Describen al Spinosaurus aegyptiacus
Nuevos restos fósiles permiten hacerse una idea de la vida semiacuática del mayor dinosaurio depredador conocido hasta el momento.
Se ha descrito el fósil del primer dinosaurio semicuático: Spinosaurus aegyptiacus. Este depredador del Cretácico estaba adaptado a vivir en el agua hace 95 millones de años, lo que demostraría que algunos dinosaurios eran capaces de vivir y cazar en el ambiente acuático en esa época. Este animal era el mayor depredador conocido, con una longitud total de 15 metros, 3 metros más que el Tyrannosaurus rex. Tenía una apariencia similar a la de un cocodrilo.
Un equipo internacional de paleontólogos encontró nuevos restos fósiles de esta especie en Marruecos y lo ha descrito recientemente en un artículo en la revista Science. En él describen una serie de características anatómicas desconocidas hasta el momento que permitían al animal una mejor adaptación al ambiente acuático.
Restos fósiles incompletos de Spinosaurus aegyptiacus se encontraron por primera vez en Egipto hace unos 100 años. Estos fósiles fueron recolectados por el paleontólogo alemán Ernst Freiherr Stromer von Reichenbach en el Sáhara egipcio, pero fueron destruidos por los bombardeos aliados sobre Munich en 1944. Sólo se tienen unos dibujos, fotos y anotaciones conservados por la familia de Stromer en un castillo de Baviera.
Según Nizar Ibrahim (University of Chicago) “trabajar con este animal fue como estudiar un alíen del espacio exterior, es diferente a cualquier otro tipo de dinosaurio que haya visto nunca”.
Es el primer caso conocido de un dinosaurio adaptado a una vida semiacuática. Las adaptaciones acuáticas de Spinosaurus aegyptiacus difieren significativamente de otros miembros de la familia de los espinosaurios, que vivían en tierra firme pero se sabe que se alimentaban de grandes peces, posiblemente incluso de tiburones.
Entre otras adaptaciones, este animal tenía las fosas nasales en el medio del cráneo, lo que le permitía respirar en el agua con su cabeza parcialmente sumergida. En el hocico tenía una aberturas neurovasculares sensibles a la presión similares a las que tienen los cocodrilos y que permiten sentir el movimiento en el agua. En su boca tenía dientes gigantes en forma cónica colocados de tal modo que permitían capturar peces con facilidad. A lo que había que añadir poderosas extremidades anteriores con garras.
Su centro de masas desplazado, que lo imposibilitaba para andar bien en tierra firme a dos patas, le ayudaba a nadar en el agua. La pelvis y patas traseras habían evolucionado para remar en el agua de manera similar a las primeras ballenas.
Los huesos eran particularmente densos y sin la cavidades típicas, esto ayudaría a mantener el control de flotabilidad, tal y como sucede en los pingüinos actuales.
Una característica curiosa de este animal es la gran estructura en forma de “vela” dorsal soportada por largos y estrechos huesos que estaba anclada por músculos. Sería visible incluso cuando el animal se sumergía en el agua. La escasa irrigación venosa sugiere que no tenía una función termorregulador, sino que posiblemente tendría alguna función en el comportamiento social del animal.
Restos fósiles de varios especímenes se encontraron en unos acantilados del desierto marroquí conocidos como Kem Kem beds. Esa región se corresponde con un sistema fluvial antiguo en el que se han encontrado, entre otros, restos de tiburones, celacantos, peces pulmonados, animales similares a los cocodrilos, reptiles voladores gigantes y dinosaurios depredadores.
Por desgracia parte de los restos fósiles de este animal se ha perdido. Un recolector local extrajo gran parte de un fósil, que salió de Marruecos hacia alguna colección privada. Como resultado se ha perdido para siempre parte de la información crítica sobre el contexto de este animal.
Para la realización del estudio se efectuó un escáner sobre las piezas disponibles y se realizó una reconstrucción digital 3D. Además se modelaron los huesos perdidos basándose en la información disponible. Con esta información se construyó una réplica del esqueleto que se expondrá en el museo del National Geographic en Washington D.C. en abril del año que viene.
Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4501
Fuentes y referencias:
Artículo original.
Ilustraciones: Davide Bonadonna/Nizar Ibrahim/Simone Maganuco, University of Chicago Fossil Lab.
1 Comentario
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sábado 4 octubre, 2014 @ 11:01 am
Pues no sé… Eso del centro de masas desplazado… En el esqueleto, que resulta más de fiar que la ilustración por la perspectiva que en ella se utiliza y que parece destacar mucho la parte posterior; en el esqueleto, digo, parece muy centrada en medio del cuerpo. Además esa cola tan larga parece destinada a equilibrar, pues ha sido imaginada redonda. Y, si el animal era marino y no fluvial, creo que la cola habría de ser plana casi por obligación.
Algo falla en este animal.