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Kauri e inversión de polos magnéticos

Área: Geología,Medio ambiente — martes, 23 de febrero de 2021

Encuentran un tronco de kauri conservado de hace cuarenta y dos mil años y deducen de sus anillos cómo fue la última inversión de polos magnéticoa de la Tierra.

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El caso de Nueva Zelanda, al igual que el destino de la frágil Australia, es una tragedia ecológica.

La pesadilla comenzó con la inmigración de los polinesios que empezaron a llegar a estas islas en el siglo X y que se prolongó hasta el siglo XIV. La fauna que hasta aquel entonces no conoció al ser humano fue víctima de estos humanos hasta la extinción de muchas especies.

Un caso significativo fue el de los moas, aves gigantes que habitaban en estas islas. Aparecieron en el Cretácico hace más de 90 millones de años y se extinguieron alrededor del año 1400 debido a los cazadores maoríes. Algunos especulan con que todavía quedaban pequeños grupos de estas aves a finales del siglo XVIII o inicios del XIX, no hay pruebas físicas que lo corroboren.

La pesadilla continuó con la colonización de los europeos de estas islas en el siglo XIX (fue descubierta por exploradores en el XVI, pero durante mucho tiempo sólo se visitaba y no se colonizó).

Los europeos destruyeron muchos de los grandes bosques que ahí había, transformando los terrenos en pasto para las ovejas. Una de las víctimas fue el árbol kauri. Los escasos bosques de kauris aún existentes después de una tala intensiva, se encuentran en la mitad septentrional de la Isla Norte de Nueva Zelanda.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la resina de este árbol se convirtió en un artículo valioso, pues se usaba para la producción de barnices. Además, el intenso talado para explotar su madera fue tal que colocó al kauri al borde de la desaparición.

Los antepasados de esta conífera aparecieron durante el periodo Jurásico (entre hace 190 y 135 millones de años). Este árbol es endémico del norte de la isla Norte de Nueva Zelanda y es la especie de árbol más grande en volumen de Nueva Zelanda. En contorno de su tronco rivaliza con las secoyas de California y, al igual que estas, pueden vivir miles de años. Se estima que el kauri más viejo vivo que queda en la actualidad tiene unos 2000 años de edad. Esto significa que los anillos de su tronco pueden ser una valiosa fuente de información ambiental.

Hace unos años unos trabajadores de una central de energía de Nueva Zelanda desenterraron un tronco de kauri de unas 60 toneladas de una turbera. Lo interesante es que este tronco se había conservado allí durante 42 000 años y que tenía unos 1700 anillos. Así que se tenía una ventana de 1700 años a hace 42 000 años. En esa ventana se dio algo realmente interesante: la inversión de los polos magnéticos de la Tierra.

El campo magnético terrestre nos protege de la nociva radiación en forma de partículas cargadas, tanto del Sol, sobre todo cuando se da una tormenta solar, como de los rayos cósmicos. Sin embargo, este campo magnético no siempre es el mismo, sino que periódicamente se debilita y lo que era el campo sur pasa a ser el norte y viceversa en un proceso que es lento para la escala humana.

Para largos períodos las inversiones magnéticas parece hay una frecuencia de inversión de 1 a 5 eventos por cada millón de años. Sin embargo, esta duración es muy variable, pues durante algunos períodos geológicos se observa que el campo magnético terrestre se mantuvo estable durante decenas de millones de años, mientras que otros eventos parecen haber ocurrido muy rápidamente, con una inversión cada 50 000 años.

Si una de estas inversiones se diera ahora, puede que se destruyese parte de nuestra tecnología y, además, pondría en peligro la vida de los animales terrestres, incluidos los humanos, si hay genera un cambio climático o si durante el periodo de campo débil se da n el Sol un caso de una gran eyección masiva coronal. Últimamente se ha especulado sobre si una de estas inversiones está o no cerca en el tiempo a raíz del rápido movimiento del polo norte magnético que se ha dado estos los últimos años.

No sabemos muy bien qué pasa durante una de estas inversiones, así que el estudio del tronco del kauri recientemente descubierto puede que que nos ayude en este sentido.

Un grupo de investigadores publica ahora en Science lo que han podido averiguar con el estudio de este tronco.

En concreto han medido la cantidad de radiocarbono (carbono-14) presente en los distintos anillos, radiocarbono que se generaría por encima de lo normal durante el periodo de debilitamiento del campo magnético. Gracias a un modelo de cómo afecta la radiación a la atmósfera, estos investigadores sugieren que el clima terrestre cambió brevemente y que esto contribuyó a la desaparición de los grande mamíferos en Australia y de los neandertales en Europa.

«Solo estamos rascando la superficie de lo que ha hecho el cambio geomagnético», dice Alan Cooper (South Australian Museum).

El estudio es capaz de proporcionar una detalle temporal bastante fino sobre cuándo sucedió esa inversión, que sería la más reciente, sino que proporciona indicios sobre el posible cambio climático a nivel global que pueden producir estas inversiones. Aunque esto último es algo sobre lo que la comunidad científica no está totalmente de acuerdo. Los que escépticos argumentan es que los indicios aportados no son lo suficientemente concluyentes como para apoyar ese tipo de cambio climático.

Normalmente las inversiones de campo magnético son registradas en cierto tipo de minerales que contengan hierro, al quedarse este imanado en una dirección en concreto. Pero la inversión no suele ser brusca y los polos pueden desplazarse durante bastante tiempo haya o no inversión total de los polos.

Estas rocas pueden capturar orientaciones magnéticas si la inversión es rápida, pero no pueden capturar los detalles de una inversión que cientos de años, como la que sucedió hace 42 000 años.

El carbono-14 permite saber cómo fueron las fluctuaciones antes y después de la inversión, pues un debilitamiento de magnetosfera hace incidir más partículas cargadas energéticas que generan más radiocarbono. Este carbono-14 es entonces incorporado a los seres vivos, incluido el kauri de esta noticia.

Las subidas en este radiocarbono en ciertos anillos ha permitido a los investigadores deducir que el campo magnético se debilitó hace 41 500 años hasta alcanzar un 6% de la intensidad actual. En ese momento los polos se invirtieron y se recuperó cierta intensidad de campo antes de que otra vez se debilitara y se invirtiera otras vez 500 años más tarde.

Según los autores del estudio, lo interesante del hecho fue que el Sol también pasaba por un mínimo de baja actividad magnética, por lo que llegaban aún más rayos cósmicos a la atmósfera terrestre. Según Cooper la intensidad de estos fue tal que si algo así sucediera ahora se producirían auras en los subtrópicos y afectaría a las líneas de alta tensión. «¿Qué sucede cuando la atmósfera está tan ionizada?», se pregunta. «Sólo Dios lo sabe», añade.

A partir de los datos de radiación y de los modelos climáticos, este equipo de investigadores sugiere que los rayos cósmicos habrían erosionado la capa de ozono, lo que reduciría el calor que normalmente se transfiere a la atmósfera por parte de los rayos ultravioletas del Sol. Este enfriamiento de la estratosfera habría cambiado el patrón de vientos, lo que habría generado cambios a nivel de la superficie. Esto se traduciría en una Norteamérica más fría y una Europa más cálida

Lo malo es que este resultado está en contradicción con los testigos de hielo de la época extraídos de Groenlandia.

Los autores especulan que el cambio climático habría afectado a los grandes mamíferos que había en Australia en ese tiempo y también explicaría la desaparición de los neandertales en Europa. Conclusión con la que tampoco están de acuerdo algunos científicos del campo.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Web de New Zealand Geografic.
Foto: New Zealand Geografic.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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2 Comentarios

  1. Alejandro Sánchez:

    Los hielos de Groenlandia no necesariamente pueden registrar todos los cambios que se dan a nivel climático en el planeta, como bien indica los Anillos del árbol la reversión de polos magnéticos pudo provocar un cambio climático que llevó a que Groenlandia esté constantemente bajo una densa capa de nubes, lo que Obviamente impediría que cambie relevantemente los niveles de carbono 14 en los sedimentos de hielo. Así que Es lógico que los testigos de hielo no registren a primera vista el cambio que se ve en los Anillos del «C»auri, faltarán más estudios estatrigráficos en distintas partes del mundo para profundizar más en el cambio que se dio hace 42000 años atrás.

  2. tomás:

    En efecto, Alejandro. Como dice Mr. Cooper, «solo estamos rascando la superficie» de este fenómeno que, aunque pueda parecer aleatorio, ha de sus causas en los movimientos del núcleo respecto al manto y, por ende, a la superficie. El problema está en las casi insalvables dificultades de conocer el interior de nuestro planeta.
    Un cordial saludo.

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