NeoFronteras

El bosque más antiguo conocido

Área: Paleontología — miércoles, 7 de marzo de 2012

Revelan que los bosques de hace 385 millones de años tenían bastante complejidad ecológica.

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Reconstrucción de cómo era el bosque. Fuente: Frank Mannolin.

Hace unos pocos días veíamos en NeoFronteras el descubrimiento en lo que hoy es China de un bosque fosilizado, gracias a la ceniza volcánica, de hace unos 300 millones de años, justo a principios del Pérmico y finales del Carbonífero. Ahora, otro estudio logra aclarar la imagen que tenemos de los primeros bosques, aquellos que surgieron a mediados del Devónico, mucho antes del bosque “pompeyano” o de los bosques del Carbonífero por donde volaban libélulas gigantes y correteaban escolopendras terribles.
Vamos a tratar de remontarnos a un tiempo pretérito anterior a todo ello, a hace 385 millones de años, a una región de la Tierra que hoy es el estado de Nueva York, pero que entonces se situaba en una disposición continental muy distinta a la actual. Durante el Devónico los ecosistemas marinos eran muy interesantes y los peces conquistaban nuevas formas anatómicas y nichos ecológicos. Aunque al principio de este periodo la tierra firme era casi una superficie a conquistar por la vida animal, ésta no tardó mucho en extenderse sobre ella. Los primeros animales en llegar a tierra firme fueron artrópodos del estilo de los escorpiones y miriápodos, mucho tiempo antes de que empezara el Devónico, pero a comienzo de este periodo aparecieron ya los primeros insectos.

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Los continentes hace 400 millones de años.

Pero quizás lo más fascinante se dio durante el Devónico medio (hace entre 398 y 385 millones de años), cuando los primeros tetrápodos aparecieron en las aguas costeras y dieron lugar más tarde a la aparición de los primeros anfibios. A partir de ellos evolucionaron todos los vertebrados de tierra firme.
Se sabía que durante el Devónico medio se dieron signos de cambios profundos en los ecosistemas terrestres: aumento de las precipitaciones, cambio climático, caída de los niveles de dióxido de carbono, cambios en los patrones de sedimentación y, ¿cómo no?, una extinción masiva. Sin embargo, hasta ahora se conocía poco de la ecología de los primeros bosques que había en ese momento y cómo los cambios en los ecosistemas de tierra firme influyeron en esos procesos. ¿Cómo eran los bosques por donde se arrastraban los primeros tetrápodos, esos animales que al final dieron con la línea evolutiva que terminó en nosotros?
A unos 240 km de la Gran Manzana se encuentra el yacimiento paleontológico de Gilboa, el registro fósil más famoso de esa época. Fue descubierto en el siglo XIX y vuelto a estudiar en la década de los veinte del siglo pasado. Allí se encontraron cientos de moldes en arenisca de Eospermatopteris (o “antiguos helechos de semillas”), unos misteriosos tocones a partir de los cuales no se pudo saber muy bien a qué árboles correspondían. Desde esos primeros años del siglo XX, ha habido pocas oportunidades de estudiar afloramientos similares en donde hubiera ese tipo de fósiles, pero los pocos encontrados dieron lugar a resultados tentadores. Ahora se sabe que esos fósiles corresponden a grandes árboles cladoxylopsid, gracias a que en 2004 y 2005 se encontraron en localizaciones cercanas una base de este tipo de árbol y una buena porción de tronco que permitieron resolver el misterio de cómo eran esos árboles. En 2007 NeoFronteras cubrió precisamente la noticia de la determinación de que los Eospermatopteris pertenecen a la clase Cladoxylopsida, que eran grandes plantas vasculares ya extintas con una morfología espectacular para su tiempo.
Hace ya unos años parte de estos mismos investigadores que han hecho este nuevo descubrimiento determinaron que estos árboles recordaban a las modernas cicadáceas o a los helechos arborescentes, aunque no estaban emparentados con ninguno de los dos.
El yacimiento de Gilboa original se cubrió de tierra, pero en 2010 los ingenieros del Departamento de Protección Medioambiental de Nueva York retiraron esa tierra y permitieron a los investigadores examinar los fósiles de nuevo. Pero esta vez descubrieron una porción intacta de ese bosque primigenio que estaba tachonado de sistemas raíces fosilizados. Han podido analizar 1200 metros cuadrados de esa superficie. Obviamente vieron muchas raíces de Eospermatopteris, pero no esperaban ver tal nivel de detalle en la composición general del bosque.

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Plano de los fósiles encontrados. Fuente: Nature.

Al estudiar lo que una vez fue el suelo pantanoso de uno de los primeros bosques de nuestro planeta los paleontólogos han descubierto nuevas características de ese bosque de hace 385, así como nuevas especies de plantas. Este redescubrimiento proporciona más respuestas a las preguntas que han estado intrigando a los paleontólogos desde que se descubrió el yacimiento. Constituye además la primera prueba directa de que los bosques más primitivos ya contaban con una amplia diversidad de tipos de plantas que convivía juntas de manera interrelacionada, y que no eran meros agrupamientos de parches de especies solitarias.
“Fue como descubrir el equivalente botánico de huellas de dinosaurios”, dice William Stein, de Binghamton University. La parte más excitante, según él, fue descubrir los distintos tipos de huellas que había allí. A este paleontólogo se le excitaba la imaginación con imágenes de este bosque cuando caminaba sobre el yacimiento, pues añade: “La nueva área recientemente descubierta ha sido conservada de tal forma que fuimos literalmente capaces de caminar entre árboles, notando de qué tipo eran, dónde se levantaban y cómo de grandes eran”. Este investigador ha escrito una artículo sobre este hallazgo junto a Linda VanAller Hernick (State Museum), Frank Mannolini y Christopher M. Berry (Cardiff University) que ha sido portada en Nature.
Estos paleontólogos han podido analizar sistemas de raíces de Eospermatopteris en la posición que tenían cuando los árboles estaban vivos, entre los cuales hay rizomas con extrañas raíces y ramas de Aneurophytalean progymnosperms. Aneurophytaleans estaba asociada ecológicamente a los árboles originales y vivía entre ellos sobre el suelo como los modernos helechos, pero posiblemente trepaba hasta el dosel del bosque de manera similar a como lo hacen algunas lianas tropicales en la actualidad.
También han encontrado grandes aneurophytaleans, un árbol que contaba ya con tejido cambium vascular bifacial. Es decir, constituye el primer ejemplo en el registro fósil de planta con madera verdadera y el grupo más antiguo en el linaje que dio lugar a las modernas plantas con semillas. Este descubrimiento en concreto ha sido toda una sorpresa, aunque quizás en el pasado se encontró material relacionado y no fue reconocido como tal.
Además han encontrado Lycopsida arborescentes que preceden geológicamente a un descubrimiento anterior en la región. Tenían troncos de 11 cm de grosor y 4 metros de altura. Estos vegetales constituyen un grupo muy antiguo de plantas vasculares sin semilla que están emparentados con los modernos licopodios. Durante el Carbonífero contribuyeron a la formación de carbón que podemos quemar hoy en día.
El equipo de investigadores cree que el área era una región costera pantanosa inundada con clima tropical, llena de grandes Eospermatopteris que recuerdan en la forma al bambú actual (no emparentado), con un sistema de raíces poco profundo que se extendía en todas direcciones, permitiendo así a otras plantas asentarse, como los aneurophytaleans, que trepaban sobre esas raíces. Los Lycopsida eran menos abundantes en promedio, pero probablemente importantes en ciertos lugares. Es posible que el bosque estuviera limitado en duración y sujeto a perturbaciones periódicas.

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En el Devónico medio cayó el nivel de dióxido de carbono atmosférico, lo que redujo el efecto invernadero y contribuyó a una glaciación. Según Stein, los árboles probablemente cambiaron todo. Según él la aparición de los bosques no sólo dio lugar a cambios en los patrones de sedimentación, sino que además esos cambios climáticos asociados produjeron una extinción masiva que se puede apreciar en el registro fósil.
“La complejidad del yacimiento de Gilboa puede enseñaros mucho acerca del montaje de nuestros modernos ecosistemas. Según comprendemos el papel de los bosques en los sistemas globales modernos y afrontamos un potencial cambio climático y deforestación a escala global, estas pistas del pasado pueden ofrecer una lección valiosa para manejar el futuro de nuestro planeta.”, añade Stein.
Así que, amigo lector, si en esta casi primavera boreal o casi otoño austral se da un paseo por un bosque cualquiera piense que la complejidad que observa casi se daba hace 385 millones de años, cuando alguno de sus antepasados tetrápodos intentaban conquistar tierra firme. Los afortunados, como estos investigadores, pueden incluso andar por el mismo suelo sobre el que se levantaba ese bosque primigenio, un suelo sobre el que quizás también se arrastraba por el suelo inundado ese antepasado de todos nosotros.
En esa época se estaba reinventando el mundo y se pagó el precio de una glaciación y una extinción masiva. Ahora somos nosotros los que debemos evitar una nueva extinción masiva causada por nosotros mismos.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3763

Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
Vídeo sobre el tema.
El árbol de los primeros bosques.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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15 Comentarios

  1. radek:

    Una pregunta off-topic basada en la segunda imagen:

    Si aparentemente se conocen con tanta precisión la posición de los continentes en el pasado, será posible saber si en algún momento existió alguna montaña más alta que el monte Everest?

  2. Dr. Thrilling:

    Saber, saber, pienso que no. Dos cosas:

    Primero, la altitud actual del Everest es prácticamente la máxima que permite el campo gravitatorio terrestre. Montañas más altas que eso se «hunden» (ellas y todo el macizo que las soporta), un poco como estaba hundida Escandinavia (isostáticamente) con todo el peso del casquete glaciar encima, o como lo está la Antártida. Por otro lado, es significativo que una zona de subducción tan activa como la costa oeste de América no sea capaz de levantar montañas tan altas como las del Himalaya, lo que hace pensar que la colisión de dos placas continentales es «lo más» en geoviolencia.

    Segundo, naturalmente restos de montañas es imposible, pero dado que los macizos montañosos se hunden proporcionalmente en las profundidades de la corteza, es posible que si algún día se consiga tomografiar con una precisión inimaginable toda la corteza terrestre sea posible concluir que en algunos puntos debió haber cordilleras con montañas de una altura determinada. Naturalmente, los picos concretos y su altura, creo que eso ha sido pasto de la entropía para siempre.

  3. Dr. Thrilling:

    Detallo el tema: los Andes, por ejemplo, «cabalgan» encima de la placa oceánica que subduce bajo ellos (de ahí la cantidad de volcanes, por la fusión de la placa oceánica que se sumerge en el manto). En cambio, el Himalaya, dos placas continentales chocan y se «arrugan» tal cual las chapas de dos vehículos que chocan. La proporción de masa hacia el interior de la Tierra es muy superior que las «arrugas» hacia el exterior (hacia el espacio, es decir: las cordilleras), y este tipo de colisión parece ser que es la que da lugar a las montañas de máxima altura (y una meseta, la del Tibet, de igualmente considerable altura y extensión).

    Los Apalaches se formaron así. Antes de volver a separarse, América del Norte chocó contra la actual Europa formando una cordillera de altura desconocida. Sus restos actuales son precisamente los Apalaches.

  4. NeoFronteras:

    Estimado radek:
    Pues en realidad no se sabe cómo eran los continentes en el pasado con precisión, entre otras cosas porque esa parte de la geología es nueva. La deriva continental empezó a aceptarse a mediados del pasado siglo.
    Así por ejemplo se cree que antes de Pangea hubo otro supercontinente al que llaman Rodinia y más antes aún uno al que llaman Nuna (entre otros nombres), sobre los cuales no se sabe prácticamente nada.
    Así que es muy difícil saber cómo pudieron ser de altas las montañas en el pasado. Es de imaginar que se puede poner una cota superior debido a las limitaciones físicas, pero nada más.

  5. tomás:

    Estimado Dr. Thrilling:
    Evidentemente la gravedad es una casi constante necesaria, pero te refieres al «campo gravitatorio terrestre» y creo que te equivocas. Un iceberg en la Tierra emerge aproximadamente 1/10 de su volumen total. Ese mismo conjunto agua-hielo, seguiría emergiendo 1/10 en la Luna. Es decir que allí donde haya gravedad y se den las condiciones para aplicar el teorema -prefiero esto a «principio» puesto que es deducible- de Arquímedes. Si suponemos una densidad de 3’3 al manto superior y 2’9 a la corteza considerada, podemos encontrar que emergerá 0’14 por cada unidad sumemergida. De ello se deduce que, si tratamos de un prisma, una profundidad de la corteza de unos 64 km daría origen a la altura del Everest, -aprox. 9 km-, pero como no se trata de un prisma sino que es una especie de cono, o mejor, todo el Himalaya una sucesión de conos unos encima de otros -en fin, una cordillera-, resulta que la altura alcanzada se puede conseguir con mucha menor parte sumergida. Por ello creo que es posible una mayor altura futura del Everest -está creciendo a razón de 1/2 cm/año conforme la India choca contra Asia-. Por otra parte, ateniéndonos a la isostasia, resulta que el Chimborazgo, es nada menos que 2 km más alto que el Everest, tomando la medida desde el centro de la Tierra, lo que me parece más significativo. (Pero como es un volcán seguramente podrás aportar alguna razón de importancia).
    De todas formas, como te supongo más informado que yo, seguro que podrás entregar datos que justifiquen tu opinión de forma precisa.
    Un cordial saludo.

  6. Dr. Thrilling:

    No, Tomás, no estoy más informado que tú y en aras de una explicación más simple (y abreviada) omití evidentemente los cálculos concretos sobre, no sólo de los empujes hidrostáticos, sino sobre la compresibilidad de los minerales que también juega un papel (junto al estrés de estos), que es naturalmente diferente en campos gravitatorios diferentes y entornos físicoquímicos diferentes. Pienso que para la pregunta que se formulaba en una primera aproximación era suficiente con lo dicho, ulteriores preguntas (de ser formuladas) requerirían respuestas más precisas que, dicho sea de paso, siguen hoy abiertas a discusión, dado que es difícil conocer las condiciones reales de determinados entornos (y aparte, el empuje convectivo del propio manto en algunas zonas, etc.etc.etc.)

    Más o menos con todo lo dicho supongo que quien preguntó se podrá hacer una idea. Añadir que igualmente que se encuentran fósiles marinos en altas montañas (indicando que esos materiales alguna vez formaron parte de ese entorno), también se encuentran en llanuras fósiles de vegetales de alta montaña (o así están clasificados), indicando igualmente el panta rei que nos desborda xD.

  7. Patricio López:

    Alguna vez le escuché a Carl Sagan que fue a una sala de clases de secundaria y les preguntó a los niños si tenían una duda científica. Por lejos la más interesante fue una niña que le preguntó «Por qué la Tierra es redonda» La respuesta: cualquier protuberancia grande colapsa bajo su peso por efecto de la gravedad.
    No se si aplica a la discusión, pero no resistí citarlo

  8. radek:

    No pensé que el Everest estuviera tan cerca del límite. Ahí quedó mi fantasía de que haya existido en la tierra un primo del monte olimpo.

    Muchas gracias por las respuestas!

  9. tomás:

    Está bien, estimado Dr. Thrilling:
    Aunque piense que es posible una altura mayor, soy consciente de que las complejas variables a tener en cuenta son muchas y bastante desconocidas. Pero, ¿ves como estás más informado que yo?
    Saludos.

  10. tomás:

    Estimado Patricio López:
    Carl Sagan fue un poeta de la astronomía y de la astrofísica; uno de esos soñadores que toda sociedad necesita. Disfruté mucho leyéndole y animé a mis hijos a que también lo hicieran. Lo que no estoy seguro es si esa niña de secundaria comprendió una respuesta tan concisa y con términos como «colapsan».
    Cordiales saludos.

  11. tomás:

    Estimado radek:
    Aunque Dr. Thrilling cree que ese es el límite y seguramente tendrá buenas y documentadas razones para ello, yo sigo pensando que cabe una altura mayor y -repito- la prueba está en que sigue creciendo a una buena velocidad, pues ese 0’5 cm/año es relativamente importante. Piensa que eso, en sólo 100.000 años, que no es gran cosa en términos geológicos, significaría 500 m más. Pero están esos límites que desconocemos con precisión, aunque han de existir y de los que Dr. Thrilling o Neo y seguro que algún compañero más, experto en geología, podrán hablarnos con más propiedad que yo, pues sólo me baso en el sentido común y la cultura de un aficionado a la ciencia.
    Tu pregunta primera es «si hubo alguna elevación más alta» y ciertamente es difícil saberlo, pero podemos meditar: En el pasado la Tierra estaba más caliente, por tanto las cortezas continentales más delgadas y el manto más fluido. (Esto en líneas generales, porque las viscosidades no parecen ser muy proporcionales a las temperaturas en ese medio). Entonces, las condiciones para mayores elevaciones se dan cuando el planeta está más frío; así que, conforme transcurra el tiempo, más posibilidad habrá de que se den alturas mayores. Y ya que mencionas el Olimpo de Marte, considera que allí no hay ya tectónica de placas pues su tamaño mucho menor le ha hecho enfriarse mucho más aceleradamente. Pero, por lo visto aún quedan vestigios de actividad interna, es decir, cierto vulcanismo que es la causa de ese volcán tan alto. Y eso se debe a que descansa sobre una base sólida, lo que no ocurre en la Tierra. Aquí, diría que son imposibles unas dimensiones comparables durante muchos millones de años, casi seguro, miles.
    En espera de mejores opiniones recibe un cordial saludo.

  12. lluís:

    Lo del campo gravitatorio terrestre, como dice, Tomás; es un error si pensamos en el «hundimiento» de una masa montañosa ante un incremento dado de su altura.Pero existe la gravedad de marea de la propia esfera terrestre, y esa gravedad de marea empuja hacia el centro de la Tierra, todo lo que se halla sobre su superficie.Ahora bien, ¿por qué no pensar en la Tercera Ley de Newton, acción-reacción?, si la masa montañosa ejerce una fuerza contra la base terrestre, esa base terrestre ,a su vez, ejerce una fuerza contra la propia masa montañosa, que quizas pudiera ser suficiente para contrarrestar esa fuerza de gravedad de marea, lo cual facilitaría el que esa masa montañosa siguiera elevándose.En realidad hay muchas fuerzas en juego.Y además hay otras explicaciones en los interesantes comentarios leídos, que hacen pensar que las masas montañosas puedan levantarse aún más, bastante más, que el pico más alto que haya actualmente sobre la Tierra.

  13. Dr. Thrilling:

    El sentido común sólo se aplica donde tiene validez, y muchas veces patinamos aplicándolo donde no la tiene xD.

    En realidad, como intenté explicar, mal, evidentemente, las montañas realmente no se elevan. Los choques son horizontales, totalmente perpendiculares a la normal gravitatoria. Como esa masa no puede redistribuirse en su superficie equipotencial como desearía, parte de la formidable energía de la colisión se disipa bien elevando una cantidad pequeña (del total) de la materia implicada, lo que llamamos montañas, y otra parte incrustándose en el manto, que también se resiente y ejerce su(s) pertinente(s) reacciones. Por descontado que además por cada metro de elevación sobre el campo gravitatorio existe una fracción aún mayor de hundimiento, entre otras cosas por los equilibrios hidrostáticos, que así y todo están forzados porque el movimiento de placas no se detiene en ningún momento. Es decir, es todo un compromiso de multitud de fuerzas, como todo en la naturaleza.

    Lo que siempre he entendido, es que si el Everest llegase a alcanzar una altura por encima del límite que le corresponde al material que lo constituye, simplemente el macizo no soporta el peso y se derrumba horizontalmente, pero esto ya en gran parte por causas de resistencia de material. Es algo similar a que no se pueda construir con hormigón un rascacielos: no puede soportar siquiera su propio peso por encima de una altura. Obviamente, en un campo gravitatorio menor, estas fuerzas de compresión, torsión y dilatación son menores porque el peso (gravitatorio) es obviamente menor, y aparte, por decir algo, ese granito (o la mezcla de minerales que consideremos) es también de diferentes propiedades, etc.etc., por tanto en otras partes hay montañas mayores. Pero no son estos los únicos efectos. Recordemos además que las variaciones locales de g pues son por ejemplo 2 Gal (usado en gravimetría, 1 cm·s⁻²) entre la cima y la base del Everest, así que supongo que los cálculos son realmente muy complejos. Como es sabido, en el Ecuador la gravedad es menor (9,76 contra 9,83, 7 Gal), eso también juega.

    En Io la estructura volcánica más alta tiene 19 km, lo cual, proporcionalmente al radio de su mundo, es muchísimo más alta que Mons Olympus incluso (serían unos 38 km en Marte, muy por encima de los 25 de MO, y unos 70 km en la Tierra, en analogía puramente geométrica).

    La forma concreta que tendría todo el macizo de evitar que algunas o varias cumbres superasen el límite (aparte del derrumbe puro y duro de faldas montañosas para hacer «caer» al pico), pues da juego a una enorme variedad de fenómenos geológicos.

    Obviamente, el límite exacto no lo recuerdo, y depende de muchos factores locales, pero mi profesor de geología siempre lo ubicó en torno a esos 9 km. Rigurosamente, al Everest aun le falta un «cacho» xD.

  14. Dr. Thrilling:

    Por si no queda claro, las montañas sólo ejercen presión «hacia abajo». A medida que nos hundimos en el macizo (hacia el interior de la Tierra) ya aparecen fuerzas laterales (del propio macizo) que le dan consistencia y resistencia a toda la estructura, por tanto, las montañas son los únicos puntos donde sólo actúan fuerzas verticales.

    Historia con spoiler:

    Me estoy acordando del cuento corto de Clarke, Maelstrom II (en homenaje al Maelstrom de Poe), donde un tipo era lanzado hacia la Tierra en un vehículo acelerado en una pista tipo ciclotrón lineal (esa donde se van activando sincrónamente electroimanes para acelerar un proyectil hasta darle trayectoria y velocidad deseada), por un fallo, el vehículo no alcanzaba la velocidad de escape pero quedaba en órbita alrededor de la Luna, con tan mala fortuna que parte de la órbita transcurría bajo la superficie lunar xD. La solución fue que en su aposelenio (o apoastro), el astronauta salía del vehículo en traje espacial y daba, tal cual, un salto con sus piernas para dotarse de la velocidad necesaria para que la órbita completa nunca tocase la superficie lunar. Dado que los parámetros los maneja el autor, obviamente habrá casos donde esto sea así. La parte emocionante final del cuento viene cuando el astronauta, que una vez fuera del vehículo podía oir las comunicaciones pero no hacerse comunicar por el alcance limitado de su traje, se percata de que aunque vuela lo bastante alto sobre la superficie lunar (eventualmente sería recogido en un punto por una nave espacial), se va a dar la gran hostia contra un macizo montañoso lunar que, aparentemente, no ha sido tenido en cuenta por quienes pergeñaron la solución a su problema. Al final, la nave espacial que iba delante de él todo el tiempo colisiona contra la montaña que le cerraba el paso, abriendo limpiamente un boquete por el que él atraviesa y salva la vida. Bien, independientemente de que sea o no posible que la energía cinética de la nave espacial pueda abrir un boquete en una montaña lunar, lo que me parece fuera de toda duda es que esto derribaría la montaña más que abrir limpiamente un agujero, y dados los parámetros del cuento creo que el astronauta terminaría colisionando (dada la gravedad lunar, es todo 6 veces más lento) con la montaña en colapso.

    Pero bueno, son licencias de autor, y desde luego Clarke tiene cuentos maravillosos donde toca varias leyes de la física a la vez.

  15. tomás:

    Bienvenido, amigo «luís». En mi opinión, esta conversación que inició «radek», está especie de excursión por los límites del artículo, está obteniendo buenos resultados. En cuanto a tener en cuenta el principio de acción y reacción, en mi opinión, queda incluido en el concepto de equilibrio isostático, que se alcanza con alguna paciencia. Por otra parte Dr. Thrilling está forzando mi imaginación contra su mejor conocimiento al que espero poder someterme.
    En lo que respecta al sentido común, creo que quiere decir que ha de ser documentado. Estoy de acuerdo. Su explicación de lo que sucede en Io es muy apropiada y podemos comparar con Marte, donde la gravedad es menor que en la Tierra y, por tanto, siempre permitirá elevaciones mayores, sobre todo si sumamos la consideración de que el Olimpo se apoya en sólido y que tiene una base descomunal. Claro que volviendo a Io, la tremenda actividad volcánica y sus deformaciones de marea provocadas por Júpiter y sus otros satélites le apartan mucho de las condiciones de la Tierra y de Marte, también muy distintos entre sí. Es decir que cada cuerpo tratado tiene sus particularidades propias. Por ello, el ejemplo del rascacielos resulta apropiado para decir que un material puede no resistir su propio peso si se se incrementa la altura más allá de cierto límite. Pero hay que recordar que esa construcción suele ser prismática y, además, no es maciza. Los montones de áridos son cónicos y pueden incrementar muchísimo su altura si, proporcionalmente, se aumenta su base. Pero las leyes físicas obligan a respetar una pendiente propia que depende -si no recuerdo mal- de la densidad, humedad, granulometría, etc. Tampoco sirve más que de muy limitado símil pero, en cierto modo, sucede lo mismo, al menos desde la cima hasta el nivel del terreno circundante aunque una primera diferencia con un monte es que, en este, el material está unido, más o menos horizontalmente, pero también puede tener vetas o franjas más débiles -en suma, irregularidades-. Vamos, que estoy de acuerdo en esa «enorme variedad de fenómenos geológicos» que pueden afectar al límite de altura que tratamos. Pero la realidad habla por sí sola: hay una altura que ya está alcanzada, por lo tanto, aunque se derrumbara, ya habría marcado una cota posible. Y como sigue creciendo, no sabemos hasta donde llegará, en especial si consideramos miles de millones de años, con el consiguiente enfriamiento del manto y, al menos, mientras el choque de continentes continúe. Pero puedo estar de acuerdo con el mejor criterio del profesor de nuestro amigo si su consideración se refiere a las condiciones actuales que es lo más probable. Pero esas condiciones variarán y el conjunto de razones, incluso las de Dr. Thrilling, me dice que al menos es posible, como poco, algún km más. El tiempo lo dirá y que lo veamos todos en buen estado de salud.
    Saludos cordiales.

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