NeoFronteras

Tiburones ballena y ADN ambiental

Área: Biología,Genética — domingo, 27 de noviembre de 2016

Usan el ADN distribuido por el agua del mar para estudiar a los tiburones ballena.

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Bucear al lado de un tiburón ballena (Rhincodon typus) o un grupo de ellos es una de las experiencias que todo submarinista quiere tener.

El tiburón ballena es esquivo. Aunque a veces se reúne en ciertas localizaciones costeras en donde se le puede estudiar, el resto de su vida es un enigma para los investigadores. Se desconocen, por ejemplo, los posibles lugares de reunión que puedan tener en mar abierto.

Lamentablemente, este pez del tamaño de un autobús escolar, como otros seres vivos de este planeta, corre peligro de extinción. Es importante saber el tamaño de las poblaciones y la variabilidad genética de este misterioso ser para poder tomar medidas que eviten su desaparición. Ahora se está empezando a atisbar cómo es la vida de estos peces gracias al ADN ambiental.

Nos rodea una gran cantidad de información que todavía no hemos empezado a aprovechar. No está en los libros, ni en Facebook, ni en Internet, ni en la nube. Consiste en el ADN de todos los seres que nos rodean. No sólo está en sus cuerpos, sino en el propio ambiente en el que viven. Así, los procesos naturales mediante los cuales se renuevan las células de la piel de un vertebrado van dejando un rastro de él a lo largo del camino por dónde ha pasado. También deja un rastro cuando el animal es herido de alguna manera. Una vez muere, sólo su cadáver desperdigará al medio los últimos vestigios de información organizada en forma química que fue su vida.

En el océano ese ADN es mezclado y difundido, pero tiene una vida bastante limitada, pues la luz ultravioleta y los microbios descomponedores trocean este ADN en pequeñas piezas irreconocibles en unos pocos días. Por tanto, esto proporciona una información temporal. Si, por ejemplo, un grupo de tiburones ballena ha pasado por un lugar, dejarán un registro del hecho, algo que ya no se podrá ver al cabo de unos días.

Un grupo de investigadores ha estado recolectando muestras de este ADN ambiental para saber más sobre estos seres acuáticos. La idea era conocer el tamaño de las poblaciones y su salud, así como sus características genéticas.

El origen de este proyecto de investigación se remonta a 2007, cuando un trabajador de una plataforma petrolífera catarí en el campo Al Shaheen, que está en mar abierto a 80 Km de la costa arábica, se dio cuenta de la presencia de unos 100 tiburones ballena cerca de la superficie. Al parecer esta especie frecuentaba estas aguas y el lugar se convirtió en uno de las mejores localizaciones del mundo para estudiar esta especie.

Eva Egelyng Sigsgaard (Museo de Historia Natural de Dinamarca) y sus colaboradores recolectaron agua marina que contenía células epiteliales y de otros orígenes (heces, orina, etc) de muchos seres vivos que viven en ese medio. Separaron las células del resto y extrajeron y secuenciaron el ADN mitocondrial. Gracias a un software especialmente diseñado, extrajeron información genética correspondiente a los tiburones ballena. Resultó que la información obtenida de esas células era un buen indicador de la actividad reciente de estos peces.

A partir de esta información, los investigadores estiman que el total de hembras reproductivas de tiburones ballenas es de unos 71000-75000 ejemplares, lo que refleja la población de estos seres en el conjunto Indo-Pacífico. Además, han descubierto que de esta población total del Indo-Pacífico se divide en dos grupos genéticos. También estimaron que la población diaria en el campo Al Shaheen era de unos 124 ejemplares.

De todos modos, el ADN ambiental proporciona una cota inferior a la población total, así que es de suponer que el número total de estos peces en el conjunto Indo-Pacífico sea muy superior.

Otra fuente de error son las corrientes marinas, que pueden traer ADN de poblaciones distantes que alteren la estadística local, aunque con la restricción de la escasa durabilidad de este ADN no parece muy importante.

Este estudio ya no es el único que emplea el ADN ambiental. Un equipo danés ha publicado recientemente en PLOS ONE un trabajo similar realizado en las costas de Groenlandia sobre otras tipos de peces, lo que les permite saber qué especies son probables de ser capturadas en aguas profundas.

Este tipo de técnica ya es mucho más barata que la opción de arrastrar redes de captura para conseguir muestras y puede ser usada en ambientes en donde no funcionen bien las tradicionales. Así, por ejemplo, es de esperar que se pueda determinar la biodiversidad marina en hábitats en donde sea difícil acceder o en donde sea complicado conseguir muestras, como los fondos marinos rocosos, lugares en donde se pueden esconder los animales. Posiblemente, esta técnica revolucionará la investigación oceanográfica.

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Fuentes y referencias:
Artículo original
Foto. Steffen Sanvig Bach, Maersk Oil Research and Technology Centre, Qatar.

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7 Comentarios

  1. apalankator:

    Este método me parece el colmo de la elegancia, infinitamente más rápido, barato y fiable que cualquier otro método para conocer la presencia y abundancia de especies. Mis felicitaciones a los investigadores.

  2. NeoFronteras:

    Y bonito.

  3. Paleocienciablog:

    Me acabo de quedar a cuadros. Esto es brutal.

  4. JavierL:

    Todo lo que tomó secuenciar ADN por primera vez… Y que ahora podamos rápidamente diferenciar entre un coctel de adn aquellos que queremos es un gran avance tecnológico. Es sorprendente.

    A este paso pronto ubicaremos un asesino con sensores en el sistema de aguas servidas. (O un disidente político)

  5. apalankator:

    Muy interesante aplicación del método seguido por estos investigadores, señor JavierL, seguro que vendrán más.

  6. Miguel Ángel:

    Querido amigo JavierL:

    Como muy bien apuntas, puede ser igualmente útil en el caso de cadáveres humanos que hayan sido arrojados al agua.

    Abrazos.

  7. Tomás:

    Ciertamente, resulta asombrosa esa capacidad de investigar y esa precisión al separar el grano de la paja en medios tan amplios y con tan mínimas partículas.

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