El agua terrestre vino de los cometas
Encuentran por fin pruebas de que el agua terrestre proviene de los cometas.
Nuestro planeta es totalmente distinto a todos los que conocemos. Gran parte de su superficie está cubierta por océanos de agua líquida.
En esos mares terrestres apareció y evolucionó la vida antes de que ésta conquistara tierra firme. En ellos todavía quedan ecosistemas, como los arrecifes de coral, de una riqueza increíble. Si contemplamos esos mares, que una vez fueron navegados por intrépidos exploradores, todavía podemos apreciar una belleza sin igual. Las combinaciones de azules, verdes y turquesas producidos por los reflejos del cielo y las sustancias disueltas del agua son tales que se puede decir que cada mar, en cada momento, en cada lugar tiene un color específico. Las aguas del Pacifico que bañan las costas norte de California tienen un toque verdoso producto de las arcillas que disuelve, mientras que el Mediterráneo puede legar a tener el azul más profundo. También podemos apreciar que las notas de color del mar de China son muy distintas de las del mar Caribe o del Índico.
Pero todos esos mares están hechos de un compuesto químico, levemente azul, cuya molécula está compuesta de dos átomos de hidrogeno y uno de oxígeno. ¿De donde viene todo ese agua?
La Tierra se formó demasiado cerca del Sol y sufrió una infancia demasiado cálida como para retener agua primordial. Aunque en los planetesimales que la formaron había agua, ésta tuvo que desaparecer. El agua que ahora disfrutamos tuvo que provenir de fuera. Siempre se propuso que el agua vino después gracias a los cometas que caían sobre una Tierra ya fría. Pues es la explicación más natural dada la gran proporción de agua que contienen esos cuerpos. Pero las pruebas sobre este punto eran hasta ahora negativas.
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El hidrógeno se presenta en dos isótopos estable uno consiste en un sólo protón y otro en un protón y un neutrón. A este último isótopo lo llamamos deuterio. Ninguna reacción química puede transformar deuterio (D) en hidrógeno ordinario (H) (el deuterio es fusionado rápidamente, eso sí, en las estrellas). Sin embargo, las distintas condiciones de formación de hielo en el espacio exterior pueden dar lugar a distintas relaciones isotópicas.
Se puede calcular la razón entre el deuterio e hidrógeno (D/H) de las aguas de los mares terrestres y compararla con la de otros cuerpos. Las medidas realizadas anteriormente en seis comentas dieron una razón D/H distinta (con doble cantidad de deuterio) a la de los mares terrestres, por lo que los cometas sólo podían dar cuenta del 10% del agua de la Tierra. Por eso incluso se ha propuesto recientemente que entonces el agua terrestre tuvo que venir a lomos de los asteroides.
Ahora, un análisis de los datos tomados del cometa Hartley 2 lleva a pensar que fueron en realidad una subclase de cometas los que originaron los océanos terrestres. Las medidas, que fueron realizadas por el instrumento HiFi del observatorio espacial Hershel de la ESA, indican que la relación isotópica del agua de este cometa coincide con la de los mares terrestres. Pero a diferencia de los seis casos anteriores, que correspondían a cometas de periodo largo procedentes de la nube de Oort, Hartley 2 procede del cinturón de Kuiper.
Recordemos que el cinturón de Kuiper es una región en forma de disco que está más allá de la órbita de Neptuno y se cree que es el origen de los cometas de periodo corto. La hipotética nube de Oort se supone que es una esfera mucho más lejana y grande que rodearía al Sistema Solar y estaría formada por objetos que una vez fueron expulsados por las fuerzas gravitatorias del interior del Sistema Solar. En la nube de Oort estos objetos pueden sufrir la influencia de estrellas cercanas y terminar viajando como cometas de periodo largo hacia el lugar en el que una vez estuvieron.
La llegada de agua a la Tierra llegaría, por tanto, gracias al bombardeo de cometas a partir de unos 8 millones de años después de la formación de nuestro planeta.
Herschel está ahora estudiando otros cometas para comprobar si esta nueva visión del origen del agua terrestre se confirma,
Así que, ya sabe, gran parte del peso de su cuerpo, el agua que bebe, el agua sobre la que navega, o el agua de las nubes del cielo, del rocío de la mañana, de la lluvia, de la nieve o de las lágrimas derramadas proviene de cometas que una vez impactaron sobre una roca estéril y seca que terminó siendo el planeta más bello que conocemos, el más bello que jamás conoceremos.
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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Foto cabecera: Neofronteras.
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martes 11 octubre, 2011 @ 2:57 pm
Estimado Neo, aunque nos movemos en un terreno resbaladizo hay datos firmes que permiten sacar algunas conclusiones. En el año 2002, el geólogo Stephen Mojzsis realiza un descubrimiento sensacional: la muestra mineral más antigua que se haya encontrado nunca en nuestro planeta, un cristal de “zirconio”. Los análisis químicos de los cristales de “zirconio” demuestran que se formaron en presencia de agua. Durante siete años Mojzsis data unos cien mil cristales de “zirconio”. Uno de ellos es el más antiguo hasta ahora, tiene 4380 millones de años. Cuando se creó ese cristal la Tierra sólo tenía 180 millones de años. Los análisis muestran que este cristal de “zirconio”, de cerca de 4400 millones de años de antigüedad se formó en agua líquida, que la Tierra no era un planeta seco, sino que tenía agua en su superficie. La teoría de que la Tierra era seca cuando se formó era errónea, como demuestra el trabajo de Stephen Mojzsis.
Mientras que los cometas están hechos de hielo y polvo y proceden de los fríos contornos del s.s., los meteoritos proceden de otra parte. En órbita entre Marte y Júpiter hay millones de rocas de polvo y metal llamados asteroides, algunos miden 300 km de ancho y pesan millones de toneladas. Al chocar entre sí desprenden fragmentos que se denominan meteoritos. ¿Qué nos pueden decir los meteoritos sobre el origen del agua la Tierra? Al mirar los meteoritos al microscopio se observa un cuadro diferente al esperado. Muchos están húmedos, tienen un porcentaje de agua. Las “condritas carbonáceas” son meteoritos que contienen agua. En su momento fue parte de un asteroide que se formó a 320 millones de km. Revela que a esta distancia los asteroides se formaban con agua en su interior. ¡Hay agua en el cinturón de asteroides! y aparentemente siempre la ha habido, lo que ocurre es que nunca hemos sabido reconocerla.
Pero, ¿hay agua en el cinturón de asteroides idéntica a la de la Tierra? Para comprobarlo Gary Huss, profesor en Hawai mide la proporción de “H pesado” e “H ligero” en los meteoritos que contienen agua. Lo que descubrió es la parte crucial de un puzle. La proporción de “H pesado” y “H ligero” en el agua de los asteroides varía, pero muchos poseen la misma proporción que existe en el agua de la Tierra.
La Tierra ha estado expuesta al bombardeo de todo tipo de cometas y asteroides, por lo que me parece muy arriesgado afirmar que el agua de nuestros océanos procede de un solo tipo de cometas, (ya sabemos que ni el Halley, ni el Yakutake, entre otros, poseen agua como la de los océanos terrestres) Lo más lógico es pensar que el agua de nuestros océanos posee un origen diverso y que ahora esas aguas están muy mezcladas
martes 11 octubre, 2011 @ 3:54 pm
El experimento del zirconio sólo dice que para esa época el planeta ya estaba formado y frío, nada más, y nada menos. No contradice que el agua venga de fuera.
Y, efectivamente, la alternativa como origen son los asteroides.
En realidad seguro que fue una mezcla, por eso, tal y como se menciona en el post, los datos anteriores sólo podían explicar un 10% del agua terrestre.
viernes 14 octubre, 2011 @ 11:44 pm
Es interesante las conclusiones que van arrojando estos estudios, del espacio exterior han venido los elementos prebióticos, los metales preciosos y ahora el agua.
sábado 22 octubre, 2011 @ 2:50 pm
Según informes recientes, la estrella FW Hydrae está orbitada por un disco protoplanetario de «vapor de agua helado» en una cantidad jamás observada antes. De esto, infieren dos cosas: una, que los mundos azules son frecuentes, y dos, que efectivamente el agua proviene más probablemente del espacio cósmico.