NeoFronteras

Proponen que el sistema nervioso apareció al menos dos veces en el transcurso de la evolución animal.

Consiguen forzar bacterias E. coli para resistir la radiación ionizante y explican los mecanismos genéticos que lo permiten.

No hay pruebas suficientes para afirmar que las especies emparentadas que viven juntas sean forzadas a evolucionar para diferenciarse según afirma la teoría evolutiva convencional.

La capacidad de evolución de la bacteria que provoca la enfermedad de Lyme a su vez evoluciona.

Una simulación computacional sugiere que la evolutividad puede aumentar generación tras generación independientemente de que las especies compitan por la comida, el hábitat u otros factores.

El grupo PACMAD desarrolló una mejor predisposición anatómica a la fotosíntesis C₄ que el grupo BEP no consiguió.

Primero se producen los cambios evolutivos sobre la cabeza y luego sobre el resto del cuerpo. Al menos así se desprende de dos periodos de diversificación en peces después de dos grandes extinciones.