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La explotación agrícola en la cuenca del Amazonas reduce su propia producción agrícola

Área: Medio ambiente — lunes, 13 de mayo de 2013

La producción agrícola total en Brasil podría aumentar en mucha menor medida que el aumento de superficie cultivable. Esto se debería a los sistemas de retroalimentación climáticos y ecológicos, que reducirían la producción.

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Uno de los ecosistemas más ricos de este planeta es la selva del Amazonas, que en su mayor parte está en Brasil. Este ecosistema tan rico está desapareciendo rápidamente, debido a las talas para obtener madera, tierras de cultivo y pastos para el ganado.
La selva brasileña está bajo una intensa presión. A veces la fronteras entre Brasil y los países vecinos se puede ver desde el espacio debido a la diferencia en la tala de la selva (basta usar Google map en visión satélite para comprobarlo).
El caso es que la selva se exuberante porque hay selva. Todos los recursos minerales están invertidos en tejidos vivos y el clima húmedo tan propicio es creado por la propia selva. Elimínese la selva y se obtendrá un terreno estéril y seco sobre el que casi no puede crecer nada.
Según un estudio realizado por un equipo internacional de científicos esta tendencia en la tala tendrá graves consecuencias para el clima y la producción agrícola y no solamente en el fijado de dióxido de carbono.
Estos científicos usaron un modelo para realizar sus simulaciones con el que predecir cómo afecta esto a la producción agrícola según dos escenarios. Según el primero se seguiría con la misma tendencia que en la actualidad y en el segundo se legislaría para proteger ciertas áreas.
Predicen que para 2050 la reducción de precipitaciones originada por la deforestación reduciría la productividad de los pastos en un 34% si se sigue tal cual (primer escenario) y en un 30% si el gobierno interviene (segundo escenario). El aumento de temperatura reduciría la producción de soja en un 28% y en un 24% respectivamente.
Lo que es significativo es que la diferencia es pequeña entre los dos escenarios, lo que sugiere que el gobierno de Brasil tendría que adoptar medidas mucho más enérgicas para proteger la selva amazónica.

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La producción agrícola total podría aumentar en mucha menor medida que el aumento de superficie cultivable, esto se debería a los sistemas de retroalimentación climáticos y ecológicos afectarían al clima y, por tanto, a la producción. Cuanto más se expande la agricultura menos productividad tiene. Algunos de estos sistemas de retroalimentación fueron ignorados en otros estudios
Estos científicos predicen que, debido a los sistemas de retroalimentación, la biomasa se reducirá en un 65% entre 2041 y 2060.
Los expertos implicados esperaban ver algún tipo de compensación, pero, sorprendentemente, no encontraron ningún escenario ganador. Simplemente los servicios medioambientales de la selva no son compensados bajo ningún punto de vista por los campos de cultivos.
El estudio muestra que los efectos negativos de la deforestación se sentirán más en la región este de Pará y la norte de Maranhão. En esos lugares las precipitaciones dependen fuertemente de la presencia de los bosques y la destrucción de los mismos cambiará drásticamente el clima de la zona hasta tal punto que la agricultura será inviable.
Según estos investigadores debe haber un límite en la expansión de la agricultura en Brasil. Por debajo de ese límite o umbral no hay consecuencias muy negativas, por encima se producirán pérdidas significativas en la producción agrícola.
Puede que tengan que ser estos estudios, que tocan la fibra sensible económica, los que nos hagan cambiar de rumbo, ya que el llamamiento conservacionistas parece no haber funcionado hasta el momento. Pero la economía siempre se basa en el corto plazo no en el futuro lejano, así que no es fácil. Incluso 1000 muertes futuras valen para los humanos muchos menos que 1 muerte en la actualidad.
La próxima vez que usted, amigo lector, consuma una hamburguesa o un producto fabricado con soja (ni los vegetarianos se libran) infórmese del origen de esos alimentos, pues puede ser probable que se hayan producido a costa de la destrucción de la selva. Los aceites de palma, coco o soja es mejor no consumirlos, así como carnes importadas, tofu y otros productos. Lea con cuidado las etiquetas de los productos procesados.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4106

Fuentes y referencias:
Noticia en dailyclimate.
Fotos: Leonardo F. Freitas/flickr.

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4 Comentarios

  1. Miguel Ángel:

    Por un lado están nuestros deseos y codicia, pero Gaia se rige por otras leyes…como no espabilemos pronto nos dará una dolorosa lección.

  2. tomás:

    Pues no comprendo cómo no se habían dado cuenta antes, al hacer los cálculos y simulaciones, porque la cosa es evidente. La selva, por lo regular ya ha tomado todos o casi todos los recursos del suelo porque lleva muchos milenios haciéndolo, así que lo que hace es nutrirse de lo que muere para volver a crear vida. Pasa lo mismo en las tierras de labor, solo que en este caso se agregan abonos. Si de la selva se quita esa vida al talar los árboles, se están disminuyendo los nutrientes para que otros seres puedan nacer y crecer.

    He de decir que la foto es muy buena y significativa. Enhorabuena por la elección.

  3. LLuís:

    Tienes razón tomás la foto es muy significativa.Hasta esas vacas (porque me parece que son vacas)parecen preguntarse: ¿están locos estos romanos?.En fin parece que estamos cavando nuestra propia fosa con toda la alegría del mundo.

  4. NeoFronteras:

    Según otro estudio la desforestación en Brasil ya se está cargando las reservas de las presas hidroeléctricas. Así que también tendrán menos energía:

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