Una hormiga vive de una Nepenthes
Una hormiga es capaz de sumergirse en el jugo digestivo de una planta carnívora para así hacerse con insectos caídos previamente.
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La evolución es capaz de producir todo tipo de seres fascinantes. Algunos de ellos son las plantas carnívoras, seres que han ideado todo tipo de trampas para capturar insectos, digerirlos y así obtener algunos de los elementos que necesitan.
Unas de las más bonitas son las plantas jarro, como las Nepenthes. Estas plantas poseen unos jarros llenos de agua y jugos digestivos de paredes resbaladizas en los que de vez en cuando cae algún imprudente insecto.
Pero si la naturaleza dispone de un recurso, la evolución no tardará en dar con alguien que pueda aprovecharlo. Este parece ser el caso de la hormiga Camponotus schmitzi, un insecto carroñero que vive en la Nepenthes bicalcarata. Estas dos especies son originarias de la isla de Borneo.
Normalmente todo insecto que se pose cerca de boca del jarro caerá inevitablemente a su interior, una vez en el líquido no escapará porque, aunque logre nadar hasta el borde, las paredes resbaladizas le impedirán subir. Pero esta hormiga parece haber desarrollado algún mecanismo que le permite escapar de la trampa. De hecho, esta hormiga no forrajea por ahí como las demás, sino que espera en al jarro hasta la hora de la comida. Entonces este insecto se presta a meterse voluntariamente en el jarro y a bucear través de los jugos digestivos. Una vez llega el fondo del jarro agarra algún artrópodo que una cayó en la trampa para posteriormente bucear hacia arriba con su presa y escapar de la trampa. Camponotus schmitzi sobrevive a la hazaña porque el tiempo que permanece buceando en el líquido es lo suficientemente corto como para que no la afecte y no sea digerida por la planta.
Lo difícil es explicar cómo consigue esta hormiga bucear en el líquido. Las hormigas no son buenas nadadoras y mucho menos buenas buceadoras. La capacidad de poderse sumergir es asombrosa, pues aparentemente no parece que les afecte la tensión superficial. Otras hormigas simplemente flotan en la superficie sí o sí.
Ahora Holger Florian de la Universidad de Friburgo y sus colaboradores han filmado con cámaras de alta velocidad a estas hormigas y creado modelos 3D del movimiento de sus patas. Han encontrado que la patas se mueven bajo el agua de misma manera que corren sobre el suelo: moviéndose en secuencia de tres en tres.
Comparado con el movimiento sobre un suelo sólido el buceo de esta hormiga tiene una menor frecuencia y un desfase mayor entre las patas de cada triplete o “trípode”. Los modelos 3D han permitido averiguar que la propulsión se consigue principalmente gracias a las patas frontales y medias. Las patas traseras parece que sirven más como sistema direccional.
Esta habilidad es diferente a la de otros insectos verdaderamente acuáticos, lo que denota que esta adaptación al ambiente acuático parece ser reciente.
Se sospecha que los antepasados de esta hormiga nadaban como otras hormigas sobre la superficie del agua debido a la tensión superficial, pero algún cambio genético dio con una diferente composición química de la cutícula de su cuerpo que le hizo ser menos repelente al agua. Al final esto le permitió romper la superficie y adentrarse por debajo de la misma para ir a conseguir comida.
Pero toda esta historia es aún más interesante. La hormiga no vive a expensas de la planta, sino que la planta también se beneficia de la acción de la hormiga. Camponotus schmitzi toma grandes artrópodos que han caído al jarro, pero devuelve las partes que no ha comido al jarro. De este modo ayuda a la planta a digerir sus presas. Además estaría el factor de limpieza del fondo del jarro, pues la hormiga evitaría que la acumulación de detritos estropeara el agua.
Estas maravillas de la Naturaleza hay que conservarlas a toda costa. Algo que nos tiene que obligar a meditar sobre nuestra capacidad de elección cuando compramos ciertos productos del suroeste asiático como los aceites de palma y coco o el biodiesel derivado de ellos.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3820
Fuentes y referencias:
New Scientist.
Artículo original.
Foto interior: Wikipedia Commons.
8 Comentarios
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lunes 7 mayo, 2012 @ 5:47 pm
Al leer este artículo a venido a mi memoria los tiempos en que me deleitaba escuchando las clases magistrales del Dr. Andrés de Haro (lamentablemente fallecido en 2007). Gran entomólogo que creó escuela en la Univ. Autónoma de Bellaterra y especialista en hormigas (entre otras cosas). Fué uno de los pocos profesores que, en mi época, han sido aplaudidos por sus alumnos al concluir alguna de sus clases (cosa que le avergonzaba sobremanera).
En una ocasió, explicando algunos aspectos sociales de las hormigas, recuerdo que dijo algo así como lo siguiente «el buén científico debe maravillarse con lo que la naturaleza le ofrece. Maravíllense al estudiar la conducta de las hormigas. Maravíllense».
Y maravillado me ha dejado este artículo.
Saludos cordiales.
lunes 7 mayo, 2012 @ 9:11 pm
Estimado RicardM:
Otro entomólogo famoso es E. O. Wilson. Padre, por cierto, de EOL. En este vídeo rodado recientemente se le puede ver:
http://www.sciencefriday.com/videos/watch/10446
Está tan mayor que hasta ya tiene la voz deteriorada, pero es igualmente interesante oírle.
Según él hay 40.000 especies de hormigas.
martes 8 mayo, 2012 @ 8:34 am
Es envidiable haber tenido un profesor al que aplaudir al final de una clase. Mi fortuna no ha llegado a tanto aunque algún profesor muy bueno he tenido y como humilde recompensa ha gozado de mi admiración y respeto. No he podido aplaudir al Dr. A. de Haro porque no lo he conocido, pero si leer con tal afición a E. O. Wilson que su breve «Sobre la naturaleza humana» hace más de un año que se ha convertido en mi libro de cabecera, donde rebusco ideas y releo párrafos -por cierto, creo recordar que gracias a la recomendación de uno de los muy apreciados comentaristas de esta página-. Ahora estoy con «Sociobiología, la nueva síntesis». No tengo palabras para expresar la admiración que me produce.
Saludos.
martes 8 mayo, 2012 @ 1:59 pm
De Wilson es también «Viaje a las hormigas» (Journey to the ants) escrito junto a Bert Hölldobler. Muy entretenido y lleno de curiosidades sobre estos insectos.
miércoles 9 mayo, 2012 @ 8:28 am
Gracias, estimado «daniel». En cuanto pueda seguiré tu consejo. Lo que pasa es que Sociobiología es un rato «grosso» y sobre todo me interesa cuanto trata de lo humano. Tengo también «Salvemos la vida en la Tierra», escrito desde un punto de vista conciliador, como parece ser el carácter de este sabio. Espero seguir conociéndolo mejor, pues todo indica que lo merece.
Mil gracias.
jueves 10 mayo, 2012 @ 9:14 pm
Un dia iba caminando por el campo, me senté un rato sobre una roca y pude ver una extraña hormiga que era saltarina, su cuerpo era muy parecido a una hormiga pero la parte de atrás se le movía, como a algunas arañas saltarinas.
domingo 13 mayo, 2012 @ 10:15 am
Por cierto, en este vídeo:
http://www.podtrac.com/pts/redirect.mp4/media.libsyn.com/media/sciencefriday/eowilsonextra.mp4
E. O. Wilson da consejos a los jóvenes biólogos.
lunes 14 mayo, 2012 @ 10:28 am
Hola mazius:
Creo que lo que viste era una araña saltadora y no una hormiga. Hay especies de arañas de la familia Salticidae que imitan a hormigas, pero hasta donde yo sé no hay hormigas que imiten a arañas.