NeoFronteras

Sobre la realidad de la función de ondas

Área: Física — jueves, 10 de mayo de 2012

Otro trabajo apunta que la función de ondas describe plenamente la realidad física y deja de lado las interpretaciones subjetivas de la misma.

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En Física muchas veces no estamos muy seguros sobre si algo tiene existencia propia por sí mismo o es un modelo de la realidad. Digamos que en el primer caso se trataría de un hecho ontológico y en el segundo caso de algo más bien epistemológico.
Creemos que los átomos son reales, así que tendrían existencia ontológica, de hecho, incluso ya los podemos ver con distintas técnicas. Sin embargo, hay modelos que han ido explicando el comportamiento de los átomos y que se han sucedido unos a otros. Según el más moderno explicaba mejor que el anterior los datos experimentales lo sustituía. Ya nadie utiliza el modelo de Borh para explicar el átomo de uranio y mucho menos el modelo de Thomson.
La gravedad (como la evolución) es un hecho. Si usted tiene dudas sobre ese hecho ontológico pruebe a subir a un edificio muy alto y lanzarse al vacío. Le garantizo que al final ya no tendrá ninguna duda al respecto (ni sobre la gravedad ni sobre cualquier otra cosa). Sin embargo, para explicar la gravedad tenemos varios modelos.
Podemos conformarnos con la gravedad newtoniana o usar la Relatividad General (que sigue siendo clásica y no cuántica). Ambas explican la gravedad bastante bien en sus respectivos regímenes. Pero si queremos explicar el desplazamiento anómalo del perihelio de Mercurio no tenemos más remedio que usar la Relatividad General (RG). Por desgracia, no contamos todavía con una teoría cuántica de gravedad, así que no podemos afirmar muchas más cosas. Se ha propuesto que la gravedad estaría mediada por una partícula de spin 2 denominada gravitón. Si esto es así, ¿en que lugar quedaría la distorsión del espacio-tiempo que propone la RG? ¿Es esa distorsión un mero modelo de realidad para realizar cálculos y en realidad tal distorsión no existe? ¿Es la distorsión espacio-temporal real y ontológica mientras que los gravitones son epistemológicos? ¿Existen realmente los gravitones o como máximo son sólo cuasipartículas conceptuales? Podremos creer en lo que dice la RG o creer en los gravitones, pero no en los dos a la vez, al menos desde el punto de vista ontológico. Epistemológicamente podemos creer en ambos a la vez.
Incluso cuando nos vamos a la Física de Altas Energías surgen las dudas sobre la ontología de la existencia de ciertas partículas. En los propios sistemas de detección e informáticos se presuponen cosas y se admiten ciertos modelos de tal modo que al final quizás tal o cual partícula realmente no exista y sólo tengamos un modelo de algo, aunque la hayamos “detectado”. Obviamente este punto no es compartido por los físicos que trabajan en el LHC y similares, pues su modo de pensar (y de vida) está ya asimilado por el sistema.
Demostrar cualquiera de lo puntos anteriores es muy difícil, pues el método científico permite comprobar modelos de realidad y no distingue entre comprobar modelos y comprobar entes “reales”. No suele haber datos experimentales o experimentos que distingan una situación de otra.
Este problema es aún más acusado cuando abandonamos el mundo clásico y nos adentramos en el cuántico. Aquí el problema no está en los objetos que se describen, sean átomos, electrones o quarks, sino en el marco teórico mismo. La Mecánica Cuántica (MC) funciona tan bien para calcular cantidades que durante 80 años casi se han dejado de lado sus aspectos fundacionales. El problema de interpretación de la MC se acarrea desde los inicios de la misma.
En MC se asignan funciones de onda Ψ al estado de los objetos cuánticos y se calculan valores esperados de un observable a través de un operador autoadjunto. La posición x de una partícula es un observable y le corresponde un operador autoadjunto, la cantidad de movimiento p también. El tiempo, sin embargo, no es un observable, sino que aparece en la ecuación de evolución (la ecuación de Schrödinger). Esta ecuación nos dice que si en un instante Ψ corresponde a un estado determinado al cabo de un tiempo corresponderá a otro según dicha ecuación.
Además, las funciones de ondas matemáticamente “viven” en un espacio abstracto de dimensión infinita denominado “espacio de Hilbert”.
Si queremos calcular la posición de una partícula en un sistema cuántico en un momento dado tendremos que calcular el valor esperado del operador x mediante una operación que podríamos definir como “estadística”. En su versión más sencilla tal cosa se simboliza así: < ψ|x|ψ>. Digamos que la función de onda se usa para calcular los valores de cosas que sí se pueden medir, pero la función de ondas en sí no se puede medir, aunque sí calcular.
Si seguimos con nuestro ejemplo de la posición, nos tenemos que dar cuenta de que al ser un cálculo probabilístico no obtenemos la posición exacta de la partícula, sino su posición más probable. La función de onda de la partícula es extensa, no puntual, y tiene un valor dado (que puede ser incluso en el plano complejo) para cada punto del espacio y evoluciona en el tiempo según la ecuación de Schrödinger. Bajo este punto de vista en realidad no hay una “partícula puntual” sino algo extenso sobre lo que se pueden calcular cosas, como la posición más probable de una “partícula” si imponemos que tiene que ser como un punto, aunque no sea tal punto. Se puede decir que la función de ondas es algo “borroso” que al medir colapsa a un valor determinado. Recordemos aquí que el colapso de la función de ondas no es lo mismo que el valor esperado de un observable, ni en el mundo físico ni matemáticamente (una proyección sobre un subespacio de Hilbert o un valor esperado respectivamente).
Usando la función de ondas podemos calcular el comportamiento de los sistemas cuánticos, pero sólo con cierta probabilidad. Esta naturaleza probabilística difiere de cómo los físicos describen el mundo clásico no microscópico.
Es ahora cuando tenemos el problema de interpretación de la MC, algo que se remonta a los años treinta del pasado siglo (e incluso antes). Podemos asumir que la función de ondas es un objeto que representa una realidad física (visión ontológica) o asumir que sólo representa el conocimiento subjetivo que el observador tiene sobre la realidad (visión epistemológica).
En el primer caso la función de ondas corresponde a un elemento de la realidad que existe objetivamente, tanto si el observador mide como si no lo hace. Mientras que en la otra visión la función de ondas no representa la realidad, sino el conocimiento subjetivo del observador acerca de una realidad que está por debajo. La interpretación de Copenhague es precisamente esta última y la función de onda no es más que cierta idea de probabilidad que sólo asume un valor real cuando el observador realiza una medición del sistema.
A partir de este y otros problemas fue cuando Einstein, Podolsky y Rosen afirmaron que la función de ondas no proporcionaba una descripción completa de la realidad física y que la MC era incompleta. Debía de haber una información inaccesible (variables ocultas) que nos obligaba a calcular probabilidades, tal y como se hace en Física Estadística, y la realidad última sería clásica. Si así fuera Dios no jugaría a los dados.
Hace unos meses llegó a Nature un estudio que apunta a la primera posibilidad. Sus autores mostraban que una interpretación subjetiva de la función de ondas violaría ciertas asunciones plausibles [1]. Ahora un trabajo publicado en Physical Review Letters de Roger Colbeck y Renato Renner (Perimeter Institute y ETH Zurich respectivamente) apunta en la misma dirección: la función de ondas representa la realidad objetiva. Es decir, es un elemento de realidad del sistema.
Para apoyar su punto de vista usan una analogía sobre la predicción del tiempo atmosférico que reproducimos a continuación casi como viene en el artículo. Según esta analogía habría dos meteorólogos tratando de predecir el tiempo que hará mañana en un lugar. Por ejemplo, que será nuboso con una probabilidad del 67% y soleado con una probabilidad del 33% (ver ilustración de cabecera). La Mecánica Clásica describe con precisión los procesos relevantes que se dan en este sistema, así que el tiempo que hará mañana se podrá calcular determinísticamente a partir de las condiciones iniciales que se den ahora. El hecho de que la predicción sea en realidad probabilística refleja la carencia de conocimiento de los meteorólogos sobre parte de las condiciones iniciales. La predicción meteorológica no es pues un elemento de la realidad asociada con la atmósfera, sino que refleja el conocimiento subjetivo del que hace la predicción. Un segundo meteorólogo con un conocimiento diferente sobre las condiciones iniciales puede llegar a un pronóstico distinto.
Si ahora nos fijamos en la MC nos podemos preguntar si la función de ondas Ψ, que asignamos al estado de un sistema cuántico, tiene que ser vista como un objeto subjetivo como el pronóstico meteorológico o si es un elemento de la realidad del sistema (una Ψ ontológica).
El problema es que la MC es inherentemente probabilística, incluso teniendo una descripción completa de la función de ondas del sistema. La teoría no nos permite predecir el resultado de un medida con certeza. Esto ha motivado interpretaciones subjetivas de la MC como la de Copenhague. Según esta visión Ψ sería un mero objeto matemático usado para calcular cosas. Sería una Ψ epistemológica.
Estos autores ya mostraron recientemente [2] que, bajo ciertas asunciones de libre elección y si la MC es correcta, entonces la MC es “no extensible” en el sentido de ser máximamente informativa acerca de lo que se puede obtener en las medidas. Toda información en la lista de elementos de realidad esta ya contenida en la función de ondas. Esto es, la función de ondas incluye todos los elementos de la realidad.
En este nuevo trabajo [3] muestran que la lista de elementos de la realidad incluye la función de ondas. Por tanto, la función de ondas de un sistema cuántico se puede poner en correspondencia uno a uno o con los elementos de la realidad, esto es, con las variables que describen el comportamiento del sistema. Para ello sólo se necesita asumir que los parámetros de medición puedan ser elegidos libremente y que la teoría produce una predicción estadística correcta. Estos dos aspectos están siempre implícitos en la Física.

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El razonamiento es más o menos como sigue (ver dibujo de arriba). Si un sistema es preparado en un estado cuántico particular Ψ, el conjunto o lista de los elementos de la realidad, denotado por Λ dependen de esa preparación. Una determinada disposición de medidas A es elegida al azar y se produce un resultado X. Se puede asumir que Λ es completa para la descripción del sistema en el sentido de que no hay otros parámetros que produzcan información adicional acerca del resultado de cualquier medida elegida. En particular, Ψ no proporciona más información que Λ acerca de un resultado. La no-extensibilidad de la MC implica, además, que Λ no puede proporcionar más información acerca de un resultado que Ψ. Tomados estos dos argumentos juntos se concluye que Λ y Ψ son informativamente equivalentes. Además, si se tiene en cuenta el hecho de que estados cuánticos diferentes generalmente dan medidas estadísticas diferentes, entonces se puede concluir que Ψ debe ser incluida en el conjunto o lista Λ y por tanto ser considerada un elemento de realidad del sistema.
La función de ondas incluye, por tanto, toda la información acerca del sistema que en principio está disponible y que no hay nada que se escapa (a diferencia del meteorólogo que no dispone de toda la información). Pese a todo, una medida nos proporcionará una valor con cierta aleatoriedad, lo que significa que la Naturaleza es inherentemente probabilística a ese nivel.
En la analogía de los meteorólogos los datos y el modelo usados por ellos serían la función de onda y la realidad se correspondería con el tiempo presente (nublado, lluvioso, soleado, etc.). Si en esa analogía hubiera una correspondencia uno a uno (como la que proponen estos físicos para el caso de la MC) entre los datos meteorológicos y el tiempo meteorológico, entonces estaríamos en una buena situación, pues el pronóstico (aunque esta predicción sea probabilística) serían tan preciso como máximamente puede ser, en el sentido de que no hay información extra que nos falte. No sabremos exactamente el tiempo que hará mañana, pero nuestro pronóstico será el mejor posible. Recordemos una vez más que la MC es determinista en su evolución, porque la ecuación de Schrödinger lo es, así que la analogías no es perfecta. La aleatoriedad de la MC no está en su evolución del presente al futuro, sino en la medida, sea ahora o mañana. Es aleatoria incluso en el momento actual en el que se tiene toda la información posible y el paso del tiempo no mejora ni empeora sustancialmente tal problema.
Los autores afirman que su resultado es definitivo si se acepta el principio de libre elección. Sin embargo, sería legítimo cuestionar esta asunción y por eso ya trabajan en una demostración en la que la libre elección puede ser reemplazada por una premisa más débil, una libertad de elección parcial. Estos prerrequisitos más débiles serían una causalidad local y que sólo se requiera que la elección sea independiente de parámetros ocultos preexistentes (en el sentido que ya hizo Bell en su tiempo).
Los asuntos de interpretación de la MC son arenas movedizas que en general no suelen ser falsables. Sin embargo, Colbeck y Renner argumentan que los resultados experimentales podrían avalar sus resultados. Aunque en el caso de la libre elección admiten que la cosa sería más complicada, sostienen que aún así se podría falsar en algunos casos.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3822

Fuente de los dibujos: Colbeck y Renner

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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13 Comentarios

  1. Tom Wood:

    Este es un tema donde todo el tiempo uno se mueve, como haciendo malabares con pesadas bolas de plomo; por encima de una cuerda floja, que tiene filo de navaja. Y usted, en ningún momento se le cayó ninguna bola, se cayó de la cuerda o se corto con la navaja,…fantástico. Increíble, con la maestría que ha conducido el tema desde el principio hasta el fin. Era como si usted no viera el peligro y yo sufriera por usted, porque veía el peligro que corría; porque temía que la voz, no se le mantuviera a la altura de las nota que iban dando los instrumentos. Que satisfacción, cuando llego al final de la cuerda floja, sin ningún trauma. Y lo mejor, la distancia que ha mantenido, la imparcialidad expositiva, como gira buscando los mejores ángulos, los que desmenuza con profesionalizad y con una concisa brevedad impresionante. Sin inmiscuirse, evitando el colapso de la exposición al incluirle las simpatías formativas, algo de lo que es tan difícil escapar o distanciarse; porque en el fondo seguimos siendo un amasijo, de nervios y emociones personales. Si meter los bajos ruidos, que siempre mete el expositor. Algo que ni los periodistas más profesionales pueden lograr en todos sus artículos. Ni siquiera los que han sentado cátedra durante anos, los que han mantenido un espacio editorial o un programa por más de 15 anos; logran sustraer sus afinidades, por más que los corrigen, por más que dominen la técnica periodística. Usted a logrado informar, sin influir,… Difícil superar esta síntesis, será clásica referencia para este tema; se lo puedo asegurar. Puede ser clásica referencia, como técnica periodística, dentro de la divulgación científica de la física, de las ciencias; el patito feo del periodismo. El terreno cenagoso donde ningún periodista se aventuraría. Pero lo que me deja sin respiración, es el tema en el que lo logra. Que lo normal, parar este tipo de tema, por su exclusiva complejidad, es que el expositor se centre en el contenido, en la redacción; pero agregarle tanta exposición angular a un tema que nadie ha resuelto, y donde existe un partidismo ideológico atroz. Y además, no caer en argumentos triviales o flojos; eso ya es maestría periodística de la buena. Cada día, esto esta mejor. Definitivamente este movimiento científico, que esta comenzando, va a quedar para la historia; ya verán que no estoy loco.
    Por ultimo: Los modelos teóricos que creamos; para mi solo son el patrón moral científicos-humano que le exigimos a la naturaleza. Y estos modelos con completitud de soluciones, no importa su infinitud, en todos casos vienen de los cerrados experimentos que modela la imaginación del científico o de la misma imaginación pero para comprobar el modelo. El modelo es más exacto con respecto a nuestros modelados experimentos, que contra la compleja realidad. El experimento humano, fija parámetros para estudiar otro que varia a voluntad y todo bien regulado; y resguardado de influencias externas. A la medida de la voluntad y la idealización humana del experimento. Pero en la naturaleza esta todo junto de forma muy compleja, todos los grados de liberta influyen a su antojo. Por lo que no hay completitud de ninguna función. En la naturaleza todo es real, nada puede ser controlado, todo tiene libre albedrío. Un electrón, es la masa [no un Higgs solo, vendiendo, regalando masa y olvidando el resto, ese lujo es humano, no natural], la carga, el campo eléctrico, el campo magnético, el spin, el tiempo de desintegración, millones de partículas y radiaciones de distintas energías y zonas espectrales influyendo… y muchas otras cosas que desconocemos, están toda en un solo ente o influyendo sobre este. Y lo más sorprendente de todo eso es: que siempre se da un estado, un escalón visible, se da una sola solución; nuestra existencia es la mejor prueba de esa solución, de ese estado, de ese equilibrio natural; de esa completitud y su medida. Para la naturaleza, no existen estos parámetros físicos; para ella todo es una variable, un todo en uno. Los fenómenos meteorológicos son fenómenos abiertos y no puede haber, ni habrá nunca una función que los describa con completitud. Los fenómenos meteorológicos viven en un espacio real, no hay función que pueda alcanzar su completitud nunca. Es decir, la naturaleza es más compleja, y tiene menos aproximación con los modelos teóricos y experimentales humanos; que la que hay entre el experimento humano y el modelo teórico humano que las describe a ambas. Son tres cosas diferentes, que se relacionan o aproximan de formas diferentes. Y eso hay que enmarcarlo, dentro del contexto de realidad y función de onda que se mezcle. Y lo de infinito y completitud, no puede mezclarse con realidad, porque entre cero y uno hay infinitud y completitud también; como en cientos de símiles más. Y es que la naturaleza abierta, es inerte ante la didáctica teórica de los libros de textos y eso se ha mezclado o confundido a lo largo de varias graduaciones. Hasta que ya los estudiantes de ayer, que ya son los docentes, teóricos o experimentales de hoy; arrastran esa mezcla de refinamiento didáctico teórico, de especialización profesional, de defasaje formativo experimental, contra el misterioso camino que en realidad sigue lo natural cuando obtiene sus soluciones. Desconocen, que esa didáctica teórica exacta, con completitud, esta basada en los patrones morales que le exigimos a la naturaleza, extraídos de nuestros cañones teórico y experimentales; pero que ella lo hace de una forma bien extraña y diferente a como lo hemos idealizado en los libros nosotros, con nuestra lógica simbólica, con nuestras unilaterales y limitadas mediciones. Nosotros lo hacemos con el recurso o la herramienta que mejor claridad o fruto nos ha rendido; pero que evidentemente ella no lo hace así. Para mí, es como si la naturaleza abierta, pudiera medir todos sus infinitos parámetros al unísono y encontrarle una solución, un colapso. Y como es lógico, ninguna función humana, que este pensada para un restriñido experimento físico; puede llevar implícita esa completitud natural.
    http://neofronteras.com/?p=3822

  2. JavierL:

    Estimado Neo, una vez que termine de leer el articulo quería escribirle para felicitarlo por la sencillez como explico un tema tan profundo y complicado, donde yo, sin muchos conocimientos de Mecanica cuántica he entendido de principio a fin el articulo entero, a la vez que entiendo mejor todo el tema de las funciones de onda. La redacción y calidad pedagógica es insuperable.

    Sin embargo, el comentario anterior llevo la delantera y lo ha felicitado mucho mejor de lo que yo podría, dejando sin mas que sumarme a lo dicho.

  3. hector04:

    Sobre la función de onda, que es un ente matemático se habla que tiene la información potencial de la realidad, luego ¿existe la función de onda como ente matemático o fisico?, los autores defienden que es una descripción fisica y como tal existe, un matemático agregaría leña diciendo que las matemáticas tienen el mismo valor de existencia que el lenguaje, porque ¿existe el lenguaje? es decir de manera subjetiva si, versión que defiende copenhague, ahora bien, este ente en cuestión no define sus propias variables, es decir, el espaciotiempo en el que habita, sino, sólo la perturbación en si, luego existe una capa de realidad que no es definida por dicha función y que tampoco interacciona grandemente con ella, porque al fin y al cabo el fenómeno de entrelazamiento es como si el espaciotiempo no le afectara, cabe entonces definir bien la relación entre ambas antes de someter a veredicto la objetividad de dicho ente porque claramente el espaciotiempo es parte de la realidad por lo menos hasta valores muchos ordenes mas bajos que los que define la funcion de onda.

  4. lluís:

    Es bien cierto que está muy bien explicado un tema tan árduo(especialmente para los que no tengan unos principio básicos de mecánica cuántica)como el que nos ocupa.Personalmente me cuesta más sacar el agua clara del megacomentario que se ha marcado el amigo Tom Wood.Por ejemplo,¿que signifíca todo eso del peligro,el filo de la navaja,la cuerda floja?.Y aún menos entiendo eso de «informar sin influir»,influir ¿en qué? o ¿sobre qué?, o ¿sobre quiénes?.Si no me equivoco el titular de esta página no es un periodista, sino un físico.

    Pero dónde me pierdo del todo, y ya me disculparás, Tom, es en eso de «Los modelos teóricos que creamos para mí son solo el patrón moral(?) científico-humano(?) que le exigimos a la naturaleza».
    Oye, Tom, si tienes un momento y te lees esto, ¿podrías resumir en un par o tres de frases, que es lo que propones que debe hacer la ciencia y más concretamente la física?.Lo hagas o no gracias por anticipado.
    Saludos.

  5. joabbl:

    Creo que ha nacido otro Juan Diaz. Una fluctuación cuántica, habrá que suponer.

    Saludos

  6. Daniel-20:

    Aunque creo que el artículo es impecable (he aprendido bastante), sigo sin ver la solución (o disolución) de la dicotomía onto-epistémica. Estoy estudiando la carrera de filosofía y -a diferencia de muchos otros filósofos- me preocupo por informarme, en la medida de lo posible, de los avances y descubrimientos de la ciencia moderna. Sin embargo, creo que todo este desarrollo de los principios de la mecánica cuántica, en concreto, la magnífica explicación de la función de onda, considero que el problema en torno a nuestros modelos explicativos sigue irresoluble. ¿Por qué? Porque es un problema aún más radical; se puede argumentar, y con éxito, que todo nuestro andamiaje conceptual, que todos nuestros modelos, que todos los llamados «hechos», no son sino construcciones que lleva a cabo el sujeto, y que no hay diferencia entre la gravedad y el modelo que explique la gravedad. Bien es cierto que yo no me tiraría desde lo alto de un edificio, pero eso no hace que «gravedad» deje de ser una palabra, una construcción..numerosos filósofos de la ciencia como Popper, Kuhn, etc. se ha dedicado a argumentar en contra de ese estatus de objetividad científico. A mí, personalmente, me parece poco fructífero discutir la validez metafísica o epistémica de la ciencia, pues veo que sus resultados son más que útiles. ¿Creéis que la ciencia debe ocuparse de su reflexión interna, acerca de su naturaleza, universalidad, validez, etc.? Porque parece que asumiendo determinados postulados funciona bastante bien, y creo que la crítica filosófica puede, en ocasiones, molestar más que ayudar.. Un saludo a todos!!

  7. joabbl:

    A mi me parece que hay una diferencia abismal entre un fenómeno de la naturaleza y nuestros modelos sobre él. La gravedad es una cosa y nuestro(s) modelo(s) sobre ella otra muy distinta. La mejor prueba es que existen fenómenos gravitatorios que no están en nuestro modelo, como por ejemplo la gravedad que genera la materia oscura (si existe). Nuestro modelo, como bien explica el artículo, no dice gran cosa sobre el gravitón, por ejemplo, ni sobre la expansión acelerada del universo, que ni siquiera sabemos si tiene que ver con la gravedad. Pero nos sirve para lanzar satélites. Es muy típico que la filosofía diga este tipo de cosas que, al menos en mi insignificante opinión, son completamente estériles. Los «hechos» no son construcciones. Una construcción es, por ejemplo, el protocolo TCP/IP que nos permite comunicarnos en este momento. Un hecho es que si vives lo suficiente te mueres de viejo y punto. Y eso no lo puede cambiar ninguna argumentación filosófica que aspire a ser algo más que un sofisma. Los hechos suelen ser tozudos y empeñarse en dejarnos «con las posaderas al aire», por así decir, a la menor oportunidad. Una bomba atómica no es la interpretación de un hecho. Sí que es cierto que cuando las cosas se complican ni siquiera los hechos están claros y muchas veces tendemos a confundirlos con nuestras interpretaciones o nuestros deseos. Los políticos hacen de ello una forma de vida. Pero a mi me parece que eso habla más de nuestras limitaciones (que son un hecho más) que de los hechos en sí, que probablemente sigan estando ahí riéndose de nosotros.

    En fin, saludos de hecho.

  8. NeoFronteras:

    Ni este trabajo ni posiblemente ningún otro serán la última palabra sobre este asunto. Ni siquiera convence a todos los físicos, pues algunos están en desacuerdo con sus conclusiones. A este nivel cualquier físico que piense un poco encontrará pegas filosóficas.
    El problema fundamental es que el método científico se basa en la falsación experimental y muchas veces no es posible poner a prueba una determinada interpretación o distinguir entre entes ontológicos y gnoseológicos. Es ahí donde entran las preferencias filosóficas de cada cual.
    Al final los físicos tienen preferencias por ciertas interpretaciones y asumen que ciertos entes son ontológicos aunque no lo sean o no se pueda demostrar que lo sean. Básicamente la Física avanza pese a que muchos físicos no saben muy bien cómo funciona o incluso aunque tengan los conceptos equivocados. Una inmensa parte de la Física son modelos, pero muchos físicos no lo admiten así. Creen que la realidad es «así» o «de este modo». Lo cierto es que la realidad siempre se escapa, pero mientras tanto nuestros modelos explican los fenómenos que aparecen.
    Cuando no hay fenómenos que contrastar entonces el físico está perdido. Aunque el físico teórico siempre se puede refugiar en la belleza de sus ecuaciones eso no es argumento de nada.

  9. Tom Wood:

    ¡Sobre la importancia de los Blog y los Bogueros de ciencias!

    http://scientia1.wordpress.com/2012/05/09/la-universidad-y-los-blogs-cientificos-personales-ese-bonito-pasatiempo/

    Off-topic.

  10. Daniel-20:

    No se que diferencia abismal puede haber entre un fenómeno y un modelo que explica ese fenómeno, cuando lo que estamos diciendo es que el fenómeno ya es nuestro modelo. Así distinguió Inmanuel K. entre noúmeno y fenómeno en la crítica de la razón pura, que no es sino el intento de justificar los juicios sintéticos a priori, esto es, la teoría de Newton. Hablar de hechos presupone que conocemos el mundo tal y como es en sí…pero, ¿qué significa «en sí»? Acaso un ser con más de 5 sentidos sería capaz de percibir «correctamente» el mundo? Tal vez haya seres para los cuales no suponga un problema el principio de no contradicción, o el principio de incertidumbre de Heisenberg.. la crítica idealista de, Fichte, Schelling e incluso Hegel, ponen en la palestra argumentos bastante fuertes en contra del realismo propio de la ciencia. Creo que es un problema irresoluble, sólo me gustaría escuchar de boca de un físico que entiende el por realidad cuando está delante de su pizarra de ecuaciones, porque desde luego no puede ser tan ingenuo de creer que la realidad es tal y como se nos muestra. O si no recordemos que el geocentrismo también era un hecho…en cualquier caso, estoy de acuerdo con Neo en que la realidad se nos escapa, y que sólo podemos explicar los fenómenos (no confundir con hechos o noúmenos)…

    Un saludo..

  11. tomás:

    Si la función de ondas describiera plenamente la realidad física y dejase de lado las interpretaciones subjetivas de la misma, dejaría de pertenecer a la MC, cuando es no ya una consecuencia inmediata, sino, casi desde el principio, uno de sus fundamentos. Entiendo que la afirmación del resumen inicial viene a decir que la función de ondas representa la suma de todas las posibilidades que puede presentar la realidad: «Esto es, la función de ondas incluye todos los elementos de la realidad». Es muy posible, pero si se excediera, también abarcaría la realidad. Aunque luego apunta: «… una correspondencia uno a uno…». Además si no fuese así, posiblemente nada funcionaría, a no ser que esas probabilidades en exceso fuesen tan asombrosamente nimias que pudieran ser despreciadas. (Siempre recordaré mi sorpresa cuando, de muy joven, leí que había alguna probabilidad de que un saco de cemento, sin ser impulsado diese un salto de 20 metros por sí solo).
    La conjunción del magnífico artículo y la profundidad de la mayoría de los comentarios, me ha hecho conjugar la RG con la MC, cosa asombrosa y nunca vista hasta ahora: Las interpretaciones de la MC son relativas y las afirmaciones de la RG son muy probables.
    Y perdón al homérico -de Homer- Tom Wood por trivializar cuando con tal entusiasmo y seriedad ensalza.
    A todos -y especialmente al autor- mi enhorabuena por esta inmersión profunda y placentera.

  12. pvl:

    Completamente de acuerdo con tu comentario joabbl: Dawkins lo expresa tajantemente: «A 9.000 m de altura no existen los relativistas culturales».

  13. Miguel Angel:

    Estupenda noticia y comentarios, que vienen a completar la noticia «Sobre el principio de incertidumbre de Heisemberg», que originó también un gran hilo con un extraordinario compendio de Neo que después fué analizando tomás:

    http://neofronteras.com/?p=3765

    Como a Bunge, sigue sin convencerme la interpretación de la Escuela de Copenhage aplicada al dualismo onda-partícula.

    A todos: gracias por existir (en el sentido mas ontológico de la palabra).

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