NeoFronteras

Micrometeoritos urbanitas

Área: Espacio — jueves, 8 de diciembre de 2016

Consiguen aislar micrometeoritos provenientes de los tejados de edificios de grandes ciudades.

Foto
Imágenes de microscopía electrónica de micrometeoritos de distinto tipo y composición. Fuente: M.J. Genge, J. Larsen, M. Van Ginneken y M.D. Suttle.

Posiblemente, debido a nuestra historia cultural, creemos que nuestro planeta, la Tierra, es un mundo aparte del resto del Universo, al igual que creemos que nosotros, los humanos, no somos animales y que la distancia que media entre ellos y nosotros es infinita.

Sin embargo, no hace falta soñar con viajar por el Universo, pues ya estamos en él y vivimos en una maravillosa película de ciencia ficción cada noche cuando miramos a la Luna o las estrellas, sólo hace falta ver y ser consciente de ello.

Puede parecer iluso creer que podemos recolectar algunas muestras del polvo cósmico procedente de las rocas que formaron los planetas de nuestro Sistema Solar hace 4600 millones de años. Desde los años cuarenta del pasado siglo se sabe que este tipo de polvo cae continuamente de forma de micrometeoritos a través de nuestra atmósfera.

Lo difícil es distinguir este polvo cósmico del resto de partículas de polvo que se generan en el mundo, sobre todo desde que los procesos industriales empezaron introducir todo tipo de partículas en la atmósfera. Por esta razón se viaja a sitios prístinos libres de polvo como los hielos de la Antártida a recolectar este tipo de muestras. Sin embargo, ahora se ha conseguido recolectar este tipo de muestras en el ambiente altamente contaminado de tres ciudades: París, Berlín y Oslo.

Todo comenzó cuando el científico aficionado noruego Jon Larsen contactó con el Imperial College London para contarles que había conseguido extraer este tipo de polvo en una ciudad. Matthew Genge (Imperial College London) se mostró escéptico, pues las veces anteriores que se había informado de este tipo de hallazgo resultó que eran partículas de origen industrial cuando fueron analizadas por los científicos. Pero esta vez resultó ser verdad.

Los investigadores cribaron 300 kg de suciedad de los tejados de las ciudades mencionadas y separaron las partículas metálicas del resto con un imán. Un cuidadoso análisis bajo el microscopio les llevó a identificar 500 granos (con n) de origen extraterrestre.

Las partículas metálicas recolectadas medían unos 0,3 mm de diámetro en lugar de los habituales 0,01 mm. Además, no presentaban los cristales en forma de plumas que tiene las partículas, mucho más antiguas, recolectadas en la Antártida.

Genge especula con que estas diferencias se pueden haber dado debido a cambios orbitales, a lo largo de millones de años, de los planetas del Sistema Solar, lo que habría producido alteraciones gravitatorias que habría alterado la trayectoria de estas partículas en el espacio, lo que, a su vez, cambiaría la velocidad relativa de estas partículas con la atmósfera terrestre.

Según los cálculos realizados, este polvo cósmico recolectado en las ciudades entra en la atmósfera a 12 Km/s, lo que les hace ser las partículas de polvo más rápidas nunca encontradas.

Según Genge la ventaja obvia de esta nueva aproximación es que es mucho más fácil recolectar este tipo de polvo en las cercanías que tenerse que ir a la Antártida.

“El hallazgo es importante porque si tenemos que analizar el polvo cósmico fósil recolectado de antiguas rocas para reconstruir la historia geológica de nuestro Sistema Solar, entonces necesitamos comprender cómo este polvo es alterado por el empuje continuo de los planetas”, añade.

De todos modos, no deja de ser extraño el “descubrimiento”, pues en muchos manuales de astrónomo aficionado de hace décadas se proponía la búsqueda de micrometeoritos mediante la criba magnética y discriminación bajo microscopio de las partículas recolectadas en los barrancos de las montañas.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.

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22 Comentarios

  1. Tomás:

    ¡Muy curioso y lógico! Ahora ya sabemos que cuando el servicio de limpieza de un edificio tira a la basura unos kg del polvo recogido en la azotea está despreciando una parte de nuestra historia espacial.

  2. RicardM:

    Es relativamente sencillo recoger partículas microscópicas metálicas esféricas. Yo lo he hecho en el jardín de casa mediante un imán de mediana potencia. Al microscopio de luz aparecen como esferas negras cuyo diámetros oscilan entre 0.3 y 0.05 mm (al menos las que yo he recogido). El problema es que suelen ser polvo metálico proveniente de soldadura eléctrica (las vistosas chispas de la soldadura eléctrica). Para determinar su origen extraterrestre la mejor opción (y más costosa) es su análisis en cortes ultrafinos y observación de su estructura interna, como en la foto.
    Cada año caen sobre la Tierra varias toneladas de micrometeoritos. Me gustaría pensar que alguna de la microesferas que yo he recogido es uno de ellos. Es practicar astronomía con el microscopio!
    Saludos cordiales.

  3. Tomás:

    Mi más calurosa bienvenida, añorado amigo. No sabes la alegría que me ha dado el leerte.
    Un fortísimo abrazo.

  4. Miguel Ángel:

    Pues un saludo también muy cordial, y encantado por tu regreso, RicardM.

  5. lluís:

    ¿Se tienen conocimientos de cómo eran las órbitas de los planetas de nuestro sistema solar, hace millones de años?. Porque por lo menos desde los tiempos de Kepler, y su ley de las áreas (áreas barridas iguales en tiempos iguales) o equivalentemente, la conservación del momento angular, tal conservación es un principio fundamental de la Física, y es de suponer que siempre fue así. Por ello, esos cambios orbitales con los que especula Genge no deberían afectar de manera retroactiva a la ley de las áreas.

    Saludos.

  6. Dr. Thriller:

    No, no sabemos cómo eran las órbitas en el pasado. La mecánica orbital es caótica y a largo plazo, impredecible, aunque esto depende (porcentualmente) de muchos factores. Para un monstruo con la masa de Júpiter, la probabilidad de que en el futuro su órbita se altere de forma significativa es muy insignificante, hay cálculos por ahí que dan la probabilidad de que Mercurio se dé la castaña contra Venus en el próximo eón en un 1% (que es una barbaridad de alta), para cuerpos menores del Sistema Solar, hombre, no es movimiento browniano pero desde luego no vale la pena intentar saber dónde estarán dentro de 100.000 años, por decir algo.

    Pero tampoco tenemos ningún tipo de indicio que nos haga pensar que en los planetas principales (quizá con la excepción de Mercurio, dadas las peculiaridades de su órbita) sus órbitas se hayan alterado de forma significativa desde el momento en que han venido a dar a su posición (orbital) actual. Harina de otro costal es si han cambiado la excentricidad, es una idea que para Marte se baraja. La órbita de la Tierra tiene muy baja excentricidad (0,017, de entre los telúricos sólo Venus tiene una órbita más circular), parece que de alguna manera la idea es que no ha tenido cambios orbitales de mucho calado, aunque esto es un término patinete.

    De alguna manera las resonancias deben jugar un papel mucho más importante del que actualmente podemos entender.

  7. lluís:

    En realidad, Dr. Thriller, la pregunta que hice al inicio de mi comentario, es una pregunta retórica. Pero como siempre surgen estudios que tienen un marcado carácter especulativo, la formule para ver si alguien sabía de algún estudio o reciente con especulaciones orbitales del pasado.

    La suposición que hice sobre la conservación de la ley de las áreas una vez formado el actúal sistema planetario solar, imagino que tiene que ser así, o sea conservado,y de ahí que si hay «cambios de órbita» no pueden afectar a la conservación del momento angular y desestabilizar la » la danza planetaria». E incluso durante la formación del sistema solar se tuvo que mantener esa «ley de las áreas», supongo. O quiza no, porque se han descubierto planetas «errantes», que vagan por el espacio sin estar ligados gravitatoriamente a estrella alguna.

    Pero de todos modos gracias por tu explicación, dr.Thriller.

    Un abrazo.

  8. Tomás:

    Creo, amigo LLuís que esa ley de áreas es tan universal que esos planetas errantes quizá no estén ligados a una estrella, pero puedan estarlo a un sistema -imagina un planeta más allá de la nube de Oort- o a una galaxia; seguirá cumpliendo la ley de las áreas; no le queda otra.

  9. petrus:

    No debe ser muy raro eso de que caigan de vez en cuando y más cerca de lo que pensamos.Tuve una experiencia curiosa hace años, en una terraza situada en el tejado mismo de mi casa, sin edificios más altos en el entorno. Mientras estaba mirando el paisaje, en pleno día, una piedrecilla cayó de pronto, rebotando, desde alguna parte, con bastante fuerza. La imaginé de como de 8 a 10mm de diámetro, no sé bien por qué… Como no andaba yo entonces a la caza de micrometeoritos, pensé en esa posibilidad, pero ni me molesté en buscarla. Ahora lo lamento. Prometo estar más al tanto la próxima vez…

  10. lluís:

    Sí,estimado tomás, estoy de acuerdo con lo que dices. Creo que no puede ser de otra manera, al fin y al cabo si sumaramos todos los momentos angulares de cada estructura cósmica de las que has citado con el del planeta «errabundo», tendríamos el momento angular total del sistema considerado.

    Un abrazo «angular», tomás.

  11. Tomás:

    Amigo «petrus»: También yo tuve una experiencia en ese sentido. Fue en Morella, precioso pueblo de la provincia de Castellón muy vinculado a las hazañas del Cid. Paseaba por una finca recién labrada con mi familia, siempre mirando al suelo por mi afición a los fósiles, cuando vi una especie de gotarrón, muy pesado, seguramente ferroso, de unos dos o tres cm de grueso, pero alargado como hasta unos cinco o seis, según creo recordar. Digo eso porque me lo birló mi hijo, que me dejó sin colección de fósiles -aunque hay que perdonarle porque la ha ampliado mucho-, por lo que no lo he vuelto a ver. Descarté que fuese un resto de alguna forja por lo alejado del lugar y porque, me parece que no suelen darse «gotas» tan grandes. Naturalmente, no puedo afirmar que fuese un meteorito porque nunca lo llevé a algún experto, pero siempre pensé que habría de serlo.

  12. Tomás:

    Últimamente hemos podido ver por la tele la caída de creo que dos o quizá tres meteoritos, con unos pocos días de diferencia. Habrían de ser lo bastante grandes para producir esa luminosidad -magnitud, si hablamos con más propiedad-. Así que parece ser que este tipo de caídas, quizá no tan notorias en general, pero algunas aún más, han de ser, solo en España más que diarias; En todo el mundo podremos evaluarlas, así a ojo de buen cubero en (510000000/504000) X 1’5 al día, en 1500 de este tamaño.
    Creo que Europa se ha apartado algo del proyecto de defensa ante la posibilidad de la caída de un meteorito peligroso que creo lleva a cabo la NASA. Me parece un grave error porque, no recuerdo quien lo dijo, pero más tarde o más temprano, si no estamos preparados para desviarlo, alguno caerá necesariamente.

  13. NeoFronteras:

    Sí, efectivamente, la ESA no aprobó, una vez más, el proyecto de estudiar el desvío de un asteroide.
    Quizás lo mejor es que ese evento se dé por dos razones:

    1/ Una especie tan tonta como para no evitar su destrucción pudiéndolo hacer merece ser eliminada.

    2/ Si cae y una ciudad es eliminada de ese modo entones se invertiría más en investigación y menos en recursos bélicos.

  14. Tomás:

    Pero Neo, todos mereceríamos algún castigo por lo que en la vida hayamos ido haciendo mal, sin que ese castigo, salvo casos verdaderamente abominables -crímenes contra la humanidad, asesinatos premeditados, abusos sexuales a menores, que son los más graves que se me ocurren ahora-, merezcan la pena de muerte. Incluso en los casos que cito, personalmente, no soy partidario de una ejecución, pero sí de que se enteren personalmente, del mismo dolor que han causado quizá por métodos que afecten solo al cerebro, y luego el aislamiento absoluto hasta una reeducación indiscutiblemente asegurada. Posíblemente soy algo o muy sádico, pero cada uno es como es.
    Pero retomando la respuesta a Neo, prefiero que caiga un meteorito de tamaño convincente y suficientemente cerca de una gran ciudad; quizá con eso bastaría, como supongo que habría bastado que la Little Boy y la Fat Man hubiesen sido lanzadas, quizá juntas sobre una isla próxima a Japón en presencia del emperador y algún militarote mandamás, que supongo tomarían buena nota de lo que les podría esperar.
    El que nos merezcamos un castigo no debe ser causa definitiva para que lo recibamos.

  15. NeoFronteras:

    Hace un año y medio o así un habitante de India murió de un meteoritazo. Creo que es el único caso documentado en seres humanos.

  16. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    Es que se puede enunciar un nuevo principio antrópico sobre este asunto. Si somos estúpidos y debido a esta estupidez desaparecemos o lo pasamos muy mal, entonces recibimos nuestro justo merecido sin que haya necesidad de un dios que nos lance fuego de azufre al estilo de Sodoma y Gomorra como castigo. La acción de castigar recae sobre nosotros pero es propinada por nosotros mismos sin necesidad de un acto consciente justiciero o de venganza, lo merezcamos todos o no, haya hombres justos como Lot o no. Simplemente, una especie inteligente que se comporta estúpidamente al final desaparecerá víctima de su propia estulticia, sea por un meteoritazo (algo remoto) o por la destrucción de los ecosistemas y el clima (más que probable). La supervivencia de la especie no está definida en este caso por unos pocos hombres buenos y sabios, sino por una masa crítica de estulticia y egoísmo. Superado un umbral (ya superado) de estulticia y egoísmo todos desapareceremos.

    Al igual que podemos aceptar la muerte de cada unos de nosotros, quizás debamos de asumir la extinción de nuestra especie como algo inevitable debido a nuestra naturaleza. Algo que nos permitió superar la sabana africana no nos va a permitir sobrevivir a nuestra propia tecnología avanzada. Somos tan fuertes como el más débil eslabón de la cadena. O nos salvamos todos o no se salva nadie. Al final, los que no tengan ya nada que perder, si están lo suficientemente fanatizados, crearán un virus mortal en la cocina de su casa leyendo la Wikipedia. El conocimiento es libre, pero la sabiduría es escasa.

    Total, ¿para qué preocuparse por el clima o los meteoritos si puedo reírme del último vídeo estúpido para descerebrados que me han enviado por Whatsapp o por Facebook?

  17. Tomás:

    Sí, claro. Todas las especies acaban alguna vez. Tienen, como los individuos, su origen, su culmen, y su desaparición. Y habremos de atenernos a esa experiencia, como aceptamos nuestro propio ciclo personal. ¿Qué se le va a hacer? Lo tonto es que seamos nosotros mismos los que provoquemos nuestra extinción. Será algo así como morir de éxito.

  18. Dr. Thriller:

    Bueno, debo insistir que una civilización (la nuestra) por muy global que haya llegado a ser no necesariamente presupone el éxito o el fracaso de la especie, como base biológica. Si esta civilización desaparece, por algún tipo de colapso, los pocos pueblos aislados que aún existen seguirían donde están, de donde siempre me he preguntado de otro problema que tenemos los humanos «civilizados» respecto a los «salvajes»: los «salvajes» tampoco intentan homogeneizar a otros «salvajes», simplemente conviven (o no), las culturas humanas tan pronto entran en contacto rápidamente se nivelan transfiriéndose toda clase de conocimientos (no necesariamente básicos y/o rompedores) y por supuesto prejuicios, hasta el punto que tienden a homogeneizarse, y pienso que la fuerza detrás de todo esto son las estructuras socioeconómicas, puesto que los «salvajes» están al pairo 100% de la naturaleza, pero los «civilizados» sólo a un 80-90%, ese margen lo debe poner nuestra actividad supernatural, digamos así (que no sobrenatural), y entonces sistemas en competencia se diría que no pueden ser estables en vecindad, lo que supondría de hecho un serio handicap.

    De hecho, las grandes conquistas históricas que han tenido repercusiones ídem han traído cambios completos de los sistemas socioeconómicos. Alejandro Magno fue una anécdota y como tal todo lo que pueden alabar de él sus hagiógrafos fue la «helenización», algo que probablemente habría sucedido de todas maneras, aunque seguramente de otra forma, en cambio el imperio romano hizo una disrupción total en todos los territorios que conquistó o la conquista de las Américas. Con otras palabras, no era posible que la civilización inca y la europea conviviesen en el espacio o en el tiempo. El hecho de que otra civilización muy similar a la europea, la china, acabase también sucumbiendo arroja más sal sobre el tema.

    Así que es posible que sí, que al menos los «civilizados» seamos estúpidos, porque prejuicios diferentes con base en estructuras socioeconómicas incompatibles no pueden coexistir. Y esto podría ser estructural.

  19. Tomás:

    Resultas jodidamente sutil, amplio y profundo amigo «Suspense», porque sabes ver lo que otros no vemos. ¿Por qué leñe has estado tanto tiempo de vacaciones? ¡Con razón te he echado tanto de menos!
    Un abrazo de esos que tanto te repelen.

  20. Dr. Thriller:

    Muchas gracias, Tomás, los abrazos no me repelen. Otra cosa es que me explique mucho peor de lo que parezca. Va todo en el pack.

    «Thrill» tiene un campo semántico que como pasa con otras palabras no tiene un único vocablo castellano que las cubra todas. Por un lado es «emocionar», incluyendo temblar de emoción o emocionarse o conmoverse de alguna manera, es decir, una manifestación emocional por parte de un ser vivo, también es herir o perforar, de hecho la etimología es «hacer un agujero» (debe estar emparentado con «drill», aunque esta palabra es neerlandesa), es de suponer que el salto semántico hacia emocionar vino de cuando alguien se hería con algo. Quizá la palabra más parecida sea «sobresalto», pero es un poco más basta. El inefable profesor Lázaro Carreter proponía «titilación» (palpitación de organismos vivos, además de las estrellas), pero no recuerdo haber leído nada en castellano donde un asesino en serie provocase titilación en los lectores de las crónicas de sucesos.

    Ya ves, logorreico sin remedio. Ni ingeniería genética ni historias. Lo más fastidioso es que fabricasen clones de mi menda lerenda y saliesen lacónicos.

    Otro abrazo (sin participaciones de lotería).

  21. Tomás:

    Pues eso, querido amigo. Lo de «logorreico» debe ser un logorreo pequeñico de Aragón o Navarra-sur que todo lo acabamos en «ico». Hay por ahí otra región que también se apunta, pero no recuerdo cual es. El logorreo debe ser un habitante de la isla de Logos, que creo que es artificial, pero podía ser una adaptación de Lesbos -por aquello de la vida propia de las palabras-. En cuanto a «lacónico», en justa correspondencia, ha de ser un individuo de Laconia, que debían ser muy silenciosos. Ya ves que mi gentiliciorrea es muy particular.
    Chao.

  22. Tomás:

    Resulta que como creí que el filtro había rechazado mi 19, sustituí una sola palabra y salió el 20.
    Te ruego, Neo, elimines el que menos le guste. Gracias si lo haces y te envío mi mejor deseo, no solo para estas fiestas, ni únicamente para el próximo año, sino para toda tu vida, que sea larga, fructífera y feliz.
    Un gran abrazo.

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