NeoFronteras

Mar de agua en Encelado

Área: Espacio — domingo, 6 de abril de 2014

Descubren un mar interior de agua líquida en Encelado que es el responsable de los chorros de vapor observados con anterioridad.

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El descubrimiento del mar interior de Encelado y de los géiseres de Europa eleva las posibilidades de que por allí pueda haber aparecido la vida.
Muchas de las lunas de los gigantes gaseosos están cubiertas de hielo. Dos de ellas son particularmente interesantes. Se tratan de Europa, que es un satélite natural de Júpiter, y de Encelado que orbita alrededor de Saturno. En ellas las fuerzas de marea permiten que haya agua líquida en su interior.
La nave espacial Cassini descubrió en 2005 que de Encelado parten chorros de vapor agua. El origen de ese vapor de agua ha estado sujeto a especulación hasta que ahora se ha confirmado su procedencia. Viene de un mar subterráneo que hay bajo su superficie, tal y como se sospechaba. No deja de ser una gran sorpresa que esta luna posea esta actividad y que sólo tenga 500 km de diámetro. Se cree que Encelado tiene un núcleo rocoso de unos 200 km de diámetro y el resto es agua, generalmente en forma de hielo.
El mar interior se ha localizado solamente en el hemisferio sur de Encelado, justo por debajo de la región denominada “rayas de tigre” de la superficie de donde parten los chorros de vapor de agua.
El mar se encuentra a unos 40 km de la superficie y es posiblemente estacional. Tiene una superficie similar a la del lago Superior, pero una profundidad mucho mayor, en concreto de unos 10 km.
Para poder descubrir este mar interior David Stevenson (Caltech) y sus colaboradores se han valido de los datos gravimétricos proporcionados por la sonda Cassini.
El agua líquida es más densa que el hielo y, por tanto, tiene un tirón gravitatorio más intenso. Entre los años 2010 y 2012 la sonda Cassini pasó cerca de Encelado varias veces. El tirón gravitatorio de la luna alteró la frecuencia de la señal de microondas de la sonda, que se pudo medir con precisión gracias a la red de espacio profundo de la NASA. Esa diferencia en densidad entre el hielo y el agua líquida produjo pequeñas perturbaciones en esa señal de microondas emitida por Cassini que pudieron ser medidas. Esto ha permitido inferir la presencia de este mar interior y calcular su distribución. La única manera de medir mejor el tamaño de este mar sería instalando sismógrafos sobre la superficie de Encelado.
Es un caso similar a lo que ocurre con las montañas como el Everest. Parece que esa montaña colosal no produce tanto campo gravitatorio extra como cabía esperar. Esto se debe a que esa masa emergida es compensada por otra masa menos densa en el interior a decenas de km en profundidad. En el caso de Encelado se trata del efecto contrario, con una compensación de mayor densidad (el mar interior) de un material menos denso (el hielo).
Al parecer, las fuerzas de marea debidas a la órbita excéntrica, además de calentar el interior de la luna, crean grietas en la superficie por donde el agua puede subir y al ser expuesta al vacío se evapora casi al instante formando los chorros o géiseres observados.
El calor debido a las mareas es imprescindible para explicar el agua líquida tan lejos del calor del Sol. La superficie de Encelado se encuentra a unos gélidos 200 grados bajo cero.
Carolyn Porco (del Space Science Institute en Boulder y no relacionada con este estudio) ha calculado que el agua del mar interior tarda una semana en subir por las grietas hasta la superficie y que a unos 30 metros de ellas se sublima. Sugiere que este proceso realiza una aportación de calor que mantienen las grietas abiertas.
Este descubrimiento hace de Encelado uno de los pocos cuerpos del Sistema Solar con agua líquida y eleva las posibilidades de vida extraterrestre.
Si hay vida o material orgánico en su interior los géiseres lo pueden depositar sobre su superficie y en el espacio circundante, lo que permitiría a una hipotética misión espacial determinar si hay vida o no de manera sencilla.
No está claro por qué el agua está concentrada en el hemisferio sur de la luna, pero sí se cree que está en contacto con el núcleo rocoso interior. Christopher McKay (Ames Research Center) sostiene, según Nature, que este aspecto es muy importante porque se cree que la interacción entre las rocas y el agua es necesaria para la aparición de vida. Así por ejemplo, el agua hidrotermal de las chimeneas submarinas terrestres generan las reacciones químicas necesarias para mantener los nutrientes de esos ricos ecosistemas. Quizás Encelado posea procesos similares en su interior rocoso. La sonda Cassini ha podido determinar la presencia de silicio en los chorros de Encelado, por lo que la procedencia de ese elemento podría ser el interior rocoso y el contacto del mar interior y esas rocas sería un hecho.
McKay trabaja en un estudio conceptual con colegas japoneses acerca de una misión de retorno de muestras procedentes de los chorros de Encelado. Porco opina que el lugar más prometedor para que haya vida fuera la Tierra es precisamente Encelado.
Pero la financiación de este tipo de misiones es cada vez más complicada. Bajo la presión del congreso estadounidense la NASA trata de priorizar una misión barata a Europa, la luna de 3100 km de diámetro de Júpiter que también tiene un mar interior. La misión Europa Orbiter de 4700 millones de dólares fue cancelada en 2002. En su lugar se estaba estudiando la misión de sobrevuelo Europa Clipper, de 2000 millones, pero los recortes recientes obligan a que se quede por debajo de los 1000 millones. De momento sólo se ha conseguido la aprobación de 43 millones de dólares para 2013 y de 80 millones de dólares para este año para estudios preliminares de esa misión.
Hace unos pocos meses se informó, gracias a los datos tomados por el telescopio espacial Hubble, de que Europa también tiene chorros vapor de agua que proceden de su subsuelo. Además, a partir de unos experimentos realizados en laboratorio se ha podido determinar que la sustancia rojiza de la superficie de esta luna son sales hidratadas procedentes del interior, principalmente sulfato de magnesio. Esta riqueza química eleva las posibilidades de presencia de vida.
Si se confirma el asunto de los chorros de vapor en Europa posiblemente no sea necesario perforar el subsuelo de Europa en una misión que sería carísima. Pero el sobrevuelo de los géiseres de Europa tampoco es sencillo y, además, Europa está situada en el cinturón de radiación de Júpiter, por lo que cualquier misión corre un grave peligro. En todo caso, se necesitarían varias misiones caras antes de decidirse a enviar una misión de perforación.

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Fuentes y referencias:

Artículo original.
Noticia en Scientific American.
Ilustración: NASA/JPL-Caltech.

Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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1 Comentario

  1. Aviles:

    Seria interesante encontrar vida macroscópica en su interior, que no fuese tan aburrida como un gusano, un caracol, o alguna forma muy sencilla de vida. Un pez o un dinosaurio marino, como los que habían aquí, en la Tierra, pero dado que no les llega la luz solar y las altas presiones que debe tener ese mar, mas bien, seria como la vida abisal, que tenemos por aquí.

    Un saludo a todo@s.

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