NeoFronteras

El reanálisis de los datos que Kepler tomó en su primera fase ha permitido encontrar nuevos candidatos a exoplanetas, entre ellos algunos muy propicios para la vida.

El telescopio espacial Kepler sigue a la búsqueda de exoplanetas, aunque su capacidad esté mermada desde el fallo en 2013 de un volante de inercia que le impide apuntar permanentemente a una región en concreta del cielo.

En la misión KII, este telescopio consigue apuntar durante unos meses a una misma región gracias, entre otras cosas, a la presión que la luz del Sol ejerce sobre él. Lleva así un tiempo y esto ha permitido detectar nuevos exoplanetas de periodo orbital corto que giren alrededor de otras estrellas. Pero entre los datos antiguos, cuando funcionaba la 100%, todavía hay algunas sorpresas.

Un grupo de investigadores internacionales ha conseguido ahora encontrar pruebas de la existencia de 20 nuevos exoplanetas en la zona habitable que hasta ahora eran desconocidos y cuyas huellas estaban entre los datos suministrado por este telescopio en su misión original.

Ahora acaban de publicar un artículo en el repositorio ArXiv en el que describe las características orbitales de estos mundos y resalta las posibilidades de que estos exoplanetas estén en la zona de habitabilidad de su estrella, allí en donde el agua pudiera estar en estado líquido.

Para conseguir este logro, han pasado un herramienta informática denominada Robovetter para así cribar los datos suministrados por este telescopio y buscar mundos propicios para la vida. Han logrado reconocer 219 nuevos exoplanetas que no estaban en el catalogo anterior.

Además, han encontrado dos nuevos sistemas multiplanetarios (KOI-82.06 y KOI-2926.05) y 10 exoplanetas con alta fiabilidad de ser planetas de tamaño terrestre en la zona habitable.

De entre estos nuevos exoplanetas, el de periodo orbital más corto es uno que tarda sólo 18 días en completar una vuelta alrededor de su estrella.

Algunos de estos nuevos mundos tienen órbitas de larga duración, como KOI-7923.01, que tarda 395 días en completar una vuelta alrededor de su estrella (el periodo orbital más largo) y es de un tamaño similar al de la Tierra (un 97% el de nuestro mundo). Este exoplaneta debe ser un poco más frío que nuestro mundo debido a la distancia que le separa a su estrella y que esta es un poco más fría que el Sol, pero no es tan frío como para que no pueda mantener la vida. De existir esta allí, el aspecto de su superficie sería el de una tundra. Este planeta es uno de los más prometedores candidatos a albergar vida.

Sin embargo, algunos de estos hallazgos no están confirmados completamente. Kepler ya que no puede volver a estudiar la zona del cielo que estuvo escudriñando en la primer fase. En estos casos de órbita grande, sólo pudo observar dos tránsitos en el tiempo que duro esa parte de su misión.

Detectar exoplanetas por el método de tránsito ha resultado ser más difícil de lo que se creía. La luminosidad de las estrellas puede oscilar lo suficiente como para enmascarar la caída de luz recibida debida a un tránsito o dar un falso positivo. Debido a esto, se necesitan más pasadas para así poder extraer la señal del ruido de fondo a fuerza de estadística. En algunos casos, no se tienen suficientes de estos tránsitos y Tierra II se nos escapa entre los dedos.

A pesar de la falta de datos, los autores del estudio están casi seguros (con significación del 70% al 80%) de que estos candidatos no sólo son planetas reales, sino que además es posible que sean habitables. Para confirmar estos candidatos se necesitarán observaciones con telescopios terrestres y con el Hubble. Por tanto, a estos posibles exoplanetas se les tendrá que prestar atención durante los próximos años.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustración: NASA.