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Nuevo virus intestinal

Área: Biología — domingo, 27 de julio de 2014

Hallan un nuevo virus que ataca bacterias intestinales y que está presente en gran parte de la población mundial.

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Gamma Fagos. Fuente: Wikipedia.

Se ha descubierto que en el tracto digestivo del 70 por ciento de la población mundial vive un virus que ataca a las bacterias de tipo Bacteroidetes. Se cree que este filo de bacterias está relacionado con la obesidad, diabetes y con otros trastornos relacionados con el aparato digestivo.
El virus, al que se ha denominado crAssphage, ha pasado desapercibido a la ciencia durante décadas, pese su gran presencia.
La investigación ha sido dirigida por por Bas E. Dutilh, ahora en el Centro Médico Universitario de Radboud en Holanda. Analizaron materia fecal de 12 individuos y encontraron que en todas las muestras aparecía un agregado de ADN viral de 97.000 bases.
Usando estudios previos sobre virus pudieron filtrar los casos ya conocidos sobre virus y vieron que era algo nuevo, pero también comprobaron que esas secuencias estaban en las bases de datos de ADN en heces de diversas instituciones. Parecía que había un nuevo virus que aún no había sido descubierto.
Entonces usaron la técnica de amplificación de ADN para localizar el virus en las muestras originales basándose en una de las bases de datos. La idea era demostrar que el virus existía en la realidad.
Descubrieron que el nuevo virus está en el 70 por ciento de la población a lo largo de todos los continentes, algo muy inusual. Es el virus más ubicuo del que se tiene noticia. Es seis veces más abundante que todos los otros virus del tracto digestivo combinados.
Es increíble que no se haya descubierto hasta ahora. El hecho de que esté tan extendido significaría que se trata de un virus antiguo, posiblemente tan antiguo como la raza humana.
Algunas de las proteínas de este virus son similares a algunas que se encuentran en virus ya descritos. Esto ha permitido saber que el nuevo virus está relacionado con los bacteriófagos (fagos) y que infecta a bacterias Bacteriodetes.
Se cree que estas bacterias juegan un importante papel entre las bacterias del trasto digestivo, la obesidad o incluso en el cáncer de colon. Este virus podría ser una vía para atacar este problema en futuras investigaciones.
Como el virus no se encuentra en las heces de los bebés se asume que se adquiere durante la niñez.
Se cree que los virus podrían jugar en los intestinos un papel fundamental a la hora de mantener las poblaciones de bacterias. Mantendrían la biodiversidad bacteriana en nuestro interior.
Sin embargo, todavía no se ha conseguido aislar a este nuevo virus. Una vez se consiga se espera estudiar su papel en la obesidad y que promocione o suprima procesos relacionados con ese problema. Quizás se pueda usar también en la diabetes o en el tratamiento de trastornos intestinales.
Uno de los investigadores especula sobre una medicina personalizada basada en fagos. Administrando los fagos apropiados se podrían cambiar las proporciones entre las distintas poblaciones de bacterias.
Hasta ahora la investigación en este campo se había centrado en el estudio de las bacterias intestinales, pero no se ha hecho gran cosa sobre los virus y hongos que también viven allí. Saber su papel es fundamental.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.

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4 Comentarios

  1. tomás:

    Pues sí a esa conclusión. Tenemos todo un ecosistema en nuestro interior para el que sólo ahora tenemos técnicas que permitirán conocerlo más a fondo. Eso puede traernos una gran mejora en la calidad de vida y otras vías menos agresivas para tratar ciertas enfermedades, tal como se desprende de la lectura del artículo. Me aventuro a decir que quizás las alergias puedan ser mejor comprendidas, aunque me gustaría conocer las opiniones de los compañeros médicos sobre el tema.
    Esperemos que se aproveche pronto este conocimiento.

  2. Miguel Ángel:

    Maese «tomás»:

    Considero oportuna esa perpectiva de vernos como ecosistemas con patas: somos un conjunto de unos 100 billones de células humanas que conviven con aproximadamente un billón de hongos y bacterias.
    De entre todas estas células tendríamos unos 100.000 millones de neuronas cuyo conjunto se encarga de generar ilusiones tales como la idea que tenemos de nosotros, lo que llamamos nuestro «yo». Pero, como señala el lema de esas camisetas que ha popularizado Punset:

    «Ninguna de tus neuronas sabe quién eres…ni le importa»

    Sobre el papel que puedan desempeñar este tipo de virus en las alergias, ya se señala al final de la noticia que están poco estudiados, al igual que los hongos.
    Distinto sería el caso de las bacterias, que no sólo han sido objeto de numerosos estudios sino que se han hecho un hueco en la cultura popular: Bifidobacterias, L.Casei…sabemos que algunas están muy relacionadas con un buen desarrollo inmunitario (y la alergia no es otra cosa que una etiqueta que le ponemos a una reacción inmunitaria que consideramos exagerada).
    El propio hecho de que convivan con nuestras células sin que se produzcan reacciones defensivas delata su implicación en la inmunidad. Y aquí se abre un capítulo fascinante si pensamos en el modo en que se pudo regular durante la evolución dicha respuesta inmune: ¿fueron las bacterias las que aportaron algún inmunomodulador para que el pluricelular las tolerase o fue el pluricelular el que redujo sus defensas para acabar aceptando a la bacteria?
    En cuanto a los tratamientos a base de suplementos de bacterias digestivas (yogures, sobres de fermentos) hay que decir que están cobrando fuerza últimamente. El problema es que hay que tomarlos con mucha regularidad, no basta con tomarlos una vez y esperar a que crezcan en el intestino.

    Abrazos simbióticos.

  3. tomás:

    A ver, Miguel Ángel: ¿No será al revés, es decir 100 billones entre hongos y bacterias y un billón de células somáticas? Es que siempre he leído que teníamos unas 10 simbiontes por cada célula. Tu dirás.
    Un fuerte abrazo.

  4. NeoFronteras:

    Hay unas 10 bacterias y unos 100 virus por cada por cada célula somática, casi todo ello en nuestro tracto intestinal.

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