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El presidente Bush en unas declaraciones sin precedentes realizadas el pasado lunes afirmo que la enseñanza del creacionismo en las escuelas debe de impartirse al mismo nivel que la teoría de evolución, generando con ello un agrio debate entre científicos y conservadores religiosos.
Según él, ambas posturas creacionismo y teoría de la evolución deben de ser enseñadas en las escuelas («I felt like both sides ought to be properly taught.»).
Al parecer, va a apoyar la iniciativa de ciertos grupos religiosos que abogan por el creacionismo, ahora denominado por éstos “intelligent design”, para que tenga el mismo tratamiento que la teoría científica de la evolución.
Según los creacionistas la vida es tan compleja que sólo una mente superior, un “diseñador inteligente” pudo crearla. Esta iniciativa va ganando terreno entre los distintos distritos escolares de veinte estados, con Kansas a la cabeza.
El asesor científico del presidente John H. Marburger dijo que las palabras del presidente fueron malinterpretadas («over-interpreting»).
Adversarios de esta corriente religiosa claman por la separación entre iglesia y estado, y culpan a los creacionistas de tener un punto de vista sectario. Además, apuntan la falta de equidad que supone que se privilegie en las escuelas una visión religiosa en particular.

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