organismos protagonistas y que estas relaciones no son apreciadas en su justa medida.
En un estudio previo, liderado por investigadores franceses de Université François Rabelais, se analizó el ADN de algunas especies de avispas y se comparó con secuencias de nudivirus. En uno de los grupos analizados 22 de esos genes encajaban con los de los nudivirus y además vieron que son claves a la hora de codificar las proteínas estructurales de la partículas víricas que produce la avispa.
Finalmente descubrieron que los genes que codifican estos virus, y que ayudan a las avispas a parasitar con éxito las orugas, están integrados en los propios cromosomas de las avispas. Estos genes, que parecen que están relacionados con los pertenecientes a los nudivirus, son una parte invisible de la herencia genética de la avispa y pasan de generación en generación como el resto del material genético habitual de la avispa.
Aunque no es inusual que los virus de ADN se embeban en los cromosomas de su huésped (por desgracia, la terminología en el parasitismo no es muy afortunada), en este caso la avispa no es sólo un anfitrión. Los genes víricos se replican dentro de la avispa, pero además actúan en contra del sistema inmunitario de la oruga, que constituye un anfitrión transitorio o fugaz.
La circunstancia única acerca de estos virus es que el organismo en cuyo ADN son embebidos sus genes no es el blanco sobre el que estos genes actúan, sino que es otro distinto (el cuerpo de la oruga). Es como tener dos anfitriones, excepto que no hay un ciclo de vida completo en ninguno de los dos.

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Foto: Alex Wild, myrmecos.net.

El virus es beneficioso para la avispa y depende de la avispa para su superviviencia. Y por otro lado el virus necesita que la avispa sobreviva porque sólo se puede replicar en los ovarios de ella y no lo puede hacer en la oruga debido a que estos virus carecen de la maquinaria de replicación que sí está en la avispa.
Los virus originales, probablemente nudavirus, infectaban a las avispas hace millones de años, hasta que hace unos 100 millones de años su ADN se integró en el genoma de la avispa. Sucedió gracias a una coevolución que dio lugar a una relación de beneficio mutuo en la que los virus ayudaban a las avispas a producir las toxinas y a cambio encontraron un lugar de acogida permanente en el genoma de la avispa.
Hay otro grupo de poliadenovirus que no descienden de estos nudavirus, pero que probablemente lo hayan hecho de otro grupo de virus todavía por descubrir o que ya está extinto.
Según Whitfield, todo esto sugiere una clase de mutualismo que normalmente no se ve en virus.
Los investigadores han sabido durante 40 años que algunas especies de avispas parásitas inyectan estos virus en las cavidades del cuerpo de la oruga al mismo tiempo que ponen sus huevos y, debido a todo lo ya relatado, algunos investigadores han sugerido que no deberían ser considerados virus. El ensayo de estos investigadores, ahora publicado en Science, intenta aclarar (al parecer sin conseguirlo muy bien) la naturaleza de estas interesantes partículas víricas.
Según Whitfield, por una lado es verdad que el ADN de la avispa y el ADN del virus están ahora combinados en el mismo genoma y que se deba considerar que son entidades separadas, pero por el otro lado si se los pretende entender bien es importante saber de dónde vienen los protagonistas, y estas partículas parecer provienen de virus ancestrales.
Estos investigadores sugieren que los que estudian la taxonomía de los virus deberían de echar un nuevo vistazo a cómo han de ser definidos.
En muchos libros de texto sobre el tema ni siquiera se menciona a los poliadenovirus. Whitfield se pregunta si deberíamos de llamarlos virus, y si no es así cómo los deberíamos de denominar, después de todo empezaron siendo virus.
Por último hay que señalar que estos poliadenovirus podrían tener aplicaciones clínicas, ya que podrían actuar como vectores que portaran genes en terapias génicas y hacerlo en mayor medida que en los sistemas actuales, y quizás con mayor seguridad.

Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).

*Charles Darwin llegó a decir: «No puedo persuadirme a mí mismo de que un Dios omnipotente y bondadoso haya diseñado y creado al Icneumónido con la expresa intención de alimentarse dentro de los cuerpos vivos de las orugas».

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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15 Comentarios

  1. ___Emilio:

    El tema de la genética y los virus, priones y demás asuntos aún desconocidos… me llena de inquietud cuando veo que estamos modificando cabras para que segreguen medicamentos (creo que ya se ha aprobado el primer medicamento procedentes de cabras con genes humanos…)
    Sería recomendable estudiar antes cómo diantres funciona los genes y qué seres «vivos» existen antes de meternos a modificarlos, ¿no?
    Lamentablemente, nos hemos puesto a vender algodón resistente a plagas… que al final es atacado exclusivamente por una plaga que, al verdadero final… esa plaga se traslada al algodón original «misteriosamente» dice el tipo que vendía las semillas… un guirigai que acabará en «gracias y adiós».
    No obstante, como bien apuntáis en vuestro comentario, la crueldad es vista por parte nuestra… seguro que para las vacas también es cruel que los seres humanos se dediquen a encarcelarlas, atiborrarlas de hormonas, venderlas al peso, sacrificarlas a lo bruto y descuartizarlas, triturarlas, congelarlas y servirlas como deliciosas hamburguesas para que monstruos de dos piernas de 12 años se las coman y vomiten después de la borrachera… cuestión de ópticas, ¿no? :)

    Saludos!

  2. NeoFronteras:

    Estimado Emilio:
    Volvemos otra vez al tema recurrente. Si la cabra produce medicamentos ¿qué hay de malo? La alternativa es que no haya ese medicamento o que sea mucho más caro. La ingeniería genética será buena o mala dependiendo de cómo y para qué se haga. Este problema se ha planeado siempre en cualquier ciencia.
    Pedir la pureza genética de las especies domésticas o agrícolas, además de un contrasentido porque lo dejaron de ser hace mucho tiempo, es el equivalente dogmático a creer en la inmaculada concepción: un residuo semireligioso de pensamiento prerracional. Esto es algo que por otra parte ya se ha intentando explicar en la psicología y genética humanas.
    El mundo es «sucio», somos concebidos en una acto «sucio», venimos a él en un acto aún más «sucio» y morimos «suciamente». Esclavizamos animales y nos comemos sus cadáveres (incluso en forma de hamburguesa). Sería mucho mejor ser seres 100% espirituales apartados del mundo «sucio», pero no es así. Debemos aceptar nuestra naturaleza humana y sus imperfecciones.
    En cada momento tomamos decisiones, debemos de estar muy bien informados y ser los suficientemente sensatos como para sopesar los pros y los contras sin sucumbir a nuestros dogmas e ideologías. Normalmente no existen las soluciones perfectas, aunque lo ideal es que tomemos esas decisiones con sabiduría. Lamentablemente no suele ser así.

  3. lluís:

    Y, además, la evolución es una carrera de armamentos con las fauces sangrientas. Esto ya lo sabemos sobradamente. Y no quita ni un ápice de fascinación y admiración por esa «maquinaria biológica, capaz de llevar a cabo las más extrañas funciones». Sí todo es bastante «sucio», en el duro mundo evolutivo. Así que lo que importa es seguir avanzando en el campo experimental y aprovechar al máximo esa «suciedad».

  4. Ramonmo:

    El progreso de nuestro bienestar material tropieza con los obstáculos que ponen los amantes de la naturaleza. El águila imperial y el lince ibérico nos impiden ser más ricos.
    Puede que algún día nuestra búsqueda de salud y larga vida tropiecen con obstáculos parecidos. Quizá llegue un momento en que el respeto por la cabra nos impida curarnos de cierta enfermedad.

    Respecto al tema del artículo, los virus son unos entes fascinantes. Parece que la filosofía subyacente al artículo es que los virus son una especie de rama paralela en el árbol de la vida respecto a los seres más complejos, «celulares». Pero, dado que ningún virus puede sobrevivir aislado, han de proceder de esos seres celulares. El origen último de un virus no está en otro virus, sino en una bacteria, animal o planta.
    Pudiera ser que los virus no fueran en su origen más que un medio de los seres vivos para facilitar la transferencia genética horizontal, mecanismo que se está comprobando que está bastante extendido.

  5. ___Emilio:

    Hola:

    Creo que hablamos de dos temas distintos. Una cosa la selección genética (realizada por ensayo y error -en mayor o menor medida- durante los últimos 30.000 años) y otra la manipulación genética.
    Son dos conceptos absolutamente distintos, aunque a primera vista parezcan tener alguna similitud.
    En la selección, no se manipula ni se intercambian (manipulando) genes, se «deja hacer» a la naturaleza (el caballo se divierte con la burra y sale una mula, no un équido con genes de hombre para fabricar aspirinas o similar. El resultado está basado en características muy «banales»: mayor o menor tamaño, color, fuerza, sabor… y poco más. El tiempo de comprobación es decenas de años (o siglos) y da tiempo a ver «qué» sucede en esta selección. Otra cosa es que nos pueda gustar más o menos que un lobo se transforme en perro chiguagua mediante 3000 años de modificación.
    Pero no hablo de eso: eso es «inocuo».
    Hablo de el desconocimiento que tenemos ahora mismo sobre la genética (es decir: día sí día no aparecen hecho «asombrosos» de los que los investigadores ni siquiera tenían conciencia y, lo que es peor, los sabios tampoco) por tanto, entrar a sangre y fuego reemplazando genes en un sistema que no se sabe como funciona es arriesgado -y lo digo muy muy suave, porque realmente a mi me parece bastante arriesgado-.
    Y doy el ejemplo de la «resistencia» supuesta del algodón transgénico cultivado en india y el derrumbe de la producción por una plaga primero específica que sólo afectaba al algodón transgénico (misterios de la vida) y luego a acabado migrando a todo el algodón… la etiqueta comercial no decía nada de eso, vamos: ni tenían idea de lo que iba a pasar porque si no serían adivinos.
    No es un tema de religión, en absoluto, ni de creencias esotéricas. Es un tema de principio básico: precaución. En mi forma de ver el mundo prima más el conocimiento que el riesgo. En la forma de ver el mundo de las multinacionales prima más el negocio que el riesgo. Eso es todo. Si me juran por la vida de sus hijos (la cual pondrían en manos de los resultados de la apuesta) que modificar una bacteria o una cabra o un algodón es inocuo y tiene ventajas innegables (hasta ahora no lo han demostrado), yo estaría un poco más tranquilo… pero dudo que ellos pusieran la vida de sus hijos en peligro, mejor poner la de los nuestros, claro.
    Tampoco es el rollo neohippi que planteas de que parece que yo defiendo un mundo «limpio» frente a uno «sucio», en absoluto. El mundo es el que es y a mis ojos es el que es: yo no me meto en cómo es el mundo, me meto en anteponer los intereses empresariales (cabra humana + medicamento = negocio, negocio) frente a una genética no conocida (cabra humana + medicamento = error, error, acaba de enfermar de gripe humana… y maldición!! el virus ha mutado, cachis en la mar…) Y ya no hablo de lo ingobernable que sería modificar una bacteria/virus que colonice el tracto intestinal del ser humano y que a la larga de «problemillas». Mi principal temor no es la cabra, es la E.Coli: las cabras las ves, la Coli no ;)

    Saludos!!

  6. NeoFronteras:

    Toda técnica tiene sus riesgos y lo «natural» sería que todavía estuviéramos en las cavernas, pero el ser humano quiere algo más a costa de algunas de esas componentes naturales. Tenemos civilización a un coste, no lo olvidemos.
    Los intereses empresariales son los que empujan la economía y quien lo niegue es que ignora la naturaleza humana. Un mundo dirigido por idealistas simplemente dejaría de funcionar, entre otras cosas porque la cantidad de gente dispuesta a ser un parásito social es ilimitada.
    Por otro lado, es la sociedad la que debe de imponer unos límites sensatos a las posibles extralimitaciones de las empresas, pero si hay que esperar a saber cómo funciona todo entonces no habría ningún producto, ni de esta clase ni de ninguna otra.
    El amor del «ecolojeta» por lo natural y lo limpio sin mácula, incluso a nivel genético en lo que llaman «contaminación genéticas» es simplemente un dogma ideológico. Es además un contrasentido y una barbaridad por imposibilidad física de implantación. Lo natural es morirse, lo natural es una seta venenosa, una picadura de serpiente, una bacteria asesina…
    Problemas ya los tenemos, solamente las especies invasoras producen millones de euros en pérdidas económicas y toda clases de desastres ambientales, siendo como son especies naturales.
    Comemos plantas mutantes y no hay mucha diferencia entre la selección artificial que hemos hecho hasta ahora con la ingeniería genética.
    Los que creen que en un algodón transgénico sin plagas o en un mundo con antibióticos perfectos sin enfermedades infecciosas se olvidan que los seres vivos evolucionarán para aprovechar esa comida gratis. La lucha es permanente.
    Al final seguro que habrá algún accidente en este sentido y habrá que hacerse a la idea. Cada vez que se construye un puente mueren obreros y no por ello hemos dejado de levantarlos.
    Es más fácil ser «ecolojeta» (no es una acusación hacia nadie en concreto) que obrero en un puente. El obrero si se cae se estrella, el «ecolojeta» tira de la anilla y un «paracaídas» le salva. Es fácil ser ecologista cuando se disfruta de una situación privilegiada (en cualquier sentido).

  7. tomás:

    En el tercer párrafo dice: «…una toxina que las paraliza…». Quisiera saber si se refiere a que las inmoviliza o a que detiene su metamorfosis ya que la oruga se mantendría mejor viva y sería más útil a las larvas si continuase alimentándose y haciendo su vida lo más parecido a lo normal.
    Tampoco hay que extrañarse de este proceso ya que no se diferencia tanto de lo que virus, bacterias y parásitos hacen con el ser humano.

    Por otra parte, Darwin fue un bendito. Pocas personas han sido tan nobles, humildes y honradas.

  8. NeoFronteras:

    Estimado tomás:
    La avispa paraliza el movimiento de la larva, como ésta no sigue comiendo, e incluso comen de ella, difícilmente puede alcanzar las condiciones fisiológicas suficientes como para que se dé la metamorfosis.
    En todo caso la interacción de la «toxina» con el cuerpo de la larva y la propia toxina quizás sea más complejas, pues 100 millones de años de evolución dan para mucho.

  9. ___Emilio:

    Neo:

    Evidentemente toda técnica tiene sus riesgos, pero eso no es un argumento, ¿o debo considerarlo como tal? Si así lo hiciese (considerarlo como un argumento) sería fácil utilizarlo ante cualquier problema:

    – el cambio climático va a acabar con millones de personas
    – es que toda técnica tiene sus riesgos…

    Se ve, claramente, que eso es un cliché, no una respuesta -y no te des por aludido (al igual que yo no me lo doy con lo de «ecolojeta»); es, simplemente, que yo quiero cuantificar el riesgo antes de apretar el gatillo y monsanto no. Así de sencillo.
    Decir que los intereses empresariales son los que empujan la economía no es correcto al 100%, los intereses nacionales (que son supra-empresariales) también potencian o despotencian la economía. Por ello existe la organización mundial del comercio. Y en todo caso, en el supuesto de que fuera cierto al 100%… podría añadirse «y así nos va…»
    Dices : «Por otro lado, es la sociedad la que debe de imponer unos límites sensatos a las posibles extralimitaciones de las empresas, pero si hay que esperar a saber cómo funciona todo entonces no habría ningún producto, ni de esta clase ni de ninguna otra.»
    Este argumento no lo entiendo bien: apliquémoslo a las alas de un avión. Evidentemente la gente tiene miedo a morir por el fallo de las alas, pero antes de ser puestas en un avión de pasajeros, ha habido cálculos de ingenieros, pruebas y test y ensayos de rotura, luego se construye un prototipo de avión y se carga de bultos y se sigue probando durante un período… hasta que se puede asegurar son seguras (sin que nadie pueda decir lo contrario a menos que sea un «avionojeta» que las alas han demostrado romperse en un ensayo no financiado por industrias de aviación).
    Actualmente, trasladada la posición de los transgénicos a las alas, la situación sería así: sé como hacer supertitanio, voy a fabricar un ala… ¿pruebas? uf, son complicadas y duran 30 años, pero mis informes (que he publicado en una revista científica de renombre… que, casualmente, su anterior director ha dimitido por sobornos… pero eso no es relevante) y nadie ha podido demostrar que sean alas débiles. Voy a montarlas… ok, no se rompen. Aunque hay un italiano que dice que a él se le han roto cargando el avión de ratas, pero las ratas no son semejantes a los humanos…. así que esperemos 30 años, con pasajeros reales para ver si tenemos una epidemia de roturas de aviones en pleno vuelo.
    Dices «Al final seguro que habrá algún accidente en este sentido y habrá que hacerse a la idea. Cada vez que se construye un puente mueren obreros y no por ello hemos dejado de levantarlos.»
    Eso no es cierto, simplemente. Hay decenas de puentes sin accidentes y cuando los ha habido es por empresarios que contratan portugueses ilegalmente y que no respetan las reglas del juego.
    Lo correcto sería decir: Monsanto ha construido siempre puentes y en ellos siempre mueren obreros… por algo será.
    Y, por lo que puedas pensar (ya que se habla de ellos pero sin nombrar quien) yo no soy Al Gore, pero tampoco soy el presidente de la empresa de gestión de residuos nucleares. No pretendo un mundo ideal, sólo que no la palme de un cáncer a los 50 años gracias a la labor de las multinacionales de la alimentación.
    Es muy poco lo que pido. Ni mundo ideal, ni mundo sin manchas. Sólo un poco de cárcel para los asesinos del comercio mundial -narcotráfico incluido-.

    Saludos!

  10. NeoFronteras:

    Estimado Emilio:
    Lo que hay que esperar es que sea la sensatez la que gobierne este tipo de decisiones. No hace falta ser un lumbreras para saber que un maíz transgénico con genes tóxicos o con genes para la resistencia a los pesticidas es una nefasta idea. Una cabra transgénica que dé en su leche el factor de anticoabulación de la sangre humana es muy buena idea. Al igual que un arroz con vitaminas. Y si no que se lo pregunten a los que han padecido una trombosis o un accidente cardiovascular. Es fácil ser puro de espíritu si se está sano. Cuando se está enfermo incluso el uso de embriones parece aceptable aunque se sea religioso.
    Negarse a este tipo de cosas por dogma desacredita el movimiento ecologista. A esto se le llama funcionar como una religión y no tener espíritu crítico. Por culpa de esta actitud es por la que al final nos cuelan otras cosas con la excusa esa de: «mira lo que dicen sobre esto estos tipos, así que en todo lo demás también deben de estar equivocados».
    La ecología es una ciencia, el ecologismo un movimiento político muy mal administrado.
    Los aviones se caen, los edificios y los puentes también. Se construyen con un margen de seguridad, pero éste no es infinito. La vida es correr riesgos y lo debemos de asumir. Pedir un avión perfecto es absurdo, sería como lo que piden los negacionistas de demostrar al 100% todo lo referente al cambio climático.
    Empresas depredadoras las hay. Algunas no lo son, porque aprendieron que la ley les podía hacer pagar caro sus desmanes ecológicos. A las primeras simplemente hay que controlarlas, para eso deben de estar las leyes. Pero si estamos entretenidos con otras leyes más «populares» el ecocida se salva.
    El ser humano, desde que apareció sobre la Tierra ha tenido un impacto. Por ejemplo, se sospecha que ayudó, y mucho, a extinguir toda la megafauna hace miles de años. Todo ello sin tecnología y con procesos consistentes en, por ejemplo, despechar una manada de mamuts en estampida por un precipicio.
    Nuestra propia existencia tiene un impacto y éste puede ser grande o pequeño.
    Nosotros, como animales políticos, somos los que tenemos que establecer las prioridades. Si nos fijamos en una cabra transgénica y no en que en 20 años ya habremos sentenciado ecológicamente este planeta es que hemos perdido el rumbo. En la toma de decisiones debe de reinar la sensatez y la racionalidad, y puede que las conclusiones no nos gusten desde el punto de vista político o religioso. Pues la razón siempre ha chocado con los dogmas, o lo que es lo mismo, con la pereza de aquel al que le es trabajoso pensar y prefiere un decálogo.
    Sólo como ejemplo políticamente incorrecto se podría decir que gran parte del crecimiento en la depredación ecológica se da porque emigrantes del tercer mundo que consumían muy poco emigran al primer mundo y pasan a consumir como habitantes del sitio al que llegan. Los habitantes del primer mundo no crecen en población por reproducción, sino por la inmigración. ¿Qué diría una persona progresista al respecto? ¿Y una persona religiosa de posibles leyes de control de natalidad?
    Este tipo de aspectos nos harán enfrentarnos a nuestras convicciones y a nuestro estilo de vida. El conflicto está servido y las decisiones, si se toman, serán duras para todos.
    Quizás al final ninguno esté dispuesto a ceder y todo se destruya. Eso sí, quizás las cabras que queden, si queda alguna, serán puras y sin genes extraños y camparán a sus anchas por un mundo absolutamente triste y desolado.
    En cuanto al maíz ni transgénico ni puro, en Europa siempre fue destinado para pienso ganadero. Esta moda de incluirlo en todos sitios es muy sospechosa.

  11. Jose Piñeiro:

    El problema del algodón que citáis no es por ser transgénico.
    El problema reside en que modificaron unas pocas semillas de algodón -se supone que de alto rendimiento- y se pusieron a plantarlas en todas partes.
    Al no haber variabilidad genética, una plaga puede afectar a toda la población. Cuando la población de la plaga es enorme, es fácil que haya mutaciones que puedan contaminar otras variedades.
    Como ves, en este proceso es indiferente que la planta haya sido modificada genéticamente.
    Actualmente se tiende a cultivar solo la variedad de alto rendimiento, en la idea de que así obtendremos mayor producción.
    Antiguamente se plantaba una mezcla de variedades, de esa manera en caso de plaga -cosa mas que probable- siempre sobreviviría la mayor parte de la cosecha. Esta estrategia da menor producción pero sabes que siempre vas a recoger algo. Es como poner los huevos en cestas diferentes.
    Creo que los ecologistas harían mejor en preocuparse por la variación genética y no en la manipulación genética.

  12. tomás:

    Estimado Neo:
    Con lo asombroso que es el artículo, qué pena haber derivado mayoritariamente hacia una cuestión tan lateral como el riesgo de los transgénicos. Pero todo ayuda al conocimiento. Yo quisiera saber y no encuentro suficiente información si todos los virus mueren -o digamos se «desorganizan»- aislados o en un medio estéril o si tardan unos días en ello si no infectan una célula, como parece apuntar Ramonmo, y si su cristalización es su estrategia defensiva para resistir mejor una mala época.
    Un agradecido saludo haya o no una respuesta.

  13. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    Los virus cristalizan sólo cuando el ser humano quiere estudiarlos y con mucha suerte. Es la única manera de hacer cristalografía de rayos X.
    Hay muchas clases de virus, pero su resistencia fuera del cuerpo suele ser escasa. A veces, como el de la gripe, basta el calor del verano para que duren escasos minutos o segundos fuera del ser humano.

  14. Gloria:

    Hola:
    Ahora quisiera saber si el virus puede afectar a humanos u otros animales y por qué; y de que manera ataca el organismo de la oruga.

    Gracias y ¡qué interesante artículo!

  15. NeoFronteras:

    En principio no afecta a los humanos.

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