Sobre la irreversibilidad de la evolución
Explican por qué la evolución no retrocede hacia atrás. Un mecanismo molecular hace que una vez cruzadas ciertas puertas éstas se cierren para siempre, haciendo imposible a la selección natural revertir estados pasados.
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Hay resultados científicos que a primera vista parecen áridos, difíciles de leer cuando uno llega a casa después de un largo día de trabajo. Pero la belleza, la revelación, premia a aquel que se esfuerza. Desde aquí podemos intentar hacerlos más amenos (a veces sin conseguirlo), pero el lector siempre tiene que poner algo de su parte para no abandonar la lectura en el resumen o en las primeras líneas del texto sin llegar hasta el final.
Este resultado que pasamos a relatar merece la pena ser leído, pues aclara un concepto debatido en Biología desde que en el siglo XIX se empezó a hablar de evolución, aunque quizás pase desapercibido en esta sociedad rápida que deglute información de manera compulsiva. En este caso, se puede prometer que al final del arco iris sí hay un caldero de oro, y encima el camino a recorrer para llegar hasta él es bonito.
Podemos observar, tanto en el mundo vivo como en el registro fósil, que la retro-evolución no existe. Las especies siempre evolucionan, es decir cambian, hacia adelante, aunque puedan perder complejidad y simplificarse, pero no vuelven a puntos de partida anteriores. Como ya dijo Gould, evolución no significa necesariamente “progreso” y, por supuesto, como ya sabemos todos, la evolución no produce una cadena, una secuencia, en la que las especies se suceden unas a otras, sino un árbol que se ramifica continuamente, pero que es podado frecuentemente debido a las extinciones a lo largo de esta historia de la vida que ya dura muchos cientos de millones de años.
La evolución es un hecho histórico, sujeto a la contingencia, que hace seguir a las especies cursos no predeterminados ni predecibles. Igual que el mecanismo de ruedas dentadas de un reloj mecánico hace que el reloj vaya siempre para adelante y nunca hacia atrás, debe de haber un mecanismo similar a escala molecular, desconocido hasta el momento, que impida que las mutaciones que van sucediendo, que van cambiando la genética de una especie, reviertan hacia atrás y que con ello se “pierda” lo “ganado”.
Un grupo de peces dio lugar a tretápodos que terminaron siendo anfibios, reptiles y finalmente mamíferos, con puntos de ramificación en el árbol evolutivo separados en el tiempo. Sin embargo, cuando algunos reptiles o mamíferos volvieron al agua no se retro-transformaron otra vez en peces, sino que, por ejemplo, se hicieron ictiosaurios o delfines, que aunque igualmente fusiformes, son respectivamente un reptil marino (ya extinto) y un cetáceo. Pretender que exista una retro-evolución de esa escala, una trayectoria que se deshaga en una secuencia exactamente inversa de todos los sucesos aleatorios y de selección que dieron lugar a una especie, es pedir mucho. Podríamos especular que, aunque con una probabilidad casi nula, tal cosa no sería imposible, pero entonces debemos explicar cómo evitar que esto mismo se dé a pequeña escala y que a la vez se permita la evolución hacia adelante.
¿Cómo una especie de tretápodo a medio camino entre pez y anfíbio, y que cambia poco a poco, puede evolucionar hacia ser “más anfibio” sin un mecanismo que en cada paso evolutivo, por muy pequeño que sea éste, le impida retroceder hacia ser “más pez”?
Ahora, unos investigadores de University of Oregon han encontrado precisamente un ejemplo de camino genético-molecular que impide esta retro-evolución. Un estudio que les ha sumergido en la historia evolutiva, de 450 millones de años, de una proteína que compartimos con otros vertebrados.
El equipo de investigadores ha usado reconstrucción computacional de genes ancestrales, síntesis de ADN, protenómica y cristalografía de rayos X para resucitar y manipular los genes de un receptor hormonal clave tal y como era en nuestro antepasado vertebrado de hace 400 millones de años. Han encontrado que en un periodo corto de tiempo, cinco mutaciones aleatorias hicieron modificaciones sutiles en la estructura de la proteína de tal modo que la hicieron incompatible con el receptor hormonal primordial aunque cumpliese la misma función.
Recordemos, como el lector ya probablemente sabrá, que las secuencias de tripletes de bases del ADN se traducen a secuencias de los aminoácidos en las proteínas que codifica. Un gen codifica una proteína completa y ésta adopta una forma específica y compleja que le da su funcionalidad. Distintas especies pueden compartir los mismos genes o variantes de los mismos. Usted comparte muchos de sus genes con la mosca de la fruta o con el nematodo C. elegans, por ejemplo.
A veces hay pequeños cambios, mutaciones, que cambian la secuencia de aminoácidos de las proteínas. En cada generación se producen unas pocas. Usted, amigo mío, es un mutante. Unas veces estas mutaciones no tienen efecto aparente y la proteína sigue funcionando pese a que se van acumulando. En este caso podemos tener diferentes versiones del mismo gen (los alelos que a veces mencionan los personajes de la serie CSI de la tele), tanto en la misma especie como en especies diferentes. Otras veces estas mutaciones son letales y provocan que la proteína no cumpla su función. En este caso, si la proteína es importante, el organismo que porta la mutación puede enfermar e incluso morir, llevándose con él esa mutación deletérea. Otras veces la mutación cambia la proteína de tal modo que beneficia al individuo que la porta y le confiere una ventaja respecto a los demás, aunque sea pequeña. La presión de selección (mejor adaptación, mayor éxito reproductor, etc) hará que esta mutación permanezca en la especie siendo seleccionadas positivamente.
Joe Thornton, de University of Oregon y Howard Hughes Medical Institute explica que la razón por la cual los biólogos no podían saber por qué la evolución no iba hacia atrás, o saber otro tipo de cuestiones evolutivas, era por la escasa capacidad que había para conocer cómo eran los genes en el pasado.
Los fósiles contienen poca o nada información genética, así que hay que hacer genética comparada entre especies situadas en distintos puntos del árbol evolutivo y saber cómo cambian los genes para así inferir cómo era una un gen hace cientos de millones de años. Podemos, por tanto, “resucitar” genes o formas antiguas de genes modernos. Por consiguiente, ahora que se pueden resucitar genes ancestrales, se pueden diseccionar y estudiar los procesos evolutivos que han sufrido los genes en su historia evolutiva.
Thornton, junto a Jamie Bridgham y Eric A. Ortlund se han centrado en la evolución de una proteína llamada receptor de glucocorticoide (GR) que se une a la hormona cortisol y regula la respuesta al estrés, inmunidad, metabolismo y comportamiento en humanos y otros vertebrados. Es solamente un ejemplo, un caso entre muchos, pero si se dan los mismos mecanismos en otras proteínas que se han dado en ésta, entonces tendremos una de claves de la evolución. Este estudio, que muestra cómo las estructuras moleculares están finamente sintonizadas por la evolución, tendrá un amplio impacto en ciencias biológicas aplicadas y básicas, incluido el diseño de fármacos para proteínas blanco específicas.
En estudios previos, este grupo de investigadores mostró que esta proteína apareció hace 400 millones de años a partir de una proteína ancestral.
Cuando los peces cartilaginosos se escindieron de los demás, hace unos 440 millones de años, una proteína ancestral que los investigadores denominan receptor GR1 respondía tanto al cortisol como a la adosterona (dos hormonas). Durante los 40 millones siguientes, y las criaturas de cuatro patas hacían su aparición en escena, el receptor GR2 se hizo específico al cortisol. En esos 40 millones de años cambiaron varios aminoácidos de los cuales sólo dos eran necesarios para alterar la función del receptor GR. Lograron identificaron las siete mutaciones antiguas que juntas provocaron que el receptor evolucionara hacia una nueva forma y una especificidad por el cortisol.
Entonces estos investigadores se plantearon si la GR2 moderna podría retroceder hasta su funcionalidad antigua haciendo que pudiera reconocer a las dos hormonas como hacía el GR1. Así que resucitaron la proteína primitiva justo en la forma adoptada después de haber aparecido la especificidad por el cortisol por primera vez, e invirtieron las dos mutaciones clave mediante manipulación de ADN.
Esperaban obtener una proteína receptora con la misma funcionalidad que el antepasado antiguo, la versión antigua de este receptor GR1, pero en su lugar obtuvieron una proteína no funcional en todos los sentidos.
Las dos mutaciones funcionales clave sobre las cuales actuó la selección natural para cambiar las especificad de la proteínas no fueron las únicas que se dieron durante la historia evolutiva, también se dieron otras mutaciones “mudas” que no soportaron presión de selección y que vamos a llamar restrictivas (ya se verá por qué). Los investigadores identificaron estas cinco mutaciones. Aparentemente estas mutaciones actuaron (metafóricamente) a la manera de una uñeta sobre unos trinquetes, haciendo que la proteína fuera incapaz de tolerar configuraciones antiguas que existían justo un poco de tiempo evolutivo antes. Es como si se «quemaran los puentes” que se acaban de cruzar impidiendo volver hacia atrás.
Thornton propone una metáfora para explicar el fenómeno: “Supón que estás redecorando tu dormitorio. Primero mueves la cama, luego pones el tocador donde estaba la cama. Si decides volver a poner la cama en el mismo sitio no lo puedes hacer a no ser que primero muevas el tocador a otro lugar. Las mutaciones restrictivas en el receptor GR evitaron que la evolución actuara en sentido contrario de la misma manera.”
Las mutaciones restrictivas cambiaban un poco la secuencia de aminoácidos y por tanto un poco la forma o estructura de la proteína, aunque sin cambiar su función. Pero estos cambios restringieron posibles cambios futuros. Cuando se dieron los cambios significativos, estos sólo podían funcionar con el nuevo “andamiaje”.
Cuando los investigadores pusieron estas otras cinco mutaciones (alcanzando el estado ancestral) entonces la proteína resultante pudo tolerar todos los cambios, ser funcional y además transformarse en el receptor promiscuo al igual que era su ancestro remoto GR1.
Por tanto, quedaba demostrado que estas mutaciones “mudas”, pero restrictivas, cambian la estructura de la proteína, aunque no su función, y son las que actúan como “mecanismo trinquete”.
A pesar del papel poderoso del sistema trinquete en evitar la inversión evolutiva, cuando se dan las cinco mutaciones restrictivas se tiene poco o ningún efecto sobre la función de la proteína. Y aunque deben ser revertidas antes para que la proteína pueda tolerar su estado ancestral, revertirlas no mejora (ni empeora) nada la función de la proteína. “Esto significa que incluso si la función ancestral fuera súbitamente óptima de nuevo, no hay manera para que la selección natural pudiera dirigir la proteína directamente hacia atrás hasta su forma ancestral,” dice Thornton. La selección natural no tiene manera de borrar estas mutaciones restrictivas.
La evolución irreversible de GR sugiere que las moléculas que dirigen la biología ahora no tienen por qué ser productos inevitables de procesos evolutivos. En el caso del GR, las mutaciones restrictivas borran las condiciones que previamente abrió la forma ancestral como posibilidad evolutiva. Thornton especula que, en la historia evolutiva transcurrida, es probable que se hayan dado otras mutaciones restrictivas que hayan cerrando innumerables trayectorias que, de otra manera, la evolución podría haber tomado.
Si pudiéramos rebobinar hacia atrás y permitir que la historia evolutiva se diera de nuevo, se darían un nuevo conjunto de mutaciones, aparentemente asecuenciales en el tiempo, que abrirían unos caminos y cerrarían otros que probablemente incluirían algunos que dieron lugar a la presente configuración evolutiva del mundo actual. Es decir, la que incluye a la especie humana. La historia evolutiva es irrepetible incluso aunque contemos con una máquina del tiempo y controlemos el entorno y la presión de selección.
Si se demuestra que el mecanismo dado en GR es un fenómeno general, entonces la biología que tenemos ahora es sólo una de las muchas combinaciones de tiradas posibles del dado evolutivo. Si usted está aquí en este momento es porque en el árbol evolutivo hay una secuencia ininterrumpida de miles de millones de años que le une a los primeros microorganismos. Una línea que ha sobrevivido a todo tiempo de extinciones, incluso a las grandes extinciones masivas, a impactos de meteoritos, a glaciaciones globales a vulcanismo extremos, a cambios climáticos… Una línea creada a partir del azar y la necesidad, de las mutaciones fortuitas que dieron a todos nuestros antepasados una pequeña ventaja reproductiva frente a los demás bajo un inmisericorde entorno cambiante, también azaroso, que nos obliga a adaptarnos o desaparecer para siempre.
Hemos empezado a vislumbrar que el azar que nos crea, que nos hace evolucionar, no sólo depende de esas mutaciones, sino de muchas otras que impiden retroceder, que empujan a las especies siempre hacia adelante, que les impiden mirar hacia atrás. Esta multitud de procesos azarosos, tan poderosos como el colosal numero combinatorio resultante de todo ello, ha llegado al increíble punto, a la altamente improbable situación de crear una especie capaz de inventar el método científico y de mirar hacia atrás sin miedo a convertirse en estatua de sal y tratar, de verdad, de comprenderse a sí misma. Una especie capaz de este logro y de muchos otros, capaz de hacer las cosas más maravillosas, de alcanzar metas siempre soñadas y también de cometer los actos más infames, incluso de ponerse en peligro a sí misma y a las especies que le acompañan, también supervivientes de un viaje maravilloso de 3800 millones de años a borde de esta nave espacial azul llamada Tierra, nuestra única y posible casa.
Si usted, amigo lector, ha llegado leyendo hasta esta línea todo esto le produce cierto vértigo, no le importe tener un poco de estrés, el receptor glucocorticoide regulará su respuesta al mismo, como ha venido haciendo, de una manera u otra, con mejor o peor suerte, durante los últimos 400 millones de años.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original (resumen).
31 Comentarios
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Lo sentimos, esta noticia está ya cerrada a comentarios.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 3:41 am
Muy agradable el artículo, y además poético. Solo un detalle me incomoda, pues quizá sería más refrescarte para los ojos que utilices espaciado entre los punto aparte.
Saludos.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 10:48 am
El tema de las líneas en blanco ya se debatió en los comentarios de este artículo: http://neofronteras.com/?p=2199
Hay razones para que no se introduzca espaciado (otro retorno de carro) después del retorno de carro:
1/ Se pueden reservar para otras funciones, como distinguir bloques de noticias distintas dentro de un mismo artículo, cambio de tema en los comentarios, etc.
2/ De este modo se puede imprimir en papel y el texto queda como debe de quedar en cualquier medio escrito (esto me recuerda instalar el pluging adecuado). También facilitaría un volcado a pdf.
Habría una solución intermedia, ya intentada sin éxito, que sería colocar un sangrado después del retorno de carro. Algo que quedaría muy bien, pero cuando en la CSS se coloca el comando «text-indent:20px;» dentro de p{ } para un sangrado de 20 píxeles, el cambio sólo afecta a la primera línea.
Si alguien sabe cómo conseguir que sea precisamente al revés o que se haga después de cada retorno de carro que por favor lo comente.
Luego están los gustos personales, las preferencias personales del que escribe, que la estética es discutible, que al final «son lentejas»… Y la cortesía que me impide decir más.
Y sí, el arco iris es bonito, pero es molesta que no distinga bien entre el azul y el añil. ¡Una pena!
lunes 28 septiembre, 2009 @ 1:47 pm
Para hacer adecuadamente los párrafos está la etiqueta , dentro de la cual se coloca cada párrafo (y se cierra ). De este modo también te funcionará el sangrado que deseas y el espacio entre párrafos no será otro retorno de carro, sino uno que el navegador debe mostrar precisamente para tal circunstancia, pues ya sabe cuáles son los párrafos.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 1:48 pm
No sale la etiqueta, así que la pongo de otra forma: ángulo p ángulo. Vamos, la etiqueta párrafo.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 2:31 pm
Lo malo (en realidad lo bueno) es que en un CMP no hace falta escribir etiquetas en la edición del texto xhtml. En este caso todo el texto del post aparece en xhtml una vez creado, pero entre < p > y < / p > con < br / > entre medias, como se puede ver gracias al «ver código fuente» de cualquier navegador. Además, todo parámetro relativo a la estética debe ir en la CSS y no en el texto que se escribe. Lo lógico sería p{ text-indent:0px;} y además controlar el br para que después haga el sangrado. De este modo no hay sangrado al principio pero sí después de los retornos de carro. La cuestión es cómo.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 2:55 pm
Hola,
Me ha gustado mucho el artículo. Muchas veces estamos tan saturados de información que no entendemos nada. Viene bien reflexionar tranquilamente sobre un tema de vez en cuando.
En cuanto a lo que comentas de las etiquetas, la etiqueta se refiere a un párrafo completo, no a un grupo de éstos, de tal manera que cada párrafo debe ir precedido de y terminado en , evitando el uso de como retorno de carro. Así el sangrado aparecerá en cada inicio de párrafo.
Un saludo.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 3:51 pm
No hay reversibilidad en la biología. Y la flecha del tiempo sólo va hacia adelante. Según como se mire es una lástima. Este estudio es realmente muy interesante y no concebiría que una vez se empezó a leer, el lector pueda abandonar esta joya, por muy cansado que esté. Efectivamente hay un caldero de oro al final del arco-iris.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 7:41 pm
Si restringimos la evolución al cambio de una especie a otra, no existen ejemplos de que haya habido retro-evolución -mejor «involución», pero sólo es una opinión-, aunque si aceptamos el cambio adaptativo dentro de la misma especie como evolución, es clásico el caso de las mariposas inglesas que primero fueron blancas, luego negras para adaptarse al polvo negro con que la actividad minera impregnaba la zona y, cuando esta terminó, volvieron a ser blancas. Es decir que involución sí hay, porque también para ello se precisa que unas proteínas sean fabricadas por unos genes. Y, sin negar la posibilidad del equilibrio puntuado, todos parece estamos de acuerdo en que la especie se modifica gradualmente en subespecies hasta que su divergencia es tal que ya no dan descendencia fértil.
La analogía del trinquete es muy acertada. Los ejemplos que entrega el artículo son muy extremos porque no sólo habla de especie; se va hasta la «clase» e incluso al «filo». Hubiera sido más propio ejemplificar dos especies del mismo género y, a ser posible, próximas.
Emplea excesivamente el concepto de azar, que es puramente matemático, es decir, tan irreal como la línea o el punto, o sea, que no existe ninguno de ellos en la naturaleza. Pero aparte de este purismo mío, posiblemente exagerado, el haber encontrado las proteínas-trinquete es, sin duda, un hallazgo muy importante.
Sin embargo no es nuevo el haber pensado siempre que tal cosa era lo razonable. <<<<<el gen que cambia tiene un sinfín de probabilidades ante sí, sólo limitadas por la adaptación al nuevo entorno. De todas ellas surge una según cada ambiente: ejemplo de los pinzones de las Galápagos. Pero si queremos volver atrás, antes habrá que recuperar el antiguo medio, lo que ya tiene su quid, pero es que, además, su probabilidad queda limitada a una sola, a su ancestro único, lo que resulta prácticamente imposible.
Por cierto que llamamos fenotipo a aquello que se manifiesta, como el blanco de la mariposa, resultado de alelos dominantes, pero ¿cómo llamar al negro que está esperando su oportunidad que aún no se ha dado, y como él muchas otras posibilidades que quizá no se den nunca, pero que están ahí y que resultan de los alelos recesivos? ¿Hay algún nombre para esa parte del genotipo o cúmulo de posibles fenotipos que están inhibidos?
Si alguien conoce la respuesta a mi pregunta le quedaré muy agradecido por su respuesta.
Un cordial saludo y enhorabuena por tan jugoso artículo.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 9:59 pm
Estimado Lluís:
Sinceramente, muchísimas gracias.
lunes 28 septiembre, 2009 @ 9:59 pm
Estimado Tomás:
La omisión de la palabra «involución» fue a propósito dado las connotaciones negativas que tiene y lo ligada que está a la idea de «progreso». Evolución es simplemente «cambio» no «mejora». Los parásitos que se han simplificado en extremo o los reptiles que perdieron sus patas convirtiéndose en serpientes evolucionaron aunque se simplificaron.
El caso de las polillas inglesas es el típico que se pone en los libros de texto y es muy bonito, pero no es comparable a lo que aquí se está exponiendo. El caso de las polillas se dio en unas pocas décadas y aquí estamos hablando de bastantes millones de años.
Los ejemplos del ictiosaurios o el delfín son obviamente exageraciones y están puestas con fines didácticos. No es fácil dar con el tono que satisfaga el nivel científico de todos los lectores, si se quiere algo mucho más riguroso para eso se pone la referencia del artículo original.
La evolución, tanto a nivel fenotípico como genético, se da sobre lo ya existente. No se destruye lo existente para crear sobre cero, sino sobre lo que ya hay, que además suele ser bastante complejo. De este modo una «aleta» de pez se transforma en los miembros de los tetrápodos y no aparecen de la nada. Por el camino van quedando genes que se han utilizado en el pasado para alguna función y que ahora pueden estar en desuso o ser usados colateralmente para algo distinto, algunos de ellos van desapareciendo poco a poco o son transformadosy se usan para otra función. Por tanto puede haber genes que no tienen manifestación fenotípica, esperando su oportunidad para hacerlo si hace falta, como ya vimos en http://neofronteras.com/?p=478 Hay un reservorio de material genético dispuesto a poder ser utilizado si hace falta.
Además del ADN no codificante tenemos genes reguladores, genes parásitos y otros factores que complican la cosa. La genética es mucho más complicada que los guisantes de Mendel, y es en los últimos años cuando hemos empezado a darnos cuenta de ello.
Desde el siglo XIX se sabe que la retro-evolución no existe porque no se observa, pero desde entonces no había una explicación convincente. Este resultado, que algunos expertos han calificado como el de mayor impacto en genética de los últimos 15 ó 20 años, aporta una de las posibles explicaciones.
Es sólo un ejemplo, pero probablemente se da en otros casos, y desde luego no tiene por qué darse siempre ni ser el único.
Son la variación genética y la presión de selección las que controla la evolución y ambos dependen del azar. Las mutaciones son azarosas, accidentales, casuales, eventuales, contingentes… Como lo es la reproducción sexual. Y también lo es a veces la presión de selección, sometida al azar de los meteoritos o el cambio climático. O al efecto mariposa de las distintas especies que pueblan los ecosistemas. Un farero se llevó su gato a un faro y éste acabó por completo con una especie de ave (caso real). Incluso la mala suerte, como un virus mutado puede eliminar una especie, que esto cambie el ecosistema y que todo sea diferente por siempre y para siempre. El azar controla la vida, aunque la idea nos inquiete. En Matemáticas se suele hablar de aletoriedad, aunque es sinónimo de azar.
Todo esto siempre se ha sabido. Lo bonito en este caso es que hay un azar que no es controlado por la presión de selección y que hace que ciertos cambios genéticos no se puedan revertir. Es simplemente fascinante.
martes 29 septiembre, 2009 @ 3:53 am
Hola,
Con respecto a lo del sangrado y css, encontré este artículo que espero sea de utilidad. No lo he probado por falta de tiempo.
Sobre lo de tu primer comentario, en concreto tu último párrafo, no comprendo la ironía de la frase. ¿Tal vez te molestó que mi comentario fuera referente a la estética y no al contenido mismo del artículo?.
(Claramente entiendo lo del azul índigo y el arcoíris, pero solo literalmente).
Saludos.
PD: Hace momentos se me olvidó escribir el código de seguridad, y al volver atrás en el navegador, solo se guardó mi nombre y correo, mas no el comentario. Tuve que reescribirlo :(
martes 29 septiembre, 2009 @ 3:54 am
http://www.spanish-translator-services.com/espanol/t/007/indent.html
martes 29 septiembre, 2009 @ 9:46 am
Estimado Vito:
Gracias por la referencia. Ya probé ese truco, pero añadiendo +* entre «p» y «{» sin demasiado éxito. A ver si así funciona.
Lamento mucho el problema de la pérdida de su comentario, es algo que pasa algunas veces y es bastante molesto para el que ha hecho el esfuerzo de escribir un comentario y lo pierde. Suele deberse a que ha pasado mucho tiempo desde la carga de la página y el envío del comentario. Por qué no se guarda aunque no se envíe es otro problema técnico que no pude solucionar. Se admiten sugerencias.
Hay una explicación sobre todo esto aquí: http://neofronteras.com/?page_id=1416
En cuanto a la ironía del arcoiris se debe a que el objetivo de este sitio es la ciencia, siempre lo fue, y no la estética de los párrafos, que como ya dije tiene sus razones. Sacar el asunto de las líneas en blanco es abrir una herida que se creó en la referencia dada en el comentario número 2. Las cuestiones técnicas hacen perder un tiempo precioso que se sustrae de la escritura de noticias sobre ciencia.
Además, a estas alturas entre CMP reciente, tema antiguo (y propio) y plugings intermedios es arriesgado meter mucha mano al software. Debido a una manipulación se perdió de manera irrecuperable el tema de la página de opinión.
martes 29 septiembre, 2009 @ 11:19 am
Estimado vito:
Definitivamente el truco
p + p {
text-indent: 20px;
}
no funciona. Es inteligente porque permitiría sangrar párrafos sin sangrar el primero (sólo sangra los párrafos que siguen a otros párrafos).
En este caso todo el texto del post es un sólo párrafo (a no ser que se introduzca doble retroceso de carro) y por tanto el sangrado no se produce en cada punto y aparte, sino sólo después de doble retroceso de carro que el editor de wordpress interpreta como párrafo nuevo, metiendo una nueva etiqueta <p> de manera automática y por tanto una línea en blanco cuando el navegador carga la página.
En teoría se podría meter siempre doble retroceso de carro al redactar y escribir
p {
margin-bottom: 0 }
p + p {
text-indent: 20px;
margin-top: 0 }
en la CSS, que mete sangrado y elimina la línea en blanco. Y definir un sistema de espacio en blanco entre los párrafos para indicar cortes importantes como indica la referencia, pero no afectaría a todo el material que ya hay publicado y complicaría la redacción que ahora es más «natural» sin pensar en cuestiones estéticas cuando se escribe.
Lo mejor será dejarlo como está.
martes 29 septiembre, 2009 @ 9:16 pm
Muy apreciado Neo:
Hay formas de expresión que se hunden en nuestras formas de ser. El que «involución» tenga connotaciones negativas al lado de las positivas de «progreso», me parece más cuestión de lo políticamente correcto. Pero aquí hablamos de ciencia y en ella, al emplear una palabra, si vemos que puede inducir a duda, la definimos previamente y ya está. De todas formas no hay por qué discutir el tema que es banal.
En el segundo párrafo de tu 10, aludes a mi ejemplo de las polillas. Precisamente me interesaría una prueba lo más breve posible que certificara inapelablemente la experiencia. De todas formas sólo sabemos que tomaron su color primitivo, pero no si su proteoma total volvió a ser el mismo. Quizá no hubo involución, o retro, como prefieras y simplemente siguieron evolucionando para adaptarse al nuevo entorno que coincidía con el original. Sabemos que , en determinados casos, la evolución puede ser muy rápida; sobre todo si te va en ello la vida: ote vuelves blanca o te come el pájaro. O quizá realmente se las comieron y el nicho fue ocupado por las mismas mariposas blancas que llegaron de otro lugar donde no se dio el evento.
Gracias por el envío del tercer párrafo al año 2006, que ya conocía. Mereció el artículo más comentarios, aunque los que llegaron no pudieron estar más interesados en su contenido.. En el mismo párrafo y en el envío se habla de ese material genético que sería algo así como la diferencia entre las posibilidades del genoma y el fenotipo, pero no me contestas a la pregunta. Quizá no tiene nombre, aunque sí entidad. Te ruego un comentario al respecto porque sabes cuanto aprecio tus conocimientos y los de varios de nuestros asiduos.
Más adelante afirmas que la retro no existe porque no se observa… Me vas a perdonar pero eso no tiene sentido. Si las cosas fueran así, la evolución misma no existiría hasta que, en el siglo XIX se observó.
Te aseguro que siempre he estado convencido, al menos, de la inmensa dificultad de una involución, por las razones que expongo en mi anterior comentario que pueden resumirse de una forma exagerada en: Ane la evolución, casi infinitas posibilidades; de cualquiera de ellas, hacia el origen, una sola, la del punto de partida, junto con otras casi infinitas: el acertar con la primera resulta prácticamente imposible. Y no digo de las modificaciones del medio cuya probabilidad de retroceder es aún más dificultosa al estar formado por muchas variables. ¡Y todo ello se calcula multiplicando! Otra cuestión es que ese pensamiento mío no era más que filosofía mientras que lo encontrado es el mecanismo seguramente cierto y patente de ese razonamiento.
Siento disentir profundamente contigo en lo que al azar se refiere. Si tu punto de vista es que el azar es algo real, mi opinión es muy distinta. Puede sostenerse su definición matemáticamente, pero no en la naturaleza. El azar no controla absolutamente nada porque no existe. Sólo el desconocimiento de la causa hace que podamos llamar así a un hecho. El meteorito del que hablas recorre un camino obligado por la gravedad y no va dando tumbos aleatorios. Si se encuentra con la Tierra es porque ambos han obedecido la misma ley que quizá al primero le ha hecho desviarse imprevisiblemente al pasar cerca de otro planeta; imprevisible pero inevitablemente porque la gravedad lo determina. Y de lo macro a lo micro: Cuando la mutación sucede en la proteína es porque hay por allí algún ion llevado por las fuerzas electroquímicas que le hacen navegar por el citoplasma y que atrae o repele con más fuerza a una parte de la gran molécula proteica y, de esta manera, la modifica quizá incrustándose en ella o arrancándole una parte, no porque el azar lo lleve allí caprichosamente, sino obligado por las fuerzas mencionadas. Luego, la mutación, será exitosa, deletérea o indiferente, según las circunstancias reales, no azarosas.
Pero esto no le resta fascinación al hecho; muy al contrario, la hace más asombrosa y admirable. O, al menos a mí, así me lo parece.
Sé que no me tomarás a mal tener distinta opinión. Creo que estamos para contrastar pareceres. Un saludo muy cordial y el ruego de la respuesta sobre ese nombre que desconozco.
martes 29 septiembre, 2009 @ 9:26 pm
Observo al releer que he cometido muchas faltas debidas a las prisas porque me ha sido rechazada una primera escritura y el cometario es largo. Perdón por ello.
Me extraña sin embargo que sólo unos pocos nos estamos ocupando de comentar el artículo en sí, tan sugerente e importante, escrito además con la mente emocionada, cosa poco común en los artículos científicos.
Un afectuoso saludo, otra vez.
miércoles 30 septiembre, 2009 @ 1:15 am
Apreciado Tomás:
He corregido los errores más obvios como casi siempre hago, si desea cambiar algo más hágalo saber.
De paso quisiera agradecer el cariño y el respeto con el que siempre se ha dirigido a todos los participantes en este foro. En los tiempos que corren se agradece, y mucho.
En cuanto al tema de la polillas inglesas, cambiaron de color porque los pájaros se las comían (hay un documental de la BBC titulado «What Darwin didn’t know» muy ilustrativo al respecto).
No conozco en detalle la genética del asunto, si se debió a un sólo gen o a varios. Puede ser que la polilla blanca de segundo tipo fuera genéticamente distinta a la que había antes de aparecer la negras.
Es de imaginar que si el control lo ejerce un sólo gen que se regula no no o una sola base la situación pueda revertirse en unos pocos años, quizás pasó eso con las polillas. Un sólo «flip» no tiene porque ser para siempre, admitiéndose las fluctuaciones, pero si pasa más tiempo y se producen irreversibilidades como la que se cuenta.
Se hicieron estudios en época y se recogieron muchos ejemplares de polillas, supongo que se podría secuencia su ADN.
La idea de las sucesivas ramificaciones de tal modo que es muy improbable (aunque posible) una vuelta atrás por exactamente el mismo camino es ciertamente una explicación, e intenté expresarla sin demasiado éxito en el texto, pero lo que estos investigadores dicen es que, al menos en algunos casos, eso no es que sea altamente improbable, sino que es imposible porque se han cerrado algunos de esos caminos para siempre.
Lo fascinante es que esta «quema de puentes» se da porque la presión de selección no puede operar.
No sé si existe un nombre para esos genes que no se expresan. «ADN no codificante» se suele reservar para el ADN «basura», quizás es el término general. Puede que un experto en el tema lo pueda aclarar.
Hay gente que en el siglo XXI afirma que la evolución no existe, así que es de suponer que también habrá algunos que afirmen que la involución sí existe, aunque no haya muchas pruebas de ello, ni vivas ni en el registro fósil.
Sobre el azar, y en estos términos biológicos, no hay polémica posible. Se consideran que todos los factores mencionados son azarosos o, al menos, contingentes.
Ir más allá significaría no hablar de Biología, sino de Filosofía, de determinismo, de impredecibilidad, caos, caos determinista, efecto mariposa, imposibilidad de establecer las condiciones iniciales… Es curioso que los números pseudoaleatorios de los ordenadores se generen de manera determinista.
Incluso un problema de tres cuerpos en interacción gravitatoria no tiene solución general analítica. No sabemos lo que pasará en un tiempo muy largo. En un sistema como el Universo, incluso un impacto cometario es impredecible a no ser que sea inminente (desde el punto de vista astrofísico). La capacidad de predicción es muy limitada.
Ni siquiera sabemos de seguro que el sistema solar sea estable a largo plazo (los últimos estudios indican que quizás no y predicen cataclismos). Ni una máquina de Turing podrá determinar si se detendrá o no.
miércoles 30 septiembre, 2009 @ 2:24 am
Bueno, veo que se ha ido mucho el debate en el formato de texto y de párrafo de neofronteras. Pero me gustaría formular una pregunta. Al nivel actual de la cosmología y la ecología ¿A qué llamamos azar? Dentro del paradigma sistémico (que es el ecológico) notamos que los ecosistemas van reduciendo el azar lo más que pueden hasta lograr una dinámica osmótica biota-entorno físico. Justo en esta web se ha publicado como los bosques y selvas e innumerables seres vivos regulan el clima a nivel mundial (o regulaban, ya que hemos modificado toda la biosfera) reduciende todas las probabilidades que abarca ese azar. La imposibilidad de retroevolución indica que la bioevolución no es impredecible, sino pronosticable, como lo es el clima. Lo que demuestra este estudio es que hay una memoria genética oculta común a todo el árbol filogenético, como un archivo universal de la historia evolutiva que está presente tanto en peces como en seres humanos, que se utiliza como nosotros utilizamos nuestros libros de historia para saber de nuestra evolución cultural. Ojalá también no haya retroevolución cultural.
miércoles 30 septiembre, 2009 @ 10:30 am
De nuevo tratar de entrar en la definición de azar y enredarse en un lío filosófico-lingüístico (de hecho todos los líos filosóficos son lingüísticos) no conduce a ningún sitio, sobre todo si lo mezclamos con el «destino» que de una manera u otra se trata de meter soterradamente.
El azar existe, o así se considera en ciencia, en los demás campos de conocimiento que opinen lo que quieran.
La evolución biológica no está determinada y estaría por ver si el determinismo se da en los ecosistemas. En los modelos de ecosistemas descritos por ecuaciones diferenciales puede haber predecibilidad si hay pocas especies pero puede haber caos. Si lo modelamos por agentes incluso con tres especies el sistema no es determinista ni predecible ya que se utilizan números aleatorios. Recordemos que bajo el punto de vista científico no conocemos la realidad, sino modelos de realidad.
Ósmosis es el proceso físico de aparición de una presión entre dos fluidos con distintas concentraciones salinas separados por una membrana de tal modo que el fluido pasa a través de ella en dirección a la más concentrada. No se entiende su aplicación a la Ecología Teórica ni a ningún otro ámbito que no sea el simbólico.
Muchos de nuestros genes los compartimos con la mosca, el gusano e incluso con las bacterias. Es difícil eliminar aquellos que son importantes. En cuanto a la «involución cultural» puede que sí se dé. La Edad Media en Europa podría ser un ejemplo. Aunque un purista también lo negaría.
jueves 1 octubre, 2009 @ 7:28 am
Hola:
Me encantó el artículo, es en verdad interesante. Y me quedé pensando en lo de las mariposas. Creo que el tiempo que ha pasado desde la Revolución industrial es poco como para tener una especiación. ¿No será simplemente una variación en la frecuencia de los diferentes alelos y no una desaparición de alguno de ellos? Por ejemplo, si mal no recuerdo en sistema ABO sanguíneo los tipos A y B son dominantes. Sin embargo, en Latinoamérica, a pesar de la inyección de genes europeos que hemos tenido, aún la mayoría de las personas son de tipo O. Los otros alelos siguen ahí, y es probable que si las circunstancias cambian también cambie la proporción de alelos.
¿Ustedes qué piensan?
Gladia
jueves 1 octubre, 2009 @ 10:17 am
Como siempre la evolución no se da a nivel de individuos, sino de poblaciones y especies. En cada población a cierta variedad y mezcla de genes. Algunas veces dominan unas variantes y otras veces otras. Pasa algo similar con el Rh sanguíneo.
jueves 1 octubre, 2009 @ 5:56 pm
Muy estimado Neo y antes de leer tu 19:
Gracias por el concepto que de mí tienes y, aunque el sentimiento sea un tanto ajeno a la ciencia, habeis de saber, tu y nuestos compañeros, que os considero amigos con los que puedo hablar sin reservas y eso, para mí, es de un valor inapreciable.
Sé que mi cerril determinismo adolece de ser indemostrable tanto en su afirmación como en su negación, con lo que resulta la incómoda postura de que tiene un tufillo de fe que me molesta aunque, de cuando en cuando, compruebo si los objetos siguen cayendo. Tambien ayuda el saber que no nos es posible crear un mecanismo realmente azaroso, aunque sí el aproximarnos algo, como con la ruleta o la lotería. Más allá está la mecánica cuántica, teoría que funciona maravillosamente, sin que pueda explicarme por qué. Pienso que esa dificultad de su divergencia con el sentido común se debe a que aún no hemos interiorizado ciertos fenómenos o formas de entenderlos y a la dificultad de «visualizar» las matemáticas.
Cuando dices «en términos biológicos» introduces una condición perfectamente admisible para mi mentalidad. Incluyo en ella un sinfín de causas que no sería abordable nide interés el considerarlas. Vale. Lo que pasa es que tengo por el azar una aversión irreprimible, salvo si sólo es matemático.
El que el problema de más de dos cuerpos sea, por ahora, irresoluble, sólo significa un ejemplo de indeterminable por la complejidad del cálculo, ni quiera por el desconocimiento de las leyes a aplicar, pero no que sea indeterminado. En oros casos ni siquiera conocemos esas leyes, pero la repetición de lo observado nos have inferir que han de existir. Según mi determinismo superlaplaciano si volviésemos a reproducir todas y cada una de las condiciones iniciales, se comportarían de igual forma. Pero… tal cosa es imposible, aunque toda la ciencia se base en la posibilidad de repetir cualquier experiencia (admitiendo cierto margen de error acotable). Quiero decir con ello que lo impredecible de un evento en nada se opone a su determinismo; son conceptos distintos.
Lo predecible o no, depende de nuestros conocimientos. Lo determinado o no, depende de cómo funciones la naturaleza que, para mí y de momento, mientras no se me demuestre lo contrario es de forma causal. Lo que pasa es que este convencimiento se infiere de la generalización y es, por tanto, hipotético-deductivo. Si la inducción completa matemática fuese aplicable a la realidad, mi certeza sería inapelable, pero no es así.
Recibe mi afectuoso saludo.
jueves 1 octubre, 2009 @ 9:26 pm
Al apreciado Neo tras leer su 19 que me obliga a seguir:
Observo en ti un fuerte rechazo a toda filosofía; debo aclarar que la única que me interesa es la que se ocupa de la ciencia, a la que podemos llamar epistemología, aunque no sean lo mismo exactamente.
Sin embargo, cuando terminas en tu 17, estás haciendo filosofía. Desde luego ese «ni siquiera» se las trae: no es un problema nimio saber si nuestro sistema solar es o no estable.
Sin ningín tipo de ironía, me recuerdas al personaje de Moliere que hablaba en prosa sin saberlo: tu haces filosofía cuando te opones a ella, como yo ahora cuando intento rebatirte. Tachas de «lío filosófico-lingüístico» -sospecho que de forma peyorativa- cuando el mismo artículo estamos especulando e imaginando posibilidades que sólo son especulativas, es decir filosofía, aunque referida a la ciencia. Y no hay ciencia que no se base en una filosofía. La misma razón de ser de la Ciencia, con mayúscula por referirme al conjunto de todas ellas, es filosofía pura: el humano interés por descubrir la realidad por medio de la razón que a su vez se auxilia de un método y ordena sus conocimientos.
Respeto tu concepción de la naturaleza, pero voy a comentar alguna cuestión: 1º Nadie ha hablado de destino, cuyo concepto se entiende ligado a que alguna voluntad superior lo decida, cosa que me resulta totalmente inadmisible. No veas demonios donde no los hay. Yo sólo puedo responder por mí y declaro con firmeza que no es esa mi intención ni por lo más remoto.
Ya continuaré con 2º, que ahora no puedo.
Un abrazo interrumpido.
jueves 1 octubre, 2009 @ 10:03 pm
Apreciado y estimado Tomás:
Nuevamente gracias por sus palabras y por su participación, sin la que esta web sería menos valiosa.
Solamente quería aclarar que para nada desprecio la Filosofía, ni desde esta web se ha hecho nada al respecto. Es sólo que es otro ámbito distinto de conocimiento. No es ciencia como le pasa al arte o a la literatura, pero no por eso son menos valiosas. Lo malo es que es esos campos es difícil, al no haber un procedimiento objetivo, de llegar a un consenso. Hay eso sí muchas opiniones, y muchos de los problemas discutidos en Filosofía son en realidad lingüísticos ya que no cuenta con una lenguaje preciso como las matemáticas (o en su defecto el alemán).
Este dialogo que hemos mantenido es precisamente eso: un problema lingüístico.
Ahora una pequeña lista:
– Toda ley física es determinista, si no lo fuera no sería científica. Incluyendo la ecuación (cuántica) de Schrödinger (a partir de algo borroso llegamos determinísticamente a algo borroso).
– Las condiciones iniciales de partida de un sistema cuántico nunca son precisas debido al principio de incertidumbre.
– Incluso a nivel clásico hay sistema caóticos deterministas sobre los que no se pueden (no es que no seamos torpes es que imposible) hacer predicciones a largo plazo. Ejemplo: tiempo atmosférico.
– Al igual que surgen propiedades emergentes de muchos elementos sencillos, los ruidos (entropía, ruido cuántico, oscilaciones térmicas, etc) que nos rodean se confabulan para que casi cualquier condición inicial se pueda considerar más o menos azarosa o que surjan continuamente circunstancias azarosas.
– Con un ordenador sólo generamos números pseudoaleatorios, porque un algoritmo es siempre determinista.
– Si se pudieran fijar las condiciones iniciales del Universo con precisión infinita y leerlas, almacenarlas y calcular con precisión infinita con un ordenador finito (algo ya imposible por lo comentado), entonces ese ordenador debería de ser mayor que el propio Universo. No hay manera de saber el futuro.
– Debido a todo lo anterior el principio Laplaciano no se sostiene.
– La capacidad de los sistemas (incluyendo al Universo) de conocerse a sí mismos tiene sus límites.
– Lo que sabemos de la realidad son modelos de realidad. La realidad es siempre inasible, siempre es otra cosa, de otro modo no sería ciencia.
– Llegados a un punto no se puede distinguir entre lo conocible de lo que podemos conocer, de lo predecible de lo determinista. A efectos prácticos nos da igual.
– Creer en un determinismo a ultranza produce cierto desasosiego.
Eso sí, es inevitable filosofar de vez en cuando.
Un abrazo
sábado 3 octubre, 2009 @ 6:14 pm
Tras dos intentos fallidos:
Bien, Neo, te has adelantado a mi exposición, pero has puntualizado varios temas sobre los que iba a escribir.
Aprecio tus halagos, pero sólo soy una persona llena de dudas, aunque muy seguro de ellas. Ya ves que las palabras permiten el humor.
Me alegran en grado sumo que no menosprecies la filosofía. Por mi parte minimizo sus desventajas utilizándola cólo como piedara de toque para la ciencia y para abordar problemas que no puedo resolver de otro modo. Si tuviera laboratorios lo haría de otra manera.
De tu no tan pequeña lita, digo:
«Toda ley física…»: De acuerdo.
«Las condicionwes iniciales…»: Debido a mimentalidad la consecuencia del principio de incertidumbre es que no podemos precisarlas puesto que todo sistema está formado por lo que trata de observar más el observador, lo que no significa que sean imprecisas. Así entiendo la «interpretación de Copenhague» y no solo yo, sino nada menos que Heisemberg cuando dice sobre la ley causal (si conocemos el presente conoceremos el futuro) que no es la conclusión lo que es falso, sino la premisa. La distinción sé no es sutil para tí, sino patente, pero la recalco: Nos es imposible conocer las condiciones iniciales de un sistema, pero ello no implica que no lo sean, como afirmas. Así que en esto no estamos de acuerdo. Pero se que otras mentalidades de primerísimo orden coinciden contigo.
Seguiré, que temo no me admita.
sábado 3 octubre, 2009 @ 6:33 pm
Sigo:
«incluso a nivel lásico…a largo plazo»: Si puntualizas «a largo plazo» es de suponer que sí a cortísimo plazo. Pienso que sino fuese por nuestra incapacidad técnica actual, bastaría sumar predicciones muy cortas para alcanzar una tan futura como quisiéramos. Así que no puedo admitir que sea un imposible en sí, salvo si nos atenemos al punto anterior, es deir a la imposibilidad de conocer con toda precisión el estado de las variables iniciales y además, la casi seguridad de que ni las conocemos todas ni, seguramente, las conoceremos nunca porque sospeco que su número debe ser astronómico. Si a ello sumamos la característica de que el sistema caótico a que te refieres es exponencial, cualquier error también lo es. Un sistema caótico no exponencial es perfectamente macroprevisible conforme se van abstrayendo variables. Sea el caso de un dado: Si somos capaces de meterlo en una urna donde hacemos el vacío, de crear un mecanismo que lo lance siempre con la misma fuerza, colocarlo cada vez en idéntica posición y que la superficie de contacto sea muy lisa, la probabilidad de obtener dos tiradas con resultados iguales irá pasando de 1/36 a 1 conforme perfeccionemos el vacío, mantengamos exacta la fuerza y pulamos más y más la superficie. De esto deduzco que sólo aparentemente no estamos de acuerdo, sino que, como dices, nos expresamos de distinta manera, al menos en este punto. El problema es cual de los dos se expresa de manera diferente (je, je).
«Al igual que…»: El nombre exacto de aquello a lo que te refieres es «más o menos imprevisible» y «circunstancias imprevisibles», pero no azarosas. También aquí, quizá, cuestión de lenguaje, pero es que los significados son muy distintos.
«Con un ordenador…»: Totalmente de acuerdo.
Otra vez hasta luego.
sábado 3 octubre, 2009 @ 6:52 pm
Sigo:
«Si se pudieran fijar…»: No existe eso de precisión infinita. Si hubieras dicho «absoluta», no te habría salido el sofisma que me querías endosar. La precisión consiste en entregar una medida que coincida con la realidad. En tal tarea hay que remitirse a la igualdad entre la magnitud medida y la real. Pero igualdad nada tiene que ver con infinitud. Otra cosa es cómo podemos asegurar que una medida coincide con la realidad. Mas bien, podemos asegurar que no va a coincidir nunca y que, mediante una serie de medidas podremos hallar una media aceptablemente aproximada. Aquí estoy de acuerdo en la conclusión, pero no en el camino que has utilizado para hallarla.
«Debido a lo anterior…»: Es muy importante en el enunciado laplaciano el condicional «si». Como él lo dice, se refiere a la capacidad del intelecto -tu ordenador- y ya hemos concluido que eso no es posible. Él no llegó a saber que la primera imposibilidad era la de conocer las condiciones iniciales. Si a ello sumásemos el problema de la simultaneidad… Así que he de darte la razón: el principio laplaciano no se sostiene porque es absolutamente imposible tanto desde el punto de vista de la mecánica cuántica, como de la relativista e incluso de la clásica.
«La capacidad de los sistemas…»: Aunque supongo que los únicos sistemas capaces de conocer algo son los humanos y alguno animal… Bueno, no te comprendo bien, pero creo estar de acuerdo en lo de su limitación.
«Lo que sabemos de la realidad…»: Pues sí, algo o mucho tiene de inasible, pero eso de que «de otro modo no sería ciencia» me parece una opinión personal tuya de la que no se puede decir ni si ni no sino todo lo contrario.
Y por último:
«Creer en el determinismo…»: Eso es algo totalmente subjetivo. En mi caso el desasosiego me lo produce el creer que existe el azar, o aún peor, admitir lo sobrenatural. Vamos, que no es un razonamiento; es la expresión de un sentir.
Sigo y acabo
sábado 3 octubre, 2009 @ 7:05 pm
Acabo intentando resumir mi pensamiento al respecto que, de con tu ayuda, me he visto obligado a modificar:
«Dadas las condiciones de un sistema, estas evolucionan de tal forma que, si fuera posible reproducirlas con total exactitud, volverían a evolucionar de igual manera.»
El problema es que esto es absolutamente imposible de probar, pero su virtud es que el método científico se basa en este o similar supuesto. ¡Y funciona!
Bien, querido amigo Neo, como dices, hemos filosofado, aunque creo que no en vano y podríamos continuar, lo que sólo nos daría la medida de nuestra ignorancia; bueno, por lo menos de la mía. Un fuerte abrazo.
domingo 4 octubre, 2009 @ 2:36 am
Pues sí, amigo Tomás, se podría decir que la frase es correcta, aunque sustituiría «sistema» por «sistema aislado».
Y lo malo es que las condiciones de la frase, en general, no las podemos tener. Ni las condiciones iniciales son fijas en en sí (independientemente de nuestra torpeza para medirlas) ni tenemos precisión infinita.
Por precisión infinita se entiende que podemos contar con infinitas cifras decimales. Es decir, todas, incluyendo todos los decimales de pi, e y raíz cuadrada de 2 o cualquier número irracional que hay infinitos.
Los números con los que trabajamos normalmente no pertenecen a R el conjunto de los reales, sino que son reales truncados. El error que está más allá del corte se propaga y crece hasta afectar a todo el número (una variable física, por ejemplo) si estamos en un sistema caótico. A corto plazo podemos predecir si lloverá mañana, pero no dentro de 364 días. Por el contrario, en sistemas no caóticos aislados tenemos más poder de predicción y por ejemplo sabremos con años de anticipación cuándo sucederá exactamente un eclipse, porque sabremos las posiciones de la Tierra, el Sol y la Luna de manera exacta. En sistemas no aislados, tenemos problemas de predicción, porque hay influencias externas, un ejemplo pueden ser las órbitas de cometas o asteroides pequeños.
Lo importante en este tipo de casos y en los sistemas cuánticos es saber que la imprecisión o impredecibilidad son intrínsecas al sistema y no a nuestra habilidad.
Incluso los sistemas Matemáticos tienen sus limitaciones como demostró dijo Gödel con su teorema. Ni siquiera podemos saber muchas veces si un número del plano complejo está o no en el conjunto de Mandelbrot.
El camino de la ciencia ha sido también la búsqueda de los límites del conocimiento, es decir, el de nuestra ignorancia irreductible.
viernes 9 octubre, 2009 @ 1:43 pm
Lo siento. No soy biólogo molecular, ni menos me agrada el sarcasmo científico. Sólo dos precisiones: primero, no es necesario «resucitar» genes ancestrales, ya que hay «fósiles vivos» en las profundidades marinas y, creo, en un mar subterráneo no-explorado bajo Siberia. Segundo, cuando los filósofos no-analíticos hablamos de «involución» no nos referimos a que la actual evolución vuelva atrás, sino que agote sus posibilidades. Por lo cual, la vida recomenzaría desde sus fundamentos fósiles vivos (que los hay). Y no precisamente del ADN sino del campo morfogenético de
Sheldrake. Lamento que esta página recuse los comentarios relativos a la metapsíquica, ya podría haber aportado una visión distinta. Muchas gracias.
viernes 9 octubre, 2009 @ 6:13 pm
¿Sarcasmo científico? Por favor, explíquese.
En cuanto a lo de los «fósiles vivientes» hay unos cuantos, pero no son totalmente equivalentes a sus antepasados. Han evolucionado igual que las demás especies y algo han cambiado. Aunque es verdad que son especies que han cambiado poco desde el punto de vista genético y fenotípicamente. El equiseto, los helechos, el pez celacanto… Estos seres son muy útiles a la hora de reconstruir el árbol filogenético. Un ejemplo de esto mismo se da en el post justo posterior a este.
Dado un gen determinado puede que no existan versiones «antiguas» de él en seres actuales y haya que «resucitarlo».