Sin bromo no hay animales
El bromo es esencial para el desarrollo de tejidos en todos los animales, desde la criatura marina más primitiva al ser humano.
La vida surgió a partir de los elementos que había disponibles, de los más abundantes. En el Big Bang se generó hidrógeno y helio principalmente. El helio es químicamente inerte, así que no puede formar parte de ninguna bioquímica. Los demás elementos, como el carbono, oxígeno o nitrógeno se sintetizaron en el horno termonuclear de las estrellas.
Todos los seres vivos de la Tierra compartimos todos esos elementos abundantes para crear las moléculas orgánicas, para sintetizar nuestro ADN o nuestras proteínas. Sin embargo, hay elementos que son usados en menor medida y que dependen del tipo de ser que se sea. Así por ejemplo, si uno es un vertebrado usará hierro en la hemoglobina de las células rojas de su sangre para transportar oxígeno. Pero algunos moluscos, arácnidos y crustáceos usan hemocianina, molécula que contiene cobre en su centro activo. Su sangre no es roja, sino azul verdosa.
El último de estos oligoelementos para el que se ha descubierto función biológica es el bromo. Al parecer, el elemento número 35 de la tabla periódica es esencial para el desarrollo de tejidos en todos los animales, desde la criatura marina más primitiva al ser humanos. Sin bromo no hay animales. De este modo el bromo hace el número 28 de los elementos que intervienen directamente en la vida.
Un grupo de investigadores de Vanderbilt University ha demostrado que las moscas de la fruta mueren si el bromo es eliminado totalmente de su dieta, pero sobreviven si se les aporta.
Este resultado es importante porque quizás permita el tratamiento de ciertos trastornos. Así por ejemplo, se ha podido ver que ciertos pacientes pueden tener deficiencia en bromo. El aporte de bromo podría mejorar la salud de pacientes en diálisis o bajo alimentación parenteral.
El estudio es el último de una serie de estudios en los que se intenta definir el papel del colágeno IV en los tejidos animales, incluyendo las unidades filtradoras que hay en los riñones.
Todo comenzó en los años ochenta, cuando dos enfermedades raras de los riñones llevó al descubrimiento de unas proteínas que sujetan la molécula de triple hélice del colágeno IV a la manera como lo hacen los cables de un puente colgante. Cuando estas proteínas eran defectuosas se producían esas enfermedades.
Este mismo grupo de investigadores descubrió en 2009 que se producía una unión entre átomos de azufre y nitrógeno que actuaban de sujeciones para así conectar entre sí las moléculas de colágeno IV y así formar el andamiaje celular. Unas uniones defectuosas pueden disparar una respuesta autoinmune en lo que se llama síndrome de Goodpasture.
En 2012 descubrieron que estas uniones se formaban gracias a la enzima peroxidasina. La peroxidasina está presente en todo el reino animal y puede jugar un papel negativo al permitir una deposición excesiva de colágeno IV, que en el caso de los riñones hace aumentar el grosor de la membrana y llevar a un fallo renal.
En este estudio se demuestra que el único y esencial papel de los iones de bromo es actuar de cofactores al permitir que la peroxidasina forme las uniones de azufre. Así que el bromo es esencial para el buen desarrollo de los tejidos en los animales.
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Esquema de cabecera: Vanderbilt University.
1 Comentario
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jueves 12 junio, 2014 @ 7:21 am
Creo que todos hemos sabido de ese bulo o realidad del «bromuro». ¡Ciencia militar!