NeoFronteras

Detectan planetas errantes

Área: Espacio — martes, 24 de mayo de 2011

Podría haber cientos de miles de millones de planetas errantes vagando por nuestra galaxia sin una estrella a la que orbitar, planetas que una vez fueron expulsados de sus sistemas planetarios.

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Concepción artística de lo que podría ser una planeta errante de tipo joviano. Podría haber más planetas errantes que estrellas. Fuente: NASA/JPL-Caltech.

Hay muchos mundos, pero, la inmensa mayoría de los que conocemos, no están en éste. A los más de 500 planetas extrasolares conocidos hay que añadir ahora otros que flotan libremente entre las estrellas.
Un grupo internacional de astrónomos ha descubierto una nueva clase de planetas errantes de tipo joviano que flotan aislados en la inmensidad del espacio vacío lejos de cualquier estrella. El equipo cree que estos planetas solitarios fueron probablemente expulsados de sus sistemas solares cuando éstos se formaban.
El hallazgo se basa en una campaña que barrió el centro de la Vía Láctea durante el periodo 2006-2007 y que reveló la presencia de 10 de estos objetos con una masa similar a la de Júpiter. Estos planetas huérfanos son muy difíciles de ver y han pasado desapercibidos hasta ahora. Los objetos encontrados se encuentran a una distancia de entre 10.000 y 20.000 años luz de la Tierra, pero seguro que hay otros similares mucho más cerca de nosotros y que no podemos detectar.
La existencia de este tipo de planetas se había postulado hace tiempo y finalmente se han podido detectar en un bonito ejemplo de la aplicación del método científico.
Según los expertos del campo, este hallazgo tiene grandes implicaciones para los modelos de formación y evolución planetaria.
El descubrimiento indica que debe de haber más cuerpos flotantes de este tipo con la masa de Júpiter de los que podemos ver. El equipo estima que debe haber dos veces más de estos planetas huérfanos que estrellas en nuestra galaxia, así que serían tan corrientes como los planetas que orbitan las estrellas. Por tanto, hay cientos de miles de millones de este tipo de cuerpos en la Vía Láctea. Esta estimación se basa en una extrapolación estadística realizada sobre los datos obtenidos de una pequeña región de nuestra galaxia.
La técnica usada no es lo suficientemente sensible como para detectar planetas con masas menores a las de Júpiter o Saturno, pero, según sugieren los modelos de formación de sistemas planetarios, deben de expulsarse también planetas de masas menores. Probablemente, los planetas errantes de baja masa son más numerosos que los jovianos en esa misma situación.
En el pasado ya se habían observado objetos gaseosos que no llegan a ser estrellas porque carecen de suficiente masa, se trata de las enanas marrones. No pueden mantener reacciones de fusión al uso como las demás estrellas (algunas sí pueden fusionar deuterio durante un tiempo) debido precisamente a esta baja masa que no crean las condiciones de presión y temperatura necesarias en su núcleo. Son objetos que están a medio camino entre una estrella y un planeta joviano.
Se cree que es muy probable que los planetas sean eyectados en las turbulentas y tempranas etapas de la formación de sistemas solares por culpa de encuentros gravitatorios cercanos con otros planetas o estrellas. Sin una estrella sobre la que orbitar, estos planetas huérfanos se mueven por la galaxia de igual modo que los hacen las estrellas, en una orbita estable alrededor del centro galáctico.
Este descubrimiento apoya precisamente este tipo de escenario y sugiere que los sistemas planetarios terminan siendo inestables y los planetas son expulsados del lugar de su nacimiento frecuentemente. Esto es lo que predecían los modelos computacionales, pero este estudio proporciona justo una medida de cómo de frecuente se da esto.
Sin embargo, las observaciones no pueden descartar la posibilidad de que los planetas detectados puedan tener órbitas muy grandes alrededor de alguna estrella, aunque esta posibilidad se considera muy rara.
La campaña se denominada MOA (Microlensing Observations in Astrophysics) en parte por el ave gigante que habitó una vez en Nueva Zelanda (cazado hasta su extinción) y ha usado el telescopio de 1,8 metros del Monte John (Nueva Zelanda). Se trataba de buscar eventos de microlente gravitatoria.
Este fenómeno de microlente gravitatoria es explicado por la Relatividad General. Cuando un objeto se interpone entre el observador y una fuente de luz distante puede curvar la trayectoria de la luz procedente de la fuente (al curvar el espacio que le rodea) y actuar como una lente.
De este modo, cuando un cuerpo, como estos jovianos errantes, pasa por delante, aunque lejos, de una estrella (siempre según nuestra perspectiva) puede hacer que la luz de la estrella parezca más brillante durante un tiempo. El efecto puede ser más o menos intenso o durar más o menos dependiendo de la masa del cuerpo en cuestión. De los cientos de eventos de este tipo observados (474 para ser exactos), los investigadores creen que 10 corresponden casi seguro a planetas errantes.
Si el planeta orbita una estrella a cierta distancia, entonces su estrella también produce un evento de microlente, pero más intenso. Observar o no este efecto permite discernir casos de planetas errantes de los que no lo son.
Aunque diez planetas errantes no parezcan mucho, los eventos de microlente gravitatoria son muy raros ya que requieren una alineación perfecta para que se den. En esta campaña, para poder observar estos eventos aquí relatados, se vigiló 50 millones de estrellas durante dos años.
Una segunda campaña (OGLE), llevada a cabo en La Silla (Chile) con un telescopio de 1,3 metros, ha observado el mismo tipo de eventos y confirma, por tanto, los resultados de MOA de manera independiente.
Una futura misión de la NASA (si hay voluntad y financiación) denominada WFIRST (Wide-Field Infrared Survey Telescope) podría estudiar este tipo de objetos y evaluar mejor su abundancia. Se cree que podría descubrir unos 1000 objetos de este tipo.
Si un planeta como Júpiter fuera expulsado del sistema solar su temperatura sólo bajaría 15 grados centígrados y todavía podría ser apropiado para la vida. Además podría llevarse consigo algunos de sus satélites naturales. Incluso planetas tipo supertierra que fueran expulsados podrían mantener agua líquida si tuvieran atmósferas densas de hidrógeno. Varios expertos creen que es posible que haya vida en planetas errantes.
Según se ha especulado, la vida en la Tierra podría haberse originado gracias a que algún cuerpo flotante chocó contra nuestro sistema solar hace miles de millones de años. Esperemos que algo así no vuelva a pasar por aquí.
El ser humano siempre busca patrones para entender el mundo que le rodea, inventa clasificaciones, nombres u ordenaciones que le ayuden en esa tarea. Ahora ya parece que la vieja distinción entre estrellas y planetas se diluye según vamos descubriendo más objetos en el Universo. Podemos afirmar que hay toda una gradación entre las estrellas más masivas y los planetas enanos o asteroides, pasando por enanas marrones, jovianos errantes, supertierras… Ya incluso la definición de planeta errante es una contradicción de términos debido a la propia definición que planeta. ¿Cómo los podemos llamar?, ¿cuerpos gaseosos flotantes no radiativos?, ¿objetos subestelares a la deriva?
Al final el Universo siempre es un lugar mucho más interesante de lo que en un principio habíamos pensado.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Hipotéticos planetas errantes con vida.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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1 Comentario

  1. xxpabloxx:

    Una hipotética civilización en alguno de estos mundos errantes, creo que viviría al igual que issac asimov lo esbozo en alguna de sus novelas, sería hacia el interior del planeta.

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