Habrá que esperar 300.000 años para volver a niveles normales de dióxido de carbono
Tal como dicen los registros del pasado, la vuelta a niveles normales de dióxido de carbono sólo llevará 300.000 años.
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Si queremos saber cómo se comportará este planeta bajo la amenaza del cambio climático nada mejor que estudiar qué es lo que sucedió en el pasado.
Un estudio reciente basado en lo que se dio hace 93 millones de años en la Tierra sugiere que el nivel de CO2, actualmente excesivo debido a lo que hemos arrojado a la atmósfera recientemente, volverá a sus niveles normales en 300.000 años una vez se hayan detenido las emisiones.
El CO2 sigue un ciclo que tiene una parte geológica. Puede fijarse temporalmente en la materia orgánica que forma los bosques, pero su secuestro a largo plazo sólo se consigue cuando se combina con las rocas. Esta es la razón por la cual hace un siglo había menos CO2 que hace muchos millones de años, pues se ha ido fijando a las rocas.
La tectónica permite devolver ese CO2 a las atmósfera a través de fenómenos como el vulcanismo. Sin tectónica nos habríamos quedado hace mucho tiempo sin CO2, sin fotosíntesis y sin vida en este planeta. Esto es algo que pasará en el futuro. Mientras tanto el precio que pagamos es un terremoto de vez en cuando.
En un breve periodo de tiempo hemos emitido mucho dióxido de carbono a la atmósfera al consumir combustibles fósiles. Esto está produciendo un cambio climático y un cambio en la química de los océanos, circunstancias que en el pasado dieron lugar a extinciones masivas.
En este estudio de científicos de la Universidad de Oxford se analizaron rocas en diversas localizaciones para investigar que le ocurrió al CO2 emitido durante 10.000 años de erupciones volcánicas hace 93 millones de años. Estos científicos estudiaron en concreto el Evento Oceánico Anóxico 2 (EOA2) del Cretácico tardío, durante el cual se emitieron 10 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera en ese periodo de tiempo. Este evento elevó la temperatura oceánica en el ecuador en 3 grados centígrados y causó la extinción del 53% de la vida marina. Para la vida marina esto fue tan devastador como el impacto del meteorito para vida en tierra firme hace 65 millones de años y que se llevó a los dinosaurios por delante.
El CO2 de la atmósfera se disuelve en el agua de lluvia y esta, al caer, reacciona con las rocas como el granito y basalto y las erosiona y disuelve en proceso de meteorización química. Al final el CO2 termina en los océanos en donde una buena proporción es atrapada en las conchas de animales marinos. Si la temperatura es elevada este proceso de erosión se acelera y se almacena más CO2.
Los investigadores encontraron que durante el EOA2 el proceso de meteorización química aumentó según el mundo se calentaba y permitió que al cabo de 300.000 años se volviera a un clima más frío. Este tiempo de recuperación es cuatro veces más rápido de lo que se había pensado hasta ahora.
Según Philip Pogge von Strandmann mirar este evento es como imaginar que de la Tierra desaparecieran todos los humano y ver qué pasas, pues las emisiones volcánicas de CO2 son similares a las que ahora realizamos. Así que podemos saber cómo se recuperaría el clima del planeta una vez que desapareciéramos. Las malas noticias es que se necesitarían 300.000 para ello.
Reconstruir la meteorización química del pasado no es fácil, pues las plantas y animales intervienen en el proceso. Este equipo de investigadores usó un técnica recientemente desarrollada que se basa en el análisis de isótopos de litio y caliza marina, pues el litio no interviene en la biología de los organismos, pero sí en la meteorización química.
El efecto de la meteorización química fue una fertilización del océanos que hizo crecer mucho la población de ciertas especies, lo que disminuyó el oxígeno disuelto en el agua, lo que mató al 50% de la vida marina y así se crearon grandes zonas muertas de plantas y animales en descomposición.
En la actualidad se producen zonas muertas en los mares debido al abuso de fertilizantes químicos.
La Tierra se puede recuperarse de un exceso de dióxido de carbono cuatro veces más rápidamente de lo pensado, pero aún así se necesitan nada menos que 300.000 años y tiene que pasar previamente por una extinción masiva.
Estos investigadores alertan de que si no queremos enfrentarnos a una extinción de estas características hay que hacer algo para eliminar el dióxido de carbono de nuestra atmósfera.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4161
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
3 Comentarios
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sábado 20 julio, 2013 @ 8:34 am
Habría que hacer algo… ¿No habría forma de multiplicar fauna marina que precisa del carbonato cálcico? Por ejemplo fomentando el consumo de moluscos y no echando al mar sus conchas; ahí tendríamos un buen sumidero. Eso permitiría también alimentar a buena parte de esta humanidad que se niega a disminuir. Por otra parte la conocida y elemental forestación masiva.
miércoles 24 julio, 2013 @ 5:19 pm
Lo planteado en este artículo parece ser incoherente.
A principios del Cretáceo la concentración de CO2 en la atmósfera (se estima) estuvo en 2000 partes por millón y al término del período llegaba a 1000 partes por millón (descendiendo gradualmente durante esos 100 millones de años), La actual va por 400 ppm.
La temperatura global media fué uniformemente mayor a 20 grados centígrados durante todo el período Cretáceo, y el descenso a la media actual (estimada en 14 grados), sólo se inició durante el Terciario (hará unos 40 millones de años). Este descenso brusco es perfectamente explicable por la Deriva Continental que situó a la Antártida justo en el polo sur, mientras que el 70% de las masas continentales se concentró en el Hemisferio Norte, lo que provocó el congelamiento de los polos y las consiguientes glaciaciones del Cuaternario.
Por otra parte, la gran extinción masiva (atribuida -entre otros factores- a un período de intenso vulcanismo en lo que hoy es Siberia) a la que aquí parece aludirse debiera ser la ocurrida durante la transición Pérmico-Triásico, es decir, 150 millones de años antes de lo que aquí se menciona.
En todo caso, una extinción masiva durante el cretáceo no aparece en la literatura habitual, y por el contrario se tiene por entendido que la alta temperatura, ausencia de hielo en los polos y gran predominio de mares sobre continentes daban lugar a un ambiente cálido, estable y húmedo, que permitía una biota exhuberante, dominada por los dinosaurios.
Sería deseable un análisis más detenido de este trabajo científico, con más detalles, y evitando el sensacionalismo que hoy distorsiona cualquier información con la ideología «calentamientoglobal-cambioclimático», y con la absurda demonización del CO2.
Parece altamente improbable que científicos serios hayan querido plantear en tales términos lo que aquí se publica.
miércoles 24 julio, 2013 @ 7:36 pm
josé Manuel Henriquez:
En realidad para ser correctos habría que decir que hubo 5 grandes extinciones masivas. Pero extinciones masivas hubo más de 5. En este estudio se señala a una de ellas.
Lo que se dice en la entrada lo afirman los responsables del estudio, sea sensacionalista o no.
En cuanto al estudio del cambio climático en general, en la comunidad científica siempre será bienvenido cualquier estudio científico en un sentido u otro.
Por lo demás sólo recordar que en NeoFronteras no está permitida la apología del negacionismo climático al tratarse de una ideología y no de una corriente de pensamiento científico (al menos de momento). Es una de las reglas de participación, guste o no, y ahorra mucho tiempo.