NeoFronteras

Cultivan cerebros humanos en miniatura

Área: Biología,Medicina — lunes, 2 de septiembre de 2013

Consiguen, a partir de células madre pluripotentes, cultivar en un biorreactor minicerebros que poseen tejidos diferenciados.

Foto
Minicerebro. Fuente: IMBA.

Desde que se investiga con células madre se tiene la esperanza de poder hacer crecer órganos que eviten la necesidad de un donante para los casos de transplante. Así, se podría hacer crecer un corazón o un riñón que luego sería transplantado a aquel que lo necesitara y que tendría una genética similar o igual a la del receptor.
Pero en un principio nadie pensaría en hacer crecer cerebros, entre otras cosas porque un transplante de cerebro borraría completamente la personalidad del receptor, pues esta está en su cerebro. Realizar un transplante de cerebro todavía está muy lejos de poder realizarse, pero no parece tan lejana la posibilidad de hacer crecer un cerebro en el laboratorio si tenemos en cuenta el último resultado que un grupo austriaco publica en Nature y que parece de ciencia ficción.
Estos investigadores han conseguir hacer crecer en un sistema de cultivo tridimensional algo parecido a “minicerebros” a partir de células madre pluripotentes. Además, estos minicerebros consisten en varias regiones diferenciadas. En otros estudios se había logrado cultivar distintos tipos de tejidos cerebrales, pero esta es la primera vez que se crean cerebros completos (en versión miniatura) más o menos funcionales.
Obviamente no se trata de querer transplantar cerebro, sino en saber cómo funciona el sistema de desarrollo que permite hacer crecer este órgano. El conocimiento adquirido, además de nutrir la ciencia básica, podría servir también para ayudar en el cultivo de otros órganos.
Además este resultado podría permitir modelar diversos desórdenes neurológicos que se dan en el cerebro humano y saber qué los provoca y cómo evitarlos.
Los científicos implicados dirigidos por Jürgen Knoblich, que pertenecen al Instituto de Biotecnología Molecular y a la Academia Austriaca de Ciencias, han conseguido este logro gracias a que han podido ajustar con precisión las condiciones de cultivo y guiado a las células madre para que se desarrollen en los distintos tipos de tejidos que forman estos minicerebros.
El desarrollo del cerebro humano no se comprende muy bien. La razón es que el cerebro humano es muy diferente del de los distintos modelos animales, como el de los ratones. Es un misterio de la Biología cómo a partir de un tejido simple se obtiene una de las estructuras conocidas más complejas del Universo. Pero en el desarrollo del cerebro reside la clave de la aparición de algunos desórdenes, como la microcefalia. La conexión entre ambas cosas es muy complicada de averiguar, pero este resultado ha permitido facilitar la tarea. La microcefalia es un trastorno genético consistente en el desarrollo de un cerebro de menor tamaño al normal.
Para la creación de estos minicerebros se parte de células madre pluripotentes inducidas y se usan varias condiciones de cultivo para ayudar a que estas células produzcan los distintos tejidos que componen el cerebro. Además han conseguido evitar el uso de patrones de factores de crecimiento que normalmente se usan para generar células específicas.
De este modo, a partir de un tejido original (neuroectodermo) se generan los distintos tipos de sistemas nerviosos en un andamiaje gelatinoso tridimensional. La moraleja es que si de aportan los nutrientes necesarios de puede obtener un cerebro gracias a la gran capacidad de autoorganización que tienen sus tejidos.
Al cabo de 15-20 días se forma un “proto-cerebro” consistente en un tejido continuo que rodea una cavidad rellena con fluido que recuerda el ventrículo cerebral. Al cabo de 20-30 días los minicerebros en cultivo poseen córtex, meninges, retina y otras estructuras. En 2 meses alcanzan el máximo tamaño, pero pueden sobrevivir indefinidamente en el biorreactor (al menos se han registrado 10 meses). Al final se obtiene un cerebro similar al de un feto en la novena semana con un tamaño máximo de unos pocos milímetros de diámetro. Sin embargo los “órganoides” obtenidos carecen de cerebelo, que es fundamental para diversas funciones.
No se ha alcanzado un desarrollo total hasta obtener un cerebro completo igual a uno natural. Se cree que esto es debido a la falta de circulación en el biorreactor, que provoca un déficit de nutrientes y oxígeno. Tampoco se forman venas y arterias, lo que tampoco ayuda en este sentido. Si solucionan estos problemas puede que consigan cerebros completos de tamaño y estructura normales.
Pese a su pequeño tamaño y carencias, estos minicerebros ya ofrecen un gran potencial a la hora de investigar sobre modelos cerebrales humanos. Gracias a ellos ya se está avanzando en el estudio de la microcefalia y se ha confirmado la teoría dominante. Se espera también estudiar el autismo y la esquizofrenia con este modelo biológico.
Otra posible aplicación de los minicerebros es su uso por parte de la industria farmacéutica, ya que permitirían poner a prueba diversos fármacos sin exponer innecesariamente a humanos reales.
En cuanto a las implicaciones éticas hay que mencionar que los organoides obtenidos no son capaces de desarrollar pensamientos o consciencia. Según Knoblich las complejas actividades que son necesarias para alcanzar esas funciones superiores no pueden ser reproducidas en estos minicerebros.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4178

Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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21 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Dudo que se puedan producir cerebros «completos» más allá de cualquier consideración de cualquier tipo sobre este experimento, porque el crecimiento de los órganos es sinérgico con el del resto del cuerpo, habrá mayores o menores carencias según el órgano y el sistema, pero me parece palmario que en el caso del sistema nervioso es el mayor «afectado», dado que tiene que «controlar» y «percibir» (es decir, físicamente conectarse a ellos) todo el resto de órganos y sistemas para desarrollarse y funcionar tal y como se espera, hecho este que debe ser crítico en muchos procesos que hoy llamamos enfermedades y por no meterme en otro jardín quizá convendría ir revisando la terminología.

    De hecho, sabemos hoy en día que muchas enfermedades se propagan a través del sistema nervioso, en plena conexión con otros sistemas y órganos:
    http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2010/01/20/0003_8238474.htm

  2. tomás:

    Creo haber leído que se consiguió hacer latir un corazón aislado y suspendido en el seno de un medio apropiado al que se aplicaban -supongo que continuamente- ligeras descargas eléctricas que imagino tendrían una intensidad, potencial y frecuencia relacionadas con el potencial de acción, aunque conozco que éste órgano es capaz de producir sus propios potenciales. Pero claro, la función del corazón es la de una bomba, es decir únicamente -o casi- impulsar la sangre.
    Pero el caso del cerebro es infinitamente más complejo. Creo que un cerebro sin una gran parte del resto del cuerpo, no es cerebro. Sin sistema nervioso, sin riego sanguíneo ni sistema endocrino, sin órganos de percepción, totalmente aislado, nunca podrá ejercer su principal función, que es responder a estímulos, almacenar información, elegir, acaso pensar.
    Lo más parecido a lo logrado creo que ha de ser el del comienzo de un ser en el seno del líquido amniótico, porque tengo entendido que entre lo primero que se forma está el sistema nervioso central, si no tenemos en cuenta la piel como órgano y algún inicio más.
    Aún así soy partidario de seguir investigando, eso sí, previendo que sea imposible cualquier atisbo de respuesta propia de un cerebro real.

  3. Miguel Ángel:

    Pues encantado de reanudar nuestras conversaciones, queridos amigos.

    Dr. Thriller, posiblemente estés en lo cierto: si intentamos cultivar un cerebro in vitro y desconectado del resto del organismo, lo lógico es que el cerebro resultante presente claras diferencias con respecto a uno normal.
    Un ejemplo puede servir para entenderlo: como dicho cerebro no está conectado con unos brazos y unas piernas que mover, las motoneuronas de las áreas cerebrales correspondientes aparecerán atrofiadas. Todo esto lo podemos deducir apelando a lo que ocurre en los niños con estrabismo u «ojo vago»: como el cerebro recibe dos imágenes que no puede acoplar, acaba centrándose en la visión de un sólo ojo en detrimento del otro. Si observamos los nervios ópticos podemos comprobar que el del ojo vago se va atrofiando y tiene cada vez menos neuronas (lo que no se usa se atrofia).
    Por otra parte quiero agradecerte el enlace aportado que también ha sido de mi interés.

    Mucho más discutible me parece la afirmación del autor del estudio de que estos minicerebros no tengan consciencia ni pensamientos: habría que matizar (y mucho) dónde ponemos el límite y cómo definimos «consciencia».
    He leído el estudio y dice que estos minicerebros alcanzan un diámetro de unos 4 mm a los dos meses, y las arañas Portia que hemos mencionado en ocasiones anteriores tienen un cerebro mucho más pequeño, no siendo pocos los científicos que admiten que se pueda hablar de consciencia en una araña, algunos como Stuart Hameroff hablan de consciencia en animales más simples como un gusano que puede tener un cerebro con sólo 300 neuronas.
    El hecho de que estas neuronas estésn aisladas del resto del organismo no implica que no se comuniquen entre ellas.

    En definitiva las neuronas hacen lo que saben hacer, por ejmplo pilotar un avión aunque estén aisladas en un placa de Petri: http://www.dailymotion.com/video/ximbp8_neurocultivos-que-pilotan-simuladores-de-avion_school

    Abrazos para todos.

  4. Miguel Ángel:

    Querido amigo tomás:

    Basta con aplicar una descarga eléctrica inicial para que el corazón se ponga en marcha, los marcapasos que posee harán que siga latiendo a partir de ese momento.
    Te puede gustar una anécdota curiosa al respecto que nos contó un profesor sobre uno de los primeros investigadores (no recuerdo si fué el primero de todos) que trataba de hacer latir el corazón de una rana en un medio de cultivo. El director del experimento tenía graves problemas para lograrlo, mientras que su pupilo conseguía con facilidad que el corazón latiese durante mucho tiempo. El motivo era que el director era muy metódico y realizaba el experimento con la máxima pulcritud usando agua destilada, en cambio, el alumno era más chapucero y echaba agua del grifo que tenía lo que el corazón necesitaba para latir correctamente: calcio.

    Abrazos.

  5. Pocosé:

    Entre los minicerebros del post y la sopa de neuronas pilotante que nos trae Miguel Ángel… … …
    «Helaito mequeao»
    El reencuentro: ¡¡Magnífico!!
    ¡Saludos y o abrazos para todos!

  6. petrus:

    En este artículo, como en muchos de este área científica , suele hacerse, como era de esperar, hincapié en las posibles aplicaciones médicas futuras y el desarrollo de los conocimientos científicos que aportarían. No obstante, hemos de recordar que criterios parecidos, las ventajas a obtener y el desarrollo de la ciencia , han alumbrado a veces experimentos monstruosos de los que hoy abomina la humanidad. Por eso me extraña la falta de referencia en el artículo a la vertiente ética que este tipo de experimentos arrastra, y que, como aquí, se liquida con citas como la del último párrafo. No sé si en un futuro más o menos próximo, estas experiencias de creación de minicerebros humanos o cualquier otra análoga , seguirán en la categoría de ciencia o pasarán a considerarse manipulaciones punibles en sujetos humanos. Que todo puede ser…

  7. NeoFronteras:

    Quizás ahora son pequeñitos, pero puede que se consigan de tamaños mayores y que se les administre hormonas y que se les conecte a otros dispositivos que simulen un cuerpo, etc. Las posibilidades son asombrosas e inquietantes. ¿Se podría usar algo así como un computador biológico?
    Pero, pisando más la tierra, lo que nos dice este experimento es algo que hace unos años no se sospechaba. Se creía que para crear órganos hacía falta un desarrollo embrionario completo, pero esto demuestra que no es así. Lo orgánico tiene un gran poder de auto-organización y de un modo sencillo. Es asombroso.
    Otro aspecto de este tipo de resultados es que nos obliga a replantearnos lo que es el ser humano y arrincona la idea de alma. Nos creemos divinos y sólo somos unas chispas circulando por redes de neuronas.

  8. NeoFronteras:

    En cuanto a los chips de neuronas ya se dieron resultados desde hace tiempo:

    http://neofronteras.com/?p=900

    Básicamente una red neuronal funciona aprendiendo del entorno. Se pueden crear programas que simulan redes neuronales que funcionan bien para determinadas tareas como reconocimiento de caracteres, etc. Su implementación biológica no es tan difícil.
    La cuestión es cuando termina el procesamiento o computación y cuándo empieza el pensamiento. ¿Es algo emergente?, ¿Existe un umbral en el número de conexiones a partir del cual se da eso o es algo más cualitativo?

  9. gerardo:

    Tal vez crear cerebros completos no sirvan para transplante, pero seguro hay partes del cerebro que pudieran transplantarse, las cuales no tienen que ver con recuerdos, o donde esos recuerdos ya se hayan perdido por alguna enfermedad

  10. tomás:

    Querido amigo Miguel Ángel:
    Me ha asombrado lo que he visto en el vídeo que has recomendado. ¡Y yo pedía que no hubiese respuestas! Es decir algo así como confinarlo en una cárcel de inacción.
    Está claro lo que dices: si no hay una función la parte cerebral directora se atrofiará, pero claro, pueden asignársele funciones novedosas que poco tengan que ver con las actividades esenciales humanas como andar, ver, etc.; pero esa sopa de neuronas manejando un avión… Bueno, ya sé que habrá un programa informático y que en realidad, imagino que lo que aprenden a manejar es el programa.
    Pero, podremos crear un programa para amar, desear, sufrir o gozar, divertise y odiar, todas ellas estados de ánimo que me parece tienen su mayor asiento en el sistema límbico. Entonces quizá esa sopa de neuronas más el programa informático sea lo más parecido a un nuevo Fankenstein -me sumo así a la mayoría que llama a esa creación con el mismo nombre que a su autor-.
    Nada puede ser más asombroso que esa capacidad de autoorganización. ¿Qué proteínas serán las responsables? Han de tener alguna cualidad que las lleve a conectarse. Ya ves que estoy lleno de preguntas de difíciles respuestas, tanto científicas como éticas.
    También nuestro mentor Neo nos recuerda un premonitorio artículo y se pregunta si se podría usar algo así como un computador biológico. Creo que se queda corto a no ser que lo piense como recordando a Hal, la de «2001, una odisea en el espacio».
    Por otra parte todo esto me hace respetar y querer aún más a mi pequeño y muy viejecito Space, un Yorkshire, porque sé que su parte límbica está llena de amor hacia mí.
    Un fuerte abrazo, mi querido amigo que hago extensivo a todos en esta especie de «comienzo de curso»

  11. Dr. Thriller:

    No creo que el pensamiento o la auto-conciencia se puedan replicar en sistemas que, en el fondo, son algorítmicos (por muy heurísticos que se diseñen). Debe existir algo que se nos escapa, igual que se les escapaba la termodinámica a los primeros químicos (para ellos era un misterio de dónde salía el calor, dado que, precisamente, la masa se conservaba), y no es sólo cuestión de información. La idea de Penrose de que existen efectos cuánticos detrás de la auto-conciencia cada día parece menos descabellada, visto que éstos (los efectos cuánticos) se ve que son críticos en el funcionamiento de la biología molecular a un nivel que ni se sospechaba no hace tantos años. Quién sabe, ¡a lo mejor somos el mecanismo por el cual los efectos cuánticos se expresan a nivel macroscópico!

    En cuanto a las precauciones necesarias en este tipo de experimentos, las comparto (y las temo plenamente). Lo que Mary Shelley vio con asombrosa nitidez y un adelanto increíble a su tiempo, aún no está plenamente asimilado. La ciencia es una herramienta, y no entiende de las pasiones humanas, como no entiende un hacha de sílex o un equipo de ECG.

    Tampoco me fío de que se desarrollen órganos, así sin más, hubo, y sigue habiendo mucho fraude. Un sistema neuronal no es un hígado, ni un pedazo de piel es un páncreas. Además, tiene una importancia brutal poder generar una réplica de un órgano: lo que hicieron los chinos el otro día con los dientes («fabricarlos», igual que este minicerebro) va a suponer -pongámonos obscenos-, mucha, mucha pasta. Sin embargo, es difícil (por no decir imposible) que se pueda sustituir ningún componente neuronal de ningún cuerpo. No siendo los ojos o las células sensorreceptoras terminales, claro.

  12. Miguel Ángel:

    Queridos todos:

    Dos palabras cuando hablamos del cerebro: asombro y misterio. Dos palabras que destellan en vuestros comentarios y que me llevan a felicitaros no ya a título personal, sino en el nombre de Einstein.

    «El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos»
    «El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados»
    (Ambas de Albert Einstein)

    Sobre la «mente cuántica», desde que se publicó el modelo ORCH de Penrose y Hameroff han ido apareciendo diversos estudios, y algunos parecen apoyar la hipótesis de Penrose, mientras que otros parecen refutarla. Entre estos últimos hay un estudio que señala que los 40 Hz de frecuencia que presenta el electroencefalograma basal de un cerebro no podrían ser explicados apelando sólo a fenómenos cuánticos, ya que en el mejor de los casos darían lugar a una frecuencia bastante menor (no recuerdo la cifra). Sin embargo, Hameroff ha respondido que una frecuencia inferior a 40 «podría» ser suficiente para generar consciencia en el cerebro, y los hertzios restantes podrían explicarse del modo clásico.
    Circula por Internet una revisión bastante completa de este tema, haciendo mención a los «pros» y «contras» del modelo de Penrose. Está en formato PDF y es muy complicado copiar la dirección, para encontrarla poned en el buscador:
    «Mente cuántica y cerebro: una revisión crítica»

    Bonitas también las preguntas que plantean Neo y «tomás»: aún no tenemos respuesta para las que plantea Neo al final de su 8; en cuanto a las proteínas implicadas que menciona «tomás», es algo también por resolver. Hameroff también se pregunta lo mismo, y hace referencia al caso de unicelulares como los paramecios en los que no podemos hablar de pensamientos porque son células aisladas, pero sólo hay que verlos nadar o alimentarse para darnos cuenta de que algún tipo de cognición sí que tienen. También tiene capacidad de aprendizaje, algo ya demostrado experimentalmente sometiéndolos a estímulos de caracter agresor de modo repetido (huyen cada vez más rápido).

  13. Miguel Ángel:

    Y, aunque sea hablar por hablar, no me resisto a comentar algo sobre ese concepto arrinconado del alma que menciona Neo: no nos engañemos, la Ciencia puede decir «aquí no la hemos encontrado» pero, por más arrinconada que esté, el alma hace uso de sus propiedades mágicas y tiene la habilidad de escaparse a otro sitio donde esconderse.
    El propio Hameroff, que es budista, también se aventura a hablar de su propio concepto de alma, que me resulta muy parecido al de «energía inteligente universal» y similares. Ya sabéis que en el budismo Dios y Universo son una misma cosa, y a Hameroff le gusta mucho hablar del «Ente protoconsciente», pero desconozco si piensa que dicha alma sea trascendente o no.

    http://www.portalcienciayficcion.com/component/content/article/99-postulados/975-stuart-hameroff-la-conciencia-proviene-del-alma.html

    No creo que tardemos mucho en oir que el alma no es detectable porque está hecha de partículas de materia oscura…o que habita en un mundo paralelo, de esos en los que pueden aparecer espontáneamente cerebros o copias de la Mona Lisa.

  14. tomás:

    Gracias, Miguel Ángel por tus envíos. El primero, por su complejo contenido lo he leído a saltos aunque como me parece muy interesante, lo anoto para releerlo con más detenimiento. Pero sí me ha parecido muy acertado su resumen final que no dudo en aplicarlo a Hameroff: «a menudo se tiene la impresión de que se quiere esconder, en un lenguaje aparentemente científico y riguroso, algunas cosas que (…) no pasan de ser meras especulaciones». Incluso no sería tan benévolo y lo acercaría a los razonamientos creacionistas.
    Tu último párrafo me parece que ya está siendo explotado.
    Un abrazo.

  15. tomás:

    Me olvidaba de tu 7, Miguel Ángel. También podría influir el que el agua destilada, es decir sin sales disueltas, no conduce la electricidad, aunque al poco de sumergir el corazón en ella, ya se habría apropiado de algunos iones y quizá fuese conductora.
    Un fuerte abrazo.

  16. Miguel Ángel:

    Pues os pido disculpas, amigos, pero he cometido un doble error: la dirección que quería compartir en mi 12 es «Mecánica cuántica y cerebro: una revisión crítica pdf» y hace referencia a otras dos toerías de la mente: la de Eccles y la de Zohar, una física que sostiene que la consciencia podría provenir de una condensación de Bose-Einstein . Es un buen artículo, pero resulta que no estaba pensando en esa revisión sino en esta otra, en inglés, que encima es un tochazo (disculpas de nuevo):

    http://philsci-archive.pitt.edu/3049/1/OOR.pdf

    Y por tercera vez disculpas, esta vez a mi amigo «tomás» porque a pesar de mis malas indicaciones debes haber encontrado una tercera página que habla del asunto y cuya dirección no dudes que estoy deseando conocer, por favor. Tu 14 ha provocado mi sonrisa, cosa que es muy de agradecer y tanto me ha gustado que lo he releído varias veces. También me hubiera gustado alguna valoración por tu parte acerca de ese alma que propone Hameroff. Espero no causar sorpresa si te digo que yo no me molestaría mucho en oponerme a ese concepto de alma que describe Hameroff, más tarde diré el motivo.
    Y digo «más tarde» porque todavía albergo la esperanza de que algún otro amigo se anime a opinar algo.

    Abrazos.

  17. tomás:

    Querido amigo Miguel Ángel:
    Pues me he guiado por tus señales: el título y que la dirección era para equivocarse seguro. Si buscas en «Mecánica cuántica y cerebro: una revisión crítica» está la primera y por más señas se debe a «www,neurorgs.com – Unidad de Neurocirugía RGS». Por lo que leí, es interesantísimo.

    En cuanto a lo que me pides sobre el «alma Hameroff», me remito al párrafo 12 del artículo al que envías. No tiene desperdicio. Especialmente la afirmación: «Digamos que el corazón de detiene, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información cuántica que existe en los microtúbulos no es destruida, no puede ser destruida -insiste y recalca- sólo se distribuye en el universo entero, si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede regresar a los microtúbulos y el paciente puede creer que vio una luz blanca, un túnel, o flotó fuera de su cuerpo. Ahora, si no son revividos y el paciente muere, tal vez esta información cuántica pueda existir fuera del cuerpo, como su alma (…)es concebible que la información cuántica pueda permanecer entrelazada en una suerte de estado después de la vida, y tal vez la información pueda regresarse a una nueva criatura, un cigoto o un embrión, en cuyo caso tendríamos algo así como la reencarnación».

    Afirmaciones gratuitas: «…la información cuántica… se distribuye por el universo entero», o …»… regresarse a una nueva criatura, un cigoto o un embrión, en cuyo caso tendríamos algo así como la reencarnación».
    Tantos «podía, podría, había la posibilidad, puede, tal vez…» que me recuerdan a los alimentos que «pueden ayudar a rebajar el colesterol o a crecer el pelo», solo que elevado a la quinta potencia.
    En esa línea estaría el pastafarismo: si digo paralelamente a Hameroff: La primera es la interconexión entre el espagueti volador y el universo como un todo, y dije que esto podía ser posible debido al fenómeno del entrelazamiento cuántico -todos sabemos cómo se entrelazan los espaguetis- que se refiere a la habilidad de dos espaguetis para estar íntimamente conectados, más allá de sus limitaciones normales de espacio, tiempo y mal cocimiento. La segunda fue un cierto tipo de guía pastáfara o sabiduría cósmica que influye en nuestras erecciones, lo cual podría deberse a los valores platónicos -lo pongo con minúscula porque me refiero al plato donde puede servirse una porción con entrelazamiento cuántico de espagueti- incorporados en la geometría espacio tiempo fundamental. Y finalmente dije que había la posibilidad de que la conciencia permaneciera fuera del cuerpo después de la muerte. Digamos que el corazón se detiene, la sangre deja de fluir, los espaguetis pierden su estado cuántico, pero la información cuántica que existe en los espaguetis o puede ser destruida, sólo se distribuye en el universo entero, si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede regresar al plato de espaguetis y el paciente puede creer que vio una pizza, un entrecot, o que estuvo dentro de un bocata como si fuese una hamburguesa -pero viéndolo desde fuera, que es lo milagroso y cuántico-. Ahora, si no son revividos y el paciente muere, tal vez esta información cuántica se la haya comido el cocinero o los cirujanos que ya iban preparados con sus latas de cerveza, así que la información, como su alma, -no se sabe si identifica o no alma con información, vamos que se hace un espagueti con la picha-(…) es concebible que la información espaguética pueda permanecer entrelazada en los estómagos de los comensales después incluso de la digestión, seguir en la deposición y, aguas negras abajo, llegar al mar para ser recogida por un boquerón o un atún, en cuyo caso tenemos la reencarnación.

    Ya ves, querido amigo, lo sencillo que es el entrelanzamiento espaguético.

    Muchos abrazos.

  18. tomás:

    Me extraña que no haya aparecido mi último comentario en el que respondía a mi querido amigo Miguel Ángel. Era largo y trabajoso. A ver si pudiera recuperarse aunque se tache la única palabreja que se sale de mi estilo.
    Gracias ancicipadas.

  19. NeoFronteras:

    Por alguna misteriosa razón fue a parar al spam. Ya está recuperado.

  20. josc:

    Mientras permanezca como un sistema cerrado lo que contiene cada cerebro es completamente incidental e irreductible, por eso quizás tener un alma siga siendo una explicación coherente y ni tan misteriosa, pues al no poder definir ese sustrato consciente simplemente se le está otorgando otra categoría. También da pistas sobre cómo resolver problemas complejos, algo parecido al método holístico, que aún necesita desarrollo metodológico.

  21. Miguel Ángel:

    Querido amigo tomás:

    Por motivos de viaje no he podido responder hasta hoy. En primer lugar, gracias por la dirección que te pedí.
    También aprovecho para contestar a tu 15: como han pasado ya muchos años no recuerdo todos los detalles de la anécdota, pero es posible que estés en lo cierto y que al diluirse algo de calcio en el agua destilada el corazón pudiese contraerse durante algún tiempo o hacerlo muy débilmente, pero sólo recuerdo que el investigador tenía problemas, no se si ni siquiera llegó a conseguir que latiese.

    Además de ingenio y humor, el entrelazamiento de los espaguetis que señalas tiene mucho fundamento (como diría Arguiñano), ya que si aceptamos que la información no se pierde a nivel cuántico, hemos de suponer que la de los espaguetis tampoco.

    El caso es que Hameroff levanta todo un castillo en el aire que no está sustentado porque:
    Primero: aún no sabemos qué papel (si es que tienen alguno) desempeñan los fenómenos cuánticos en el cerebro.
    Segundo: aceptando que tuviesen algún papel, falta alguna hipótesis que intente explicar cómo llegaría esa información hasta otro ser vivo y no a otro lugar.
    Tercero: aunque se verificasen los dos puntos anteriores, en principio estaríamos hablando de simple información cuántica que se transfiere, muy diferente al concepto de alma que muchos tienen. También puede ser que sea más fácilmente asimilable bajo la perpectiva del budismo donde no hay dualismo ni Creador, con lo que este alma tampoco sería creada sino existente. Diría que guarda una gran analogía con la visión del Universo que tienen los budistas y que hace hincapié en que todo lo que existe está ligado y depende de todo lo demás.

    El cerebro sigue siendo un gran desconocido, pero la mayoría de expertos consideran que nuestros recuerdos y vivencias asientan en la estructura física de las neuronas y sus sinapsis, y es una información que no podemos transferir a otro ser vivo. Pensar que dichos recuerdos puedan transferirse en forma de información cuántica a otro ser vivo pertenece al terreno de la metafísica.
    En resumen: tendríamos una información cuántica que no se pierde y a la que Hameroff llama «alma» e incluso apunta que podría transmigrar, pero ¿esa reencarnación desprovista de recuerdos es equiparable a la continuación de la vida presente?…
    Dice Hameroff que ese alma puede aportar esperanza a mucha gente y socavar a los materialistas y eso si que es un alarde de optimismo: yo diría que no aporta más esperanza que la transmigración de la materia (partículas que ahora constituyen mi cuerpo, pero que antes han pertenecido a un dinosaurio, a una bacteria o a los espaguetis que me comí anoche). También concuerdo contigo en que si tuviese que buscar la información de los espaguetis entrelazados empezaría por el estómago del comensal y no me iría tan lejos como Hameroff quien, después de mencionar la escala de Planck y el entrelazamiento cuántico, hace una alusión a la acción a distancia (aunque no la mencione directamente)…sólo le ha faltado esgrimir la aún no demostrada supersimetría para completar su cuadratura del círculo.
    Y de este modo, este plato de espaguetis nos lo hemos guisado y nos lo hemos comido casi solitos (con la breve incursión de «josc») entre tú y yo, amigo «tomás».

    ¡Buen provecho!

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