NeoFronteras

Más pruebas de la maldad de los neonicotinoides

Área: Medio ambiente — sábado, 1 de julio de 2017

Dos estudios añaden más pruebas de que los neonicotinoides son perniciosos para abejas y abejorros.

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La realidad es tozuda y el método científico inapelable. El mismo método que permite a unos saber cómo sintetizar un pesticida nos dice que el uso de estos pesticidas está exterminando a las abejas y abejorros.

Si había pequeñas dudas acerca de lo malos que son los insecticidas neonicotinoides, ahora dos estudios añaden aun más pruebas de que estos insecticidas son muy malos para los polinizadores.

Hay una batalla entre plantas e insectos que se remonta a la noche de los tiempos. Las plantas han tenido que evolucionar para producir muchas sustancias y alcaloides que de algún modo puedan mantener a los insectos a raya. Al fin y al cabo las plantas no pueden escapar, así que segregan sustancias.

Una de estas sustancias es la nicotina. Las empresas de agroquímicos vieron en esta sustancia una oportunidad para modificar su molécula y usarla como insecticidad, patentando por el camino el resultado. Se generaron diversas variantes a las que se denominó neonicotinoides.

Los pájaros parece que han descubierto las virtudes de la nicotina y otras sustancias contenidas en las colillas de cigarrillos, pues las usan en sus nidos para, presumiblemente, mantener a las garrapatas a raya.

En los últimos años se ha podido comprobar que el uso de neonicotinoides está correlacionado parcialmente con el despoblamiento de las colmenas y con el exterminio de todo tipo de insectos polinizadores, incluyendo a los abejorros. El efecto es a veces un tanto sutil, pues se vio que no mataban directamente al animal, sino que lo atontaba y no sabía encontrar el camino a la colmena. En NeoFronteras hemos cubierto numerosos estudios al respecto.

La Unión Europea impuso una moratoria en 2013 sobre el uso de tres de estos productos, aunque los agricultores puden usarlos en caso de emergencia previa autorización. Según toda la evidencia científica acumulada, se deberían prohibir totalmente estos insecticidas. Los últimos resultados al respecto añaden presión en este sentido. El próximo noviembre la autoridad comunitaria para la seguridad alimentaria tiene que decidir al respecto. Los legisladores ya discuten si extender la prohibición a todos los usos de estas sustancias fuera de los invernaderos.

Uno de los dos estudios recientes se basa en unas pruebas de campo en las que se ha analizado el efecto sobre abejas melíferas, abejas solitarias y abejorros en 33 campos de cultivo de aceite colza en RU, Alemania y Hungría.

Los investigadores usaron dos de los neonicotinoides prohibidos temporalmente. Uno ellos o ninguno fue aplicado aleatoriamente en esos 33 campos. Incluso cuando no se aplicó este tipo de sustancias, en las colmenas se pudieron encontrar residuos del otro neonicotinoide prohibido y no usado en el estudio. Esto significa que estas sustancias permanecen en el ambiente al menos varios años después de la moratoria.

Encontraron una correlación entre altos niveles de residuos de estos insecticidas y baja reproducción. Había menos reinas en los nidos de abejorros y menos huevos en los de las abejas solitarias. En las colmenas de abejas melíferas los efectos dependían del país. En el periodo de floración de abril a junio no hubo efectos graves en RU o Alemania, pero en Hungría los efectos negativos incluso persistieron durante el invierno con una disminución de un 24 por ciento de obreras a la siguiente primavera.

No se sabe seguro a qué pueden deberse estas diferencias, pero se apunta a la dieta y a las enfermedades como factores importantes. En los dos primeros países la dieta de las abejas es más variada (visitan más flores además de la de colza) que en Hungría y tienen menos problemas parasitarios. Esto sugiere que mantener limitados los problemas parasitarios podría ayudar a las abejas melíferas.

Dos fabricantes de estos productos Bayer y Syngenta financiaron este estudio europeo, pero ahora rechazan sus conclusiones diciendo que los resultados no son claros y expresan su convencimiento de que los neonicotinoides son seguros.

El segundo estudio ha sido realizado por Nadejda Tsvetkov y su colaboradores de York University (Toronto, Canada). En este estudio se han analizado los efectos de los neonicotinoides que se emplean en las regiones de Canadá en las que planta maíz. Descubrieron en pruebas de campo que las abejas y abejorros estaban expuestos durante 4 meses a estas sustancias, que es, más o menos, toda su temporada activa. Esto es mucho más de lo que se creía.

En estas pruebas de campo se vio que la mayoría del polen recolectado por las abejas de plantas silvestres, que no eran objetivo de las fumigaciones, contenía neonicotinoides. Lo que también señala a una alta persistencia en el ambiente de este tipo de sustancias.

En experimentos de laboratorio comprobaron el efecto de estas sustancias sobre abejas melíferas. Las obreras expuestas a niveles realistas de clothianidina tenían vidas más cortas y sus colmenas eran más propensas a perder la reina. Además, vieron que la toxicidad del insecticida se doblaba cuando también estaba presente un fungicida común.

Los resultados de estos estudios apuntan a que hay pruebas suficientes acerca del pernicioso efecto que tienen estos insecticidas sobre las abejas y abejorros. Los expertos aconseja que se prohíba totalmente su uso como una práctica agrícola más, sobre todo debido a su alta persistencia en el ambiente. El primer paso sería que la moratoria fuera permanente sobre campos con flores y luego a todo tipo de cultivos.

Otros sostienen que se permita un uso regulado de estas sustancias hasta que aparezcan alternativas en el mercado. Pero, hasta su invención, los cultivos no necesitaron de ningún neonicotinoide, así que no parece razonable esperar.

A ver si las autoridades europeas, al menos, deciden en noviembre que se prohíba totalmente estos insecticidas.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5617

Fuentes y referencias:
Artículo original I.
Artículo original II.
Foto: Jani Ravas, publicdomainpictures.com

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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6 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    Me ha llamado mucho la atención que algunos pájaros metan colillas de cigarrillos en los nidos. Neo ha puesto el enlace en inglés y aquí está en español:

    http://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/12/121205_mexico_aves_cigarrillos_am

    Dicen que llegaron a encontrar 48 colillas en el nido de un gorrión. Y es efectivo, algo conocido por muchos aficionados al macetohuerto y al cultivo de marihuana indoor.

  2. Dr. Thriller:

    La vida, que se adapta. Ponerle puertas al mar, manía humana (¿compartida con otros primates? A saber).

    Ahora lo interesante de esto, que ya se sabía (en el sentido no académico del término, es decir, científicamente probado, sino en el sentido político, que es el que realmente nos mueve, en el fondo lo de probar las cosas lo tomamos como un desafío más que como una rutina imprescindible), es quién paga los platos rotos.

    1.Las multinacionales, obviamente no.

    2.Sus estructuras políticas que las incitan y protegen, menos (llámese USA, UE, o las que vengan detrás).

    3.Seguramente el gordo seboso de Corea del Agujero, alguien de América Latina (hay varios donde elegir) o alguno de África, que para eso están.

    El tema es que no es menor, y está harto probado en sociología y psicología. El que no se sancionen comportamientos y pautas de conducta tiene obviamente consecuencias.

    Una vez largado el exabrupto, sería interesante que los de Matemáticas y Biología creasen algún tipo de protocolo forzoso para testar moléculas antes de echarlas alegremente a la naturaleza. Esto hace solo 20 años no hubiera sido tarea fácil ni exenta de polémica, pero con lo que sabemos hoy (véase otra muestra más de la diferencia de saber – no saber) sí es bastante posible testar las cosas de otra manera que no sea beneficio, lucro y destrozarlo todo.

    Y ya puestos a pedir, estrategias netamente biológicas, no químicas. Que siempre las hubo, lo que pasa es que dejan menos margen (o peor aún, cuestan). Claro, a cambio no destrozan nada. Porque ecológico al final es todo, desde el momento en que modificas el ecosistema todo lo que hagas es ecológico. O ecoilógico. Tomás podría arrojar luz sobre esto último.

  3. Tomás:

    Me parece perfecta la palabra «ecoilógico». Eres extraordinario y hasta envidiable en tu inventiva. Pero no comprendo qué es lo que me pides. Arrojar luz es una expresión muy anticuada. Pienso que arrojar va bien para un líquido, pero referido a ondas electromagnéticas parece improcedente. Quizás «irradiar» o algo así. Anda, aclárame, a ver si te puedo complacer.

  4. Dr. Thriller:

    Bueno, lo estuve mirando y es expresión totalmente castiza: arrojar viene de «lanzar rodando» (ad rotulare), de donde es fácil colegir que arrollar es barbarismo (según la DRAE, término romance de «rollo», pero no me cuadra), así que arrojar luz debe ser expresión claramente newtoniana, que concebía la luz como partículas (sus razones tenía, aunque sospecho que la principal es que Huygens sostenía que eran ondas). Dada la naturaleza dual de la REM, tanto podemos arrojarla cuanto irradiarla, aunque debo reconocerte que sí, castiza y todo, no termina de encajar en una literatura maxwelliana, que es todo un referente.

    Hubo una época, en una famosa franquicia con nombre de período de 24 horas (acrónimo por distribuidora internacional, toma ínfula, de alimentación, se ve que los insecticidas alimentan, y, por cierto, ahora sí es internacional) y propiedad de un famoso megagrupo francés transnacional de distribución, que los productos venían etiquetados en castellano, portugués, turco y… griego. Actualmente vienen en castellano y portugués y a lo más, francés (incluso algunmos sólo en francés), pero recuerdo alguna tarde riéndome solo leyendo los yogures en griego, o hasta los chocolates. Entendámonos, de griego no tengo ni pajolera idea, pero el alfabeto lo conozco (en cualquier carrera de ciencias se usa varias veces), y nuestros prefijos de origen griego también.

    Gracias a la Wikipedia, esa fuente NSAniana del saber, puedo enterarme (me refiero a que miro el título del artículo correspondiente) que clorofila, en griego, es igual, Χλωροφύλλη (Jlorofýlle), que Marte (planeta) obviamente se llama Ares, que hidrógeno es Υδρογόνο (Ydrogóno, de nuevo lo mismo), televisión en cambio es Τηλεόραση (teleórase, y tan orate, el que tuvo, retuvo) y, en general, para muchas cosas que tienen que sentir como los alemanes y su Wasserstoff (en inglés, Waterstuff). Esto me recuerda al principio antropopiteco, para que un memo como menda se ría de estas tonterías debe haber toda una nación de 10 millones de personas intramuros y otro buen puñado extramuros que hable de esta manera, y yo de otras, claro.

    Esto es desvariar, y lo demás, publicidad.

  5. Tomás:

    Ahora ya no sé si aclarado podría tomarse como decolorado.

  6. Tomás:

    Desconfía, Miguel, que fumar es un vicio contagioso en extremo y si las tabacaleras pierden clientes humanos, seguramente están haciendo publicidad entre aves de todo tipo para compensar. El negocio es el negocio.

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