Los genes determinan la percepción del olor de una feromona
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La androstenona, un derivado de la hormona testosterona, es percibida como un olor agradable por unos o como un olor desagradable por otros. La razón es al parecer genética.
Gran parte de la antropología moderna se basa en el relativismo cultural, con los peligros que eso implica. Por otro lado hay quien dice que el relativismo es una justificación para casi todo. Creemos que percibimos la realidad de la misma manera que todos los demás, pero esto no es del todo cierto, incluso aunque no creamos en el relativismo cultural. Cierto relativismo puede tener bases genéticas.
Damos por sentado que un mal o buen olor será malo o bueno para cualquiera. Estamos seguros que la orina huele a orina y la vainilla a vainilla, sin embargo, por ejemplo, el olor de la adrostenona es percibido de un modo u otro dependiendo de los genes que porte el individuo que huele esa sustancia.
Un grupo de investigadores de Rockefeller University y Duke University formado por Andreas Keller, Hanyi Zhuang, Qiuyi Chi, Leslie B. Vosshall y Hiroaki Matsunami revelan por primera vez que la gran variabilidad en la percepción del olor de esta feromona se debe a variaciones genéticas del receptor de olor OR7D4.
La androstenona se encuentra en mayor concentración en la orina y sudor de los hombres que en el de las mujeres, por lo que se podría decir que es una «esencia» típicamente masculina. Es usada por algunos mamíferos como una feromona que proporciona información social y sexual. En los cerdos las hembras necesitan oler esta feromona para poder encontrar pareja sexual. Se especula que quizás la percepción de este olor también tenga implicaciones en el comportamiento de humanos. Aunque se ha visto cierto efecto de esta sustancia tanto en hombres como en mujeres el tema está sujeto a debate.
En el estudio más extenso realizado sobre este asunto los investigadores mencionados realizaron experimentos en los que participaron 400 voluntarios. A éstos se les presentó 66 olores distintos a dos concentraciones diferentes y se les pidió que los puntuaran teniendo en cuenta dos escalas, una sobre su intensidad y otra sobre si le parecía agradable. Además se analizó el ADN de todos ellos a partir de las muestras de sangre recolectadas, secuenciando el gen que expresa el receptor OR7D4.
Aunque se había sospechado que la habilidad para percibir el olor de la adrostenona estaba genéticamente determinado, este estudio es el primero en identificar que las variaciones en un sólo gen dan cuenta de por qué la gente percibe este olor de una manera tan variada.
Han identificado dos mutaciones de polimorfismo de nucleótido simple en el gen en cuestión que proporcionan dos variantes del receptor (RT y WM) que difieren sólo en dos aminoácidos.
Los individuos con el genotipo RT/RT perciben el olor de la adrostenona como intenso y asqueroso, recordándoles el olor de la orina. Aquellos con genotipo RT/WM lo perciben menos desagradable y les recuerda el olor de la vainilla. Algunos, con otra variante genética, simplemente no perciben en absoluto el olor de esta sustancia. Otros puntos de mutación influyen sobre la sensibilidad a esta feromona, y una de ellas hace que los humanos que la poseen sean hipersensibles a este olor.
Un tema en el que estos investigadores están interesados es cómo las diferentes variantes de este gen afectarían potencialmente el comportamiento social de las personas. Los mamíferos usan la adrostenona para enviar señales sexuales o de dominio entre los distintos individuos de la jerarquía social. Según los investigadores sería interesante saber si ocurre lo mismo entre humanos. Si es así, ¿que pasaría con aquellos humanos que no perciben el olor de esta feromona debido a que el gen no funciona o está ausente?, ¿y de aquellos que son hipersensibles al mismo?, ¿habría implicaciones sexuales? Aunque ya hay alguna empresa que vende esta feromona en forma de pulverizador, sus hipotéticos efectos de seducción no han sido probados científicamente.
Tendremos que esperar a que este grupo investigue más sobre este interesante asunto para calmar nuestra curiosidad.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa de Rockefeller University.
Genetic variation in a human odorant receptor alters odour perception (resumen).
Sobre feromonas en NeoFronteras.
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