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Un fármaco retrasa el envejecimiento en ratones

Área: Medicina — domingo, 15 de noviembre de 2015

Mientras que buscaban un fármaco contra el Alzheimer, un grupo de investigadores dio con una sustancia que hacía retrasar muchos signos de envejecimiento.

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Dos ratones de edad avanzada. El de la derecha fue tratado con J147. Fuente: Salk Institute for Biological Studies.

A veces la ciencia puede ser sorprendente, sobre todo cuando roza lo que mucho antes se consideraba magia. Según decía Arthur C. Clark “toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.
Puede que el elixir de la eterna juventud suena a magia del pasado, pero el último descubrimiento del Instituto Salk parece hacerla realidad, al menos en parte y en ratones.
En este centro de investigación han encontrado que una sustancia, denominada J147, que estaban probando para combatir el Alzheimer tiene inesperados efectos antienvejecimiento en ratones. Así que se pusieron a ensayar este efecto en el mismo modelo animal.
Descubrieron que los ratones tratados con esta sustancia tenían mejores memoria y habilidades cognitivas. Además poseían venas y arterias cerebrales más sanas y otras capacidades físicas mejoradas.
Según Antonio Currais (líder del estudio) los ratones viejos parecían más jóvenes si se tenían en cuenta distintos parámetros físicos. Esto es algo que no habían predicho y es, por tanto, inesperado.
El Alzheimer es la principal causa de demencia en adultos y mata a 5 millones de personas en los EEUU cada año. Es una enfermedad neurodegenerativa cuyas causas aún no están del todo claras. Una de las consecuencias de esta enfermedad es la producción de placas de proteína beta amiloide en el cerebro.
Algunos fármacos desarrollados en los últimos años han tratado de combatir precisamente estos depósitos de beta amiloide, pero no han tenido éxito.
En el instituto Salk trataron de enfocar el problema desde otro punto vista. En lugar de atacar estos depósitos la idea fue atacar otras sustancias tóxicas asociadas a esta enfermedad. Fue así como dieron con J147.
Las pruebas realizadas demostraron que el uso de esta sustancia conseguía revertir los problemas de memoria en ratones con un símil hereditario de Alzheimer no ligado a la edad avanzada.
Así que el equipo crió ratones hasta que estos llegaran a una edad avanzada y que así desarrollaran síntomas de Alzheimer, algo más realista a la hora de probar este tipo de fármacos.
En el estudio analizaron más de 500 moléculas relacionadas con el metabolismo cerebral de estos ratones envejecidos y la expresión genética de todos los genes del cerebro de estos animales.
Hicieron tres grupos de ratones distintos. En uno había ratones jóvenes, en otro viejos sin más y en otro de ratones viejos a los que se trató con J147.
Además de encontrarse con que los ratones viejos tratados tenían mejores condiciones físicas y psicológicas que los viejos no tratados, lo más interesante fue descubrir que lo tratados con J147 tenían en muchos aspectos una expresión genética y un metabolismo similar al de los ratones jóvenes. Entre estos indicadores estaba el aumento de la energía metabólica, la reducción de la inflamación cerebral y la reducción de la oxidación de ácidos grasos en el cerebro.
También evitaba las microhemorragias de los capilares cerebrales. El daño en los vasos sanguíneos cerebrales es otro indicador del Alzheimer.
Este grupo de investigadores quiere hacer ensayos clínicos con J147 en humanos al año que viene para comprobar si estos efectos beneficiosos se dan también en las personas.

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Artículo original

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6 Comentarios

  1. David:

    Fantástica noticia, de confirmarse en personas tambien. Pero ya los resultados conseguidos en ratones, son muy buenos. Se ve que Antonio currais, se lo a currado.

    El viagra, también fue un medicamento, que descubrieron de casualidad (como todos los grandes descubrimientos de la humanidad, según leí una vez, en alguna parte), estudiando un farmaco vaso dilatador, para tratar enfermedades vasculares.

    Un saludo.

  2. tomás:

    Efectivamente, no son pocos los descubrimientos debidos a la «serendipia» -chiripa oficial en común, aunque menos preciso-. Pero, no olvides, estimado David, que es preciso el estar preparado para darse cuenta de la importancia de lo hallado. Entre otros muchos, ahí tenemos a Penzias y Wilson, ganadores de un Nobel, por el «ruidito» que no había forma de eliminar. Hasta limpiaron la antena por si era el obsequio de alguna paloma. Muchísimos otros, menos preparados, habríamos cambiado la antena cien veces y hasta demandado al fabricante.
    Cordial saludo.

  3. Miguel Ángel:

    Pues, relacionados con mi profesión, son muy conodidos los ejemplos de la penicilina y de la nitroglicerina, pero ahora me viene a la memoria el caso del ácido valproico (Depakine): este ácido se usaba como aditivo conservante hasta que, haciendo una investigación, alguien cayó en la cuenta de que se producían menos crisis epiléptica en el grupo de enfermos que tomaban medicinas que llevaban ácido valproico como conservante y se le ocurrió ver si el propio conservante tenía efectos antiepilépticos. El resultado fue que no solo los tenía sino que ahora es uno de los fármacos de primera línea y muchas veces el de «primera elección» porque además no requiere monitorización de sus niveles en plasma.

  4. tomás:

    Pues sí, e incluyo la nitro-explosivo y la nitro-medicamento. Eso de la nitroglicerina tiene hasta su paradoja. Y ahora me refiero a la relación del producto con su manipulador, que no su descubridor, el famosísimo Nobel. Para redondear la cosa deberían haberle otorgado su mundialmente ambicionado premio. Posiblemente quien más supo de ella, se murió por no tomársela, quizá por miedo a explotar. ¡Pues que se la hubiera tomado como si fuera un mordisco de butifarra, o sea, en forma de dinamita!
    Quizá no se le ocurrió. En este caso podríamos hablar de una antiserendipia de siete días.
    Abrazos.

  5. petrus:

    Dense prisa, por favor…

  6. tomás:

    Gracias por hacerme reír. Nada como esa medicina.

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