Hormigas maestras enseñan a aprendices
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Al parecer uno de los últimos comportamientos sociales complejos de las hormigas en ser descubierto es la existencia de un sistema de comunicación mediante el cual las hormigas expertas enseñan a las ignorantes el camino que hay que seguir hasta la comida.
Nigel Franks y Tom Richardson de la Universidad de Bristol en el Reino Unido han estudiado las hormigas de la especie Temnothorax albipennis a las que sometieron a una serie de experimentos. En estos experimentos dos hormigas recorren el trayecto entre el hormiguero y el lugar donde se encuentra la comida con varias paradas durante la ruta. Los investigadores encontraron que la hormiga líder que conoce el camino hacia la comida disminuye su marcha tan pronto como la que le sigue, y que no esta familiarizadas con la ruta, se retrasa; y la reanuda justo cuando se encuentra detrás de ella y golpea su abdomen. Las dos además mantienen una velocidad y distancia variable pero ajustadas durante todo el trayecto.
Es mecanismo es muy simple, si se elimina de la escena a la hormiga seguidora y se golpea suavemente a la líder con un pelo a un ritmo de dos veces por segundo o más la hormiga líder continua su camino.
La definición que los biólogos utilizan para definir a los maestros en el mundo animales es la siguiente: individuo que sacrifica una ganancia potencial para educar a un homólogo ignorante.
Estos investigadores añaden en este artículo que la verdadera enseñanza requiere una retroalimentación de información entre el maestro y el estudiante.
En el caso de las parejas de hormigas estudiadas la hormiga maestra o líder suministra guía e información al pupilo al ritmo adecuado para la habilidad del pupilo y según las señales que el pupilo envía. Es como si no se pasase a la “siguiente lección” hasta que el alumno demuestra haber aprendido la “lección precedente”. La verdadera enseñanza necesita de una retroalimentación en ambos sentidos.
En el caso de las hormigas estudiadas el profesor sacrifica su propia velocidad si es necesario, pues según las observaciones, éstos son capaces de alcanzar la comida cuatro veces más rápido cuando no tienen que “tirar” de ningún pupilo. Por otro lado, los pupilos encuentran la comida un minuto antes con la ayuda de la lección aprendida y más tarde terminan enseñado a otras hormigas la ubicación de la comida del mismo modo.
Sin embargo, algunas veces, el conocimiento de la fuente de comida necesita ser comunicado más rápido de lo que el entrenamiento uno a uno puede alcanzar. En estas situaciones grupos grandes de hormigas siembran el camino con feromonas para que otras lo puedan seguir con facilidad.
Estos experimentos prueban que la enseñanza puede surgir en el mundo animal incluso en organismos que carecen de cerebros desarrollados, proveyendo de conocimiento incluso a los más pequeños intelectos.
Refencia: artículo en Nature (bajo subscripción).
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