NeoFronteras

La ingesta de azúcar reduce el estrés

Área: Biología — miércoles, 23 de noviembre de 2005

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A las ratas también les gusta el azúcar. En un experimento se adiestró a un grupo de ratas para tomar su dosis diaria de este alimento. Posteriormente se comprobó que bajo situaciones de estrés las ratas que ingerían azúcar se mostraban menos agitadas que el resto.
Las muestras de sangre tomadas de las ratas que tomaban azúcar mostraron menores niveles de las hormonas de estrés glucocorticoides que las ratas a las que se les administró sacarina o sólo agua antes de someter a todas ellas a pruebas de estrés físico y psicológico.
El estudio se presentó en el congreso anual de la sociedad para la neurociencia en Washigton D.C. por Yvonne Ulrich-Lai de la universidad de Cincinnati.
Según este resultado, el efecto del azúcar no sería psicológico porque los edulzantes artificiales como la sacarina no parecen tener este efecto “calmante” cuando los individuos están sometidos a estrés psicológico o físico.
Las situaciones de estrés disparan en la región cerebral del hipotálamo, que además esta relacionado con la pituitaria y las glándulas suprarrenales formando el eje del estrés, la producción de glucocorticoides. Estas hormonas del estrés ayudan al organismo a defenderse a sí mismo bajo condiciones difíciles, pero cuando están presente en grandes cantidades o por un tiempo prolongado debilitan el sistema inmunitario y aumentan la grasa abdominal entre otros efectos perniciosos.
Las ratas son modelos animales muy similares a los humanos y este resultado se podría aplicar a las personas y explicar así su comportamiento. Podría explicar por qué en la estresante vida moderna nos vemos impelidos a comer ciertos alimentos aunque no tengamos hambre. De hecho muchas personas en situaciones de estrés tienden a comer alimentos con altos contenidos de azúcar. El efecto secundario de este hábito es el aumento de peso debido a una mayor ingesta calórica.
El estudio no exploró cómo la ingesta de azúcar disminuye el nivel de corticoides o su efecto sobre el cerebro. Tampoco se probó el efecto de la ingesta de otro tipo de alimentos. Según el autor, podría ser que cualquier alimento que uno disfruta comiendo tuviese el mismo efecto, pero es difícil encontrar otros alimentos que sean tan atractivos como el azúcar.
Esto nos enseña que si tenemos problemas de sobrepeso quizás se deba a que vivimos una vida demasiado agitada y tratamos de compensarlo con la ingesta de cantidades de alimentos superiores a las necesarias. Quizás necesitemos más bien calmantes o antidepresivos para adelgazar, o simplemente cambiar de vida.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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2 Comentarios

  1. Carlos:

    «Quizás necesitemos más bien calmantes o antidepresivos para adelgazar, o simplemente cambiar de vida.»

    Es una recomendación patética. ¿No se le ha ocurrido pensar que tal vez muchas personas obesas no tienen «culpa» alguna y que su sobrepeso se debe a que en el único tipo de vida que pueden llevar la delgadez está fuera de lugar?
    Hay personas, muchas, que no pueden cambiar de vida porque están atrapados por mil vínculos que les obligan a seguir: la familia, los años ya pasados, los amigos, los lugares conocidos, el temor a los cambios,…
    Piense por lo tanto que más nos valdría cambiar los grandes sinsentidos de este tipo de vida antes que «meter en cintura» a alguien obeso a base de antidepresivos o con recomendaciones imposibles de cumplir.

    Lo digo todo de buen talante.

  2. NeoFronteras:

    Las causas de la obesidad son múltiples y entre ellas hay algunas que eran impensables hace tiempo, como la falta de sueño. Esto que aquí se relata también puede estar relacionado.
    En todo caso si lee con detenimiento se dará cuenta que artículo versa sobre otro tema y que en ningún momento se criminaliza, acusa o se señala a las personas que paceden este problema y que desde NeoFronteras respetamos.
    Se señala precisamente a causas exógenas como culpables y no a las personas que lo padecen.
    Además la última linea expresa la opinión del autor del estudio y no la opinión del autor del artículo.
    La obesidad es algo más que un problema estético y mata indirectamente a muchas personas al cabo del año. Los antidepresivos pueden ser un mal menor.
    Sin acritud podemos decir que ver enemigos donde no los hay no ayuda a nadie.

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