NeoFronteras

¿Es el azúcar el culpable?

Área: Medicina — lunes, 4 de febrero de 2013

La ingesta elevada de azúcar contenido en los productos procesados podría estar detrás del problema de obesidad y síndrome metabólico del primer mundo.

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Etiqueta de un tarro de pimientos del piquillo. En la composición se especifica que contiene azúcar (círculo azul). Fuente: Neofronteras.

El algunos países, entre ellos Estados Unidos, hay un grave problema con la obesidad y con el síndrome metabólico. El porcentaje de personas con estos problemas no disminuye pese a los esfuerzos realizados.
Robert Lustig, investigador de la Universidad de California en San Francisco, ha estado estudiando el problema en los últimos años y acaba de publicar un libro en el que trata de desmontar algunos mitos y, sobre todo, señala sus causas. Aunque no todos están de acuerdo con sus polémicas conclusiones, sus argumentos parecen interesantes.
El presente artículo está basado en una entrevista concedida por este investigador a la NPR. Téngase en cuenta que mucho de lo que este investigador afirma se refiere a EEUU y no siempre es extrapolable al resto del mundo. Pero, de todos modos, en otros países ya hemos copiado algunos de los aspectos negativos de la dieta norteamericana y tenemos que evitar copiar el resto.
Según Robert Lustig el origen del problema está en la gran ingesta, muchas veces involuntaria, de azúcar que efectuamos, sobre todo de fructosa.
Recordemos que los azúcares más comunes se dividen en monosacáridos y disacáridos. Entre los monosacáridos están la glucosa, la fructosa y la galactosa. Los disacáridos suelen ser combinaciones de dos de estos últimos, como la maltosa (dos glucosas unidas), la lactosa (glucosa y galactosa) y la sacarosa (glucosa y fructosa). El azúcar de mesa es sacarosa. El dulzor proviene fundamentalmente de la fructosa.

Origen del problema

El problema es que los azúcares como la sacarosa son muy baratos. La industria de los alimentos procesados agrega mucho azúcar en multitud de productos. Incluso las hamburguesas o alguna fórmula de los bebés tienen azúcar añadido. Cuando vaya al supermercado fíjese en las etiquetas de los productos y lea la composición, es muy probable que se haya añadido azúcar al alimento en cuestión, a veces a productos inverosímiles. La industria ha puesto azúcar (en forma de sacarosa o jarabe de maíz) en alimentos que nunca lo tuvieron antes. El 80% de los productos que se pueden comprar en un supermercado de ese país tienen azúcares añadidos.
En EEUU se consumen actualmente 60 kilogramos de azúcar por habitante y año, pero el organismo sólo puede procesar de manera segura entre 22 y 27 kilogramos anuales.
Se efectúa el añadido de azúcar porque encontramos más agradable un producto que contenga azúcar y los industriales quieren vender más para tener mayor beneficio. Porque lo dulce nos gusta y mucho.
La razón por la que nos gusta el azúcar es que hemos evolucionado para apreciarlo, pues en el pasado significaba que disponíamos de unas calorías muy necesarias en un tiempo de escasez y una seguridad del producto, pues no hay productos vegetales que sea dulces y venenosos a la vez. Las plantas suelen fabricar toxinas para evitar ser comidas por los herbívoros y azúcar para que éstos se coman los frutos y dispersen las semillas (ya abonadas) en otros lugares.
El caso es que nuestros antepasados fueron seleccionados darwinianamente entre los que les gustaba más el azúcar. Sentimos placer al comer azúcar.
A un niño pequeño sólo hay que darle a probar una vez algo dulce para que le guste, pero hay que intentarlo una media de 13 veces con otros productos menos agradables hasta que finalmente los acepta. Estamos programados para que nos guste lo dulce.
Pero en nuestro pasado la disponibilidad de azúcar se restringía a la temporada en la que había frutas. Ahora tenemos disponibilidad todo el año y en grandes cantidades. Hemos evolucionado para apreciar lo dulce, pero no nos ha dado tiempo a adaptarnos a su gran disponibilidad actual.

Adicción

La glucosa es importante y necesaria para el organismo, además consigue regular parámetros como los niveles hormonales que permiten ajustar el metabolismo, pero la fructosa no. Podemos controlar bien la glucosa pero no la fructosa.
Si ingerimos un producto con azúcar o sirope de maíz (básicamente también es mitad glucosa mitad fructosa) ingerimos fructosa que altera el funcionamiento del hígado y del páncreas. Encima puede producir cierta adicción, sobre todo psicológica.
En cualquier adicción se necesita un mínimo de 3 semanas de abstienen de la sustancia que produce adicción para que los receptores de dopamina bajen a niveles cercanos a los normales. Pero a veces la situación puede prolongarse meses o años.
Lo primero que uno debe hacer es abstenerse del producto, pero en el caso del azúcar es casi imposible porque muchísimos productos lo contienen. A veces es un problema familiar porque aunque los niños quieran “dejar el azúcar” los padres no se lo permiten porque son los que preparan las comidas y en ellas hay azúcar.
Según Lustig lo importante no son las calorías, sino la insulina. Si el nivel de insulina no está bien regulado se producen los problemas. Incluso hay personas delgadas que tienen síndrome metabólico. De hecho, un alto porcentaje de los delgados tiene problemas metabólicos. También hay gordos sanos, en concreto un 20% de los obesos tienen parámetros metabólicos sanos.
Todo esto se une a estudios recientes que relacionan la elevada ingesta de azúcar con varios tipos de cáncer.

Ejercicio

Entre las afirmaciones polémicas de este investigador está la que sostiene que el ejercicio físico por si solo no hace que perdamos peso y que consumimos más calorías durmiendo o viendo la tele (sobre todo porque le dedicamos más tiempo) que en el gimnasio. Hacer ejercicio es muy bueno. Es, en concreto, la segunda mejor cosa se puede hacer. La primera sería comer correctamente.
Hacer ejercicio refuerza la musculatura y la musculatura contiene mitocondrias que consumen calorías. Cuantas más mitocondrias se tengan menos calorías, sobre todo en forma de fructosa, irán a convertirse en grasa en el hígado. La idea es que el organismo siga siendo sensible a la insulina y el ejercicio ayuda a ello.
Pero si uno pretende perder peso con sólo hacer ejercicio y con la misma mala dieta entonces no tendrá éxito y encima se sentirá frustrado.

Fibra

La fibra es buena. Además de producir saciedad, entre otras cosas consigue reducir la absorción intestinal, por lo que una fracción de lo que ingerimos pasa a las partes finales del intestino en donde es consumida por las bacterias que allí habitan. Si por ejemplo consumimos 160 calorías de almendras (que contienen fibra) sólo absorbemos 130 de ellas, el resto es consumido por las bacterias o expulsadas. Una caloría no es siempre una caloría desde el punto de vista dietético, pues su absorción depende del alimento en sí y con qué lo consumimos.

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Envase de chorizo ibérico en el que se especifica que contiene azúcar (recuadro amarillo). Fuente: NeoFronteras.

Pero el que un producto contenga fibra no lo hace necesariamente sano. Si se añade azúcar, como ocurre en muchos cereales para el desayuno, no nos beneficiamos muchos de que se haya hecho con harina integral. Otra cosa interesante es que si la fibra es pulverizada entonces se pierden las propiedades antes relatadas. Así que si un producto usa harina integral no significa necesariamente que sea sano.
Se necesitan la fibra soluble, pero también se necesita la fibra insoluble (básicamente celulosa) y a veces se añade la insoluble a un producto industrial a costa de la insoluble. Los dos tipos de fibra son las que consiguen reducir la absorción intestinal. Esta es la razón por la que es mejor comerse la fruta tal cual que convertirla en zumo con una licuadora.

Soluciones

La única solución es reducir la disponibilidad de azúcar y eliminar con la legislación adecuada el añadido de azúcar a muchos productos. Esto puede hacernos pensar que el gobierno nos quita libertad, pero la industria ya nos ha quitado esa libertad, nuestro dinero y nuestra salud. Ahora simplemente no tenemos libertad de elección. Si la situación sigue así, en un tiempo la mitad de la población estará enferma de enfermedades que podrían haber sido evitadas, con el consiguiente gasto elevado que ello tendrá para los sistemas públicos de salud.
Mientras tanto la primera regla parece clara: evitar productos que hayan sido manipulados, es decir que tenga una etiqueta y composición. Es mejor consumir productos frescos (o congelados sin procesar).
Las dietas de adelgazamiento que son exitosa lo son porque reducen la ingesta de azúcar. Está bien no consumir botellas de cola o refrescos por la gran cantidad de azúcar añadido, pero si en su lugar consumimos zumo de naranja (por mucho 100% que ponga en el envase) no estaremos ganando mucho (salvo peso). Consumir un yogur azucarado no es del todo sano, pues los beneficios de consumir este producto son malogrados por el azúcar añadido.
Si cree que reducir la temperatura de su casa en el invierno puede ayudarle a gastar calorías píenselo dos veces. No hay ningún estudio que lo demuestre (ni en un sentido ni en otro) y puede que el pasar frío le haga tener más hambre.
La cerveza engorda y produce resistencia a la insulina debido a que contiene tanto azúcares como alcohol, así que modere su consumo. Ambas sustancias sobrecargan el hígado. Sin embargo, consumir un poco de vino (sólo un poco) parece ser bueno.
Saltarse las comidas tampoco es buena idea, sobre todo si es el desayuno. Se necesita energía para empezar a quemar calorías y desayunando bien se consumirá energía a lo largo de la mañana y además uno se sentirá mejor. Si no se desayuna la hormona del hambre se disparará a lo largo de la mañana de tal modo que se comerá en exceso en las siguientes comidas. Además, si no se desayuna se rinde mal intelectualmente. Si tiene que comer algo dulce hágalo mejor en el desayuno.
Estamos diseñados para otros tiempos en los que había que aprovechar cualquier oportunidad para comer. Así que no deje a la vista comida y golosinas, pues puede que no resista la tentación. Y si de todos modos no resiste esa tentación entonces ¡no compre esos productos!
El organismo tarda unos veinte minutos en sentirse saciado y está pensado para ingerir más comida de la necesaria para el momento, porque en los tiempos en los que nuestros antepasados vivían en la sabana africana no estaba garantizado comer todos los días. Estamos diseñados para el hambre.
Tenemos que comer como nuestros padres o abuelos, preferiblemente con un estilo mediterráneo. Modere la cantidad de comida que come, y que ésta sea rica en frutas y verduras. Tómese un tiempo para comer y haga ejercicio. Sólo tiene una vida.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4021

Fuentes y referencias:
Podcast en inglés en mp3.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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25 Comentarios

  1. tomás:

    Me gusta mucho la tónica y dado su sabor amargo no creí que tuviera azúcar. Pero una vez leí la composición y vi que se aproximaba a 90 g por litro que es, en peso, una barbaridad -creo que era eso exactamente-. Telefoneé a Mercadona -donde suelen tener muy en cuenta las opiniones de los clientes- y les pregunté si tenían tónica sin azúcar e incluso les animé a que en estos tiempos en los que todo es «sin» podía ser buen negocio una vez la gente se diese cuenta de tan alta proporción. No la tenían y les dije que habría de comprar otra marca. El caso es que esta vez me sirvió la cosa sólo para que cambiasen la etiqueta y, sin poner los gramos de azúcar, pusieran: «… INGREDIENTES: … jarabe de glucosa fructosa, azucar…. SIN GLUTEN» y por último finalizaban con un asterisco así «*Reducción de un 30% de la cantidad de glúcidos respecto a un producto similar basado en azúcar y jarabe de glucosa-fructosa». Pero claro, no sé si ese producto es o no su anterior composición. A mi me sabe igual. Durante un tiempo estuve comprando otra marca «sin» que sabía distinto pero a lo que se acostumbra uno enseguida. Como me salía muy cara por que el envase era pequeño y yo compraba siempre botellas, el remedio ha sido utilizarla sólo para cuando me tomo un gin-tonic y beber agua de limón que es mejor para la salud.

  2. tomás:

    Con mi anterior relato quiero animar a la gente a que se lea las etiquetas y, si son insuficientes, proteste hasta donde crea que debe hacerlo.

  3. NeoFronteras:

    Estimado Tomás:
    A veces sí hay secciones de alimentos «dietéticos» en los supermercados. En ellas se pueden encontrar botes de fructosa para usar en lugar de sacarosa o mermeladas bajas en calorías en las que se ha usado fructosa en lugar de sacarosa.
    Al igualdad de efecto endulzante, la fructosa tiene menos calorías que la sacarosa, pero su efecto sobre la salud es peor.
    Si se aplica la lupa a esos productos se ve que a veces es un despropósito.
    Otra cosa son las excusas. Se usa azúcar para, en teoría, bajar la sensación de acidez, pero eso se logra mejor con bicarbonato.

    Eso sí, ya hay tónicas sin azúcares, pero no están tan buenas como las tradicionales. No se puede tener todo.
    En cuanto al gin and tonic, antes tomado por poca gente y ahora tan de moda no se sabe por qué, es el resultado de unos ingleses que para evitar la malaria bebían tónica, pero decidieron «alegrarla» un poco con el añadido de ginebra.
    Pero ninguna bebida tiene esas reminiscencias de África, la aventura y los tiempos coloniales como un gin and tonic tomado en el este africano.

  4. Miguel Ángel:

    Pues no conocía el origen de la ginebra con tónica. Nunca he llegado a entender del todo cómo puede tener adeptos la ginebra (entre los que veo que se encuentra mi amigo tomás), porque teniendo los mismos grados que otras bebidas como el whisky, la resaca que produce es mucho peor que la de éste.

    Creo que también conviene aclarar (yo lo he entendido, pero podría llevar a equívoco en otros lectores) lo que comenta Neo en su 2 cuando compara las calorías y el efecto endulzante de la sacarosa y de la fructosa: en realidad el rendimiento calórico es ligeramente superior para la fructosa (4 kilocalorías/gramo) que para la sacarosa (3.94 kilocalorías/gramo), pero la fructosa tiene un 80% más de poder edulcorante que la sacarosa, con lo cual hay que echar menos cantidad y al final son menos calorías.

    Un aspecto muy interesante es el de los edulcorantes artificiales porque logran engañar a los receptores del sabor de la lengua, pero no al cerebro, es algo que se ha estudiado mediante resonancia magnética funcional: los edulcorantes artificiales se fijan sobre los mismos receptores que los azúcares, incluso permanecen unidos a estos receptores durante mucho más tiempo que los azúcares naturales. Pero al cerebro no lo engañan: la resonancia magnética demostró que tras ingerir una bebida azucarada se estimulaba cierta región cerebral relacionada con el placer y la recompensa que no se activaba cuando el sujeto ingería un edulcorante artificial desprovisto de calorías.
    Y es que el cerebro intuitivo se las apaña para buscar lo que realamente le interesa. Me viene a la memoria el caso de los chiles picantes y las guindillas: el sabor picante debido a la capsaicina y sustancias similares surgió en la evolución para disuadir a los predadores. Las primeras veces que se consume una guindilla las sensaciones son muy desagradables, pero la guindilla y los pimientos en general tiene mucha vitamina C y el cerebro nuevamente se da cuenta, con lo que esas sensaciones iniciales se acaban atenuando y finalmente su consumo puede resultar placentero.

  5. Gerardo:

    Y que pasa con el aspartame, la truvia, etc, sera sano endulzar con edulcorantes?

  6. tomás:

    Querido amigo Miguel Ángel:
    No debe preocuparte el tema de la ginebra en mí. Cuando joven sí me gustaba el gin-tonic, pero no la ginebra sola. Me gustaba y me gusta la tónica. Pasé decenas de años sin tomar ni una ni otra. Luego, hace cuatro o cinco volví a tomar tónica y ahora llevo dos en los que compro una botella de tónica por navidad y me dura todo el año; o quizá varios meses -no lo he contado- hasta que se acaba. Y ya no compro otra. Es que me agrada el sabor amargo de la tónica; por eso ni sospeché tanta azúcar. En general no me agradan los dulces y no los tomo casi nunca. Para comer fruta he de proponérmelo y como no me gusta, me la como al principio de la comida.
    Yo sí conocía la historia de la tónica: creo que tomaban quinina para perotegerse de la malaria, pero debe tener un gusto tan fuerte que me parece que la cantidad presente en la tónica debe ser bajísima.

  7. tomás:

    Sigo. Es que me han llamado por teléfono y sabía que era para rato, así que he cortado. No sabía ese efecto en el cerebro, pero me parece que la sacarina apenas tiene calorías y sí que es dulce.
    Un fuerte abrazo.

  8. Juan Manuel:

    Pues para mí el verdadero culpable es un modelo socioeconómico-cultural consumista que aprovecha esta debilidad o gusto por lo dulce y fomenta la manufactura sistemática de productos azucarados y harinosos (he de mencionar también los refrescos gaseosos no «light») en una variedad de presentaciones comerciales abrumadora cuyo consumo cotidiano se practíca en tal cantidad que rebasa fácilmente la demanda calórica corporal diaria de un indivíduo con actividades urbanas, cuyo esparcimiento principal es la televisión, combinado quizás con escasos espacios para el ejercicio físico (la mejor arma contra la mayoría de los males), resultado: la adquisición de los graves males que aquí se mencionan, con todas sus consecuencias.

    Cierto, nos gusta lo dulce, pero también lo artificial, da más gusto ingerir mermeladas que sus correspondientes frutas al natural, que para empezar ayudarían mucho a fortalecer la dentadura con solo masticarlas.

    En fín, parece que el tiro nos va saliendo por la culata

    Pero eso no lo es todo, el gasto económico de tratar estos males es una enorme carga para los gobiernos en turno en el ámbito de las instituciones de salud pública, además de que en el sector farmacéutico hay poderosos intereses económicos que obtienen ganancias millonarias en el tratamiento de estos males; vaya, la enfermedad es una verdadera «mina de oro» para esta gente, pero no somos muy conscientes de ello, preferimos seguir con nuestro «modus vivendi» hasta donde aguante, teniendo la solución en las manos! .

    Gana el más listo. «A rio revuelto ganancia de pescadores»

    Por supuesto que este envío no está de más
    http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/

    Saludos para todos

  9. Dr. Thriller:

    Lo del azúcar es una plaga. Se lo encuentra uno en los alimentos más inverosímiles. Y es un problema muy serio, porque personas con problemas de intolerancia o directamente con desajustes, son muchas.

    A mayores, circula por ahí un estudio reciente replicado de equipos chinos que constatan que la obesidad también puede estar provocada por determinada flora intestinal (más concretamente: bichos de laboratorio con la misma dieta son o no son obesos en función de la población de enterobacter cloacae. Que no me extrañaría nada que tuviese a su vez relación con el nivel de azúcar en la dieta (es un combustible muy aceptado en el mercado xD).

  10. David:

    Me gusta mucho la cocacola y la compro Light, casi he sustituido el agua por el refresco de gaseosa. Dicen ahora que el Aspartamo es malo,peor que el azucar, pues es cancerigeno pero la Pepsi tiene aspartamo y aselsufamo-k. Prácticamente todos los productos light sin azucar, contienen aspartamo, desde yogures y postres lácteos, chicles y caramelos, refrescos de gaseosas y zumos de frutas sin gas, helados y pastelería.

    Un azucar más segura o sana, sería la stevia, pero no se comercializa y apenas se conoce, por que la industria está acomodada al uso de aspartamo que es barato y ya está asentada, como el uso de petróleo para fabricar plásticos. Ya se pueden hacer apartir del azucar y de la celulosa.

    Un saludo.

  11. tomás:

    Estimados amigos: Tenéis toda la razón Juan Manuel, Dr. Thriller y David, éste se ha dado cuenta de lo que se puede conseguir a partir de otros compuestos.
    Saludos cordiales.

  12. tomás:

    Amigo Miguel Ángel: Debo excusarme por un error. En mi 6 digo «… compro una botella de tónica por navidad -lo tenía que haber puesto con mayúscula (otro fallo)- y me dura todo el año…». Quiero decir que compro una botella de ginebra por Navidad. Hasta hoy no me he dado cuenta, y muy casualmente.

    Para resarcirte y como es Carnaval te dedico a ti y a Juan Manuel -por las inmerecidas y exageradas alabanzas de su 10 en «Más sobre el olfato cuántico»- especialmente, y a todos los demás también, este poema del que puedo presumir que ganó un modesto premio, aparte de aprovechar que el Ebro pasa por Zaragoza:

    CARNAVAL
    Amor del Carnaval enamorado
    hombre, mujer, ángel o hermafrodita
    dame tu mano cálida y amiga
    y llévame contigo al blanco prado;
    al prado de algodón, encaje y seda
    o al prado de verdor junto al arroyo
    o a la playa con arenas de oro,
    donde duerme el amar y la onda queda.

    Amor de carne y hueso sin medida,
    llenemos nuestras copas con el vino
    de la roja pasión o el negro olvido,
    o alma clara con besos bendecida.
    Cabalguemos, amor, sobre la brisa,
    disfrutemos la fiesta y la alegría,
    gocemos cada instante en picardía
    y que las penas huyan de las risas.

    Los percebes y suaves amayuelas,
    gazapillos y huevos perdigueros,
    sean en el banquete los primeros
    en revuelto de amor y francachela.
    De lujuria las uvas generosas
    comamos hasta hartarnos y la estela
    del plátano falaz y la ciruela
    y moras limoneras, deliciosas.

    Y del oscuro cava de la noche
    liberemos los destellos cautivos
    y esperemos un año arrepentidos
    el nuevo carnaval que amor derroche.

    Abrazos.

  13. Dr. Thriller:

    Bueno, os he leído a todos muy preocupados con el tema genérico del balance metabólico. Hay dos cosas que están claras y el resto es todo confuso xD, el balance de lo que entra y sale es la determinación primaria de la obesidad o la magritud, cierto es que para balances idénticos en diferentes individuos los outputs son escandalosamente dispares, pero es muy difícil tener sobrecarga ponderal con dietas de 1.200 kcal, por ejemplo xD.

    Así que si alguien quiere/necesita azúcar, lo que tiene que hacer es quemarlo. Y dicho sea de paso, la glucosa es la única cosa que queman las neuronas xD.

  14. tomás:

    Bueno Dr. Thriller, cierto es que con menos calorías de las necesarias no hay forma de engordar por mucha flora eficaz que prolifere en nuestras tripas. Eso ya lo sospechó Concepción Arenal en su fábula «El sobrio y el glotón» en la que el enteco se extraña de que no le engorda lo mucho que come y al gordo le aprovecha lo poco. Dice éste:

    porque yo digiero bien,
    porque tú digieres mal.

    y finaliza:

    no nutre lo que se come
    sino lo que se digiere.

    Lo que no debía saber nuestra poetisa es lo de la flora, con lo bien que suena; tan delicado y femenino.

    Saludos.

  15. Miguel Ángel:

    No es cierto lo que ha comentado David acerca de que el aspartamo provoca cáncer: es una de tantas leyendas o conspiranoias que circulan por ahí. La seguridad de este edulcorante está muy bien comprobada y son muchos los estudios que se ha realizado, muchas veces usando cantidades muy superiores a las que podría consumir una persona habitualmente y no se ha podido establecer ninguna relación con el cáncer, con la esclerosis múltiple o el Alzheimer:

    http://www.aspartamo.es/experts.html

    En cuanto al uso de la stevia como edulcorante natural, decir que aunque no fué aprobado en un primer momento por la FDA americana, fué aprobado unos años más tarde y desde hace un poco más de un año también está autorizado en la Unión Europea.

    Por otra parte felicitar a Juan Manuel por su enlace y a Dr. Thriller en su regreso porque la conclusión a la que llega en su 13 tiene gran valor para no perderse en disquisiciones sobre metabolismos rápidos y lentos, rutas de las pentosas-fosfato y floras intestinales diversas: lo que está claoro es que nadie está gordo del aire.

    Os deseo lo mejor a todos y os mando un sincero abrazo.

  16. NeoFronteras:

    Es verdad que no hay pruebas concluyentes de que los edulcorantes produzcan cáncer.
    Sí hay estudios recientes que sugieren que las personas que consumen refrescos light son más propensas a la diabetes que las que consumen zumo 100%. Hay algo que engaña en parte al cerebro y desequilibra el asunto de la sensibilidad a la insulina. Se cree que porque los que consumen bebidas light consumen mucha cantidad al creer que son inocuas.

  17. Miguel Ángel:

    Querido Neo:

    Debo rectificar y entonar el «mea culpa» ya que su 16 me ha llevado a revisar más profundamente el tema de la seguridad de los edulcorantes y veo que el asunto no está tan claro como creía.
    Tenía conocimiento acerca de varios estudios que no habían encontrado efectos adversos significativos asociados a los edulcorantes artificiales (no sólo los datos de la FDA americana), pero he descubierto que no sólo hay estudios que los han relacionado con la diabetes, sino también con la obesidad, partos prematuros, hipertensión, fallo renal, desórdenes psíquicos…he encontrado incluso un par de estudios que relacionan al aspartamo con ciertos tipos de cáncer.

    Le rogaría borrase mi comentario 15 mientras no queden las cosas más claras porque ya no puedo suscribir la afirmación que he hecho acerca de la seguridad del aspartamo, y dado que muchos lectores saben a qué me dedico puede ser considerada como verdadera sin hacer un análisis más estricto. También pido disculpas a David y a otros lectores si han leído mi comentario.

  18. Miguel Ángel:

    Querido Neo:

    Quizá también sea conveniente que borre la primera frase de su 16 o la modifique por «tan sólo hay dos investigaciones que relacionan el consumo de aspartamo con la predisposición a padecer cáncer». También a usted le pido disculpas si le he inducido a error con mi 15 pero, como le acabo de comentar, no tenía conocimiento acerca de esos dos estudios.

    Aquí aporto un enlace que no pertenece a una página de mucho fuste, pero lo pongo porque hace mención en poco espacio a varios efectos adversos encontrados. He revisado individualmente las investigaciones que mencionan y efectivamente existen…queda por dilucidar si son estudios fiables o si tiene razón la FDA americana:

    http://www.muscleblog.es/2011/11/los-edulcorantes-artificiales-se-asocian-con-fallo-renal-diabetes-obesidad-partos-prematuros-hipertension-e-incremento-de-la-mortalidad/

    Un abrazo

  19. NeoFronteras:

    Estimado Miguel Ángel:
    El problema es que hay cosas que no se saben o todavía no se saben. Es mejor no borrar nada.

  20. Miguel Ángel:

    Bueno, muchos de los estudios que menciona el enlace que he puesto son bastante recientes, pero no deja de llamar la atención la disparidad de resultados, sobretodo cuando es cierto que en muchos casos se hicieron tests con dosis de edulcorantes muy superiores a las habituales y no se reportaron efectos adversos.
    Hay que tener en cuenta que cuando se buscan efectos adversos siempre se puede escapar alguno (simplemente porque no haya sido rastreado en la investigación). También es cierto que los estudios que han mostrado efectos perniciosos son minoría y que algunos sólo han reportado efectos adversos en animales.

    En cualquier caso lo recomendable es no abusar ni de los azúcares naturales ni de los edulcorantes.

    ¡Y cuidado con las combinaciones de medicamentos!: las interacciones medicamentosas se estudian administrando dos fármacos conjuntamente y reportando lo que ocurre. Pero no se hace ninguna investigación para ver lo que pasa cuando estamos tomando tres o más fármacos a la vez: simplemente se supone que no pasará nada si no hay ninguna interacción descrita entre dos de ellos.

  21. Miguel Ángel:

    Querido amigo tomás:

    Te había dejado para el final, pero me he liado con los edulcorantes. Quiero que recibas el humilde premio de mi aplauso para ese conseguidísimo poema ya laureado por otra parte. Tiene un ritmo extraordinario y, si me permites que use un adjetivo propio de la ópera, tiene una impresionante coloratura.
    Consigues algo que sólo me ocurre cuando leo poemas especialmente selectos: que sienta el olor del vino o el sabor de las uvas mientras recorro tus versos. Ya me pasó con tu «Homenaje a Tagore», y la verdad es que, cuando sucede, el arte alcanza su plena dimensión.

    Con todo el gusto y admiración, me quito el sombrero y te entrego un millón de abrazos.

  22. Juan Manuel:

    Apreciado Miguel Angel:
    Muchas gracias por la inmerecida felicitación sobre el enlace, me pareció constructivo integrar a los comentarios información de nivel Institucional y quien mejor que la OMS para el tema de este post.

    En cuanto a los edulcorantes artificiales pienso que falta mucha más investigación (y muy importante que sea imparcial, mejor si la hacen universidades prestigiosas) tal vez su presunta letalidad estuviera asociada con componentes de la alimentación o algún estado fisiológico particular de quien los consume, después de todo no tienen demasiado tiempo en el consumo masivo por lo que creo que falta y se requiere mucha más información para tener una postura definitiva, así que todo lo aquí comentado tiene su validez. Hace algunos meses en un noticiero de difusión nacional si mal no recuerdo se habló en una nota del posible efecto pernicioso de un edulcorante artificial en el sistema nervioso, desgraciadamente no recuerdo los detalles, en fín que esto apenas empieza a tomar forma.

    Abrazos dietéticos.

  23. tomás:

    Mi benébolo y exagerado amigo Miguel Ángel:
    ¿Quién no agradece un halago, aunque sea inmerecido? Puede parecerte extraño, pero temía haberos ofendido, a ti y a Juan Manuel. Pensé que me habíais retirado el saludo por lo atrevido del banquete y deseaba explicar -sólo como algunos de los innumerables ejemplos notorios- que Goya no era aficionado a la brujería y sin embargo pintó el aquelarre y que ni él ni Rubens eran caníbales y expresaron el horror de Saturno devorando a uno de sus hijos.
    Te aseguro que soy absolutamente ético o, al menos, pretendo serlo, pero si deseo describir un amor carnal -carnaval- de carne y hueso sin medida, creí que debía hacerlo así, sin prejuicio alguno, sino como hubieron de ser estas fiestas en la lejana antigüedad.
    En fin, que no sabes cuanto agradezco, simplemente, que te hayas dirigido a mí. Me has quitado un gran peso de encima, te lo aseguro.

    Un fuerte abrazo, tan fuerte como no te puedes imaginar.

  24. Juan Manuel:

    Apreciado tomás:
    Como no volverte a saludar y felicitarte una vez más por este otro embriagador despliegue literario que nos reagalas y

    En justicia bien premiado, vaya que justo Jurado!

    Y viene a cuento, ya que sin la consabida azúcar no habría ni vino, ni licor alguno; claro, habrá que dar las gracias a los pequeños vivientes que llevan a cabo el milagro, que de no hacerlo no llevarían a buen puerto a sus generaciones.

    En cuanto a tu Carnaval, que por cierto es un tema que en el arte tiene ya sus buenos siglos de labranza, me enviaste a pretéritos tiempos al remitirme inevitablemente hasta Tiziano y una de sus generosas y magnas obras: Baco y Ariadna

    Así que brindo desde aquí por tu magnífico aporte a la cultura.

  25. tomás:

    Queridos amigos Amiguel Ángel y Juan Manuel:
    Imposible no sentirse halagado, pero me importa mucho más vuestra estima.

    Cuando, de estudiante residía en Madrid, con los compañeros tuve varias veces un interesante intercambio de opiniones sobre cual era el arte más «perfecto». Entre nosotros, había un melómano insuperable que, claro, se decantó por la música; otro, descendiente directo del pintor Madrazo, según presumía, optó por la pintura. Yo, en principio, por la poesía.
    Luego quisimos distinguir cual era el arte más completo. Y el melómano se decantó por la ópera, el pintor cambió al ballet y yo me hube de sumar a la ópera habiendo elegido antes el teatro. Así que la ópera fue triunfadora.

    Bueno, esto es otra anécdota del abuelo Cebolleta. Voy a tener que cambiarme el nombre. Antes sabía de memoria la introducción completa del Fausto de Goethe; habla de los recuerdos entre otras cosas. Ahora no lo tengo a mano, pero me vienen a la memoria sus últimas palabras: «… y lo que ya se fue tórnase, para mí, realidad».

    Un fuerte abrazo bien repartido.

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