Relaciones y teléfono móvil
Según un estudio reciente su teléfono móvil sabe más acerca de su vida privada de lo que usted mismo sabe.
El estudio abre las puertas a un estudio masivo de datos telefónicos que permitiría a los investigadores comprobar teorías sobre cómo se establecen y rompen las redes sociales en los negocios, la forma del flujo de la información o incluso cómo estás afectan el curso de las epidemias.
El gran problema de los científicos sociales son los datos limitados de los que disponen. No sólo porque la gente se resiste a ser encuestada, sino que además cometen muchos errores a la hora de recordar sus propios comportamientos. Lo que les gustaría a este tipo de científicos es disponer de un amplio registro de los comportamientos sociales que sea barato y preciso.
Los registros de llamadas en los móviles (o celulares) pueden ciertamente proporcionar una enorme cantidad de datos de forma económica. Los científicos pueden usar esos datos para estudiar las redes sociales de la gente. Utilizando la duración y frecuencia de las llamadas entre dos interlocutores se puede además medir la intimidad que hay entre ambos. Realizando estas dos tareas se puede poner de relieve los patrones en los contactos entre estas dos personas tanto en el espacio como en el tiempo, algo que es crucial para modelar todo, desde cotilleos o chismorreos a cómo la gripe se extiende por la población.
Pero, ¿con qué precisión los patrones de llamadas telefónicas reflejan la intimidad de una relación? Después de todo algunas veces los amigos más cercanos no se llaman mucho entre sí, mientras que a otros, que les gusta mucho llamar por teléfono, llaman a todo el mundo.
Pata poner los datos telefónicos a prueba, un equipo de investigadores dirigidos por Nathan Eagle, del Massachusetts Institute of Technology, entregó teléfonos móviles a 94 estudiantes y profesores del MIT. Durante 9 meses un software instalado en los móviles hizo un seguimiento de las llamadas que realizaban estos voluntarios. En el mismo periodo de tiempo los investigadores hicieron acopio de los datos de los participantes de la manera tradicional, preguntándoles sobre quiénes eran sus amigos, conocidos o extraños. Finalmente, los sujetos puntuaron la satisfacción que les producía su trabajo, factor que se ha demostrado que está fuertemente correlacionado con el número de amigos en el lugar de trabajo.
Analizando solamente los patrones de llamadas, los investigadores pudieron etiquetar a cada pareja de personas como amigos o no amigos en un 95% de las ocasiones. Pero los resultados muestran que los datos procedentes de los móviles eran mejores a la hora de predecir la amistad que los propios sujetos implicados. Entre los voluntarios 32 parejas que habían sido consideradas en principio sólo conocidos por el método tradicional de análisis pasaron a ser considerados amigos por el análisis telefónico. Según los investigadores, estas relaciones se formaron durante el curso de la investigación, y dejaron una señal clara en los datos telefónicos. Los amigos se llaman más a menudo que los simples conocidos cuando están fuera del campus universitario o durante los fines de semana. El patrón es tan distintivo que los investigadores encontraron en los datos relaciones de amistad meses antes de que los propios implicados se reconocieran a sí mismos como amigos.
Finalmente, el equipo comparó la satisfacción personal en las ocupaciones laborales de los voluntarios con la red de amistad en el lugar de trabajo. Como los teléfonos podían hacer un seguimiento de la proximidad con otro teléfono con el que se ha establecido una llamada, los investigadores pudieron medir el contacto diario de los voluntarios con sus amigos en el trabajo, no sólo a través de las llamadas, sino a través de su proximidad. Como estaba previsto, cuantos más contactos tenía la gente con amigos del trabajo mayor era su satisfacción en su trabajo. Y cuantos menos contactos cara a cara con amigos en el lugar de trabajo menos decían disfrutar de su trabajo.
Según Brian Uzzi, del Northwestern University en Evanston (Illinois), el hallazgo de que no es necesario preguntar a la gente sobre sus relaciones, sino que basta con el estudio de su patrón de llamadas, es muy nuevo. La siguiente cuestión es si los nuevos métodos de mantener el contacto con amigos, como el correo electrónico o las web sociales, están debilitando la necesidad de la proximidad física de los amigos. Según Uzzi, Facebook no cuenta tanto y el contacto cara a cara todavía importa mucho.
Lo que no dicen estos investigadores es qué pasaría si este tipo de datos cae en malas manos.
Fuentes y referencias:
Noticia en Science.
Artículo original (resumen).
Foto cabecera: “on the phone”, por bookgrl, vía Flickr.
Comentarios
Sin comentarios aún.
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.