La apetencia sexual podría ser genética
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Según un estudio realizado por científicos israelíes dirigidos por Richard Ebstein de la Universidad Hebrea de Jerusalén el deseo sexual está determinado en parte por la genética. El equipo de investigadores se fijó en el gen receptor de la dopamina D4 o DRD4 que controla parcialmente la respuesta del cerebro a la dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor asociado con el sistema de recompensa en forma de placer del sistema nervioso. Ya se sabía que este compuesto controlaba el comportamiento sexual tanto en humanos como en animales, asçi como el circuito que controla cuestiones como el placer asociado a la comida o las drogas.
En 2004 estos investigadores descubrieron que bloqueando el gen se ayudaba a las ratas a tener erecciones. Entonces para empezar el nuevo estudio solicitaron a 148 estudiantes de ambos sexos rellenar un cuestionario que contenía preguntas como la frecuencia en la que tenían fantasías sexuales o cómo de importante era el sexo en sus vidas. La preguntas se usaron para medir el deseo sexual de cada estudiante, o cuánto les excitaba el sexo. Luego los investigadores compararon estos resultados con con la huella genética del DRD4.
Los investigadores encontraron que un 70% de los estudiantes con una versión particular del gen puntuaron un 5% menos en promedio en deseo sexual que los de mayor deseo sexual que representaba un 20%.
Los investigadores no saben cómo este cambio genético altera la libido porque la dopamina cumple múltiples funciones en nuestro cerebro. Una posibilidad es que la dopamina influya en cómo de fuertemente reaccione nuestro cerebro al estímulo sexual.
Este descubrimiento podría explicar por qué los pacientes con Parkinson tratados con dopamina experimentan un aumento de su vida sexual. Pero los críticos argumentan que este estudio estadístico se debe de realizar sobre una muestra más grande para poder ser confirmado.
Probablemente sea un conjunto de diversos genes los que controlen nuestro deseo y comportamiento sexual, así como los condicionamientos culturales que en este caso tienen un peso muy grande y que además enmascaran los datos que se puedan obtener de este tipo de estudios.
Referencias:
– Brioni J.D., et al. Proc. Natl Acad. Sci. USA, 101. 6758 – 6763 (2004).
– Zion Ben I.Z, et al. Mol. Psychiatry, published online doi: 10.1038/sj.mp.4001832 (2006).
– Hamer D.H, et al. Science, 261. 321 – 327 (1993).
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