Nuevo modelo político-social
Un modelo matemático basado en los sistemas complejos describe la situación político-social pasada y actual de los EEEUU.
Si alguno quiere dotar de cierto aura de verosimilitud a algunas disciplinas entonces las llama ciencias, aunque no lo sean. Así por ejemplo, se roza el ridículo cuando se designa “Ciencias del Derecho” al estudio de las leyes o “Ciencias del Trabajo” al estudio de la reglamentación sobre contratación laboral. El llamar “ciencia” a esas disciplinas no les hace mejores, ni más exactas, ni más honorables.
Alguno incluso cree que la Historia es una ciencia, pero no lo es, ni falta que le hace. El estudio de las relaciones humanas, sociales y políticas a lo largo del tiempo nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y a comprender mejor el presente. La Historia no necesita llamarse “ciencia” para ser “útil” intelectualmente.
Ni siquiera se necesita que una disciplina sea útil para ser imprescindible, pues sin arte, literatura o cinematografía el mundo sería mucho menos interesante y encima nos comprenderíamos peor.
Podemos asumir que “ciencia” es sinónimo de “saber”, pero la realidad es que ciencia es sólo aquello que usa el método científico, nada más y nada menos.
El problema es que no siempre se puede aplicar el método científico a toda cosa que se nos atojen, porque hay sistemas que son increíblemente complejos y encima algunas predicciones modifican la realidad que pretenden describir. Si uno desarrolla un modelo sobre la cotización del oro y lo publica entonces no funcionará porque los compradores y vendedores de oro podrán usarlo en su beneficio y dejará de funcionar. Aunque hay alguno que ha conseguido algún éxito a este respecto imponiendo un embargo en el repositorio ArXiv a su predicción. En definitiva, hacer ciencia predictiva en economía o sobre la sociedad es sumamente difícil.
Asimov imaginó en su trilogía “Fundación” de novelas de ciencia ficción una ciencia denominada Psicohistoria que trataba de predecir la Historia a grandes rasgos. Con ella se calcularía el comportamiento estadístico de poblaciones extremadamente grandes de personas. Según él la sociedad sería como un gas (comunidad humana) hecho de una infinidad de moléculas (individuos). No se puede predecir el comportamiento de cada partícula (persona), pero, según la Psicohistoria si se podría predecir el comportamiento colectivo.
Según él el tamaño de dicha población debía de ser muy grande y el imperio galáctico humano (única raza inteligente en la Vía Láctea) del futuro, formado por incluso billones de personas, se podría ajustar a esto. Además, la población debía permanecer ignorante respecto a las predicciones de la Psicohistoria para que esta funcionase.
Obviamente se trata sólo de novelas de ciencia ficción, pero quizás no debamos rechazar la idea a priori. Quizás los individuos son menos importantes de lo que creemos y si se hubiera matado a Hitler antes de que este alcanzar el poder otro individuo o individuos similares hubieran creado el mismo lío. El problema es que no podemos realizar tal experimento.
Pese a todo hay estudiosos que crean modelos matemáticos que tratan de explicar los avatares históricos.
Peter Turchin, un ecólogo matemático de University of Connecticut, dice que, por ejemplo, el actual bloqueo del presupuesto de EEUU era predecible. Como sabemos, una proporción de los representantes en el congreso norteamericano ha bloqueado los presupuestos y esto amenaza con una debacle económica a nivel mundial. Es grupo de congresistas pide que se suspenda la ley aprobada en su día que crea el germen de una seguridad social en ese país y que es conocida popularmente como Obamacare.
Turchin es uno de un pequeño grupo de especialistas que han aplicado la matemática de sistemas complejos a la inestabilidad política. Han anticipado eventos como el actual bloqueo del presupuesto norteamericano y además sugieren que si no se buscan respuestas a las señales de alarma la situación empeorará.
Turchin dice haber encontrado ciclos históricos de 300 años en los que aparece la inestabilidad política y que esto ha afectado a estados e imperios desde la antigua Roma a Rusia. Según él los EEUU han experimentado este mismo ciclo. Admite, sin embargo, que su modelo necesita mayor contraste experimental.
Los trabajadores forman la mayor parte de la sociedad, con una minoría que ellos que constituyen los pocos de la cima que cobran un salario mayor. El modelo de Turchin predice que, según aumenta la población, el número de trabajadores supera el número de empleos disponibles, haciendo que los salarios bajen. La clase rica termina con ganancias aún mayores y acaparando un mayor porcentaje de la riqueza total. Como consecuencia la desigualdad aumenta aún más.
Esto es precisamente lo que está pasando, por ejemplo, en los EEUU. En ese país el sueldo promedio no ha subido desde la década de los setenta, pese a que el producto interior bruto sí lo ha hecho de manera continua desde entonces.
Este proceso crea además nuevos comportamientos, como un aumento en el acceso a la educación universitaria que permita a unos pocos trabajadores acceder a la élite. Finalmente esto resulta en lo que Turchin llama “sobreproducción de élite”, una situación en la que empieza a haber más gente en la élite que trabajos disponibles hay en ella. Entonces la competitividad aumenta y se hace más amarga.
Los ricos continúan haciéndose más ricos y, como en los sistemas complejos, se entra en un ciclo de retroalimentación que aumenta la riqueza de esos mismos ricos. El resto pelea por sobrevivir cada vez más fieramente.
“Siempre hay diferencias ideológicas, pero la sobreproducción de élite explica por qué la competencia se hace tan amarga sin que nadie se comprometa”, dice Turchin. Según este investigador el actual estado de la política norteamericana no es más que un síntoma de las fuerzas sociales que están operando, en lugar de ser un problema primario.
En la teoría de Turchin esta acritud política no es más que el reflejo del aumento del descontento entre los trabajadores, a los que se les deja cada vez menos, mientras aumenta la bancarrota del estado según la élite, que es quien controla el gobierno, gasta el presupuesto público. Al final la situación se hace tan mala que el orden no se puede mantener, el estado colapsa y entonces empieza un nuevo ciclo.
En el último siglo estas variables, como la desigualdad, han subido y bajado de acuerdo a las predicciones de la teoría de este investigador. Pero según la desigualdad alcanza a más trabajadores entonces surge la violencia política.
En el modelo una combinación de parámetros económicos genera una curva que encaja perfectamente con los salarios desde 1930, incluyendo las complejas subidas y bajadas de los ochenta. Según Turchin semejante acuerdo es excepcional en ciencias sociales.
La violencia política de 1590, o los periodos de calma de 1820 y 1950, con el aumento de la inestabilidad entre medias, pueden explicarse con este modelo. Los datos sociales reflejan que la oferta de mano de obra, la desigualdad y la sobreproducción de élite encajan con las fluctuaciones predichas. Según este investigador incluso la guerra civil norteamericana puede explicarse gracias a su modelo.
Según dice ahora nos encontramos en otra fase de inestabilidad que empezó en los años setenta, que es cuando la oferta laboral sobrepasó la demanda.
Este tipo de inestabilidad puede ser reconocida por un aumento de la polarización política y un aumento de la deuda pública, cosas que se dan ahora en Washington.
Salarios reales, salarios mínimos, supresión sindical, aumento de la riqueza del 1% más rico de la población y la obstrucción política y judicial han cambiado al mismo tiempo, lo que refleja una reducción del consenso social.
Mientras tanto la élite social se ha incrementado. Entre la década de los setenta y 2010 las tasas universitarias han aumentado sin parar y, sin embargo, el número de doctores y abogados cualificados se ha triplicado. Pero los trabajadores han perdido desde que en 1975 sus salarios alcanzaran el pico máximo. Las mayores perdedoras han sido las mujeres negras. Incluso ya hay problemas de malnutrición entre los trabajadores de salarios más bajos. Ninguna de estas tendencias presenta signos de mejora.
Yaneer Bar-Yam, de New England Complex Systems Institute (Cambridge, Massachusetts) está de acuerdo con los hallazgos de Turchin. Añade que la caída de la Unión Soviética no fue el fin de la Historia y que el gobierno de los EEUU también puede caer a no ser que los ciudadanos elijan adaptarse a una red de instituciones descentralizadas en evolución, sistemas que son mejores a la hora de manejar la complejidad.
Dirk Helbing del Instituto Federal Suizo de Tecnología también está de acuerdo y dice que se necesitan instituciones que permitan a los ciudadanos colaborar directamente y democráticamente para así resolver problemas a través de una nueva generación de medios sociales. Según él ya funciona en países pequeños como Suiza y puede ser exportado a países mayores.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4232
Fuentes y referencias:
Nota en New Scientist.
Web del investigador sobre el asunto.
Foto: www.hangthebankers.com
15 Comentarios
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lunes 14 octubre, 2013 @ 2:18 am
Desde que empece la universidad no veia un trabajo que aplicara tan bien la ciencia a las ciencias «sociales», un campo que suele estar precedido por el discurso antes que por los hechos.
lunes 14 octubre, 2013 @ 12:21 pm
Post interesantísimo donde los haya xD.
Realmente, yo creo que a muchos, tal vez la mayoría, o a saber si todos, hay un aspecto de la ciencia que nos cautiva, y es su solidez a la hora de mostrar conocimiento. Eso es porque nuestros lenguages naturales -los que hablamos, y utilizamos para pensar, excepto los sordos de nacimiento- son deliberadamente ambiguos -tienen que serlo-, y a pesar de que hemos creado la mitología (pura y dura) de que son herramientas de comunicación, yo cada día estoy más convencido (con indicios científicos) de que NO lo son, la comunicación es sólo una función residual en ellos, y tienen otras funcionalidades, entre ellas la de dotarnos de una cosmovisión, una cultura, y me temo que una identidad (éste es un problema que debe ser crucial en todo ser autocognoscitivo). De hecho, los animales se comunican perfectamente, yo diría que *mejor* que nosotros entre ellos, sin ningún lenguaje como el nuestro, y de hecho, y esto lo saben bien quienes tratan con ellos, nos perciben y nos comprenden igualmente *mejor* que nuestros congéneres.
Toda esta verborrea viene a cuento de que perdernos con las palabras desde luego es un problema. «Scientia» en latín significa conocimiento, el verbo scio significa «poder, *entender*, *conocer*, *saber*», incluso «conocer carnalmente». Es muy directo en su significado. No ha pasado a las lenguas romances, lo cual es significativo (no existe el verbo castellano escer, yo eszo, tú esces, él esce, nosotros escemos, vosotros escíes, ellos escen), y «ciencia» es un cultismo fabricado en un momento.
Pero está claro que «ciencia» ya está vinculado con el método científico, es decir, ya no se limita a un conocimiento exhaustivo o una comprensión definitiva, sino que debe venir avalado por el método así llamado científico (lo que redunda). Me temo que esto es así, igual que un matrimonio ya es lo que es, o un hermano (de «germen» > germanus, irmão, germà, hermano auténtico, del mismo padre y la misma madre, no un frater que sólo tenía que compartir uno de los progenitores) ya no tiene que serlo de los dos padres, aunque exista el término medio hermano (que tiene su matiz peyorativo y se evita su uso).
Sin embargo, la verdad es que «ciencia del derecho» se usa desde antiguo, así que se les puede perdonar el arcaísmo, porque ciertamente, aunque en jurisprudencia se razona y se usa la lógica, me temo que no, de momento no se usa el método. Tamién un arcaísmo muy bonito que se ha perdido es el de «Historia Natural» para las Ciencias Naturales (es que coño todas las ciencias lo son por definición xD), lo cual orienta sobre la etimología de «historia» (pues, del griego ἱστορία, «aprender a través de la búsqueda»).
También no obstante, el método es tan potente que se va abriendo camino. Incluso en arte xD, porque en historia sí que funciona. No de forma estructural, digamos, pero cuando se puede echar mano de él, vaya que sí que se echa.
Dicho todo lo cual, Marx en su plano económico (o social, que es lo mismo) es lo más parecido a un científico, si es que no lo era -cierto que no aplico el método correctamente, pero lo roza siempre y si no lo aplica es porque era imposible-, de hecho la muestra más contundente del impacto que supuso este señor es que automáticamente fue canonizado y elevado a los altares del inmovilismo del dogma por toda una serie de gente de aquí y de allá (también Darwin fue utilizado para muchos interees espúreos, por ejemplo intentar homologar el colonialismo y el racismo, aunque ciertamente no con su aquiescencia). En realidad, el mayor defecto de Marx, como «psicohistoriador» no es la obvia incompletitud de muchos de sus postulados (básicamente correctos), sino que era lamentablemente hijo de su época, y era un determinista como la copa de un pino, algo que salpicó todos sus modelos económicos. Hoy en día existen numerosos modelos mejorados a nivel socio-económico de sus modelos (yo recomiendo particularmente el del sistema-mundo de Wallerstein, porque su capacidad de predicción es notablemente superior a todo lo visto hasta el momento), ninguno de ellos obviamente determinista, sino contingentes, como corresponde a la complejidad de un sistema como la sociedad humana.
Y es que el problema es que la sociedad humana depende de numerosos fenómenos que prácticamente se reparten por todas las disciplinas (o sea, el Panteón de Dioses) en que hemos troceado esa Historia Natural: depende de la cultura y la forma de ver el mundo, es decir, semiología, psicología, antropología, etiología, economía, depende de la biología en el aspecto más profundo y zafio (sí, sí, microbiología, bioquímica, qué comemos, nuestra dieta, el clima, cómo afectamos a los ecosistemas donde vivimos), depende naturalmente de la química y de la física, sobre todo de esta última (toda nuestra economía, sea como sea y se organice como se organice, y sea quien fuese que posea y controle los medios de producción)… en fin, que es más fácil comprender, tener incluso «conocimiento carnal» de la Luna que de nosotros mismos.
Y no va a venir ninguna teoría mágica a resolver todo ¡chas!. Ni creo que tampoco un megacomputador asimoviano cuasidios pueda calcular lo que nos conviene. Ahora, creo que sí es posible que los seres humanos nos organicemos mejor y más democráticamente para aprovechar nuestras inmensas potencialidades (porque somos una eterna promesa, francamente xD, prometemos mucho y damos así golpes de efecto pero poco más).
P.S. El modelo del sistema-mundo de Wallerstein supone al marxismo clásico lo que la MC para la física clásica. En el modelo wallersteniano no considera que la actual crisis sea otra «onda de Kondratiev», sino que literalmente el sistema de acumulación de capital ha tocado sus límites físicos (recalco lo de *físicos*) y en un plazo imposible de precisar de entre 2 ó 3 generaciones humanas desaparecerá completamente para, como siempre ha sucedido, ser sustituido por otra cosa. Es decir, el sistema que era enormemente estable (y eso expresado físicamente quiere decir que suele dar outputs muy previsibles ante inputs de cualquier tipo) se vuelve simplemente caótico, y ante su colapso se bifurca. El Wallerstein este es un tipo de lo más recomendable, hace poco publicó en uno de sus comentarios quincenales sus análisis respecto al cambio climático, de una forma muy elegante venía a decir que sólo desde la ideología más rancia y fanática se podía negar, que va a traer consecuencias naturalmente imprevisibles y desde luego nada buenas para gestionar ordenadamente el futuro, y embebía todo esto en la percepción social de la ciencia, que no sólo es importante al nivel «psicohistórico», como diría Asimov, sino que incluso las elites pueden perfectamente ejercer la política del avestruz aunque tengan una formación técnica perfectamente sólida y cualificada.
Debe ser por eso que la psicohistoria no funcionaba si la gente estaba informada de antemano xDDD.
lunes 14 octubre, 2013 @ 1:04 pm
Siempre se ha dicho que cuando los EE.UU. se constipan, el resto de Occidente coge una pneumonía. Y lo cierto es que los organísmos internacionales empiezan a dar la voz de alarma sobre lo que está ocurriendo en América,dado que piensan que todo eso puede acarrear una grave crisis mundial.Incluso los chinos y los japoneses parecen bastante preocupados.
-En cuanto a esas instituciones que permitan a los ciudadanos colaborar directa y democraticamente, generando nuevos medios sociales, que funcionen en Suiza no es demasiado extraño o en otros pequeños paises en los que existe un verdadero sentido de colaboración y responsabilidad ciudadana, pero en otros digamos,más anárquicos, pues no sé yo hasta que punto podrían funcionar. Como sea, las cosas pintan más que negras, la riqueza la acaparan cada vez más sectores minúsculos de la población mundial,minúsculos pero con todo el poder,practicamente,y en consecuencia la pobreza sigue en aumento.
-En cuanto a este estudio resulta convincente, convincente y dramático.
lunes 14 octubre, 2013 @ 6:19 pm
Bueno Neo, sigues contracorriente,
Creo que hace decadas que ya me salia urticaria cuando escuchaba a los politicos (Y a otros tambien), lo de:
‘Ciencas juridicas’, ‘Ciencias politicas’, etc.
Y si, ‘ciencia historica’.
Esto no ocurria en mi niñez (Allá por 1960), a la historia se la llamaba historia, y punto, y al derecho derecho, y punto, y a las ciencias, ‘leyes naturales’.
Pero parece que ‘da mas presigio’ llamar a un centro donde enseñan el derecho (Romano, anglosajon, u otros), ‘ciencias del derecho’.
O a la historia de los sistemas politicos, ‘Ciencias politicas’.
La palabra ‘cultura’ tambien ha sido otra gran arrastrada por lugares en los que nada tiene.
‘La cultura empresarial’, ‘la nueva cultura social’, etc. etc.
Hay algo que me fascino hace muchos años.
Una frase, creo, de George Orwell.
«Aquellos que controlan el Lenguaje, Controlan la Realidad»
Pues los ‘seres humanos’, son simples seres que funcionan en base a redes conceptuales (por eso me parece tan acertado el nombre del programa de punset).
Quien puede controlar la significacion, la creacion o eliminacion de los nodos de esas redes conceptuales, domina a la raza humana.
Un ser humano no es nada sin lenguaje, y el lenguaje no es nada sin la red de conceptos entre los que cada ser humano salta y une, con eso que llama pensamiento libre.
De la economia, bueno, es otro cantar.
En el fondo, la codicia no tiene limites, sea pecado, o simple meme:
http://economia.elpais.com/economia/2013/10/11/actualidad/1381481419_467666.html
“No pedimos subsidios, pedimos incluso detener o reducir dramáticamente los subsidios a las renovables con tecnologías maduras y concentrar los subsidios en I+D para las tecnologías de mañana”.
Un 18% de rendimiento en paneles de silicio, a 0.9 euros/watio, con 30 años de vida media, ‘es inmaduro’.
Claro, cuando en España habia 1000 Watios instalados (19609, era ‘prometedor’.
Ahora, que hay 30.000 megawatios, ‘es inmaduro’, y ‘hay que reducirlas drasticamente’.
Eso en mi pueblo tiene un nombre, pero por educacion no lo digo, por respeto a este blog.
Esa es la ‘ciencia economica’.
Poder.
Y nosotros aqui con celulas de 40% de rendimiento.
Estan en panico en los consejos de administracion.
Se les va el poder.
‘El mal conoce la forma de ser del bien, pero el bien no conoce los caminos del mal’, decia (creo) mi admirado Frank Zappa.
Buen dia a todos.
lunes 14 octubre, 2013 @ 6:45 pm
Un modelo interesante, pero las conclusiones de los expertos que aparecen al final son patéticas: todo intento de solución pasa por detener la superpoblación, no basta con descentralizar o dar más participación a la gente.
La crisis de España también ha desembocado en que los pobres son más pobres y ha aumentado su número… y ,paralelamente, en lo dos últimos años casi se ha duplicado el número de personas con rentas superiores a un millón de euros anuales.
lunes 14 octubre, 2013 @ 9:06 pm
Independientemente de que el modelo sea malo o bueno, la situación descrita no sólo se puede aplicar a los EEUU, sino que se puede ver en otros países como España. Los trabajadores peor cualificados no encuentran trabajo o su trabajo está muy mal pagado. Algunos de las clases bajas acceden a estudiosa superiores, pero al final tampoco encuentran trabajo en la «élite». Si lo encuentran tienen que competir contra los demás de esa élite a base de jornadas interminables de trabajo y cobrando cada vez menos en le mejor de los casos. En peor simplemente se corrompen.
Mientras tanto las tasas universitarias se encarecen o cada vez es más complicado montar una empresa o hacerse autónomo.
La gente formada que no entra en el sistema simplemente trata de emigrar a otro país.
La élite política se deja corromper por los más ricos porque sabe que si se va de la política no tendrá nada que hacer y su poder adquisitivo se hundirá. Así que o bien hacen lo que sea por mantenerse ahí o se buscan un refugio en una compañía eléctrica. No les importa la gente a la que supuestamente sirven.
La élite político-social-intelectual se cree especial y mejor que el resto, así que tampoco luchan por los derechos perdidos y simplemente gritan eso de «sálvese quien pueda». Además creen que tendrían que perder en caso de que las cosas cambiaran.
Mientras tanto el descontento crece en las clases bajas que ven como sus derechos desaparecen a la vez que sus empleos.
El panorama es gente que nunca llegará a trabajar, gente que trabajará pero con un salario de miseria y trabajadores de «élite» que cobrarán un sueldo digno a base de trabajar muchas horas. Es patético ver cómo algún informático se cree algo porque la empresa le hace llevar traje y corbata, cuando es sólo un trabajador.
Mientras tanto la verdadera élite económica acumula cada vez más riqueza, no paga impuestos por ella y encima la evade fuera del país.
Es un caldo de cultivo ideal para procesos revolucionarios, secesionistas o de colapso violento. Incluso es posible que la gente apoye ideas totalitarias.
Las soluciones que proponen los expertos mencionados parecen ridículas, pero no lo son tanto. En el fondo lo que pasa en algunos sitios es que la democracia ha sido secuestrada y la gente sólo puede elegir a los actores de la obra, pero sin cambiar el guión.
Pero sin formación, ni cultura, ni solidaridad, ni buena educación las fórmulas de democracia más directa tampoco sirven de mucho, sobre todo si los medios y el sistema educativo están controlado por los poderosos. Además hay límites económicos-ecológicos que está ahí. No se puede tener todo, pero se puede elegir aquello que sea lo mejor para la mayor parte de la población.
lunes 14 octubre, 2013 @ 10:16 pm
Teniendo en cuenta el comentario previo al artículo, no tiene sentido que exista la sección «psicología» en esta web y ni qué decir de la ecología (que se reduciría a biología solamente) Lástima, me quitó ganas de leer el artículo. Con ese sesgo positivista dogmático nada se puede hacer, sólo nos quedamos con la sentencia fatal de Rutherford «La física es la única ciencia verdadera. El resto es sólo coleccionismo de sellos»
martes 15 octubre, 2013 @ 12:47 am
Alejandro Sánchez:
Pues no lo lea. Aunque no está claro si es su susceptibilidad o su prejuicio lo que le hace decir eso, puesto que no lo entiende o no ha querido entenderlo.
El Derecho, la Historia y otras disciplinas no son ciencia, pero eso no las desacredita, ni mucho menos. Sin leyes no hay civilización ni contrato social. Sin Historia no podríamos comprender nuestro pasado.
Esas disciplinas sólo son desacreditadas por aquellos que pretenden llamarlas por lo que no son y que encima, como supuestos representantes, las dejan en mal lugar.
martes 15 octubre, 2013 @ 1:20 am
…y las condiciones iniciales ¿dónde quedan?
Huele a jarabe de pueblo perdido.
Con tantas correcciones que tiene que estar haciendo constantemente este tipo debe tener el doctorado en arte.
martes 15 octubre, 2013 @ 11:25 am
En su ofuscación creo que a Alejandro Sánchez se le pasó por alto, o no lo leyó, algo definitivo: » ciencia es sólo aquello que usa el método científico». En las denominadas «ciencias» sociales,no hay experimentos para reproducir lo observado previamente. ¿Qué experimentos se pueden hacer con el Derecho, con la Historia, con la Literatura, etc.?. Que son una forma de conocimiento no cabe duda, que tienen su importancia es bien cierto, pero no entiendo por qué alguien se tenga que enfadar por lo que se dice al principio de este artículo, máxime cuando no puede ser más cierto.
miércoles 16 octubre, 2013 @ 9:53 am
En realidad se podrían hacer experimentos en Derecho. Si se elige una región dentro de un país de cultura homogénea y se elabora una legislación diferente se puede ver qué pasa.
A posteriori sí se ha estudiado en EEUU el efecto de determinadas legislaciones sobre ciertos aspectos en cada estado. Curiosamente lo suelen estudiar economistas, pues son los que poseen conocimientos de Estadística y Matemáticas. Los abogados generalmente no.
El problema es la aislabilidad de esos «experimentos», pues personas y empresarios pueden pasar de un estado a otro y no siempre conocen bien la legislación de cada sitio. Las condiciones de contorno son como mínimo extrañas.
Pasaría lo mismo con el sistema educativo. Se puede estudiar si un sistema ha ido bien o mal (en España al parecer van todos mal). El problema es que no se puede saber cómo habría funcionado otro sistema distinto en su lugar. Tampoco se tienen en este caso las mismas condiciones iniciales cada vez que se efectúa uno de estos «experimentos». Es curioso porque una Psicopedagogía científica y no contaminada ideológicamente ya debe decir qué sistemas o métodos son buenos.
miércoles 16 octubre, 2013 @ 12:02 pm
Algo, creo, objetivo, Sobre ‘ciencias sociales’.
Desde 1998 hasta el 2008, las trabajé.
Mi formacion es ingeniero, llevo mas de 20 años en r&D, y bueno, eso imprime cierto caracter a la hora de afrontar los objetos de estudio.
Pues bien, inicie el trabajo , por ejemplo, en tasas de violencia de pareja en la raza humana.
Vi las metodologias.
Y vi las honestas (Medir hechos, contrastar lo dicho por una parte con lo dicho por la otra parte, asegurar a ambas partes que aunque reconoceran agresiones, no se les denunciaria, separar los individuos para evitar acuerdos entre ellos, ocultar a los entrevistadores los cuestionarios).
Y vi las tramposas (Medir sensaciones, seleccionar a priori solo a una parte como victimas, hacer procesos previos de prueba-error con distintos cuestionarios, para maximizar respuestas positivas en el grupo seleccionado como victimas, etc).
Con las metodologias honestas, vi algo sorprendente.
Durante 20 años en paises tan distintos como nueva zelanda, canada, francia, inglaterra, australia, y españa, las tasas variaban en bandas de menos de un 5%.
Ese mismo fenomeno (Metodologias honestas y tramposas, y repetibilidad en los resultados de las honestas) lo halle en otros objetos de estudio (Tasas de maltrato a niños, muertes por maltrato, etc).
Las honestas, daban sorprendentemente repetibilidad pais a pais, y año a año (Recuerdo un estudio español hecho por forenses qe nunca llegaran a ministros de igualdad, con las muertes de niños por maltrato, allá por 2004, en España. Daba casi clavado con los datos de EEUU durante 5 años seguidos).
No solo eso.
Se podian predecir variables (Como la cantidad de mujeres muertas al año por ‘violencia de pareja’), en base a variables ajenas, siguiendo modelos qe emergian de los datos ‘honestos’.
Desde 2000 a 2004, los valores predichos por estos modelos, y los reales, en España, diferian menos de un 4% (Algunos años, daban de pleno, 38 predichas, 38 muertas).
La raza humana si puede ser objeto de esutdio cientifico, pero ciencia y poder son cosas distintas.
Por supuesto, estos trabajos nunca entraron en ‘el ministerio de igual-da’.
Como los de estos honestos forenses españoles.
Neo, enhorabuena.
Llevo casi 30 años como profesor ocasional, y cada vez me cuesta mas motivar a los chavales, viendo ellos y yo lo que se ve.
Un abrazo afectuoso a todos.
Javier.
miércoles 16 octubre, 2013 @ 9:12 pm
Intentemos el teorema del ser que dice conocerse a sí mismo. Supongamos un ente A1 que se conoce perfectamente a sí mismo ( lo necesita si quiere elaborar modelos matemáticos y pronósticos acertados sobre su propio futuro …). Para conocerse, debe poseer una imagen completa ( suma de datos) de sí mismo (A2)=A1, con lo cual , en realidad, el ente A1 completo, por ahora, es S1=A1+(A2). Pero ahora la imagen adecuada de sí mismo va a ser (A1+A2) y si la integra, el ser completo es ya S2=A1+A2+(A1+A2). Pero ahora ya la imagen completa es toda la suma anterior , y el ente empieza a crecer sistemáticamente sin límite S3=S2+(S2)…
Por lo tanto, para evitar este proceso infinitamente creciente,y poder conocerse a sí mismo de modo perfecto o completo, A1 debe permanecer separado de su imagen, sin que esté integrada en él, lo que implica la existencia de al menos dos A1 idénticos, A1 A1 mutuamente relacionados, pero distintos.
Luego no existe ningún ente que se conozca a sí mismo a menos que su imagen sea otra entidad separada de él.
Si lo que precede es válido, cualquier ente que alegue conocerse a sí mismo perfectamente entrará en la categoría de dudoso, a menos que pueda probar que existe otro idéntico a él, que le sirve de imagen y referencia.
¿ Podrá la humanidad conocerse a sí misma sin su doble ?
¿ Puede alguien conocerse a sí mismo ?
viernes 18 octubre, 2013 @ 2:00 am
Bueno, en primer lugar quiero felicitar a Dr.Thriller, Javier y «petrus» por sus comentarios muy dignos de consideración, me gustaría apuntalarlos haciendo algunas consideraciones al respecto:
Empiezo contigo, amigo Dr. Thriller, tu mensaje tiene mucha miga. Es bueno el apunte que haces al principio acerca de la ambigüedad del lenguaje (que enlaza con lo que ha comentado Javier después, cita de George Orwell incluida).
También me gusta cómo has resaltado la dificultad para estudiar la sociedad apelando a la multifactoriedad (he supuesto que incluyes la contingencia)…en este sentido, me parece que la crítica que haces al determinismo de Marx está muy en la línea de la crítica que hacen Richard Lewontin y Stephen Jay Gould al determinismo de la sociobiología de E.O. Wilson: es oportuno aclarar que Gould no deja de concederle cierto valor y reconoce que Wilson la ha estudiado con éxito en animales como las hormigas, pero la cosa se enturbia bastante cuando se trata de aplicarlo a sociedades humanas.
Me parece bastante acertada esa revisión crítica a la sociobiología de Wilson, bastante menos áspera que la que le dedica a Dawkins. El problema de Dawkins es el de siempre, que tratar de explicar primero el comportamiento de la célula, después el del individuo y por último de las sociedades partiendo únicamente de los genes egoístas… es algo así como tratar de explicar el cerebro basándose sólo en las propiedadades del átomo de carbono.
También interesante tu aporte, amigo «petrus», es algo sobre lo que ya hemos hablado en múltiples ocasiones.
Un par de curiosidades por mi parte: te habrás dado cuenta de lo infrecuente que es encontrar a alguien que reconozca que no tiene (o tiene poco) «sentido común», sin embargo los expertos en esta materia nos alertan de que racionalidad tenemos muy poquita.
Creo que la prueba más evidente la tenemos en los 11.000.000 de bits/seg que se estima que maneja el cerebro inconsciente comparados con los escasos 50 bits/seg que maneja el consciente en el mejor de los casos… aparte de este dato podemos apelar a multitud de ejemplos y experimentos que ponen muy, pero que muy en entredicho esa supuesta racionalidad de la que hacemos gala: desde los fallos de perspectiva e interpretación que se ponen de manifiesto en el espectáculo de un mago, pasando por las ilusiones ópticas o estudios como uno que mencioné en el que se demostró que, tras escribir las dos últimas cifras del carnet de identidad antes de entrar en una subasta, los voluntarios cuyas dos cifras representaban valores más altos eran los que más fuerte pujaban en la subasta.
Encima, todo esto lo compensa el cerebro con el autoengaño, de tal modo que creemos que interpretamos el mundo mucho mejor de lo que en realidad lo hacemos. En un capítulo de la serie «Brain games» se les pedía a unos cuantos voluntarios que dibujasen una bicicleta, tras acabar sus dibujos se pudo comprobar que sólo uno de los seis u ocho voluntarios que participaban había dibujado una bicicleta que podía funcionar, los demás se mostraban sorprendidos porque habían supuesto que dibujar una bicileta no supondría ninguna dificultad para ellos.
En definitiva, que creo que tienes razón…y no, no nos conocemos a nosotros mismos.
Saludos y/o abrazos.
viernes 18 octubre, 2013 @ 3:08 am
Querido Neo:
Vuelvo a insistir en la pobreza de las valoraciones de los dos expertos que aparecen al final de la noticia. Sólo les voy a conceder un mínimo beneficio de la duda por si el autor del estudio ha resumido mucho sus conclusiones.
A Yaneer Bar-Yam lo conozco y ha sido grande mi decepción al ver que alguien a que me inspiraba respeto por sus aportaciones (trabajando con superconductores, dinámica de sistemas complejos, racismo, etc), no haya demostrado una mayor visión de conjunto y sólo hable de arreglar el asunto con la descentralización.
En cambio, las propuestas que usted hace al final de su 6 tienen mucha más consitencia y me dan pie para desarrollar mi argumentación en contra de las propuesta de Bar-Yam:
Si imaginamos una sociedad ideal en la que todos los ciudadanos tuviesen una buena formación, base ética y solidaridad (como usted menciona), tal vez podría funcionar bien un sistema descentralizado sin grandes riesgos de que al gobernar en feudos pequeños los dirigentes puedan caer en actitudes despóticas como ocurre en la repúblicas bananeras…suponemos que no caerían en abusos porque ellos mismos salen de una sociedad culta, solidaria y bien formada.
Pero seguramente en este tipo de sociedad funcionaría igualmente bien un sistema centralizado, porque lo más importante es que se verifiquen esas mejoras que usted ha señalado, teniendo menos importancia si después se gobierna centralizada o descentralizadamente.
Además, lo deseable no es que unas sociedades tengan todos esos valores mientras en otras impera el engaño y la corrupción: como decía Sagan «somos un planeta», y lo que se hace en una nación implica consecuencias directas o indirectas para las demás.
También apuntar en este sentido que no son pocos los expertos que abogan justo por lo contrario: una gobernación mundial que vele por el bien común y no la separación en más reinos de taifas donde cada uno intenta arrimar el ascua a su sardina.
En definitiva, que le felicito por ir a contracorriente como dice Javier, que si la corriente es el sistema a lo mejor somos mcuhos más los que somos antisistema y que son más importantes esos cambios que usted señala que lo que han apuntado los dos expertos. Volver a repetir también que sin frenar la superpoblación el desastre está servido…y no será descentralizado, sino global.
Nosotros somos los responsables de lo que ha de venir. Un fuerte abrazo sin perder la esperanza.