Abejorros listos rinden menos
Los abejorros que aprenden más rápido contribuyen con menos alimentos a la colonia.
Un grupo de investigadores de School of Biological Sciences y Royal Holloway ha descubierto que, para los abejorros, ser más listo no significa que se consiga más comida.
Estos investigadores han estado estudiando las habilidades relativas al aprendizaje de estos insectos y cómo estas influyen en su capacidad de conseguir más alimento para la colonia durante su forrajeo.
Han descubierto que los abejorros que aprenden más rápido realizan un forrajeo mucho más corto que los aprenden más lentamente. Como ambos recolectan comida al mismo ritmo, esto se traduce en que los primeros contribuyen con menos alimentos a la colonia.
“Nuestro resultado es sorprendente porque típicamente asociamos una ejecución realzada por aprendizaje y la habilidad cognitiva con mejoras en la adaptación, pues los consideramos beneficiosos para la supervivencia del individuo o del grupo. Este estudio proporciona la primera prueba del coste asociado al aprendizaje en la Naturaleza”, dice Lisa Evans.
Los investigadores evaluaron el aprendizaje visual de 85 abejorros forrajeadores individuales de cinco colonias distintas. Para ello, los sometieron en el laboratorio a unas pruebas en las que el entorno tenía colores ecológicamente realistas para medir y fomentar sus habilidades. La tarea que tenían que realizar era recompensada con un premio. Luego su comportamiento era vigilado en la Naturaleza gracias a etiquetas identificadores de radiofrecuencia. Finalmente se medía la cantidad de néctar y polen que traían a la colonia.
Los resultados indican que los abejorros que aprenden más lentamente recolectan más recursos para la colonia durante el curso de su forrajeo.
Este resultado es particularmente interesante porque se sabe que el aprendizaje es realmente importante para este tipo de insectos. Aprenden qué flores proporcionan una mayor recompensa y cuándo y dónde encontrarlas en un hábitat que frecuentemente contienen docenas de especies de flores. Por tanto, el asunto es un tanto paradójico.
Los investigadores especulan que los paseos forrajeadores cortos de los abejorros más listos pueden deberse al alto coste de las funciones cognitivas avanzadas que poseen.
“El tejido neuronal es metabólicamente caro de producir y mantener. Forrajear demanda mucha energía, pero también el aprendizaje. Esto podría explicar la escasa duración del forrajeo de los abejorros que aprenden rápido”, dice Evans.
El hallazgo puede ser útil en las investigaciones para la conservación de polinizadores que ayudan en la polinización de cultivos comerciales. Determinar qué polinizadores están adaptados a su ambiente puede proporcionar nuevos enfoques sobre aspectos que son importantes para el éxito de la colonia, que, finalmente, contribuye al hábitat y a la conservación de los propios polinizadores.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5481
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: NeoFronteras.
4 Comentarios
RSS feed for comments on this post.
Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
domingo 23 abril, 2017 @ 5:13 pm
Sería muy interesante medir estos rendimientos en una situación de estrés (p.ej. una amenaza a la colonia que demandara más rendimiento). De hecho, situaciones de estrés ya se están produciendo con la brutal caída de población.
domingo 23 abril, 2017 @ 10:17 pm
Parece más bien al revés. El brutal estrés al que están sometidos ha hecho que sus poblaciones caigan.
lunes 24 abril, 2017 @ 7:50 am
«El tejido neuronal es metabólicamente caro de producir y mantener. Forrajear demanda mucha energía, pero también el aprendizaje. Esto podría explicar la escasa duración del forrajeo de los abejorros que aprenden rápido”
O sea, que la explicación la volvemos a encontrar en la termodinámica.
viernes 28 abril, 2017 @ 8:28 pm
Abejorro currante, con sus corbículas cargadas de polen a más no poder:
-Mira el listo del pueblo: vuelve con cuatro granos.
El amigo:
-¡Claro, por eso precisamente es el más listo! Pero ya verás lo que come. ¡Se pone morado!
El currante:
-Son cosas de la entropía, y de eso no entiendo nada de nada.
Amigo:
-Pues él no sé si la entiende, pero la aplica de maravilla.