Acidificación en el Mediterráneo
La acidificación provocada por las emisiones antropogénicas ya ha alterando la producción de conchas de plancton marino en el mar Mediterráneo
Normalmente nos encontramos con noticias sobre acidificación de los mares por culpa de nuestras emisiones de CO2 en relación a océanos y mares lejanos. Sin embargo, el problema nos cae cerca a muchos de nosotros aquí al lado en el Mar Mediterráneo.
Un estudio realizado por una colaboración de distintas instituciones europeas apunta a que la acidificación ya está alterando la producción de conchas de plancton marino en el mar Mediterráneo.
Básicamente, esta preocupante conclusión nos dice que la disminución del pH de la superficie del océano ya tiene consecuencias negativas para el ecosistema mediterráneo. Como todos sabemos, el plancton marino ocupa el nivel inferior de las cadenas tróficas marinas, por lo que su alteración pone en peligro a muchos seres.
Las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono han aumentado alarmantemente en las últimas décadas. Desde la Revolución Industrial, alrededor del 25% del CO2 antropogénico ha entrado al océano, cambiando la química del agua y reduciendo el pH, un fenómeno conocido como acidificación de los océanos.
El estudio evaluó el impacto de los cambios inducidos por el CO2 en el Mar Mediterráneo sobre los foraminíferos, un grupo particular de organismos planctónicos calcificantes.
Para ello, estudiaron registros de diferentes yacimientos del Mediterráneo: el mar de Alborán, frente a la costa de Barcelona y el estrecho de Sicilia, que abarcan los últimos dos mil años de registro geológico sedimentario.
Los investigadores eligieron estudiar el mar Mediterráneo occidental porque es una región particularmente afectada por la presión antropogénica y el cambio climático. Debido a la alta alcalinidad y a la rápida circulación de las masas de agua en la cuenca, las aguas mediterráneas son susceptibles a una mayor absorción de carbono antropogénico, lo que ha provocado una caída del pH de 0,08 unidades desde la Revolución Industrial, afectando a la calcificación biogénica del plancton marino.
Los foraminíferos son un tipo común de zooplancton marino calcificante que vive en la parte superior del océano que es muy sensible a los cambios climáticos y ambientales. Estos organismos unicelulares construyen una concha de varios cientos de micrómetros de tamaño hecha de carbonato de calcio.
A pesar de la extrema robustez de este caparazón, estas estructuras de calcita son muy sensibles a los cambios en la química del agua de mar, lo que las convierte en una herramienta ideal para estudiar los impactos a largo plazo de las perturbaciones del carbono en los ecosistemas marinos. Esto se refleja en una disminución acelerada del peso de las conchas durante el siglo XX.
«Por el contrario, antes de la Revolución Industrial, las conchas de los foraminíferos planctónicos eran más pesadas sin mostrar mucha variabilidad en el peso a lo largo del tiempo. El estudio también muestra que la firma antropogénica del dióxido de carbono ya se ha transferido a la química de las conchas de los calcificadores planctónicos», explica Sven Pallacks, investigador principal del estudio.
Los investigadores descubrieron que la acidificación de los océanos causada por las emisiones antropogénicas es el principal impulsor de la disminución de la masa de calcita de foraminíferos, mientras que el calentamiento de los océanos puede estar mitigando este efecto.
«Esto demuestra el cambio en toda la cuenca en la producción de calcita marina debido al aumento de las concentraciones de CO2 atmosférico y a la acidificación de las aguas superficiales del mar Mediterráneo», explica Patrizia Ziveri (UAB).
Al reconstruir los registros, los investigadores pudieron evaluar el impacto de la acidificación en la calcificación de los foraminíferos planctónicos. Los resultados también se pueden aplicar a otros organismos planctizantes calcificantes que viven en las aguas superficiales del Mediterráneo, como los cocolitóforos o los pterópodos, que desempeñan un papel importante en las modulaciones del CO2 atmosférico.
Los resultados indican que la acidificación antropogénica de los océanos en la superficie del mar Mediterráneo ha afectado la calcificación de los foraminíferos durante el siglo XX.
Dado que el plancton calcificante es un componente importante tanto de la arquitectura de la red alimentaria marina como de los ciclos biogeoquímicos, la acidificación continua de los océanos tendría un impacto negativo en los servicios de los ecosistemas marinos, incluida la regulación del clima, el funcionamiento de los ecosistemas oceánicos y la seguridad alimentaria, lo que reitera la importancia de mitigar el cambio climático mediante reduciendo drásticamente las emisiones de CO2 .
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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: ICTA-UAB
10 Comentarios
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lunes 20 noviembre, 2023 @ 11:01 am
¡Ayyymmm!…El caso es que quería empezar con una dosis de optimismo, un poco de Manu San Félix o mencionar también a David Attemborough y el redescubrimiento después de 60 años de un animal nocturno y extraño que descubrió Sir David de joven: el «zagloso de Attenborough»…
https://es.wikipedia.org/wiki/Zaglossus_attenboroughi
…Pero la victoria de Milei en Argentina me despierta a patada limpia de mi sueño bonito y me recuerda que nunca hay que subestimar la estupidez del ser humano.
No vamos camino de salvar el Me diterráneo ni nada.
domingo 26 noviembre, 2023 @ 2:19 pm
«Solo» hay que plantar millones de árboles, parar las deforestaciones, emplear energías limpias, detener la extracción de petróleo…
Pero lo tenemos crudo con la tendencia actual tipo Milei, que tiene nombre de tango. Por ejemplo:
Por qué Milei me abandonas
al hambre y a la miseria
con dolor me dolarizas
y a mi vieja martirizas
sin piedad a su laceria…
Bueno, la música no la sé escribir.
Chao.
martes 28 noviembre, 2023 @ 3:06 am
Sí, y reducir la población, pero no vamos haciendo nada de esa lista. Milei es negacionista climático, así que no será de mucha ayuda al respecto.
¡Buen tango, querido Tomás!…Antes del requiem final.
miércoles 29 noviembre, 2023 @ 8:50 pm
Me traes, Miguel, el recuerdo muy lejano del inicio de una película que -diría- era sobre el tema de Hamblet, mientras un soldado, al anochecer, paseaba entre las almenas de un castillo. Las notas del réquiem más famoso, el de Mozart. Pero es muy muy vago, aunque intensísimo, escalofriante. Creo que la vi en un cine de la calle Ferraz de Madrid. Solo recuerdo ese principio, y pudo no ser sobre Hamblet.¡Qué cosas tiene nuestro cerebro!
Rememora el abuelo Cebolleta… Ya ves.
jueves 30 noviembre, 2023 @ 7:55 am
En efecto, no menciono una cuestión tan principal: la población; aunque podríamos incluirla en los puntos suspensivos.
viernes 8 diciembre, 2023 @ 12:34 am
…Y otra bomba que no queremos ver, pero que tampoco tardará mucho en explotar: la deuda mundial. Hasta los años 70, la deuda mundial era prácticamente inexistente, pero ha ido aumentando desde entonces. Se disparó con la crisis del petróleo de 1997 y actualmente debido a la guerra de Ucrania.
Ahora es tan enorme que ya nadie cree que se pueda revertir. Los gobiernos prefieren seguir gastando para complacer a sus votantes que arriesgarse a hacer recortes estrictos. De modo que la deuda seguirá creciendo hasta que la burbuja explote y los inversores pierdan la confianza.
Otro «regalito» que les dejamos a nuestros descendientes.
viernes 8 diciembre, 2023 @ 1:45 am
De vuelta al Mediterráneo, siguen las malas noticias para los foraminíferos. El último verano ha sido tremendo…
https://www.eltiempo.es/noticias/la-temperatura-del-mar-mediterraneo-supera-los-31-2oc-y-marca-varios-records-historicos
…Y recordemos que no parece haber intención de reducir la quema de combustibles hasta 2.035 o 2.040.
viernes 8 diciembre, 2023 @ 12:24 pm
De tus dos últimos comentarios, Miguel, se extrae que hemos de abandonar toda esperanza sobre la deuda mundial pero pienso que de lo mencionado en el 7 también podríamos rendirnos. No pararemos de polucionar con combustibles fósiles hasta que sea más rentable la energía limpia, y eso puede durar muchísimos años. Bueno, con combustibles fósiles y con todo lo que se nos ponga a mano: plásticos en el mar… Como cada día recorro -supongo- que algo así como 1,5 km -no doy para más- el camino está plagado de latas de cerveza que los chavales dejan al pie de los árboles o en los parterres que bordean los paseos y en las proximidades de los bancos donde se juntan para mirar cada uno su móvil -compañía en soledad-, me dio por recoger las que pudiera para un hombrecillo que conozco. Pero, creo que no le resulta rentable el escacharlas y llevarlas a la chatarrería, porque el viaje, aunque no está lejos, le sale más caro que lo que le van a pagar, aunque son de aluminio. Creo recordar que me dijo que le pagan el kg a 0,85 € o algo así. En menos de una semana le conseguí quizá 300 o más. Pero ¿qué quiere decir esto? A mi entender, que resulta mucho más caro limpiar que ensuciar; así que, en general, no dedicaremos energía a limpiar el planeta: seguiremos ensuciándolo hasta vivir en un estercolero de dimensión mundial. Posiblemente, pensando como mi admirado Anatole France, que pronosticó el fin de la humanidad, enterrada por hojas de papel, documentos y cosas así, el su obra «La isla de los pingüinos», seamos enterrados en la basura de esos estercoleros, como esa desgraciada persona que cayó en uno de ellos y no se le ha podido encontrar.
Bueno, querido amigo, un pesimista -en estos temas- abrazo. Mejor ser un estoico y no sufrir por aquello que no podemos evitar. Chao.
viernes 8 diciembre, 2023 @ 7:42 pm
Por cierto, he escuchado que cada vez más jóvenes están sufriendo una especie de angustia por el calentamiento global. Bueno, en mi caso, el mundo está en sus manos. La generación que ya se extingue poco o nada puede hacer tras haber estropeado cuanto era posible -y en gran exceso- estropear. Es decir, que legamos el estercolero mundial a una humanidad quizá alienada, posiblemente incapaces de vivir sin su consulta al psicólogo. Ojalá entre ellos salgan líderes lúcidos que sean capaces de gestionar -y quizá revertir- la
catástrofe.
En fin:
Adiós con el corazón,
que con el alma no puedo…
domingo 10 diciembre, 2023 @ 11:55 am
Hoy, la radio me ha regalado una esperanza: resulta que un joven de uno 18 años se ha tomado la molestia de pelear por los bienes que fueron robados durante la 2ª Guerra M. -creo que- en un pueblo de Segovia. Habían sido regalados por Franco a la Alemania Nazi para hacerle la pelota a Hitler, en la manía de la pureza racial de este, ya que -diría- eran antigüedades -fíbulas, collares, etc.- que pertenecieron a godos o visigodos. Después de muchas gestiones fallidas, desde el ayuntamiento, el gobierno y hasta Europa, ha recibido una respuesta de Alemania. Parece que van a ser recuperadas. La parte penosa corresponde a nuestras «autoridades»: ¡Cuánto inútil entre ellas!
Lamento la falta de precisión de mi relato, pero es lo que me ha quedado de lo que he escuchado mientras me preparaba el desayuno: algo muy vago, pero esperanzador. Habrá personas responsables en el futuro. Ellos deben tratar de recuperar este degradado mundo que les legaremos.
Hasta otra, queridos amigos.