La dieta de restricción calórica sí funciona en macacos
Un estudio conjunto entre grupos de investigación rivales parece zanjar la polémica sobre la dieta de restricción calórica aplicada a primates.
Todos nuestros lectores conocen ya la dieta de restricción calórica. Hace muchos años se realizaron experimentos con ratones según los cuales una dieta en la que el número de calorías da justo para vivir prolongaba la vida y mejoraba la salud de estos animales.
Los resultados sobre alargamiento de la vida siempre resultan controvertidos y se desconocen los factores que alargan o aumentan la calidad de la misma. Además, hay que esperar mucho tiempo para tener resultados cuando la esperanza de vida por defecto de los animales usados en estos experimentos es de varios o muchos años.
Se pueden usar animales de ciclos de vida cortos, como cuando se trata de experimentos con gusanos, levaduras o moscas de la fruta, pero, en estos casos, es más difícil extrapolar los resultados a humanos.
Si se trata de ratones entonces no hay razones para pensar que las mismas consecuencias no se den en humanos. De hecho, algunos grupos de personas se han organizado para seguir este tipo de dieta sin esperar más experimentos con modelos animales.
El siguiente paso a dar en la investigación biomédica, una vez se habían empleado ratones con éxito, era usar algún tipo de primate no humano. Desde hace años se han realizado estos experimentos con macacos, pero los resultados fueron regulares o, como mínimo, contradictorios.
Ahora parece que un nuevo estudio podría acabar con la controversia al afirmar que este tipo de dieta consigue que los macacos vivan más y sean más sanos, aunque bajo ciertas restricciones.
El estudio procede de una colaboración de investigadores de University of Wisconsin-Madison y del National Institute on Aging (NIA). Los resultados los han publicado en Nature Communications
Todo empezó en 2009 cuando el grupo de UW-Madison informó de los beneficios significativos que aportaba esta dieta en la reducción del cáncer, los problemas cardiovasculares y la resistencia a la insulina en monos tratados con esta dieta frente a otros que no habían sido tratados. Pero en 2011 un estudio del NIA venía a decir que ese beneficio era marginal si es que existía. Este resultado arrojaba sombras sobre la posible aplicabilidad de esta dieta en primates, incluyendo los humanos.
Los dos grupos de investigadores han estado trabajando juntos analizando los datos recolectados a lo largo de los varios años de experimentos de este tipo, incluyendo los 200 macacos que habían estudiado todos ellos en el pasado. Al final han conseguido saber, o eso afirman, las razones por la cuales los dos estudios anteriores mostraban resultados distintos.
Una de las razones es que esta dieta parece funcionar bien en adultos y en individuos de edad avanzada, pero que no es así para individuos jóvenes. Esto es interesante pues entra en conflicto respecto a los experimentos con ratones, en donde se alcanzan los beneficios de la dieta de restricción calórica cuando esta se inicia a edad temprana.
La segunda es que los monos de control del grupo del NIA comían menos que los del grupo de control de UW-Madison. Como la menor ingesta de alimentos está precisamente asociada a los beneficios de la dieta de restricción calórica, los resultados del grupo de control se acercaban a los tratados, por lo que no había casi diferencia. Pero cuando se comparaban los resultados obtenidos por el grupo tratado del NIA respecto al grupo de control de UW-Madison entonces sí se podía apreciar el beneficio en la salud y envejecimiento de los animales.
La tercera razón es que las dietas eran muy diferentes entre ambos equipos de investigación. Los monos del NIA comían alimentos naturales, mientras que los otros eran alimentados con comida procesada con alto contenido en azúcar. Por tanto, los monos del grupo de control de UW-Madison estaban más gordos que los del NIA. Esto indicaría que la ausencia de restricción en la ingesta de comida y lo que se come supone una gran diferencia en la proporción de grasa corporal y en la composición corporal que aparece.
Además, se identificó que el sexo de los animales afecta su relación con la dieta, pues las hembras eran menos vulnerables que los machos a los efectos adversos de un exceso del tejido adiposo. Este aspecto es particularmente importante en humanos y es muy probable que pueda ser traslado a nosotros.
La dieta de restricción calórica parece, efectivamente, afectar positivamente al envejecimiento. Sin embargo, para primates, la edad, la dieta y el sexo tienen que ser tenidos en cuenta para conseguir beneficios de una baja ingesta de calorías.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=5281
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Dieta de restricción calórica en NF.
Foto: Jeff Miller/University of Wisconsin-Madison.
5 Comentarios
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martes 24 enero, 2017 @ 11:29 pm
Me parece perfectamente lógico que la restricción calórica aumente la vida de los seres vivos, salvando las evidentes diferencias, la estrella que luce al doble de intensidad dura la mitad del tiempo.
miércoles 25 enero, 2017 @ 10:10 am
Pues yo no se la veo. Lo que brilla el doble no dura la mitad, durará menos si de resistencia de materiales hablamos. Si usted pone un Boeing a velocidad supersónica se le desintegra en el aire, literalmente, y si coloca un eletrodoméstico a un amperaje no digamos el doble, simplemente un 25% más, lo funde. En el acto.
La lógica del metabolismo no es lineal, y está interaccionada con el papel estructural de sus combustibles. Más bien si usted no usa un coche veo difícil que sufra desgaste (y la relación de desgaste por uso es compleja y tampoco lineal), pero se le va a deteriorar lo mismo, entre otras cosas por falta de uso.
Estas cosas con mucha precaución y pinzas. Está claro que dietas supercalóricas son dañinas, lo contrario, más estudios, por favor. Muchos más.
miércoles 25 enero, 2017 @ 11:42 pm
Dr Triller,
Coincidimos en que si por ejemplo un humano está diseñado para vivir unos 90 años, una dieta hipercalórica puede bajar la esperanza de vida unos 10 años, y no se demuestra que una hipocalórica haga aumentar esos 90 años.
Pero creo que el objetivo del estudio era enfrentar una dieta hipercalórica con una «normal» y el titular no es suficientemente preciso.
Un abrazo.
jueves 26 enero, 2017 @ 9:51 am
Exacto. Los del NIA fueron más rigurosos en su investigación y lo que parecen decir los resultados es que una dieta mala reduce la vida y empeora la salud. En cuanto al titular de esta entrada, este no es más que el reflejo de lo que afirman los investigadores. El del artículo original es:
Caloric restriction improves health and survival of rhesus monkeys
jueves 26 enero, 2017 @ 10:15 am
Interpretando la frase, un ser humano está «diseñado» para vivir 40 años o una cifra de este orden, algo más baja. El resto son márgenes de ingeniería optimizados, y como se ve, para la mayoría de las personas simplemente una vida sana y con prevención normalita les sirve para llegar a los 90 o poco menos. Entiendo que los esfuerzos principales deberían ir dedicados a las personas que en esas condiciones no llegan y por supuesto a mejorar el estado de todos en edades avanzadas, y no a vivir 120, 140 años. No es lo que se debate en el estudio pero lo aclaro por si alguien busca falacias en mis argumentos (algo que siempre, siempre es de agradecer).
Y hay un problema con las dietas hipocalóricas. Si fueran ciertas, salvo que mi argumento sea disparatado, deberían crear una presión evolutiva que no se detecta, dado que en la naturaleza es en realidad la tendencia, el tener que sobrevivir con dietad muy justas. No veo que la evolución «aproveche» esas ventajas para optimizar los metabolismos, ergo…