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Es muy difícil convencer a los negacionistas

Área: Medio ambiente,Psicología — martes, 1 de junio de 2021

Es casi imposible convencer a los negacionistas del clima extremos de la realidad climática.

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Según un estudio cuantitativo recientemente publicado por un economista ambiental de la Universidad de Oregon, es poco probable que los negacionistas climáticos que no están convencidos por las pruebas existentes sobre el cambio climático cambien de opinión durante muchos años.

La pregunta central planteada por el estudio publicado en la revista Climate Change fue «¿Cuántas pruebas se necesitarían para convencer a los negacionistas de que están equivocados?» La respuesta dependía del grado de negacionismo. El estudio modeló dos tipos de negacionistas hipotéticos: los que eran menos extremos y creían que el cambio en la temperatura era leve, así como los negacionistas más extremos que creían que el cambio era inexistente. Ambos fueron expuestos a los datos climáticos registrados entre 1866 y 2005, así como a proyecciones de futuro hasta finales de siglo.

«Si un escéptico climático no se deja persuadir por la evidencia que ya está disponible hoy en día, mi modelo predice que probablemente seguirá siendo escéptico durante muchos años en el futuro», dice Grant McDermott (Universidad de Oregon). «¿Por qué? Porque sus creencias previas son tan fuertes que incluso décadas de calentamiento continuo puede que no sean suficientes para convencerlos».

Los negacionistas moderados, por otro lado, eran más propensos a cambiar sus creencias una vez que se les proporcionaban más pruebas del cambio de temperatura que se ha registrado.

Un objetivo secundario del artículo fue tender un puente entre distintas teorías acerca del negacionismo climático como fenómeno social, al analizar de cerca la «credibilidad de la fuente» desde la perspectiva del negacionista. En otras palabras, dijo McDermottt, es necesario reconocer que muchos negacionistas consideran que las fuentes principales de la ciencia del clima no son fiables. Es posible que confíen más en sus propias fuentes que en los científicos, lo que a su vez podría ayudar a explicar por qué no cambian sus creencias a medida que los científicos proporcionan aún más información.

«Una consecuencia de todo esto es que si estás tratando de pensar a quién dirigirte con mensajes para persuadir a la gente de que el cambio climático es un fenómeno real y observable, simplemente debes aceptar que a algunas personas simplemente no las vas a convencer, incluso con más años de pruebas».

Mientras que algunos científicos del clima emplean complicados modelos de supercomputadoras, McDermott emplea un modelo cuantitativo matemático bayesiano que utiliza técnicas econométricas estándarres simples. En esencia, el modelo proporciona un marco para combinar creencias anteriores con nueva información y ver cómo se actualizan las creencias.

McDermott sugiere que se podrían realizar más investigaciones para desentrañar las causas fundamentales de las creencias negacionistas fuertemente arraigadas. Específicamente, ¿están los negacionistas extremadamente seguros de sus antecedentes o simplemente desconfían de las fuentes científicas sobre el cambio climático? ¿O quizás es una combinación de los dos?

«Las acciones de los demás a menudo pueden parecernos irracionales y viceversa, pero es importante reconocer que las acciones de una persona son, más que probablemente, perfectamente coheerentes con su sistema de creencias interno. Reconocer eso es un primer paso importante hacia la elaboración de políticas públicas más eficaces», finaliza McDermott.

Si nos fijamos bien, el negacionismo climático se basa en un marco ideológico más emparentado con una fe religiosa que con la racionalidad, por lo que es muy difícil que cambien de forma de pensar. Incluso puede que sea más fácil convertir a un individuo a otra religión que convertir en «ateos racionalistas» a estos mismo creyentes.

Este interesante estudio nos habla de la importancia de estudiar los mecanismos psicológicos del negacionismo climático.

Tampoco es fácil convencer al común de los ciudadanos de que sacrifique sus comodidades personales actuales por un mejor clima futuro que no disfrutarán cuando ven que otros no hacen sacrificios. Además, siempre estarán los que hacen negocio con esto del negacionismo, emitiendo gases de efecto invernadero o incluso con las supuestas medidas para solucionarlo.

Estamos en un atolladero.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Imagen: Pixabay/CC0 Dominio Público.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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24 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    Recordemos que la mayoría no son negacionistas por deseo de notoriedad o ignorancia, sino porque son personalidades inmaduras que reaccionan ante el miedo negando el problema.
    Ocurre igual cuando se informa a un paciente de que padece una enfermedad mortal e incurable, las fases que describimos en Medicina son negación-duda-negociación-depresión y aceptación: mientras una persona con rasgos de personalidad maduros se saltará la fase de negación o pasará enseguida a alguna de los siguientes, los que no suelen pasar de la fase de negociación son las personas con rasgos más inmaduros.
    Para emnpeorar el asunto, aunque sea de Perogrullo, los inmaduros son más propensos a aceptar explicaciones mágicas o pseudocientíficas.

  2. apalankator:

    Aquí se aplica la cita de Jonathan Swift que dice: «No puedes disuadir con razones a alguien de algo de lo que no fue convencido por razones», por eso hay quien cree lo de la Tierra plana, pseudomedicinas,…
    Y otra cita: «Es difícil que alguien comprenda algo cuando su salario depende de no entenderlo»
    ésta de Upton Sinclair. Es lógico que los beneficiarios de los combustibles fósiles nieguen el perjuicio del CO2.
    Pues eso, que el mundo está lleno de estúpidos y de egoístas, no hay que darle más vueltas

  3. Miguel Ángel:

    ¡Muy buenas las dos, amigo Apalank.ator! Además siempre tenemos el autoengaño al alcance de la mano: los jefes de las grandes compañías de tabaco pueden aliviar sus conciencias pensando que, aunque cerrasen su negocio, seguiría habiendo fumadores. O pensar que su marca de tabaco es un poco menos dañina que otras y, dado que va a seguir habiendo fumadores, hasta les están haciendo un favor.

    Abrazos.

  4. tomás:

    En efecto, son dos citas acertadísimas de nuestro compañero. Y el gran mérito de quienes las pensaron.

  5. Lluís:

    Las citas de Apalank.ator son muy inteligentes, sí, pero la gran verdad en este caso es ni más ni menos esa frase cortita del final de la nota de Neo: » Estamos en un atolladero». Esta es la cruda realidad. No sé si va a ser posible salir de ese ‘atolladero’ a tiempo.

  6. apalankator:

    Muchas gracias por las felicitaciones, que me vais a sonrojar.
    No he visto estadísticas de negacionistas del cambio climático pero calculo que son un 10% de las personas de mi entorno, y creo esa puede ser la media en los países desarrollados.
    El 90% es mayoría cualificada lo menos, ojalá se llegara a esa práctica unanimidad en otros asuntos.
    Abrazos a todos.

  7. Miguel Ángel:

    ¡Adelante ese 90%!, pero con mucha más implicación:

    – Centrándonos en el problema madre y concediendo menos importancia a otros problemas menores o de carácter particular (aunque el problema particular sea «mi problema», sí).

    – Actuando a nivel personal para reducir nuestro impacto. Implica cambios en estilo de vida y no todos (ni a todos) nos van a gustar.

    – Promocionando a las personas y entidades que se comprometen con la sostenibilidad.

  8. tomás:

    Me gustaría, querido amigo Miguel, que te extendieras sobre lo que entiendes por sostenibilidad, porque se me antoja que es un término muy socorrido, sobre todo en política -donde, para más inri, suele asociársele con desarrollo- y deberíamos conceptualizarlo adecuadamente.
    Un abrazo.

  9. apalankator:

    Amigo Miguel Ángel, el método para impactar lo menos posible el medio ambiente es tan simple y tan complicado como la optimización.
    Pero no se enseña en ningún lado, por ej. al cocinar cuando hierve la olla, se pone la tapa, se baja el fuego a la mitad y se termina en el mismo tiempo, se aprovecha el agua de la bañera para el WC, conducir con anticipación para evitar frenazos y montones de pequeños actos que bajan todos los consumos a la mitad.
    Esto debería ser una asignatura en los colegios pero perderían dinero las eléctricas, petroleras, etc..
    Creo que el verdadero problema es que estas empresas intervienen mediante puertas giratorias en la educación.

  10. tomás:

    Es seguro, que ese comportamiento diario ha de tener su importancia en el medio ambiente y que la educación contribuiría a minorarlo, pero los grandes consumidores de combustible precisan de un cambio de energía, y me estoy refiriendo al transporte marítimo, aéreo, terrestre, cementeras, etc.
    Y por supuesto, las puertas giratorias, consumir por sí mismas, no consumen; basta empujarlas un poco y, si los ejes están engrasados, ni se nota algún ruido.
    Un fuerte abrazo.

  11. Miguel Ángel:

    Respondiendo a tu 8, a la que nos referimos siempre (disminución de la población + reducción del consumo + transición energética).

    Un abrazo, mi querido amigo.

  12. Miguel Ángel:

    Según una estimación que acabo de leer en otros lares, el coste (en términos de valor ecológico) que supone cada tonelada de plástico que vertimos a los océanos serían 30.000 euros.
    Somos los okupas del planeta, una especie de primate que se lo ha cargado en cosa de 100 años.

  13. tomás:

    Sí, claro, tan del orden de los primates somos como los chimpancés, pero ellos ocupan menos.
    La suma que mencionas me hace pensar en la cantidad de dinero precisa para limpiar el planeta. Será inmensa, incalculable, pero comparemos: ¿Cuánto se dedica al armamento que, a la velocidad del progreso de la técnica, queda obsoleto en poco tiempo?
    Ahí queda la pregunta por si alguien es capaz de comparar. Yo no creo poder hacerlo.

  14. Miguel Ángel:

    Otro pastizal, querido Tomás:

    https://elpais.com/internacional/2021-04-26/el-gasto-militar-mundial-subio-un-26-en-2020-pese-a-la-pandemia.html

    Abrazos.

  15. tomás:

    En efecto, y solo habla del presente año. La limpieza del planeta, en lo que se pudiera, sería labor de más de una generación y, luego un mantenimiento. También los gastos militares son permanentes. Lo que no sé es cómo cuantificar o encontrar algo parecido a lo que tú muestras para tal cometido de limpieza. En fin…

  16. Saxifrage:

    Tal vez parte del problema sea la valoración cultural positiva del concepto de «progreso», asociándolo casi exclusivamente al aumento de los bienes materiales.
    Se valora positivamente comprar un auto nuevo (aunque el viejo tuviera solo dos años), que una fábrica aumente los metros cuadrados de sus naves, que una ciudad extienda la infraestructura urbana para acoger nuevas viviendas, que se duplique la potencia instalada de una central eléctrica, etc.
    Es impensable para todos un modelo económico que no se base en el progreso y el crecimiento infinito. (ahora los chinos autorizan más hijos porque desean aumentar la mano de obra joven¿…?).
    Europa, a pesar de que se queja amargamente de la inmigracion, tuvo problemas por la población envejecida de ciertas regiones, lo que le dificultaba mantener su Bienestar-Crecimiento-Progreso. Y Europa sea tal vez, un ejemplo a seguir en comparación con el resto del mundo..
    Las consecuencias de esta desaceleración serían catastróficas para todos, pero dejar todo como esta no es viable y el control de daños sería supongo que peor.
    Aunque tal vez esté equivocado y sea cierto lo que una vez un CEO de una empresa norteamericana me dijo «la crisis climática no es un problema, es una oportunidad de negocios a futuro».

  17. Juan:

    Poca gente duda del cambio climático, lo complicado es demostrar que el cambio es influenciado por el ser humano.

  18. tomás:

    Juan: antes se negaba. Ante lo evidente, se aceptan los hechos, pero se resisten muchos a asimilar que es culpa nuestra. Somos demasiados, consumimos sin medida y sin responsabilidad suficiente. Podemos echarle la culpa al Sol -a ciclos solares, por ejemplo-, pero si nos vamos a esos inmensos vertederos en tierra firme, como el de Zaldíbar, o -si no podemos ir- vemos en televisión o en vídeos en los que se dice que en el Pacífico hay una «isla» de plásticos que triplica el tamaño de la Francia continental:
    https://www.youtube.com/watch?v=1UPd15E2RL8
    Entonces vemos de forma innegable que es nuestra acción sobre el planeta lo que, como poco, infiere el mayor daño. Pero eso, quizá en menor tamaño, pero siempre muy considerable, pasa en todos los océanos. También, con frecuencia, la tele nos muestra icebergs de tamaño descomunal: el último tan grande como Mallorca. Todo eso no pueden ignorarlo (salvo que les vaya el sueldo en ello).

  19. tomás:

    La única solución es aceptar el decrecimiento, pero eso ningún régimen ni partido político lo va a aceptar en su programa. Primero habría que meter en nuestra dura cabeza lo necesario, imprescindible de hacerlo y lo que significa no hacerlo: el suicidio de una humanidad o, al menos de casi toda una generación hasta que queden muchos menos miles de millones. Yo recomiendo los libros «La apuesta por el decrecimiento» de Serge Latouche y «La economía del bien común» de Christian Felber.
    En ellos puede leerse (copio): «… abandonar el crecimiento por el crecimiento, objetivo cuyo motor no es otro que la búsqueda del beneficio por los poseedores del capital y cuyas consecuencias son desastrosas para el medio ambiente». O «¿Acaso indica algo fiable el ya asentado PIB acerca de:
    -si un país está en guerra o en paz;
    -si se trata de una dictadura o una democracia;
    -si el consumo de recursos medioambientales crece, se reduce o
    estanca;
    -si el reparto es justo o si por el contrario una parte nada en la
    abundancia y los otros padecen hambre;
    -si las personas están estresadas o disfrutan de suficiente tiempo
    libre;
    -si las mujeres disfrutan de igualdad o son discriminadas; o
    -si lo que crece en esa sociedad es la confianza o el miedo?

    «El PIB no es capaz de medir aquello que realmente cuenta».

    Un abrazo.

  20. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    El problema es que el decrecimiento es inevitable y ya estamos viendo las orejas al lobo. Y lo malo no es el decrecimiento, sino quién va a pagar el pato.
    Hay gente, comunidades, regiones, países etc., que no van a estar dispuesto a ello y serán otros los que paguen la factura. Insisto en que ya lo estamos viendo.
    Puede que no nos dejen circular con nuestro coche viejo por la ciudad, pero el poderoso se compra un Tesla y se lo subvencionamos con el dinero de nuestros impuestos. También puede ir en AVE a su reunión de negocios, pero la infraestructura la hemos pagado todos y a los demás nos han dejado sin trenes regionales.

  21. tomás:

    En efecto, querido Neo. El decrecimiento está en marcha, pero no de una manera justa, sino acrecentando las diferencias: haciendo más rico al poderoso y al corrupto y más pobre al indefenso. Ya vemos, por ejemplo que la clase media ha dejado de existir. Casi podemos considerar que los jubilados somos unos privilegiados.
    Un fuerte abrazo.

  22. Miguel Ángel:

    Muy bien señalado, queridos Neo y Tomás. En Europa serán recortes, subida de impuestos y más polarización y radicalización política; pero en África serán muertos (¿100 millones debido no a infecciones por COVID sino a la crisis económica derivada de la pandemia ?).

    Abrazos.

  23. Miguel Ángel:

    Un saludo, Saxifrage. Señalas un aspecto positivo para ayudar a promocionar la lucha frente al calentamiento, porque hay sectores interesados en hacer antipropaganda a las energías más limpias alegando que «son caras». Pero la transición energética también generará nuevos puestos de trabajo, negocios e inversiones.

  24. tomás:

    Y aquello en lo que tanto insisto, amigos Miguel y Saxifrage, la limpieza del planeta también es una casi inagotable fuente de trabajo e inversiones. Hasta la del espacio puede serlo.

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