Ganado y bacterias resistentes
El uso masivo de antibióticos en el ganado es una causa de las infecciones en humanos de bacterias resistentes a los antibióticos.
Desde el punto de vista médico cualquier tiempo pasado fue peor. En el pasado lo normal era morirse cuando se daba a luz, pero si se nacía tampoco era una garantía de supervivencia pues la tasa de muerte infantil era elevada (hasta 1 de cada 3). Todo el mundo tenía caries en los dientes o simplemente no se tenían dientes. La vida era un terrible dolor de muelas permanente; literal. Tampoco se vivían por mucho tiempo. Así por ejemplo, la esperanza de vida cayó hasta los 25 años (incluso hasta los 18) en la Edad del Bronce, pese a haber alcanzado los 33 en el Paleolítico Superior.
El traje de cota de malla de la Edad Media era para prevenir los pequeños cortes que se producían en la batalla, pues si se infligían lo habitual era que se infectarán y que el herido terminara muriendo, pese a que las heridas en sí no fueran importantes.
Pero tampoco hay que remontarse muy lejos en el tiempo para ver los peligros de las enfermedades infecciosas. La sífilis, gonorrea o tuberculosis daban cuenta de mucha personas antes de la Segunda Guerra Mundial. Pese a que a principios del siglo XX ya se conocía la asepsia y las ventajas de la higiene, un contagio por una bacteria cualquiera podía ser fatal.
Todo cambió a raíz de la invención de la penicilina y otros antibióticos. Pero el mal uso que los seres humanos estamos haciendo de ellos nos hará volver a la Edad Media si no hacemos algo pronto.
Las bacterias, que evolucionan muy rápidamente, están consiguiendo ser resistentes a los antibióticos que tenemos. Además intercambian horizontalmente genes entre ellas, por lo que una bacteria que afecte al ganado, y se haya hecho resistente, puede pasar sus genes al ambiente y a otras bacterias que pueden afectar al ser humano.
Un informe del US Centers for Disease Control and Prevention estima que las bacterias resistentes matan a 23.000 e infectan a 2 millones de personas en los Estados Unidos todos los años.
El informe presiona para que la Food and Drug Administration prohíba a los ganaderos administrar antibióticos al ganado por defecto. Al parecer, y no sólo ese país, se suele administrar antibióticos al ganado aunque los animales no tengan ninguna enfermedad, sino por razones “preventivas”. Esta práctica consume el 80% de los antibióticos que la industria farmacéutica produce.
Otra mala praxis consiste en recetar antibióticos a humanos sin necesidad. El problema es que cada día surgen más bacterias resistentes a los antibióticos en los hospitales que no pueden ser combatidas y que, en muchos casos, resulta fatal para el paciente.
Este estudio coincide con un artículo que señala al uso de estiércol como causa de algunas infecciones resistentes a los antibióticos en humanos. En concreto, este otro estudio sostiene que el 11% de las infecciones causadas entre 2005 y 2010 en Pennsylvania por bacterias Staphylococcus aureus resistentes a los antibióticos provino del estiércol de cerdo usado como fertilizante en los campos de cultivo.
El estudio descubrió que la gente que tenía una mayor exposición al estiércol por vivir cerca de campos de cultivos tenía mayores probabilidades de infectarse por este tipo de bacterias. En concreto eran de un 30% a un 38% más vulnerables a estas infecciones.
El análisis de las muestras de sangre y tejidos de los pacientes infectados permitió a estos investigadores determinar el origen de la bacteria gracias al análisis genético. Se trataba del complejo clonal 398 (CC398) que está asociado al ganado y que se puede encontrar en granjas y afectar a sus trabajadores.
Obviamente se necesitan más estudios de este tipo en otras regiones geográficas, pero este resultado indicaría que el uso de estiércol como abono está ayudando a este tipo de bacterias resistentes a extenderse. Si se confirmase este resultado podría ayudar a prohibir el uso de antibióticos en animales sanos.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4199
Fuentes y referencias:
Noticia en Nature.
Informe I.
Informe II.
Nota de prensa.
Artículo original.
Foto: Jenny Villone / jkvill1, vía Flickr.
2 Comentarios
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viernes 20 septiembre, 2013 @ 2:04 pm
Sobre cómo funciona el modelo avaricioso que tenemos, no comments (que además, no rompe el saco, literalmente lo desintegra).
Ahora, existen muchas alternativas para disminuir nuestra dependencia de los antibióticos de forma razonable. He leído hace tiempo que en la extinta URSS se utilizaban con relativa frecuencia bacteriófagos específicos para luchar contra determinadas cepas bacterianas, existían unos laboratorios (centralizados en Georgia), que elaboraban virus específicos para atacar determinadas bacterias. Se usaban incluso para pomadas de uso tópico.
Obviamente, como esto no deja margen ninguno de beneficio a las farmacéuticas, los restos de las instalaciones, las mismas cepas e incluso los datos científicos se están pudriendo.
domingo 22 septiembre, 2013 @ 1:26 am
Además de cepas resistentes a antibióticos, no creo que esta práctica sea saludable para los animales cuya flora intestinal se verá alterada por la ingesta de esos antibióticos pudiendo provocarles diarreas, carencias vitamínicas y un sistema inmunitario debilitado. Así que la ganancia de esta práctica es más que cuestionable.