Aerogeneradores no tan malos
Un estudio sugiere que la instalación de aerogeneradores en el mar puede ser incluso beneficioso para la vida submarina.
En países avanzados ya se está investigado con aerogeneradores situados en el mar. En esa situación, alejados de la costa, el viento es más constante y la energía eólica más rentable. Ahora esta idea de la energía eólica marina se extiende por el norte de Europa y se está planteando también en China, EEUU, India o Japón. Este tipo de tecnología se está desarrollando rápidamente y se espera que en un futuro se construyan grandes formaciones de miles de aerogeneradores cubriendo varios kilómetros cuadrados.
Pero la instalación de estas turbinas no es trivial. Para que su instalación sea práctica el lecho marino no puede estar a mucha profundidad, así que estos sistemas no se pueden instalar en cualquier sitio.
Cómo reaccionará la vida marina a todo esto no está muy claro y muchos proyectos investigan el impacto del ruido, sombras, hélices en movimiento, campos electromagnéticos, etc.
Sin embargo, parece que los cimientos de estas turbinas podrían ser ecológicamente favorables. Tanto en tierra como en el mar la arena impide el asentamiento de la vida. Una duna o un banco de área submarino no parece que contengan mucha vida, el movimiento de la arena no la favorece. Así por ejemplo, si se quiere hacer una buena inmersión de submarinismo hay que hay que bajar a una formación rocosa o a un arrecife y no a un insulso banco de arena.
La cimentación de las turbinas ofrece algo así como un arrecife artificial sobre el que crecen mejillones o percebes y puede ser refugio para cangrejos y peces. Según dice Dan Wilhelmsson, del departamento de zoología de la Universidad de Estocolmo, este florecimiento de la vida marina puede ser modulado diseñando la cimentación con las directrices adecuadas.
Esta función ya era conocida desde hace años cuando se utilizaban formaciones rocosas artificiales, como en rompeolas, puertos, estructuras para evitar la erosión de costas, etc. También se ha visto este impacto positivo sobre la vida marina en el caso de los pecios y aviones hundidos.
Wilhelmsson ha estudiado cómo los aerogeneradores pueden constituir buenos habitats para peces, cangrejos, langostas y plantas. Ha demostrado que el lecho marino en la vecindad de una turbina de este tipo tiene una mayor densidad de peces comparado con las áreas sin aerogeneradores. Esto se daba incluso cuando en el lecho ya había rocas o algas. Algo similar se puede decir para los moluscos, que presentan buenas condiciones de crecimiento. Los cangrejos, langostas también incrementan su población, sobre todo cuando, según los experimentos, se practican agujeros en los bloques de hormigón de la cimentación.
Sin embargo, entre los factores negativos de estos «arrecifes artificiales» está que ciertas especies tengan un impacto negativo sobre otras. El número de depredadores puede aumentar y hacer que la población de ciertos organismos disminuya. Básicamente se produce un re-equilibrio entre las distintas especies.
Aún así Wilhelmsson opina que estas instalaciones posiblemente lleguen a funcionar como arrecifes ecológicamente productivos, sobre todo si la cimentación es diseñada con cuidado, y que su impacto negativo sea mínimo.
Esos sí, nada podrá compensar el impacto visual de los aerogeneradores.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Foto: Scaldis-smc.
1 Comentario
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domingo 1 mayo, 2011 @ 1:04 am
Creo que los aerogeneradores marinos, si se evitan los pasos migratorios, solo poseen impactos positivos.
Queda la cuestión de el impacto visual, pero es algo subjetivo, aunque en los estudios ambientales siempre se suele ver como algo negativo. Pero creo que la estampa de un amanecer viendo en el horizonte como se produce energía sin destrozar a Gaia, sería bellisimo.